Jiang Cheng entró en el edificio que Mei Fen le indicó.
Desde la puerta hasta la cama había un camino de sangre que fácilmente adivinó correspondía a Lan XiChen. Su estómago se apretó con preocupación, había perdido tanta sangre...
"Él... ¿Está bien, verdad?" se preguntó en una súplica silenciosa.
La habitación que lo rodeaba constaba de una madera sumamente clara y espaciosa, pequeños colgantes de esmeralda rodeaban algunas esquinas y una gran cama se situaba en un costado de la habitación. La madera clara le daba al lugar cierta luminosidad extra.
Se dirigió a la cama donde podía ver a la mismísima BaoShan SanRen cortar algunos hilos que se desprendían de la piel de Lan XiChen. Notando que ella había llevado a cabo la cirugía se apresuró a realizar una reverencia respetuosa frente a ella.
- Agradezco su esfuerzo y su ayuda... - levantó la mirada solo para centrarse en Lan XiChen, sus labios continuaban de color morado mientras la mujer le acomodaba en el torso una túnica de color gris. - ¿Él... está bien? – la mujer le dedicó una mirada severa mientras desenredaba hilos de sus dedos. Los ojos claros le parecieron similares por la simple fuerza que demostraban, le recordaron a su madre y a pesar de la postura severa irremediablemente sintió el corazón cálido ante aquella revelación.
- Fue una situación caótica, pero hemos de vuelto todo a su sitio. – se limitó a contestar, Jiang Cheng se sintió contrariado por la elección de palabras, ¿Acaso habían tenido que armar y volver a conectar las arterias de Lan XiChen?
De pronto BaoShan SanRen lo miró fijamente y a Jiang Cheng le picó la nuca por los escalofríos.
- ¿Qué sucede? – preguntó nervioso.
- Eso quisiera preguntarle. – contestó ella – sus ojos parecen nostálgicos mientras me observa.
- Oh... - ¿Se había quedado mirándola mientras recordaba a su madre? – Lo lamento, no pretendía ofenderla.
- No me ofende – dijo ella retomando sus actividades, ordenando los materiales utilizados y ensangrentados que estaban por el lugar. – pero no muchas personas suelen dedicarme miradas nostálgicas. Supongo que no le es difícil imaginar que no comparto un pasado con muchas personas.
- Entiendo – respondió en un tono más tranquilo – es solo... que me recuerda a mi madre, su persona siempre me ocasionó una mezcla de miedo, respeto y admiración. – soltó sin pensar, luego notó que había dicho miedo y sintió una fuerte necesidad de disculparse, sin embargo notó que BaoShan SanRen había suavizado la mirada ante sus palabras.
Ella se movía con bastante agilidad por el lugar, ni siquiera la sangre en los recipientes temblaba cuando los movía con rapidez, fue por ello que cuando congeló sus movimientos llamó la atención del Jiang Cheng.
- ¿Sucede algo? – BaoShan SanRen frunció el ceño unos segundos, era la primera vez que el menor veía una expresión tan clara en ella - ¿Algo le molesta? – tanteó. La mujer negó lentamente con la cabeza y suspiró.
- Solo es una situación irregular. Descanse en esta habitación – dijo en tanto parecía revisar el pulso de Lan XiChen desde sus muñecas – el líder de secta Lan despertará en algunos minutos, por favor evite que se mueva demasiado, la anestesia podrá adormecer su dolor sin embargo no mantendrá los puntos en su lugar.
- Me haré cargo, se lo agradezco nuevamente.
La mujer asintió y caminó hasta la salida a paso firme y elegante, una vez que cerró la puerta desde afuera se quedó un par de segundos inmóvil mientras sostenía su espalda en ella.
Por primera vez, en demasiados años, la sangre le fluía con ansiedad.
- ¡Ey maestra! – saludó Mei Fen mientras se acercaba en ropa interior, la túnica desordenada le caía por ambos hombros y un poco de lodo se asomaba por la piel de su pecho. BaoShan SanRen adivinó que debió de haber estado jugando con los niños en el lodo. - ¿Le simpatiza el líder de secta Jiang, verdad? ¡Fue raro escucharla cruzar palabras con un forastero!
