domingo, 10 de mayo de 2020

intrínseco - Capítulo 22: Visitas, Parte 7


El cielo aún estaba oscuro cuando Wei WuXian sintió a alguien entrar en su habitación haciendo un notable esfuerzo por evitar cualquier sonido. Usualmente él no se despertaría con facilidad, pero debido a su ansiedad por el examen final y lo que sería su despedida de la montaña, su sueño se podía considerar más un estado de vigilia.
Al abrir los ojos aún sin atreverse a mover su cuerpo, notó como la silueta alta de cabellos largos y ropas elegantes se acercaba a él entre la penumbra. El aroma acarició su olfato.
- ¿Lan Zhan? – su voz ronca por el sueño solo demostraba la poca voluntad que tenía para moverse.
- Mn – asintió la silueta que se despojó de lo que parecía un abrigo delgado y luego se acercó aún más a la cama hasta sentarse en ella.
- Sé que en tu secta se levantan por la madrugada, pero para mí aún es de noche – al tenerlo tan cerca la suave luz de luna que entraba en la habitación iluminó sus ojos dorados y el adolescente siguió el movimiento de su mirada un tanto distinta a todas las que le había visto, fue solo en ese momento que Wei WuXian notó la postura de su cuerpo.
Se había dormido con una bata interior que era más grande que él, le acomodaba usarla para dormir, pero esta solía desamarrarse por las noches cuando él se movía tanto. Al tener los brazos descansando por sobre la cabeza no solo se había abierto la bata, si no que estaba mostrando toda su desnudez a Lan WangJi que al parecer tampoco lo había notado hasta que estuvo demasiado cerca.
Ambos se tensaron frente a los ojos del otro pero Wei WuXian notó algo más en los del hombre que estaba en frente. Se le secó la boca.
- Lan Zhan... no me mires así, no me haré responsable de lo que haga si me miras de esa manera – Lan WangJi le sostuvo la mirada a pesar de su advertencia, luego recorrió el cuerpo de Wei WuXian con los ojos hasta volver a su rostro y sus puños sobre sus rodillas estaban fuertemente presionados, el adolescente tragó grueso. Aún no se movía, aún tenía sus brazos por sobre su cabeza, aún su bata estaba abierta y para sorpresa de los dos, algo a la altura de sus caderas comenzó a elevarse con ímpetu.
La elegante manzana de adán en el cuello del segundo maestro Lan subió y bajó, solo entonces Wei WuXian se sintió un poco avergonzado y comenzó a mover los brazos para cubrirse, pero una fuerte mano sujetó las suyas manteniéndolas por sobre su cabeza. El rostro de Lan WangJi estuvo cerca, demasiado cerca, y Wei WuXian solo pudo estampar su boca con la del mayor antes de que otra respiración del segundo maestro Lan le rozara los labios. Lan WangJi se tensó, tal vez transcurrieron alrededor de cinco segundos en que no respondió y que pareció dubitativo, pero una insistencia por parte de los labios de Wei WuXian lo hizo derretirse ante el tacto. Una vez respondió el beso no pasó demasiado para que el adolescente intentara sentir su lengua, cuando sintió la caricia de la otra rozando la suya un gemido desvergonzado ronroneó en su garganta.
Ante la intensidad del beso ninguno parecía querer separarse y el agarre de la mano de Lan WangJi en las muñecas de Wei WuXian solo se hizo más firme. Los finos dedos del segundo maestro Lan acariciaron con delicadeza los abdominales del menor desnudo, éste se inclinó hacia arriba mientras volvía a gemir contra la boca ajena, y solo pudo escapar de ella cuando a ambos les faltó el aire. Pero entonces Lan WangJi no se apartó tampoco, rozó la comisura de sus labios hinchados por las mejillas de Wei WuXian y depositó un suave camino de besos mientras su mano acariciaba cada vez más abajo.
- Aaaah Lan Zhan... baja más... tócame – exigió. Una mano tomó firmemente su erección y comenzó a tocarla sin dudar. Si bien el ritmo no era rápido, la fuerza que propiciaba su agarre era lo suficientemente placentera como para volver a hacerlo gemir. Wei WuXian estuvo seguro de que Lan WangJi lo estaba besando para callar sus gemidos – Mmm... - la mano comenzó a subir el ritmo de sus movimientos mientras él se sacudía bajo su tacto, quería abrir los ojos para observar algún cambio en las expresiones del mayor, pero no podía hacerlo entre las oleadas de placer – Aaah...
