domingo, 10 de mayo de 2020

Intrínseco - Capítulo 7: Ojos Dorados, Parte 3


El pequeño Shaymin sabía que la rutina de los Lan comenzaba a las cinco de la madrugada, por lo que estaba desde un poco antes sentado en el árbol frente a la habitación de Lan WangJi. Ayudó a una pequeña ave a reunir las ramas perfectas para su nido y una vez esta terminó, escuchó la puerta de la habitación abrirse. De inmediato tomó su posición de espionaje. Pocas veces podía divertirse tanto dentro de la montaña, no solían tener invitados y tampoco salía con demasiada frecuencia desde que Wei Ying vivía con ellos, por lo que la presencia de Lan WangJi le había devuelto una emoción que extrañaba.
Vio al segundo maestro Lan dirigirse a la habitación que utilizaban como bodega, tomar una bañera y una tetera con agua y llevarla de vuelta a su habitación. Shaymin rodeó el lugar y notó la ventana abierta a medias, por lo que se escabulló en un tejado para tomar una altura desde donde podía observarlo.
El hombre alto se desnudó con movimientos delicados y se sentó dentro de la bañera, cerró sus ojos cuando el agua le cubrió los hombros.
- Parece que durmió bien – susurró para sí mismo.
- Sí lo hizo – escuchó una voz junto a él. Sin sorprenderse puesto ya había sentido su presencia se hizo a un lado para darle espacio, BaoShan SanRen se sentó junto a él.
- No es propio de usted observar a hombres tomar un baño. Ah cierto, desde su altura de gigante no puede verlo como yo– quiso bromear pero su maestra no respondió, se giró a mirarla.- ¿Qué ha estado haciendo? Se ve cansada.
- Solo he estado afinando detalles – la mujer suspiró y se sentó en posición de loto, solo allí pudo observar a Lan WangJi– Sus cicatrices se ven grotescas a pesar de que es notorio fueron atendidas con medicina de primer nivel. - Shaymin levantó los hombros y habló despreocupadamente.
- Como pude ver esas heridas cuando estaban abiertas, sus cicatrices me causan alivio – el niño se inclinó hasta apoyarse en su maestra y recibir una caricia en su cabello- ¿Durmió bien gracias a usted? – ella asintió.
- Estaba un poco inquieto por la emoción, así que dejé entrar un poco de humo de incienso medicinal. Vine a verlo varias veces por la noche, al parecer durmió bien.
- Gracias maestra... - ella le sonrió.
- Has estado preocupado por tantos años que no puedo evitar sentir aprecio por él– Shaymin lo sabía– Estoy de acuerdo contigo en que es una persona bastante singular, nunca había visto a alguien reprimir sus emociones a tal nivel.
- Já – carcajeó – Y eso que ayer fue la primera vez que lo vi mantener una conversación fluida.
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El pequeño Shaymin sostenía a un dormido Wei WuXian y lo arrastraba por el cuello de sus ropas interiores mientras este aún dormía, incluso roncaba a ratos aun cuando sus pies golpeaban la madera. Finalmente lo puso en frente de la puerta de la habitación de Lan WangJi y lo sacudió, como no resultó para despertarlo, lo abofeteó, pero tampoco obtuvo respuesta, luego de suspirar simplemente lo soltó y lo dejó durmiendo en sus pies mientras el niño golpeaba la puerta.
- Segundo maestro Lan, traje su desayuno– Lan WangJi abrió la puerta, estaba correctamente vestido aunque su cabello aún permanecía húmedo. Miró a los pies del niño y el rostro dormido de Wei WuXian lo dejó sin palabras– Hay pocas cosas que nunca he podido hacer en esta larga vida... – le comentó el niño mientras pasaba a la habitación y acomodaba el desayuno en la mesita de centro – Una de esas es despertar a Wei Ying antes de las nueve de la mañana.
El hombre de blanco tomó al adolescente en brazos y lo llevó hasta la cama, allí lo acomodó y arropo apropiadamente, le dio una pequeña caricia en el cabello mientras lo observaba saborearse los labios dormido.
- No hay necesidad de sacarlo de la cama tan temprano – le susurró a Shaymin mientras se sentaba con él en la mesa.
- No importa, su reacción será divertida cuando despierte aquí – dijo entre risas – Ah, traje lo que sé que desayunas en Gusu– para sorpresa de Lan WangJi sus platillos favoritos estaban en frente de él, al probarlos notó que efectivamente el niño los sabía preparar.
- Sabes mucho de GusuLan – habían preguntas silenciosas en sus ojos, Shaymin las respondió sin necesidad de que fueran dichas.
- Siempre me ha agradado la gente del clan Lan, aunque hay personajes estrictos, suelen criar jóvenes románticos – un pequeño tic escapó de un ojo de Lan WangJi – Sí, te he estado espiando todos estos años, pero no por Wei Ying, ya lo venía haciendo desde antes de habérmelo topado en la secta GusuLan.
- ¿Lo conociste en GusuLan? – el niño asintió.
- Sí, yo estaba allí por otras razones cuando me golpeó el olor a pescado asado, es raro sentir aromas como esos en GusuLan ya que matar está prohibido, pero me encontré con Wei Ying detrás de la montaña. Mi sorpresa fue más grande cuando me enteré quién era.
- La razón por la que estabas en Gusu...
- Aquella vez, la razón fue tu hermano, él estaban buscando desaparecidos y decidí darle algunas pistas– Lan WangJi iba a hablar pero el niño le hizo un gesto para que continuara comiendo mientras él hablaba – Conocí a tu madre y también a tu padre, pero solo como consecuencia del interés que me generó tu madre– Lan WangJi dejó de masticar - ¿Quieres saber cómo la conocí? – el hombre de blanco asintió – Era amiga de CangSe SanRen.