- Mei Fen – la llamó con cierta ternura – vístete apropiadamente.
- Aish, no hay razón para eso, ya todos me han visto desnuda aquí después de todo y bueno... las visitas se acostumbraran, por lo que vi no parecen gustar de las mujeres de todas maneras. – levantó los hombros para restarle importancia, sin embargo BaoShan SanRen se acercó a ella, rompiendo el metro de distancia que solía mantener con los demás.
- Viste tu uniforme y prepara a los demás – dijo con suavidad mientras extendía las manos y le tomaba los cabellos para desenredarlos con sus dedos, luego le ató el listón de la secta con un nudo sumamente apretado. – prepara las formaciones de ataque con nuestros mejores cultivadores y jóvenes, deja a los ancianos y adultos quedarse en la defensa. – levantó el mentón de Mei Fen con un dedo para que la mujer más baja pudiese contemplarla a los ojos. – Tú irás a mi derecha.
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Jiang Cheng se recostó junto a Lan XiChen, el pecho del hombre subía y bajaba acompasadamente. Era extraño verlo lucir el color gris, pero solo parecía destacar aún más las facciones finas de su rostro y los músculos de su cuerpo. Durante unos momentos Jiang Cheng se concentró tanto admirando su belleza que olvidó el lugar donde estaba, luego se obligó así mismo a apartar la mirada con un par de mejillas enrojecidas.
"Contrólate" se repitió.
Lan XiChen se removió y apretó los ojos, tenía los labios secos y la voz ronca cuando habló antes de siquiera mirarlo.
- ¿ChengCheng? - Jiang Cheng bufó a su lado.
- Aquí. – se apresuró a decir Jiang Cheng en lo que tomó su mano y la llevó hasta su pecho.
- Mmg – se quejó Lan XiChen con un puchero en los labios, aún parecía un tanto adormilado.
- No te veo.
- ¿Eh? Estoy a tu lado – indicó. Entonces Lan XiChen giró pero al lado contrario, Jiang Cheng ahogó una risa – aquí – tomó el rostro de Lan XiChen con una mano y lo giró en su dirección, entonces los ojos adormilados del líder de secta Lan parecieron iluminarse, su voz también sonó mucho más alegre.
- Hola Chengcheng.
- ¿Hola? – preguntó confundido - ¿Por qué estás actuando como un niño? ¿Te pegaste en la cabeza?
- ¿Oh? – Lan XiChen levantó su mano para corroborar el estado de su cabeza – creo que no.
"Oh, aún está drogado..."
- Lan Huan... - susurró. El hombre giró a mirarlo nuevamente con ojos brillantes. – ¿Te duele algo?
- ¿Algo como qué?
- ¿Cómo el pecho...? fuiste atravesado por una flecha después de todo.
- ¡¿Atravesado por una flecha?! ¡Oh no! – comenzó a tantear su pecho con sus manos - ¿Estoy muerto? ¿He muerto entonces? – su voz con pánico alcanzó a sus ojos cuando miró a Jiang Cheng - ¿Por qué estás aquí? ¡¿ChengCheng también está muerto?!
- No, no – intentó tranquilizar Jiang Cheng conteniendo la risa, nunca había visto a Lan XiChen reaccionar de manera tan efusiva y cómica – estás bien... te han curado... todo está bien ahora.
"Bueno, parece que no siente dolor... qué resistencia tienen los Lan..."
- Oh... curado – repitió el líder de secta Lan, colocó una mano en su pecho y suspiró. De pronto su rostro se tornó sumamente triste, acompañando boca de un puchero.
- ¿Qué pasa?
- Hum, A-Yao es malo – susurró bajito.
Jiang Cheng por su lado se sintió molesto por el simple hecho de que Lan XiChen aun lo llamara "A-Yao".
- Ese malnacido está tramando algo. – se limitó a decir.
