domingo, 10 de mayo de 2020

Intrínseco - Capítulo 12: Tacto, Parte 4


Al volver por la noche, Wei WuXian fue el primero en tomar un baño y esperó a que Lan WangJi terminara mientras bebía las jarras que había pedido temprano.
- Éste no es... - susurró con un puchero en los labios – No es... - entonces en un impulso bebió directamente de la jarra casi vaciándola en aquel movimiento– Lan Zhan, ¿quieres beber conmigo? Aún quedan tres. –
Lan WangJi apareció de detrás de la cortina del baño vistiendo una túnica ligera, que si bien estaba por sobre la túnica interior, parecía delgada y cómoda. Se podía apreciar su silueta musculosa sobre todo en sus brazos debido al ajuste de las túnicas. A Wei WuXian se le secó la garganta y necesitó dar un par de sorbos más al licor vaciando la primera jarra y abriendo la segunda.
- ¿Esa ropa te la dieron en la montaña? – asintió – Te queda bien, aunque parece ser que al segundo maestro Lan todo le sienta bien. ¿Beberás conmigo, Lan Zhan?
- No bebo.
- ¿Ah? Lan Zhan, uno de mis compañeros de clase dijo que eras conocido como HanGuan-Jun, el segundo jade, un hombre frío, correcto y severo que parecía solo ser capaz de abrazar las reglas de su secta. ¿Realmente eres así? – no respondió aunque frunció el ceño mientras caminaba hasta su cama – Incluso las mujeres dijeron que era un desperdicio que un hombre con tu rostro fuera de tal manera, que las alejara con la distancia de tres brazos. Mm... aunque tengo la impresión de que a veces pareces estar de luto con aquella expresión y las ropas... Si no fuera porque la Maestra BaoShan también es bastante seria tal vez no hubiera sido capaz de ver más que lo que todos dicen. Tuviste suerte de encontrarte conmigo- Lan WangJi, quien estaba a punto de abrir las frazadas de la cama se quedó congelado por un leve segundo cuando escuchó sus palabras– Arg, este vino tampoco es el que busco. – abrió la siguiente jarra.
- ¿Buscas? – preguntó mientras se sentaba en la cama, parecía preparado para dormir.
- Sí, tengo un sabor en mente cada vez que bebo vino pero parece que nunca encuentro ese sabor– los ojos de Lan WangJi parecieron más animados.
- ¿Puedes beber... en la montaña?
- Sí, aunque no tenemos acceso seguido a los licores, pero usualmente Shaymin nos los consigue para las celebraciones y como me llevo bien con todos siempre estoy invitado. ¿Seguro no beberás? Ya no queda mucho – el hombre blanco negó con la cabeza.
- No te excedas.
- Ash... LanZhan – se quejó luego de dar un gran sorbo – Con esa actitud imagino que no tienes amigos. ¿No te sientes solo? – Lan WangJi se recostó en la cama y le dio la espalda. – Bien, buenas noches.