Lan WangJi se quedó atónito.

Nunca, en toda su vida, se habría podido imaginar que su propia madre con la de Wei Ying tuvieran una amistad. No sabía mucho acerca de su madre más de lo que le habían dejado un par de recuerdos, mucho menos sobre algo de su vida antes de haber sido encerrada, y tampoco sabía más sobre CangSe SanRen, manejaba la información que todos: una mujer con un talento extraordinario y unas habilidades envidiables que superaba considerablemente las de muchos líderes de secta, sin embargo su personalidad liberal la mantenía como una cultivadora errante y una mujer difícil de seducir para su gran cantidad de enamorados. ¿Cómo una persona como ella podría mantener una amistad con la recatada y elegante Madam Lan? No le hacía sentido.
Por unos instantes sintió tristemente que no había conocido realmente nada de su madre.
Shaymin continuó hablando, notando como sus pensamientos tenían una especie de guerra en la mirada del hombre de blanco.
- CangSe y yo éramos tan cercanos como lo es Wei Ying conmigo en este instante, por lo que cuando abandonó la montaña la busqué en cada salida y la acompañé en un sinfín de aventuras, ella al igual que este saltamontes... – apuntó al quinceañero que yacía dormido en la cama - Se metía en muchos problemas, y si no los encontraba, los ocasionaba, al final del día siempre terminábamos corriendo por nuestras vidas. Nos topamos con tu madre por mera casualidad, ella estaba huyendo de un grupo de hombres que la perseguían como perros babosos y CangSe la defendió. Luego de eso viajamos todos juntos por un par de días, hasta que ella llegó a Jiangnan y se quedó allí a trabajar como profesora de música de una escuela. Ellas continuaron en contacto a través de cartas y CangSe la visitaba a menudo, pero en una ocasión no la encontramos por ninguna parte a pesar de que la buscamos todo un día, hasta que... – suspiró - Uno de sus vecinos nos contó que tu madre había asesinado a un hombre ebrio por defensa propia y luego resultó ser un renombrado maestro de secta, GusuLan había ido por ella para ejecutarla, simplemente nadie supo que más le ocurrió.
Lan WangJi apretó los puños por debajo de la mesa, aunque ya era historia conocida para él, nadie le había dado detalles sobre el por qué su madre había asesinado a un maestro.
- CangSe tuvo una idea – prosiguió Shaymin – Como ya había conseguido fama dentro del mundo de la cultivación, presentó una carta para entrar a estudiar en GusuLan con el maestro Qiren... pero no funcionó, entonces le comenté a Mei Fen lo ocurrido y ella misma escribió una carta para Lan Qiren.
- ¿La señorita Mei Fen y mi tío se conocen?
- Solo se vieron un par de veces, pero quizás qué pasó entre ellos ya que Mei Fen estaba segura de que Lan Qiren la recordaría, y considerando que aceptó a CangSe por esa carta... supongo que así fue. Entonces CangSe entró a estudiar a GusuLan y le tomó un par de días, pero finalmente encontró a tu madre en una cabaña bastante alejada de la zona poblada de la secta. En ese momento, tu madre ya llamada Madam Lan por todos, estaba embarazada de tu hermano mayor.
- Ella... ¿Estaba bien?
- Sí, estaba bien – respondió sincero a su preocupación – Yo la visitaba por el día y CangSe por las noches, a veces les llevaba comida o vino para que celebraran juntas aunque CangSe lo bebía todo con la excusa de que había que cuidar el embarazo de tu madre, todo iba bien hasta la noche de su cumpleaños... Planeamos una celebración por lo que compramos mucha comida y llevábamos las manos ocupadas, entramos prácticamente corriendo a la cabaña cuando nos encontramos con tu padre dentro. Como imaginarás, él no estuvo feliz.
- Entonces... expulsaron a la señorita CangSe – dijo con pésame. Shaymin asintió.
- Así fue, tampoco me atreví a entrar por un tiempo luego de eso... temía que tuvieran vigilancia en la cabaña y lastimaran a tu madre si me descubrían.
Ambos suspiraron en el silencio del lugar, entonces Shaymin levantó la voz en un rápido cambio de humor.
- Pero si fui luego de un par de años, entonces Lan Huan y tú ya habían nacido, en ese entonces tu padre pasaba más tiempo con ella pero si se quedaba un día pasaba una semana en reclusión, si se quedaba dos pasaba dos semanas en reclusión y así... sus tiempos de reclusión eran mis recreos para visitarla. Finalmente se enteró de mis visitas porque Lan Huan en su inocencia de niño le habló sobre mí, pero para sorpresa de todos, él fingió no haber escuchado nada.
- Entonces mamá si tenía visitas...- el tono en su voz parecía contener anhelo, Shaymin sintió un poco de tristeza pero la expulsó con un poco de esfuerzo.
- Las tenía.
- ¿Dejaste de ir? Cuando ella... se fue, ¿habías dejado de ir?
- No, seguía visitándola cada un par de meses, en ese momento ella y CangSe habían desarrollado un método para contactarse entre ellas a través de una palomita entrenada por CangSe, pero un día me dijo que no había recibido más respuestas por lo que me pidió ir a visitarla, fue entonces cuando me enteré de lo que había sucedido. Yo... hay algo más que tengo que decir sobre eso, pero no estoy seguro de cómo lo tomarás, espero que no te enojes.
Lan WangJi lo miró curioso, no imaginaba que podía ser.
- El alma de tu madre... está aquí– el corazón del segundo maestro Lan se congeló un momento.