- Mm – asintió Lan XiChen – y es malo. – volvió a repetir. – yo confiaba en él... me engañó todo el tiempo...- Jiang Cheng colocó su mano en el rostro de Lan XiChen.
- Engañó a todos. Bueno no a mí, pero es porque yo no confío fácilmente en otros, pero Jin GuangYao realmente engañó a todo el mundo. No te sientas mal, siéntete enojado, muy enojado, luego cuando lo veas te descargas con él y lo lanzas por las escaleras.
Lan XiChen negó con la cabeza.
- Pero... ¿Y si tiene razones? ¿Si algo lo motivó? ¿No debería tratar de comprenderlo antes de juzgarlo?
- No – respondió de inmediato Jiang Cheng - ¿Por qué harías eso?
- Porque es mi hermano, eso es lo que hacen los hermanos. – dijo con obviedad. Jiang Cheng se detuvo un momento y solo lo miró.
Eso hacen los hermanos.
Sí. Él también intentó comprender a Wei WuXian, tantas veces lo intentó... pero nunca pudo hacerlo.
Suspiró.
- Él no te quiere como hermano Lan Huan. Así que tal vez deberías intentar entenderlo desde otro enfoque, uno más pasional, definitivamente menos estable que una hermandad.
- Mm. Él decía que tenía afectos por mí – admitió mientras asentía, Jiang Cheng sabía que Lan XiChen estaba hablando sin pensar debido a su estado, pero no pudo evitar sentirse un tanto incómodo debido a sus celos.
- Lo sé.
- ¡Pero me lanzó una flecha! – De pronto levantó el tono y movió las manos de forma exagerada - ¡¿Por qué me lanza una flecha si dice que tiene afectos por mí?! Él iba a dispararte a ti – razonó para sí mismo – pero aún no la lanzaba cuando te abracé, ¡Pudo haberse detenido! Pero no lo hizo. Hum, tal vez se sentía traicionado... ¿Debería disculparme?
- ¿Qué? ¿Disculparte tú? – Jiang Cheng se tocó la cabeza como si estuviese comenzando una de sus migrañas. – Lan Huan, ¡¿Acaso quieres que te corte las piernas?! ¿Cómo vas a disculparte tú con el "hermano" que acaba de intentar asesinarte? Arg, algo está mal con la cabeza de los Lan.
- Estoy de acuerdo – dijo de pronto un niño a las espaldas de Jiang Cheng, quien dio un gran salto del susto. Shaymin estaba sentado en el suelo, apoyando su rostro en sus manos cómodamente mientras observaba la escena.
- Tú... ¿Cuándo entraste? – preguntó el líder de secta Jiang.
- Hace un rato. Necesito que se preparen para escapar, tenemos visitas.
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BaoShan SanRen estaba de pie junto a la puerta, Mei Fen por su lado daba instrucciones a los discípulos ya formados en el campo. Wei WuXian se mantenía un poco alejado del resto, vistiendo túnicas blancas de la secta, su única túnica negra había sido brutalmente arruinada después de todo.
Shaymin apareció en el lugar y solo le dio una mirada de reojo antes de dirigirse hacia BaoShan SanRen, Mei Fen por su lado notó las marcas en su cuello y se acercó a Wei WuXian.
- ¿Sabes qué le sucedió a Shaymin en el cuello? Nunca le había visto marcas.
- Fui yo. – contestó sin remordimientos en un tono poco amigable. Mei Fen se congeló mientras lo miraba.
- ¿Lastimaste a Shaymin? ¿Por qué? ¿Qué pasa contigo Wei Ying?
- ¿Qué pasa con ustedes? – respondió manteniéndole la mirada. Mei Fen estaba confundida. - ¿Aún no se aburren de jugar conmigo? ¿Se supone que debo estar agradecido?
- ¿Agradecido? Por supuesto que tienes que estarlo, pero nadie aquí te ha pedido que nos des las gracias. ¿Y jugar contigo? ¿Desde cuándo te crees tan importante como para creer que nos diviertes? un simio tiene más gracia. – respondió a la defensiva.