Lan WangJi soltó sus brazos para acomodarse en la cama, de inmediato estos aprisionaron su cuello y si no hubiera sido porque se sentía perdido, hubiera desesperadamente arrancado las ropas del mayor.
- Lan Zhan... - susurró mientras este le besaba el cuello. Su mano se mantenía en movimientos rápidos, fuertes y constantes mientras envolvía su erección – Si sigues así voy a... ahm...
- Hazlo – respondió en un tono ronco desde su cuello, simplemente escucharlo hizo que Wei WuXian quisiera suplicarle que hiciera más, pero temió que este se asustara de su desesperación y corriera lejos de él. No podía irse, no hasta que terminaran al menos.
- Pe-pero... aah... ¿Y tú? – como respuesta Lan WangJi mordió con fuerza su cuello y bajó una de sus manos para acariciar la punta de su erección, desde allí en adelante Wei WuXian no pudo protestar o recordar siquiera por qué pretendía protestar, se volvió un coro repetitivo de balbuceos e incoherencias.
El cuerpo completo de Wei WuXian comenzó a temblar, sentía el calor acumularse en la zona baja cuando una lengua delicada acarició el lóbulo de su oreja y en una inclinación desesperada y un agarre apretado de sus brazos alrededor del cuello de Lan WangJi. Se dejó ir, callando el gemido mientras mordía la túnica blanca con fragancia a sándalo.
Cuando la última gota salió de sí, la sensación relajante se apoderó de él volviendo a caer con los brazos por sobre la cabeza. Su respiración alterada era lo único que se escuchaba en la habitación y al abrir los ojos, solo pudo observar el brillo en los ojos de Lan WangJi, quien parecía entre divertido y enternecido. Quería hablar pero le faltaba el aire.
La mano limpia del segundo maestro Lan acarició su húmeda mejilla y devolvió un machón desordenado a su lugar detrás de su oreja. Wei WuXian creyó ver la comisura de su labio elevarse, aunque no estaba seguro de haber visto correctamente en la penumbra.
- ¿Wei Ying? – escuchó unos golpes en su puerta - ¿Ya estás despierto?
"Mierda", pronunció sin dejar salir un solo sonido. El adolescente miró con pánico en los ojos a Lan WangJi pero este pareció no percatarse de la voz infantil que estaba pidiendo atención al otro lado de la puerta.
- ¡Wei Ying! – gritó antes de volver a golpear con más fuerza, fue solo entonces que la imagen frente así comenzó a desaparecer, dando luz a oscuridad y luego...
.
.
Despertó sintiendo el peso de diez gordos sobre su cuerpo. Miró a su alrededor, por la ventana entraba luz y no habían señales de otra persona en la habitación, estaba solo.
- Oh... - susurró aún sin moverse, sus brazos, su bata y su desnudez estaban precisamente en la posición inicial de su sueño – Ooh... - comenzó a moverse con bastante esfuerzo.
- ¡Wei Ying! – gritó nuevamente la voz de Shaymin - ¡Lan WangJi ya llegó a la montaña, el examen final está por comenzar! ¡Levántate! - fue solo mientras escuchaba esas palabras que fue consciente del líquido pegajoso que estaba desparramado por su abdomen y había humedecido con manchas las sábanas.
- Mierda...
.
.
.
BaoShan SanRen levantó su arco al mismo tiempo en que la música del tambor comenzó. Apuntó con su flecha a diez metros del blanco, en este caso el blanco no era más que una esfera minúscula que colgaba de un pedestal, una piedra espiritual que una vez se quebrada emanaba fuego azul y encendía las antorchas alrededor del campo de entrenamiento. Los golpes en el tambor se aceleraron, y cuando la música pareció impacientarse a tal punto que atrajo toda la atención, BaoShan SanRen soltó su flecha y en menos de tres segundos las llamas se alzaron.
- Tiro perfecto – celebró Mei Fen que estaba de pie delante del grupo de estudiantes.
- Mucho mejor que tú la última vez – molestó Shaymin.
- La última vez que lo hice fue hace cuarenta años, ¿puedes dejarlo ya?
- Jamás – prometió el niño.
Los grupos de jóvenes discípulos estaban correctamente formados para dar inicio al combate y examen final, mientras saludaban respetuosamente a la maestra que caminaba hasta posicionarse frente a ellos. Una silueta corría de manera desordenada a través de todo el campo de entrenamiento y se vestía a medida que se acercaba, hasta que finalmente se posicionó en la fila, empujando a varios compañeros y haciendo oído sordo a los reclamos.