Continuó bebiendo solo mientras observaba aquella musculosa espalda. Le parecía muy impresionante que existieran personas con la belleza de Lan WangJi y más aún que tuvieran tal rectitud y personalidad. Comenzó a preguntarse por qué era de aquella forma, pero llegó a la respuesta de que no le importaba demasiado, después de todo le agradaba bastante el sujeto que veía a pesar de sus críticas y pocas palabras, a eso le sumaba el revoltijo de emociones y sentimientos que se agudizaban cada vez que estaba cerca, sentía una gran comodidad en su compañía como si lo conociera desde hace demasiado tiempo, claro que estaba seguro ese era el caso. Nuevamente comenzó a odiarse así mismo por no ser capaz de recordar su pasado, el ardor del licor quemaba de una manera agradable o eso pensó antes de que se acabara todas las jarras.
Cuando se puso de pie notó que le costó un gran esfuerzo hacerlo y luego caminar fue aún más dificultoso. Se había bebido las cuatro jarras completas y el licor era considerablemente más fuerte que los que había bebido antes, pero no pensó fuera a emborracharse, algo en él le decía que eso no le sucedería, pero así había sido.
Caminó hasta Lan WangJi esforzándose en no hacer ruido para no despertarlo, intentó mirar su rostro al dormir y notó que tenía el ceño fruncido aún cuando sus ojos estaban cerrados. Creyó que debía alegrar esa expresión y sin pensarlo dos veces agachó el rostro hasta juntar sus labios con la sien derecha de Lan WangJi, este de inmediato abrió los ojos y volteó a mirar al quinceañero que sonreía con las mejillas sonrojadas.
- ¿Wei Ying?
- Lan Zhan parece molesto... Lan Zhan molesto no debe estar... Ah, no así, no debes estar... molesto– comenzó a reír con fuerza dejando anonadado al segundo maestro Lan, que no podía concebir la idea de ver a Wei WuXian ebrio pero eso le decía la forma en la que hablaba y el tono cantado que usaba. Recordaba su gran tolerancia al alcohol y por un segundo hasta dudó de si realmente era él– Lan Zhan... - el tono divertido que se mezclaba con risas de pronto pareció lastimero y parecía que estaba llorando. Lan WangJi estaba mirándolo congelado– Lan Zhan, ¿qué tan malo fui? Dime, ¿fui tan malo? ¿Qué hice? ¿Qué te hice a ti? – los ojos de Wei WuXian comenzaron a soltar lagrimas cálidas que le hacían arder la piel – Tengo tanta culpa... y no sé por qué... no entiendo por qué... - susurró. Se arrodillo frente a la cama y apoyando la frente en ésta permaneció agachado derramando lágrimas con sonoros lamentos y balbuceos inentendibles.
Lan WangJi lo miró unos segundos procesando su actitud tan repentina, luego lo levantó en brazos y lo llevó consigo a la cama, donde Wei WuXian se aferró con fuerza contra él como si tuviera miedo de que de pronto desapareciera.
- ¿Qué te hice? ¿Por qué me duele tanto cuando te veo? ¿Qué te hice? – repitió aferrándose con más fuerza.
- Wei Ying... - su voz estaba un poco ronca por el sueño pero era agradable de oír– Estoy aquí – se limitó a responder mientras daba palmaditas en la espalda del adolescente.
- Quiero... recordar... quiero recordarte... - susurró con una voz más calmada. Lan WangJi permaneció acariciando su espalda y cubrió a Wei WuXian con la manta dejándolo casi cubierto por completo, pero cuando pensaba que se había dormido, comenzó a reír muy fuerte.
- ¿Wei... Ying?
- Ah, Lan Zhan, ¿Sabes? Una vez le afeite el bigote a un señor muy gruñón, no puedo recordar quien era ¡pero me da tanta risa el recuerdo! – explotó en carcajadas otra vez.
- Wei Ying baja la voz, despertarás a todos.
- Hum... - se acurrucó entre los brazos del segundo maestro Lan y cerró los ojos. A pesar de que Wei WuXian aún no acababa de crecer, su contextura no era tan diferente a la de Lan WangJi, solo era un poco más bajo, pero la manera en la que estaban abrazados lo hizo sentir mucho más pequeño entre sus músculos– Es... reconfortante que estés... aquí.
El segundo maestro Lan tragó saliva un poco nervioso al escucharlo, también al notar que lo tenía tan cerca, pero hizo lo que creyó mejor, se durmió con él entre sus brazos.

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.

- ¿Por qué no se despierta? Lleva dos días dormido... - la voz de una dulce mujer sonaba preocupada en la oscuridad. La había escuchado muchas veces, la reconocía.
- Señorita Jiang, se está recuperando– la voz de Lan WangJi respondió en un tono respetuoso. Unos minutos de silencio transcurrieron. Wei WuXian no podía moverse solo escuchar. ¿Estaba dormido en su propio sueño?
- Segundo maestro Lan, ¿es cierto lo que dicen? ¿A-Xian pudo crear un amuleto tan poderoso como para maniobrar cadáveres? - otro momento de silencio, pero finalmente respondió.
- Mn.- la mujer suspiró.
- Él es ingenioso, no me cabe duda de que es capaz de hacerlo pero... ¿Eso lo afectará siempre de esta manera?
- No lo sé – la voz de Lan WangJi también se escuchó como un suspiro, como si quisiera decir que esperaba que nunca más lo volviera a utilizar.
- Él ha cambiado tanto desde que volvió... Segundo maestro Lan, por favor, permanezca con A-Xian, él... se siente culpable por la muerte de mis padres. – la voz suave temblaba - A-Cheng le gritó en su cara en varias ocasiones que fue por su causa y aunque no quiere hablar de eso... sé que siente mucha culpa. A penas y parece sonreír, y ahora que todo acabó... presiento que nada será como antes– su voz era tan angustiante que Wei WuXian tuvo un fuerte impulso por levantarse y darle un abrazo, pero no podía moverse. Ella continuó – Él siempre ha sido fuerte por nosotros, se sacrificaría de la forma que sea por su familia y es por eso que sé que debe sentirse tan solo. Lo siento – la voz dulce tembló más, parecía disculparse por llorar– Conserve su pañuelo por favor, no quisiera ensuciarlo.
- Señorita Jiang, tómelo por favor – un momento de silencio se instaló para solo ser roto después de dos minutos por la voz suave de la mujer.
- Gracias... Los dejaré solos, muchas gracias por tocar para él otra vez.
- No es necesario...