- Mei Fen no pierdas el tiempo con él – le dijo Shaymin mientras se acercaba – aún no sabe cómo lidiar con las energías resentidas y no está pensando con claridad. Incluso está indignado con Lan WangJi, ¿Puedes creerlo? – ante la mención de Lan WangJi, Wei WuXian se encogió un poco.
- ¿Enojado con WangJi? – dijo Lan XiChen, quien se acercaba recargando su peso en Jiang Cheng, rodeando su cuello con un brazo. Su pecho dejaba ver la evidencia del vendado sin embargo no parecía adolorido sino más bien "alterado", por lo que Jiang Cheng intentó detenerlo susurrandole al oído "Piensa con claridad antes de hablar" sin embargo, el líder de secta Lan no lo escuchó y habló en un tono aún menos amable - ¿El joven Maestro Wei se atreve a enfadarse con mi hermano?
- Perdone mi atrevimiento ZeWuJun, pero eso no es asunto suyo. – respondió Wei WuXian. Ante sus palabras Lan XiChen pareció notablemente enfadado, su rostro usualmente amable se volvió una mueca de furia, el mismo Jiang Cheng lo miró impresionado y pensando que no era extraño que actuara impulsivamente si estaba drogado pero su aura se había vuelto un tanto amenazadora.
- ¿Mi hermano ha sacrificado tanto por ti y aun así te atreves a enfadarte con él? ¿Qué tan mal agradecido y desconsiderado eres? WangJi siempre ha intentado protegerte, aun lastimando a su propia familia e Incluso ahora que has vuelto... me insistió tanto en que te permitiese quedarte en la Profundidad de las Nubes... y tú, te atreves a decir que estás enfadado con mi hermano como si pudieses darle la espalda luego de que hubiera recibido treinta y tres latigazos con el látigo de disciplina solo por defender tus acciones, ¿Cómo puedes ser así con mi hermano? ¿Quién te ha dado el derecho de jugar con él?
- ¿Qué? – preguntó Wei WuXian con voz pequeña. Shaymin le había dicho exactamente lo mismo, él había visto parte de aquello en sus recuerdos pero aún no terminaba de conectar los hilos.
- ¿De qué hablas? – preguntó Jiang Cheng a su lado. Shaymin suspiró y le contestó.
- Fue Lan WangJi quien sacó a Wei Ying de los túmulos funerarios – dijo mirando a Wei WuXian – lo escondió en una cueva y lo protegió contra su propia familia. Atacó a treinta y tres mayores por defenderlo.
- Mientras tú le gritabas una y otra vez que se perdiera – agregó Lan XiChen con amargura. – Incluso cuando te confesó sus sentimientos, tú solo...
- Le dije que se perdiera... - contestó el mismo Wei WuXian, dándole por primera vez sentido a todos los recuerdos recuperados recientemente – entonces, ¿Lan Zhan lo decía en serio? ¿No mentía? ¿El realmente estaba...?
- Está enamorado de ti – contestó Shaymin, enfatizando la primera palabra.
- ¿Cómo puedes pensar que miente con algo así? ¿Acaso no lo conoces? ¡WangJi jamás jugaría con eso!
- Él lo sabe Lan Huan – le dijo Shaynmin para tranquilizarlo. – Es solo que aún está demasiado confundido, sé que Wei Ying parece un idiota la mayoría del tiempo, pero no es una mala persona. Además también está enamorado de tu hermano, solo que a sus propios ojos no creía posible que esos sentimientos pudiesen ser correspondidos.
- Pff – bufó Lan XiChen, su falta de propiedad usual sorprendió a todos – En eso te lleva mucho más de una década de adelanto, ¡Siempre estuvo enamorado de ti!
El pecho de Wei WuXian se movió violentamente, como si todo el aire zen de la montaña no le fuese suficiente como para asimilar aquellas palabras.
¿Podía Lan WangJi, enamorarse de alguien como él?