Mei Fen y Shaymin suspiraron mientras observaban a Wei WuXian. BaoShan SanRen por su lado permaneció seria y esperando pacientemente, no había rastro de desaprobación en su mirada.
- Hoy es un día importante para su generación – les dijo, su voz firme e imponente hicieron que los discípulos se enderezaran correctamente y levantaran el pecho para escucharla con atención y dedicación – La suma de sus calificaciones y la aprobación de la totalidad de los exámenes harán que varios de ustedes sean considerados indudablemente como cultivadores ante todos, sobre todo por mí. Les deseo éxito.
Mientras la maestra hablaba, Wei WuXian visualizó a Lan WangJi de pie a la distancia, fuera del campo de entrenamiento. En medio del discurso de BaoShan SanRen levantó la mano y la sacudió con fuerza para saludarlo. Mei Fen volvió a suspirar antes de tomar la palabra.
- Es posible que muchos de ustedes no completen esta etapa... – les dijo con autoridad – No se sientan frustrados si es el caso, son pocos quienes logran superar la estricta evaluación de pruebas y exámenes, para muchos de los presentes no es primera, ni segunda e incluso tercera vez que están en esta situación. Por favor no se desalienten ni sientan miedo, disfruten la experiencia, diviértanse y muestren sus habilidades con confianza, sé que todos los presentes tienen algo que dar de sí. Demuéstrenle a la maestra sus esfuerzos – Mei Fen les sonrió al final de su discurso, los discípulos respondieron de manera positiva y el tambor volvió a sonar para indicar a las filas que avanzaran.
Wei WuXian estaba de pie admirando las ropas de Lan WangJi moverse con el viento cuando sintió un par de empujones a sus espaldas. Se volteó molesto por la repentina rudeza del golpe.
- Ey, me moveré no tienes que empujar – se defendió.
- Estás retrasando a todos, despabila Wei WuXian, no es como si vieras a tu novio por primera vez – le gruñó uno de los mayores, este era Wu Tao, tenía diecinueve años y ya era tercera vez que intentaba graduarse. Wei WuXian y él nunca fueron cercanos pero su relación no era mala sino que prácticamente obsoleta, sin embargo desde que la noticia de que él marcharía de la montaña varios alumnos comenzaron a tratarlo con hostilidad y Wu Tao era uno de ellos. Si bien el adolescente se había esforzado por mantenerse lejos de los pleitos durante toda esa semana, no dispuesto a perder tiempo en distracciones o recibiendo un castigo, no pensaba permitir que alguna habladuría hiriente llegara a oídos de Lan WangJi.
- ¿Por qué tienes tanta prisa? No es como si fueras a dar un espectáculo después de todo– el mayor que había pasado por delante de él y caminaba con cierto aire de grandeza se volteó a mirarlo incrédulo.
- ¿Qué dijiste? Repítelo– al levantar la voz llamó la atención de varios a su alrededor, Mei Fen comenzó a caminar hacia ellos – Atrévete a repetirlo – Wei WuXian estaba por comenzar a hablar cuando la voz de Mei Fen en un tono particularmente suave rompió la tensión.
- Wu Tao, puedo entender que estés ansioso, pero todos se encuentran en la misma situación. Sin embargo no puedes permitirte perder la concentración y yo no puedo permitir que rompas la de los demás, así que por favor adelante, toma de los primeros un papel al azar para elegir tu compañero de combate y ve a tomar asiento.
El chico mayor no se atrevió a discutir con Mei Fen, caminó en silencio y sacó uno de los papeles doblados en la mesa. Hizo una mueca al leer el nombre en él, solo luego lo dijo con tanto resentimiento en la voz que les hizo creer a todos que esta persona lo había insultado o le debía dinero. 
- Wei WuXian– el quinceañero bufó al escucharlo, luego sonrió. No le preocupaba en absoluto, la técnica de pelea de Wu Tao era regular, probablemente podría divertirse un poco con él.

Lan WangJi caminó por el sendero de la montaña calmadamente. Shaymin le había pedido ir con BaoShan SanRen antes del combate de Wei WuXian y le indicó seguir los jardines. El segundo maestro Lan se impresionó por la cantidad de lirios que adornaban el sendero, estos parecían crear finos caminos de colores que dirigían hasta una pequeña residencia, donde fuera de ella estaba sentada la maestra BaoShan, y miraba con cierta tristeza el lago a lo lejos.
- Dijeron que quiere hablar conmigo – le dijo Lan WangJi luego de su reverencia respetuosa.