Una melodía tocada por un guqín llegó a sus oídos pero no pudo escucharla completa, se apagó en su inconsciencia. A ratos sentía leves caricias en su cabello, en su rostro e incluso una leve cosquilla en sus labios, pero toda inquietud o sensación se fue junto a su sueño.
Cuando Wei WuXian abrió los ojos a regañadientes sintió que la cabeza le dolía, pero no recordaba nada de su sueño.

- Debemos irnos – le dijo Lan WangJi, quien estaba correctamente vestido. El adolescente se arrastró fuera de la cama y se hubiera puesto la ropa al revés si no hubiera sido porque Lan WangJi se lo indicó. Entre bostezos reclamó hasta cansarse por su dolor de cabeza. Bebió un litro de agua por recomendación del posadero.
- Me siento como un pez globo pero lleno de agua – se quejó mientras caminaban fuera de la posada, le pesaba la bolsa de qiankun con el artefacto con tanta energía resentida pero no se quejó, no creyó conveniente que alguien como Lan WangJi lo llevará con él, no estaba seguro del por qué, simplemente no le parecía adecuado, por lo que no dijo nada. Fueron hasta la torre de vigilancia para buscar una respuesta y aunque no estaban seguros de que esta hubiera llegado, esta vez Wei WuXian esperó fuera mientras comía una manzana.
Aburrido buscó un lugar para sentarse, pero como no encontró nada escaló un muro y permaneció sentado en un pilar mientras movía los pies alegremente. Del otro lado vio a un joven mayor que él arrastrando con fuerza a un burro que no parecía tener la más mínima intención de caminar.
- ¡Te dejaré aquí si no me sigues! Burro tonto, si no fuera porque no quisiera que te mueras de hambre solo te dejaría aquí... ¡Vamos! – aunque sus palabras sonaban como una amenaza su voz era lastimera, por lo que no sonó nada autoritaria. Lo jaló otra vez, y como nuevamente sus intentos fallaron, comenzó a gimotear.
Wei WuXian que observó toda la escena le habló desde el pilar.
- Por tu traje y la cosa fea en tu frente, ¿eres del clan Jin? No tienes nada de fuerza...– se mofó aunque el otro chico no pareció darse cuenta. Lo miró con grandes ojos impresionado por la altura en donde estaba sentado, al comienzo lo miró sin pestañar por lo que no respondió, luego reaccionó y se presentó adecuadamente.
- Mo XuanYu, de LanlingJin– de pronto el burro lo empujó haciéndolo caer al suelo. Wei WuXian suspiró y se bajó para darle una mano y ayudarlo a pararse.
- Soy Wei WuXian– el chico tomó su mano y fue levantado con rapidez. Wei WuXian captó de inmediato al tocarlo que carecía de núcleo dorado- ¿Por qué llevas un traje de secta si no eres un cultivador?
- Es que... ingresé a la secta hace un tiempo corto... bueno, no tan corto pero no... yo no...- bajó la mirada sin terminar su frase, parecía avergonzado.
- ¿Ah? Pero... perteneces al clan, ¿no? – el chico asintió un poco nervioso- ¿Eeeh? ¿Cómo es que ingresaste hasta hace un tiempo entonces? Crear un núcleo dorado con tu edad es difícil, tendrás que esforzarte mucho.
- Lo sé... apenas y puedo mover a este tonto burro– como si lo hubiera entendido, el burro pasó entre ambos y los hizo caer, corriendo a toda velocidad lejos de ellos - ¡No! ¡Ven! ¿Dónde vas?
- ¡Ey burro! ¡Vuelve! – ambos comenzaron a correr detrás del burro. Cuando Mo XuanYu comenzó a quedarse atrás, Wei WuXian lo tomó y lo subió en su espada. No estaba acostumbrado a llevar a una persona extra pero podía hacerlo y si no hubiera sido porque el chico no sabía mantener el equilibrio en una, hubiera sido mucho más fácil ya que ambos terminaron en el suelo– Aaaah – se puso de pie con dificultad mientras se sacudía la ropa. El chico en el suelo tenía heridas en sus manos y se las soplaba– Oye Mo XuanYu, parece que perdimos al burro...
- Oh... - el chico se miró las manos lastimadas con cierto pesar, entonces Wei WuXian lo tomó del brazo y lo llevó hasta el lago para que se lavara. El chico era tímido y bastante torpe, cuando el estómago le sonó de hambre hizo reír a Wei WuXian.
- Yo siempre creí que los de la secta LanlingJin eran ostentosos y se jactaban de su riqueza, pero me he encontrado con un pobre joven hambriento que no puede ni mover su burro- Mo XuanYu lo miró ofendido aunque encontrándole razón. Bajó la mirada- Ey, solo te estaba molestando. Toma, ten una manzana- cuando le tendió la fruta como por arte de magia el burro apareció y se la quitó de las manos, ambos se miraron atónitos mientras el burro la masticaba- ¿¡Eh!?
- Oh... - de pronto ambos comenzaron a reír, las carcajadas de Wei WuXian eran tan fuertes que se oían en toda la calle e hicieron que Mo XuanYu no dejara de reír al oírlo. Un hombre alto de blanco se acercó a ellos y miró con curiosidad al nuevo amigo de Wei WuXian.
- ¡Lan Zhan! Te presento a Mo XuanYu, es de la secta LanlingJin – el chico desencajó la mandíbula mientras lo observaba. Wei WuXian se sintió orgulloso de su reacción, estuvo seguro de que estaba admirando su apariencia– Lan Zhan, el burro se comió nuestras manzanas. ¿Podrías apiadarte de nosotros y comprarnos panqueques? – preguntó mirando al puesto detrás de él. Lan WangJi buscó entre sus ropas un monedero y se lo dio– Qué confianza me tienes, pero considerando que viste como gasté todo el dinero comprando chucherías no deberías tenerla. Eres muy ingenuo mi estimado Lan WangJi.
- Compra y la devuelves.
- Lo haré, lo haré. Hermano Mo, vamos – tomó a su nuevo amigo del brazo y lo llevó hasta el puesto. Compró una variedad distinta para cada uno- ¿Cómo se llama tu burro? – preguntó con la boca llena mientras esperaban los panqueques de Mo en el puesto.
- No tiene nombre, mamá solo le decía burro.
- Pues deberías llamarlo Manzanita – pagó los panqueques de Mo y se los tendió– Toma, llévalos contigo y cómelos.
- Gra-gracias, si nos volvemos a encontrar te devolveré el dinero por esto.
- No es necesario, los compró Lan Zhan, si nos volvemos a ver más te vale ser capaz de llevar a Manzanita contigo– el chico lo miró inseguro como si acabara de proponerlo algo demasiado difícil– Bueno hermano Mo, nos vamos– ambos se sonrieron antes de retomar sus caminos.