Alguien tan distinto, tan ruidoso, tan molesto, tan ridículo, ¿Podía Lan WangJi quererlo? Simplemente no tenía sentido, siempre le hizo sentir que... lo prefería lejos o eso él creyó, pero si realmente era cierto y Lan WangJi estaba enamorado de él desde hace mucho tiempo... ¿Entonces... que tal malo había sido él con Lan WangJi?
De pronto Lan XiChen se separó de Jiang Cheng con un poco de esfuerzo y comenzó a mover sus puños en círculos mientras se agachaba un poco. Todos lo miraron atónitos.
- ¿Qué... estás haciendo? – preguntó Jiang Cheng.
- Me estoy preparando.
- ¿Para qué...?
- Para pelear. Mis puños le enseñaran a no jugar con mi hermanito.
- ¡¿Ehhh?! – exclamaron tanto Mei Fen como Shaymin.
- Suficiente luchador callejero – dijo Jiang Cheng mientras le tomaba los puños y bajaba sus manos hasta su cintura – no habrá pelea hoy, debes cuidar tu herida – miró a los demás – disculpen, aún está un poco...
- Drogado – finalizó Shaymin por él, ahogando una carcajada con la mano.
- Debo ver a Lan Zhan – susurró Wei WuXian de pronto, ignorando a quienes lo rodeaban comenzó a apartarse dirigiéndose directamente hacia la puerta, pero entonces la maestra BaoShan SanRen le sujetó el brazo.
- Maestra – dijo Wei WuXian aún en estado de confusión – necesito ir, es urgente.
- Lo sé, pero si atraviesas la puerta en este momento, no llegarás vivo. Luego, despejaremos el camino para ti. – le prometió, Wei WuXian la miró directamente a los ojos, aún estaba tan enfadado con los inmortales y es que su corazón no podía comprender cómo lo engañaron por tanto tiempo... especialmente su maestra, tan correcta como parecía que era, ¡No tenía sentido!
- Maestra BaoShan, permítame preguntarle una cosa. – ella asintió, soltando su brazo - ¿Por qué permitió que Shaymin me trajera de vuelta? ¿Por qué dejó que se saltara todos los pasos que curarían mi alma? ¿Por qué no me advirtió que perdería mi núcleo? ¿Por qué...? – apretó los dientes, si hablaba más temía explotar. Desde que recuperó sus recuerdos las energías resentidas parecían flotar frente a sus ojos, temía perder los estribos frente a BaoShan SanRen, ni siquiera dudaba de que ella lo atravesara con su espada si lo consideraba por tan solo un segundo una amenaza para los demás.
- Porque tú lo pediste. – contestó en un tono sincero.
- ¿Eh?
Shaymin a sus espaldas suspiró.
- La maestra me autorizo porque tú lo pediste – le dijo el niño - cuando eras joven... dijiste que querías revivir mientras Lan WangJi aún estuviese vivo. Considerando los sentimientos de Lan WangJi, convencí a la maestra. Pero todo comenzó, por tú petición.
- ¿Cuándo? ¿Dónde?
- Tenías quince años, pescabas a escondidas en la Profundidad de las Nubes, y hablabas con tu shidi... en ese entonces dijiste "Si muriera joven, quisiera que mi alma reencarnara pronto para...
- ... Seguir molestando a Lan Zhan" – finalizó Wei WuXian por él, recordando el lugar y el momento en que lo dijo, también cómo conoció a el pequeño inmortal aquel día. Shaymin asintió, entonces el quinceañero comenzó a reír a carcajadas, sujetándose el estómago mientras se sacudía.
- Ya se volvió estúpido – suspiró Jiang Cheng mientras escondía a Lan XiChen detrás de sí por si es que intentaba nuevamente tener una pelea al estilo callejero.
- ¿Es decir que todo esto? – dijo mostrando a su alrededor - ¿Ocurrió por un par de palabras despreocupadas mías siendo un adolescente?
- Es por eso que no debes ser despreocupado al hablar – le sugirió Mei Fen – nunca sabes cuando te encontrarás un enano inmortal escuchándote a escondidas.