- Siéntate– le pidió. A Lan WangJi no dejaba de causarle gran impresión el tono en la voz de la mujer, nunca había escuchado a una mujer tener una voz de mando y que además esta fuera en un tono grave. Había algo atractivo en ello que hacía de la figura de BaoShan SanRen inspirar enorme respeto, el segundo maestro Lan solo podía definirlo como una gran autoridad intrínseca.
Al sentarse a poca distancia de ella notó que tenían la misma altura. Ella suspiró luego de un momento de silencio.
- Todo esto... – dirigió su mano suavemente hacia el paisaje – Es la parte visible de algo invisible. – susurró con aprecio – Todo lo que un hombre puede ser en un bosque, ha sido para Wei Ying lo suficientemente reconfortante como para mantener su mente equilibrada. Pero afuera las cosas no se rigen tan simples... Wei Ying solo conoce esto, el orden perfecto y natural de una montaña, la sobreprotección de Mei Fen, las travesuras de Shaymin, sonrisas felices, ancianos pacíficos. En el peor de los casos le han hecho comentarios ofensivos un par de veces pero los olvida tan rápido como los escucha porque no son nada para él, no siente como suyas las palabras que dicen otras personas. Pero... ¿Qué pasará cuando estás personas afirmen conocerlo más que él mismo? – volvió a suspirar – La gente allá afuera vive con mentes afiebradas y me temo que Wei Ying no tendrá defensas esta vez. Es obstinado como antes, sí, pero ya no tiene a quién defender, solo te tiene a ti.
Lan WangJi tenía la mirada baja incapaz de encontrar una sola palabra que fuera digna de ser utilizada como respuesta, se quedó corto de vocabulario.
- El primer día que llegaste aquí trabajé en esto – le tendió una cajita de madera. Lan WangJi la tomó con cuidado en sus manos sintiendo que dentro había un amuleto con rebosante aire zen, con al menos cinco veces la cantidad que el regalo que le había hecho Wei WuXian – Es una esmeralda trabajada con el mismo conjuro del incienso somnífero que usaba en Wei Ying cuando él tenía solo tres años y tenía miedo de dormir. Me temo que sus días ya serán lo suficientemente agitados desde ahora en adelante como para además no dormir por las noches.
- Esto... ¿Retrasará sus recuerdos? – ella asintió como respuesta.
- Por un tiempo, pero es probable que comience a recordar estando despierto. Puedes intentar mantenerlo con él colgándolo en su cinturón, pero de todas maneras el aire zen terminará por absorberse por completo en algún momento, te sugeriría solo utilizarlo para que pueda dormir.
- Lo haré. Cuidaré de él – prometió.
- Sé que lo harás.
Ella le dedicó una mirada amistosa. Pasos agitados se acercaron a ellos y vieron a Shaymin dar un gran salto directo al regazo de BaoShan, sin embargo la maestra permaneció inexpresiva.
- ¡El duelo de Wei Ying va a comenzar! – anunció cantando.
.
.
.
Wei WuXian vio aproximarse a Lan WangJi junto a su maestra, le sonrió animado.
- Las reglas son las mismas de siempre; quien sea incapacitado primero, pierde. Recuerden que el aire zen está bloqueado dentro del campo de entrenamiento, por lo que experimentaran emociones negativas a las que no están habituados. ¡Comiencen! – gritó Mei Fen, no había acabado de hablar para cuando Wu Tao se lanzó hacia a Wei WuXian atacándolo sin ninguna vacilación. El golpe fue esquivado fácilmente por el quinceañero que dio un salto y giró, se colocó a las espaldas de Wu Tao y le propinó un golpe en el trasero. Las risas burlonas se escucharon con fuerza.
A nadie le hubiera gustado enfrentarse con Wei WuXian para el examen, y probablemente nadie hubiera reído del pobre discípulo que tuviera tan mala suerte, sin embargo muchos eran conscientes de que Wu Tao era de quienes había hostigado a Wei WuXian en el último tiempo, por lo que se rieron sin cargos de conciencia.
Wu Tao se giró estando en el suelo y dio una patada en los pies de Wei WuXian, quien cayó al suelo y el mayor se posó sobre él.
- Ey, Wu Tao, ¿no crees que esta posición es un poco comprometedora? – le preguntó mientras el gran chico se sentaba a horcajadas sobre él y levantaba su puño para impulsar su siguiente golpe, el cual fue detenido por la mano de Wei WuXian que lo sostuvo con fuerza y de manera provocativa acarició con la mano libre el muslo del otro chico– Creo que esto te está gustando Wu Tao, ¿No me habías dicho que era un sucio manga cortada el otro día? ¿Creías que no te escuché? Pues mírate... ¿Quién es el que se sentó sobre mí? Sabiendo que me gustan los hombres... - negó con la cabeza mientras miraba al chico que había intentado golpearlo con la otra mano pero nuevamente esta fue sujeta por la de Wei WuXian – Te tengo una mala noticia... – declaró – No rozas mis estándares.