Él sabía que su padre había buscado con ímpetu el alma de su madre, tal cual él con el alma de Wei WuXian, pero ninguno tuvo éxito y al parecer la razón era la misma: Shaymin.

- ¿Por qué? – preguntó notoriamente afectado, recordaba a su padre como un hombre con grandes frustraciones y una de las peores era justamente nunca haber encontrado el alma de su amada.
- Porque... - Shaymin bajó el rostro, se veía un poco avergonzado – Cuando una persona se suicida el camino que recorre el alma es cortado abruptamente y no puede partir, estaba atrapada allí tal cual se pasó sus últimos años de vida, encerrada en esa cabaña. No pude dejarla... la tomé y la traje aquí, la sané y maestra BaoShan le permitió descansar en un jardín que es una especie de santuario para las almas de los fallecidos en la montaña, cuando me enteré de que tu padre la buscaba quise llevarla de vuelta pero... ella no tenía pendientes con él, no quería volver y yo respeté su decisión. Cuando las almas son forzadas a ir a un lugar que les inquieta pueden dañarse profundamente y no quería exponerla demás, además... maestra BaoShan me aseguró que llegaría el momento en que se encontraría con sus hijos y... ¡Aquí estás! – Lan WangJi tenía el ceño fruncido, por lo que Shaymin monitorio su aura unos instantes, pero a pesar de su silencio no vio negatividad en él.
- Lan Zhan... - escucharon balbucear a Wei WuXian – Ya sé que vas a decir patético... - arrastró la última palabra y luego no dijo nada más. Lan WangJi miró a Shaymin mientras su manzana de adán subía y bajaba en su esbelto cuello.
- Suele nombrarte mucho mientras duerme, pero cuando despierta no recuerda nada– explicó el niño – Incluso lo he oído decir cosas que un niño no debería escuchar – negó con la cabeza y luego tembló como recordando algo escalofriante.
El hombre de blanco permaneció mirando el rostro dormido de Wei WuXian sin decir ni una palabra hasta que volteó a mirar a Shaymin con una duda notoria en la mirada.
- Puedes preguntar.
- ¿Cómo fue que recuperaste el alma de Wei Ying? ¿Estuviste allí... aquel día?
- ¿El día que murió? No, nunca he puesto mis pies en el monte Luanzang, es un lugar en donde alguien como yo no podría entrar sin salir enfermo o solo sin salir... por lo que nunca pude seguir a Wei Ying ahí– Lan WangJi enarcó una ceja – Fue el listón en su cabello. Es un regalo de la Maestra BaoShan para CangSe, ella llevaba un vestido rojo el día que se fue de esta montaña por lo que la maestra le dio un listón rojo. Verás... todos llevamos listones similares en nuestros cabellos, estos están reforzados con energía del núcleo de este lugar, es decir, nos unen con el espíritu de la montaña, al morir el listón se encarga de que nuestra alma sea guiada hasta aquí. CangSe lo sabía y lo puso en Wei Ying como si fuera una pulsera cuando era un niño, él no tenía idea para qué era pero lo mantuvo como un recuerdo, aún no lo sabe, nunca se lo he dicho.
- ¿Por qué?
- Porque a pesar de que parece un payaso gran parte del tiempo, siente culpa sin estar seguro del por qué, claro que es por sus recuerdos subconscientes pero creí que si le decía, podría concluir que el alma de su madre nunca llegó aquí por su culpa.
Lan WangJi solo asintió entendiéndolo.



La mañana avanzó, el pequeño Shaymin los dejó solos ya que Wei WuXian no pareció tener intenciones de abrir los ojos y mientras tanto, Lan WangJi lo observó dormir por casi una hora hasta que tomó un libro de los dejados en el escritorio y comenzó a leer. A ratos detenía su lectura para observar los ojos cerrados en el adolescente, su ceño relajado le daba un aspecto aún más joven, más inocente y casi bien portado. Balbuceó un par de veces más, trayéndole con ello recuerdos amargos al segundo maestro Lan que prosiguió su lectura con cierta pesadez y alivio en el corazón.