- Es una segunda oportunidad – dijo BaoShan SanRen, cuyo tono hizo callar hasta las risas del mismo Wei WuXian quien se secaba las lágrimas de los ojos. Entonces suspiró, sintiéndose considerablemente ligero.
Ahora lo entendía.
Nadie jugó con él, nadie tuvo intenciones despreocupadas, siempre fue todo lo contrario. Ahora solo podía ir hasta donde Lan WangJi y decirle todo lo que sentía, solo entonces sentiría que realmente estaba reviviendo una segunda oportunidad.
De momento... les debía una disculpa a todos, especialmente a Shaymin, pero entonces el niño se acercó y le tomó la mano, jalandolo hacia abajo para que estuviese a su altura al hablar.
- Sé perfectamente que te sentías sofocado y entiendo que sintieras que no merecías ser traído de vuelta, pero Wei Ying, la maestra BaoShan jamás me lo hubiera permitido si tu vida pasada no hubiese sido lo suficientemente honorable como para merecer continuarla como la mereces. – Wei WuXian levantó la mano y le despeinó el cabello.
- Eres un anciano en el cuerpo de un niño. – le dijo con cariño, como solía hacerlo cada vez que hacían las paces luego de discusiones absurdas, Shaymin le dio una gran sonrisa.
- ¡Maestra BaoShan! – gritó Liu Ming, quien rara vez elevaba el tono. Se acercó al grupo y saludó con una reverencia a su maestra antes de tenderle una carta. – La familia Going envío un reporte.
- ¿Familia Going? – preguntó Jiang Cheng. Mei Fen le contestó.
- Es una de las familias que viven alrededor de estas montañas.
- Las familias del sector – continuó Wei WuXian – son cercanos a la maestra, ha sido así por generaciones... por lo que siempre nos mantienen al tanto de cualquier cosa que suceda afuera.
- ¿Son cultivadores?
- No.
La respiración de BaoShan SanRen se hizo pesada mientras leía.
- ¿Qué sucede, maestra? – preguntó Mei Fen, en tanto Shaymin tomó la carta con suavidad desde las manos de la mujer. La leyó y su rostro palideció.
- Asesinaron a una familia completa de la ciudad de piedra, tienen secuestrado al hijo menor de una de las ancianas y... la familia Going perdió a... un integrante. – Un integrante. Simplemente Shaymin podía decir aquello, pero casi todos allí sabían que la familia Going era sumamente importante para el pequeño. – Esto no está bien, todas las almas de los cercanos están ligadas a la montaña, pero nada ha entrado aquí. Quién sea que está afuera sabe retenerlas y lo está haciendo a conciencia.
- ¿Te refieres a que sabe que esperamos que las almas accedan hasta la montaña? – preguntó Mei Fen.
- Exacto. Creo saber quién es la persona que está afuera y si es así... Maestra, el castigo sobre no usar la cultivación por cien años...
- Trescientos. – le recordó ella, Shaymin chasqueó la lengua.
- Trescientos – corrigió - ¿Puede comenzar desde la próxima semana?
BaoShan SanRen suspiró.
- Si están torturando a las familias de afuera o bien es para obtener información sobre cómo entrar o... pretenden convencernos de abrir la puerta nosotros mismos. - concluyó Mei Fen.
- ¿Pueden entrar? – preguntó Lan XiChen un tanto más lúcido, aunque aún se mantenía en la espalda de Jiang Cheng. Mei Fen le contestó.
- Tendrían que intentar forzar la puerta con un sello entre un centenar de expertos, sin embargo aun así... para que pudiesen colocar un pie dentro sin ser expulsados por la misma montaña, la maestra debe autorizarlos o... ella debe estar fuera de la montaña.
- ¿Es por eso que la leyenda dice que nunca deja la montaña? – preguntó Jiang Cheng asombrado. BaoShan SanRen sin embargo, estaba concentrada en sus propios pensamientos observando los jóvenes que yacían en la formación jugando libremente como si no hubiese preocupaciones del otro lado.