Tomó las manos de Wu Tao y levantó con facilidad su peso, girándolo y lanzándolo contra el suelo con un fuerte golpe. Fue consciente de que estaba sujetando con la suficiente fuerza su cabeza como para que esta se estampara contra el suelo, y fue más consciente de la sangre que brotó de su boca y manchó el suelo. Sujetó sus manos en su espalda, y su rodilla se posó a la altura del coxis. Wu Tao estaba incapacitado.
- Ya está, ganó Wei WuXian – les dijo Mei Fen. Algunas risas se escucharon alrededor y el quinceañero soltó al mayor y se alejó mientras este se ponía de pie.
Wei WuXian estaba limpiándose el polvo de la ropa con una gran sonrisa cuando lo escuchó hablar.
- ¿Te crees mejor que todos, no? Qué bueno que te vayas, nadie que no sabe apreciar las enseñanzas de la maestra debería quedarse a ensuciar su vista– lo había dicho dándole la espalda, en un murmuro lo suficientemente bajo como para que solo ambos escucharan.
- ¿Qué dijiste?
- Que deberías irte de una vez por todas – repitió en el mismo tono - Así como tu mamá, que se creyó la gran cosa y murió solo unos años luego de salir de aquí, también debes irte y morir fuera de aquí por tu propia vanidad– Wei WuXian comenzó a reír y se acercó a él. Le tendió su mano para levantarlo del piso con una sonrisa que parecía amistosa a simple vista.
- ¿Se supone que debería tomar tus palabras en serio? Tú no sabes nada de tus padres, no destacas en nada, aún así te atreves a hablar sobre mí y yo te lo he permitido porque tú no eres nadie importante, solo un fracasado resentido– volvió a mover su mano como si quisiera ayudarle a ponerse de pie. Sabía que nadie estaba lo suficientemente cerca como para escucharlo y que su acercamiento solo parecía algo amistoso, su ceño tampoco se frunció mientras le decía aquellas palabras. En el fondo de sí estaba molesto, porque su madre era una figura preciada para él, no podía permitir que hablaran mal de ella en su presencia, pero tampoco quería dejarle notar a todos cuanto odiaba esas palabras que había escuchado por tanto tiempo, no cuando él estaba por salir de allí para tal vez nunca más volver. No quería dejar esa imagen. Para su sorpresa y la de todos, Wu Tao estaba tan furioso que pareció perder toda racionalidad cuando sacó de su manga un cuchillo y lo enterró en el muslo de Wei WuXian. Este miró sin creerse lo que acababa de ocurrir. Se suponía que no se permitían elementos corto punzantes en esas peleas.
Wu Tao se sujetó del cuchillo y se inclinó hacia arriba, haciendo que el dolor arrodillara a Wei WuXian.
- Tú y el imbécil de blanco no son más que un par de asquerosos manga cortadas, no valen nada – Wei WuXian lo miró a los ojos por un segundo que se hizo eterno, fue consciente de que la gente a su alrededor comenzó a acercarse en ese momento y que él en su enfado no iba a dar un paso atrás. Sacó el cuchillo de su muslo, jaló la mano derecha de Wu Tao y la cortó con un solo movimiento. La mano quedó en el suelo y al siguiente segundo, la sangre comenzó a esparcirse por todo el lugar. Cuando Wu Tao notó lo que había ocurrido comenzó a gritar y pareció que iba a desmayarse, pero entonces volvió a gritar.
Solo en ese momento llegaron todos lo suficientemente cerca como para separarlos. Lan WangJi se agachó frente al quinceañero y evaluó su herida profunda, sacó un pañuelo de los bolsillos interiores de su túnica y vendó con fuerza la herida de manera externa para evitar que Wei WuXian perdiera más sangre. Mientras Wu Tao... estaba en el suelo, desmayado.
- ¿Qué pasó? – exigió Mei Fen - ¡Wei Ying! ¿Cómo pudiste cortarle la mano? – ella estaba furiosa y miraba con frustración el cuerpo desmayado de Wu Tao. Shaymin se agachó y le pinchó la cara con un dedo.
- Mei Fen, creo que deberías apresurarte en parar la hemorragia – le sugirió el niño – Creo que se está muriendo.