Wei WuXian le dio a probar una variedad distinta de cada panqueque a Lan WangJi dejándolo dar la primera mascada para luego continuar comiéndolos él.
- ¿Cuál te gustó más?
- El tercero – contestó.
- Ahh... el de fresas... eres de gustos dulces y suaves.
- Puedo llevarla – dijo de pronto observando fijamente la bolsa de qiankun. ¿Cómo es que se había dado cuenta de que le estaba costando llevar su peso?
- No, está bien, puedo con ella.
- ¿Qué harás con el amuleto?
- Se lo entregaré a mi maestra. Considerando la energía resentida que tiene, probablemente lo use para enseñarle a los discípulos pequeños como suprimir la energía en grupos. Será útil de hecho– Lan WangJi arrugó el ceño. Le había escuchado decir exactamente la última frase sobre el mismo amuleto- Lan Zhan, ¿éste amuleto fue de ese tal Patriarca Yiling?
- ... Mn.
- ¿Tú lo conociste?
- Mn.
- ¿Para qué hacía este tipo de cosas? Me parece alguien muy problemático.
- Lo era - se limitó a contestar.
- Mmm... ¿Pero él... no era un cultivador? ¿Por qué comenzó a usar la energía resentida y a crear estas cosas?
- No lo sé – contestó sinceramente.
- ¿Era ambicioso?
- No – su respuesta tajante hizo a Wei WuXian detener el paso y dejar de masticar.
- Parece que lo conociste bien... Entonces, ¿tú qué crees? ¿Por qué creó estas cosas?
- Creo... - se calló unos segundos luego suspiró y volvió a hablar – Que tenía personas a quienes proteger y era el método más efectivo para protegerlas a todas.
- Mm... eso explica mucho, y es bastante distinto a lo que parecen creer las personas de él... Pero si tú lo conociste tan bien debes tener la respuesta más acertada– Lan WangJi bajó la mirada, luego de un poco de silencio desenfundó su espada.
- Vamos, tenemos solo media hora para volver.
- Aaaah – suspiró bulliciosamente – Vamos.