- Maestra – llamó Shaymin, sacudiéndole la túnica – debemos salir. – ella lo miró y asintió.
- Abre la puerta.
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Seiscientos hombres de la secta Jin y secta Moling Su rodeaban la ciudad de piedra, algunos visibles y otros ocultos. Para cuando BaoShan SanRen atravesó la puerta, todos los espectadores enmudecieron con una única excepción.
- Wow, que guapa es la maestra de Xiao XingChen. – animó Xue Yang a los pies de la ciudad de piedra. BaoShan SanRen era lo suficientemente alta como para ser imponente, pero su postura severa era lo suficientemente fría como para inspirar respeto, sus ojos sin embargo eran otra historia y en esta ocasión todos sintieron escalofríos al mirarla. Incluso Xue Yang cuando le mantuvo la mirada. La mujer bajó tranquilamente los doce escalones y la montaña que usualmente estaba invisible para a los ojos del exterior, comenzó a aparecer frente a ellos como si fuese un espejismo dándose a conocer.
BaoShan SanRen había abandonado la montaña por primera vez en la historia del mundo de la cultivación. Los espectadores a simple vista podían observar un paisaje florido a espaldas de la mujer.
- ¿Ah? Pensé que nos iba a tomar más tiempo esto – asintió con reconocimiento Xue Yang. La persona que se acercó esta vez sin embargo, vestía de blanco y se dirigió a BaoShan SanRen con mayor respeto que Xue Yang.
- Estimada Inmortal, no estamos aquí para convocar una tragedia, solo hemos venido porque en su montaña ha permitido la entrada de un enemigo en el mundo de la cultivación, el Patriarca Yiling, Wei WuXian ha entrado en su territorio y exigimos que nos lo entregue.
- ¿Si no han venido a convocar una tragedia, por qué hay seiscientos doce hombres alrededor de la ciudad? – preguntó ella en un tono que hizo a los cultivadores dar un paso atrás. La cuenta exacta del monto hizo a todos congelarse unos momentos. Su She también notó que no sería alguien fácil de liquidar de ser necesario.
- La persona de quien hablamos es peligrosa, necesitamos una escolta preparada. – respondió Su She. BaoShan SanRen levantó una ceja.
- Asesinaron gente de camino a la montaña – les recordó – incluso si realmente quisieran realizar un trato conmigo, ya no es una opción.
- Solo fueron un par de personas, no hay mucha gente en estas montañas – le dijo Xue Yang en un tono que indicaba exageración. BaoShan SanRen suspiró y miró al cielo preguntándose, ¿En qué momento se había desviado tanto el mundo de la cultivación?
La mujer invocó su espada y la ciudad de piedra permaneció en un silencio ejemplar durante un par de segundos.
Un par de gargantas nerviosas tragando saliva hicieron un pequeño ruido, fuera de aquello cada uno podía escuchar sus latidos, el mismo Su She sintió que el poder espiritual de BaoShan SanRen le abofeteó los instintos, tanto que tuvo que esforzarse por retener sus pies y no dar un paso hacia atrás mientras era observado por sus discípulos.
- Si alguien quiere escapar, este es el momento para hacerlo. – dijo mirando a quienes estaban a su alrededor.
- ¿Piensa pelear ella sola? – preguntó en susurros un cultivador.
- La descuartizaremos – aseguró otro cultivador como respuesta.
Su She negó con la cabeza.
- Si realmente no quiere ceder, me temo que esto es inevitable, ¡Mátenla y traigan al Patriarca Yiling! – ordenó en un grito Su She, en lo que daba un paso atrás y los cultivadores de la primera línea se alzaban hacia BaoShan SanRen.
En el momento en que la espada fue desenfundada, las flechas fueron lanzadas y La ciudad de Piedra se convirtió en un gran charco de sangre.