- ¡Wei WuXian! – le gritó otro discípulo - ¿Cómo puedes ser tan cruel? Él nunca podrá usar su espada otra vez.
- Aprenderá a usarla con la mano izquierda – todos se giraron al escuchar la voz que provenía de atrás del campo, por las palabras dichas varios quisieron protestar, hasta que notaron que quien las había dicho era la mismísima BaoShan SanRen – Si no lo hubiera hecho Wei Ying, lo hubiera hecho yo – les dijo mientras calmadamente caminaba hasta ellos – Utilizar un arma corto punzante en este examen está prohibido. Aprendan lo que ocurrirá si desobedecen las reglas y se deshonran así mismos. Mei Fen, llévalo a la enfermería. Shaymin, ve a buscar un par de curanderos para que detengan esa hemorragia. Wei Ying, ve con Lan WangJi a tratar tu herida.
Wei WuXian continuaba respirando agitadamente mientras miraba a Wu Tao en el suelo. En sus oídos solo se podía escuchar un incesable murmullo de una voz desconocida que susurraba de manera enfermiza que lo matara, que si no lo hacía él cobraría su venganza luego y él no podía darse ese lujo, tenía a Lan WangJi y quería protegerlo. Iba a dar un paso adelante pero sintió una fuerte mano arrebatarle el cuchillo. Levantó la mirada y vio unos ojos dorados que lo miraban fijamente con el ceño fruncido y notable preocupación.
Lan WangJi jaló a Wei WuXian hasta la cabaña, solo allí lo sentó en la cama, separó sus túnicas con agilidad, y rebuscó en su bolsa de qiankun por lo básico comenzando a limpiar la profunda herida.
- ¿Qué fue lo que ocurrió? – preguntó con voz seria, solo entonces Wei WuXian comenzó a comprender lo que había ocurrido, que había caído en el juego de la provocación de Wu Tao, quien probablemente guardó el cuchillo para tomar ventaja en su duelo pero no tuvo la oportunidad de usarlo porque había sido incapacitado demasiado rápido. Y luego él... le había cortado la mano sin detenerse a pensarlo un solo segundo, una voz en su cabeza le había gritado que lo hiciera de la misma manera en que meses atrás había herido a su maestra. ¿Cómo podía perder el control de esa manera solo con enfadarse un poco? ¿Qué tanto lo reprimía el aire zen que podía actuar de esa manera en cuanto este descendía? Se sintió mareado, la voz en su cabeza había bajado considerablemente de volumen pero aún estaba ahí susurrando palabras inentendibles de odio y dolor - ¿Wei Ying?
- Creo que me estoy volviendo loco... – susurró con el ceño fruncido. Lan WangJi lo miró esperando que este dijera más pero el quinceañero cerró los ojos, se veía cansado.
Permanecieron en silencio unos momentos hasta que alguien llamó a la puerta.
- ¿Puedo pasar? – pregunto Jie Ming. Era quien usualmente estaba con Mei Fen, por lo que debía tener información el estado de Wu Tao.
- ¿Cómo está? – preguntó Wei WuXian sin rodeos.
- Había despertado, pero se volvió a desmayar cuando vio a los ancianos curando su mano... ejém, muñeca – rectificó recordando que la mano de Wu Tao ya no estaba donde se suponía debía estar. Wei WuXian suspiró– La ceremonia de graduación se llevará a cabo en media hora, la maestra pidió que te recordara que usaras tu traje formal. 
- ¿Está enfadada? – Jie Ming le sonrió y se acercó hasta sentarse en la cama junto a él.
- No, tengo la impresión de que escuchó la disputa entre ustedes. De hecho fue la única que no se acercó, no estaba preocupada en lo más mínimo por Wu Tao. Bueno, ya sabes cómo es la maestra, incluso si lo hubiera estado se mantendrá alejada y le ordenará a Mei Fen hacer algo al respecto – Wei WuXian asintió.
- Nunca tuve nada en contra de Wu Tao, no puedo creer lo que hice hoy – suspiró arrepentido. Jie Ming y Lan WangJi compartieron una mirada compasiva.
- La maestra no mintió cuando dijo que ella le hubiera cortado la mano a Wu Tao de todas maneras – todos se voltearon a mirar hacia la ventana. Shaymin estaba allí sentado balanceando sus pies y comiendo una ciruela, habló con la boca llena – Además es casi gracioso como la historia se repite, a tu madre le pasó exactamente lo mismo el día que salió de aquí... aunque no es el único caso.
- No es gracioso, Shaymin – regañó Jie Ming.
- Dije casi.
- ¿Mi madre?
- Si, tuvo un combate con un compañero de generación, éste perdió y la lastimó cuando CangSe le dio la espalda luego de haberlo vencido. Ella se enfadó y le atravesó el pecho con Suanni.
- ¿Lo mató? – preguntó el quinceañero sorprendido, nunca había escuchado esa historia. Fue Jie Ming quien negó con la cabeza y continuó.
- No, esa persona es el profesor Zhang. Fue herido de gravedad pero sobrevivió, aun así fue severamente castigado y la Maestra le prohibió volver a utilizar su espada para cultivar y perdió la posibilidad de salir alguna vez de la montaña.
- Así es – aseguró Shaymin – La maestra BaoShan dijo que ningún alumno que demostrara deshonor saldría vivo de aquí.
- Ahora entiendo porque ese profesor me odia... - pensó en voz alta, de pronto sintió la mano de Lan WangJi acariciar el dorso de su mano. Lo miró– Lamento esto, quería impresionarte – se disculpó bajando la mirada.
- Estoy impresionado – respondió de inmediato el segundo maestro Lan. De pronto Wei WuXian soltó una carcajada y tanto Shaymin como Jie Ming rieron un poco más apaciguados.
- ¡No impresionado de esa manera, Lan Zhan! – Wei WuXian miró con ojos suaves a Lan WangJi que se encontraba agachado y apretando firmemente la herida con una venda, el quinceañero estiró la mano y le rasco suavemente la barbilla, le sonrió notando el leve rubor en las orejas de Lan WangJi.
Jie Ming y Shaymin que estaban en la misma habitación sintieron la fuerte necesidad de mirar a otro lado.
- Em... Lan WangJi, ven conmigo a buscar medicina para el saltamontes– pidió sin mirar, el quinceañero puso mala cara por la interrupción, reacio a querer que el segundo maestro Lan se alejara.
- ¿No puedes ir tu solo? – Shaymin puso los ojos en blanco, pero antes de que pudiera decir algo al respecto Lan WangJi se puso de pie.
- Volveré pronto– Wei WuXian suspiró y asintió con un puchero en los labios.
Al salir de la cabaña y dejar la puerta abierta, la visible figura alta e imponente de Lan WangJi junto al pequeño Shaymin que le llegaba solo un poco más arriba de las rodillas hicieron que el quinceañero se riera. Jie Ming se sentó más cerca de él y revisó su herida.
- Ya dejó de sangrar. No morirás – quiso bromear. Wei WuXian notó que estaba un poco afectado, su primera impresión fue que la razón era lo que había ocurrido con Wu Tao, pero Jie Ming siempre había sido calmo por lo que optó por preguntar.
- ¿Qué es? Si te incomoda quedarte aquí puedes ir...
- No es lo que estás pensando – cortó con un tono ligero de regaño – Hay algo que quiero pedirte – Jie Ming tomó su cabello y lo acomodó a un lado del rostro.
- ¿A mí?
- Hay algo que solo tú puedes hacer por mí... - Jie Ming buscó entre sus ropas y sacó un pañuelo, lo abrió y desenvolvió lo que era una vieja pulsera con tres tallados pequeños de arcilla.
- ¿Una pulsera de nacimiento? – leyó en voz alta los caracteres que tenían los cubos pequeños de arcilla – X-I-A-O.
- Es de XingChen. Es lo único que tenía como recuerdo de sus padres, siempre la llevaba consigo pero dos días antes de irse la perdió... la encontré en el lago y quisiera... yo...
- ¿Quieres que lo busque y se la entregue? – Jie Ming asintió.
- Él y yo nos criamos como hermanos. Realmente me sentiría mal si esto no volviera a su dueño sabiendo lo importante que es para él – Wei WuXian asintió y estiró la mano, el mayor volvió a envolver cuidadosamente la pulsera y la colocó en su mano– Si lo ves... dile que se cuide, por favor.
- ¿No se lo dijiste antes de que se fuera? – preguntó mientras intentaba recordar el momento en que Xiao XingChen se había ido de la montaña, pero solo podía recordar el rumor de que se había ido cuando al pasar varios días nadie lo vio más.
- No se lo dije, estábamos enfadados y aunque fue a despedirse yo no le abrí la puerta – el quinceañero notó lo arrepentida que sonaba su voz y solo pudo colocar la mano en el hombro del mayor y prometerle.
- Lo encontraré, le daré la pulsera y le diré que se cuide.