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En los Túmulos Funerarios.-
Lan WangJi estaba agotado y severamente preocupado por cómo sus ataques comenzaban a perder fuerza, sus heridas causadas por los cadáveres punzaban probablemente infectadas, lo que ralentizó algunos de sus movimientos. Atacó con BiChen a dos cultivadores que se habían lanzado sobre Lan SiZhui y Lan JingYi, los jóvenes ya cansados de tanto luchar a duras penas se mantenían en pie.
- ¡¿Dónde está Wei WuXian?! ¡Muere sucio Wen! – gritó un cultivador cuya secta poco influyente era desconocida para Lan WangJi.
- Y pensar que la secta Lan se presta para defender a tal inmundo ser y a un sobreviviente de ese sucio clan asesino – dijo una mujer. OuYang ZiZhen esquivó un ataque y Jin Ling alejó al cultivador que por poco lo asesina. Hizo lo mismo con alguien que se dirigía por la espalda de Lan SiZhui, utilizando todas las técnicas que había dominado a su edad.
- ¡¿Nadie nos explicara por qué la secta Lan adoptó a un Wen?! – inquirió un cultivador que atacó. Lan WangJi le respondió, lanzando lejos su espada con un golpe de la suya.
- ¡Usted joven amo Jin! – gritó otro hombre – Wei WuXian es el asesino de sus padres, ¿Cómo puede defenderlo? ¿Cómo puede defender a un Wen? ¡Por ellos murieron sus padres y sus abuelos! – Jin Ling apretó los dientes, ya era quinta vez que le preguntaban lo mismo y está vez hubiese respondido si no fuera porque a duras apenas podía hablar producto del cansancio.
- ¡ZiZhen! – gritó su padre, el líder de la secta OuYang – ya ven aquí y habla, ¿Qué no ves en la situación en la que estás?
- ¡No padre! ¡Wei WuXian y SiZhui son mis amigos y no los entregaré!
- ¡Tú niño! ¡No me hagas ir a buscarte! - le gritó.
- ¡No venga padre! ¿Qué no ve que me están atacando? ¡Puede salir herido usted también, ya está viejo para estas cosas!
- Tú...
- No olviden atacar al Wen – les recordó a los cultivadores Jin el mismísimo Jin GuangYao, quien descansaba en una roca en medio del tumulto de gente. Lucía espectacularmente elegante, nadie hubiese podido adivinar que horas antes había caído por las escaleras de Torre Koi.
- HanGuangJun – llamó SiZhui a susurros agotados, el aire y apenas entraba en sus pulmones debido a la actividad física que se extendía a largas horas de combate en defensa propia. - ¿Envío la señal? – Lan WangJi entrecerró los ojos, ya era segunda vez que Lan SiZhui le preguntaba lo mismo. No quería involucrar a su familia ni a su secta, pero si no lo hacía... podría perder en el combate a los dos discípulos de los que era totalmente responsable, especialmente a Lan Yuan quien era él que estaba recibiendo más ataques.
Sectas completas habían rodeado los túmulos funerarios tras los rumores del regreso del Patriarca Yiling, Lan WangJi no negó las acusaciones de su regreso y ahora estaban siendo atacados debido a la falta de cooperación para encontrarlo. Eso, y que el rumor del sobreviviente Wen se había extendido más rápido que el mismísimo viento. Ni él, ni los jóvenes dijeron ni una sola palabra, por el contrario batallaron y se defendieron, Lan WangJi podía decir con ello que Wei Ying y Lan SiZhui habían hecho muy buenos amigos, pero tal vez su lealtad les costaría la vida y aún eran demasiado jóvenes para comprender el peso de aquello.
Los clanes no dudaron en atacar cuando el mismísimo Jin GuangYao dio la orden de hacerlo a sus hombres, ignorando por completo el hecho de que Jin Ling estaba entre los defensores.
Los clanes se fueron sumando poco a poco, formando una avalancha de gente que los apuntaba directamente a las gargantas.
Lan WangJi hizo un gesto y Lan SiZhui lanzó la señal que se explayó por el limpio cielo.
El segundo maestro Lan cerró los ojos en una disculpa silenciosa a su Clan.
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