.
.
.
- ¿Estas preocupado? – le preguntó Shaymin a Lan WangJi mientras ambos molían hierbas y la untaban con aceite medicinal. El niño no espero a que el mayor contestara– La energía resentida es parte del alma de Wei Ying, las emociones negativas las harán más notorias. A eso, súmale que no importa cuánto yo haya intentado limpiar ciertas sensaciones, algunas habían penetrado hasta el núcleo, y Wei Ying estaba paranoico, sus defensas se activarán de esta manera si es atacado por la espalda.
- ¿Incluso aquí puede sentir la energía resentida?
- No la toma del exterior como solía hacerlo para darle uso, en este tipo de ocasiones las produce el mismo – Lan WangJi lo miró aún más preocupado, Shaymin levantó los hombros – Al menos podrá defenderse.
- Pero podrá hacer algo de lo que se arrepienta.
- No funciona así...– defendió el niño mientras guardaba en un frasco el ungüento que habían hecho – Hay instintos poderosos en Wei Ying, el más fuerte de ellos es el protector, igual que en ti– Lan WangJi frunció el ceño, había olvidado que Shaymin podía leer demasiado de él y se sintió incómodo, el niño al notarlo se rió– No te preocupes, todo estará bien – aseguró.
.
.
.
- Los tres primeros lugares de este año los obtienen Luo Xiahou, Wei WuXian y Shan Enlai.
Los alumnos alrededor aplaudieron. Todos llevaban consigo el traje formal de la secta, el impecable blanco combinado con verde pálido que acompañaba sus sonrisas los hacía lucir puros e ingenuos. Lan WangJi tuvo la sensación de estar entre los jóvenes de la secta Lan por momentos.
BaoShan SanRen caminó frente a las filas ordenadas de discípulos y uno a uno colgó en sus cinturones colgantes con esmeraldas, reconociéndolos formalmente como cultivadores de la secta. Era precisamente este momento en que los discípulos podían tomar un nombre de cortesía con el apellido de su estimada maestra.
Una vez recibidos los honores, tuvieron acceso a sus espadas propias y nombradas por ellos mismos, todos a excepción de Wei WuXian, quien tomó a Sunny y la desenvainó. Una sensación de alivio le recorrió la espalda una vez que se reflejó en ella. A pesar de lo que había ocurrido en la tarde seguía siendo él mismo.
.
Aquella tarde celebraron con un festín. Wei WuXian comió hasta saciarse y bebió todo lo que su estómago soporto a pesar de que aún era de día; cantó, bailó y habló con compañeros que le aseguraron lo extrañarían, aunque no precisamente a él sino que al bullicio que significaba Wei WuXian. El suceso de la tarde fue opacado por el hecho de que otros dos discípulos estaban gravemente lastimados mientras que Wu Tao estaba fuera de peligro de muerte.
Decidieron partir al atardecer. El segundo maestro Lan tuvo la sensación de que la ansiedad de Wei WuXian por salir de la montaña se debía al miedo por cambiar de opinión en el último momento. Al menos esos decían sus ojos que se dirigían a Mei Fen y Shaymin con anhelo cada tanto.
Wei WuXian cargó dos bolsas de qianku con sus pertenencias en su espalda, la sentía pesada aunque claramente no se notaban lo cargadas que estas iban. Lan WangJi le quitó una y la puso sobre sus hombros también, el quinceañero le sonrió y luego miró a los tres inmortales de pie juntos en frente de él, BaoShan en medio, Shaymin a su derecha y Mei Fen a su izquierda. Era la hora de decirles adiós.
Wei WuXian los miró con la mejor sonrisa que pudo sostener mientras sus ojos escocían por las lágrimas contenidas e hizo una profunda y duradera reverencia hacía los tres. Shaymin y Mei Fen la devolvieron, BaoShan SanRen asintió mirándolo a los ojos, como una especie de consentimiento y recordatorio de que ella sería siempre su maestra.
Luego de un suspiro profundo, Wei WuXian dio la vuelta y junto a Lan WangJi comenzaron a caminar hasta la salida.
- ¿Estás seguro? – no pudo evitar preguntar el segundo maestro Lan, no mientras los ojos de Wei WuXian estaban tristes. – Y...
- ¿Eh? ¿Y qué?
- ¿No te despedirás de tu novia? – al escuchar aquello Wei WuXian comenzó a reír con fuerza.
- Estoy completamente seguro Lan Zhan – respondió mientras le tomaba la mano sin detener su andar como tampoco su risa. Y así sin más, abandonaron la montaña.