El cielo
aún estaba oscuro cuando Wei WuXian sintió a alguien entrar en su habitación
haciendo un notable esfuerzo por evitar cualquier sonido. Usualmente él no se
despertaría con facilidad, pero debido a su ansiedad por el examen final y lo
que sería su despedida de la montaña, su sueño se podía considerar más un
estado de vigilia.
Al abrir
los ojos aún sin atreverse a mover su cuerpo, notó como la silueta alta de
cabellos largos y ropas elegantes se acercaba a él entre la penumbra. El aroma
acarició su olfato.
- ¿Lan
Zhan? – su voz ronca por el sueño solo demostraba la poca voluntad que tenía
para moverse.
- Mn –
asintió la silueta que se despojó de lo que parecía un abrigo delgado y luego
se acercó aún más a la cama hasta sentarse en ella.
- Sé que en
tu secta se levantan por la madrugada, pero para mí aún es de noche – al
tenerlo tan cerca la suave luz de luna que entraba en la habitación iluminó sus
ojos dorados y el adolescente siguió el movimiento de su mirada un tanto
distinta a todas las que le había visto, fue solo en ese momento que Wei WuXian
notó la postura de su cuerpo.
Se había
dormido con una bata interior que era más grande que él, le acomodaba usarla
para dormir, pero esta solía desamarrarse por las noches cuando él se movía
tanto. Al tener los brazos descansando por sobre la cabeza no solo se había
abierto la bata, si no que estaba mostrando toda su desnudez a Lan WangJi que
al parecer tampoco lo había notado hasta que estuvo demasiado cerca.
Ambos se
tensaron frente a los ojos del otro pero Wei WuXian notó algo más en los del
hombre que estaba en frente. Se le secó la boca.
- Lan
Zhan... no me mires así, no me haré responsable de lo que haga si me miras de
esa manera – Lan WangJi le sostuvo la mirada a pesar de su advertencia, luego
recorrió el cuerpo de Wei WuXian con los ojos hasta volver a su rostro y sus
puños sobre sus rodillas estaban fuertemente presionados, el adolescente tragó
grueso. Aún no se movía, aún tenía sus brazos por sobre su cabeza, aún su bata
estaba abierta y para sorpresa de los dos, algo a la altura de sus caderas
comenzó a elevarse con ímpetu.
La elegante
manzana de adán en el cuello del segundo maestro Lan subió y bajó, solo
entonces Wei WuXian se sintió un poco avergonzado y comenzó a mover los brazos
para cubrirse, pero una fuerte mano sujetó las suyas manteniéndolas por sobre
su cabeza. El rostro de Lan WangJi estuvo cerca, demasiado cerca, y Wei WuXian
solo pudo estampar su boca con la del mayor antes de que otra respiración del
segundo maestro Lan le rozara los labios. Lan WangJi se tensó, tal vez
transcurrieron alrededor de cinco segundos en que no respondió y que pareció
dubitativo, pero una insistencia por parte de los labios de Wei WuXian lo hizo
derretirse ante el tacto. Una vez respondió el beso no pasó demasiado para que
el adolescente intentara sentir su lengua, cuando sintió la caricia de la otra
rozando la suya un gemido desvergonzado ronroneó en su garganta.
Ante la
intensidad del beso ninguno parecía querer separarse y el agarre de la mano de
Lan WangJi en las muñecas de Wei WuXian solo se hizo más firme. Los finos dedos
del segundo maestro Lan acariciaron con delicadeza los abdominales del menor
desnudo, éste se inclinó hacia arriba mientras volvía a gemir contra la boca
ajena, y solo pudo escapar de ella cuando a ambos les faltó el aire. Pero
entonces Lan WangJi no se apartó tampoco, rozó la comisura de sus labios
hinchados por las mejillas de Wei WuXian y depositó un suave camino de besos
mientras su mano acariciaba cada vez más abajo.
- Aaaah Lan
Zhan... baja más... tócame – exigió. Una mano tomó firmemente su erección y
comenzó a tocarla sin dudar. Si bien el ritmo no era rápido, la fuerza que
propiciaba su agarre era lo suficientemente placentera como para volver a
hacerlo gemir. Wei WuXian estuvo seguro de que Lan WangJi lo estaba besando
para callar sus gemidos – Mmm... - la mano comenzó a subir el ritmo de sus
movimientos mientras él se sacudía bajo su tacto, quería abrir los ojos para
observar algún cambio en las expresiones del mayor, pero no podía hacerlo entre
las oleadas de placer – Aaah...
Lan WangJi
soltó sus brazos para acomodarse en la cama, de inmediato estos aprisionaron su
cuello y si no hubiera sido porque se sentía perdido, hubiera desesperadamente
arrancado las ropas del mayor.
- Lan
Zhan... - susurró mientras este le besaba el cuello. Su mano se mantenía en
movimientos rápidos, fuertes y constantes mientras envolvía su erección – Si
sigues así voy a... ahm...
- Hazlo –
respondió en un tono ronco desde su cuello, simplemente escucharlo hizo que Wei
WuXian quisiera suplicarle que hiciera más, pero temió que este se asustara de
su desesperación y corriera lejos de él. No podía irse, no hasta que terminaran
al menos.
-
Pe-pero... aah... ¿Y tú? – como respuesta Lan WangJi mordió con fuerza su
cuello y bajó una de sus manos para acariciar la punta de su erección, desde
allí en adelante Wei WuXian no pudo protestar o recordar siquiera por qué
pretendía protestar, se volvió un coro repetitivo de balbuceos e incoherencias.
El cuerpo
completo de Wei WuXian comenzó a temblar, sentía el calor acumularse en la zona
baja cuando una lengua delicada acarició el lóbulo de su oreja y en una
inclinación desesperada y un agarre apretado de sus brazos alrededor del cuello
de Lan WangJi. Se dejó ir, callando el gemido mientras mordía la túnica blanca
con fragancia a sándalo.
Cuando la
última gota salió de sí, la sensación relajante se apoderó de él volviendo a
caer con los brazos por sobre la cabeza. Su respiración alterada era lo único
que se escuchaba en la habitación y al abrir los ojos, solo pudo observar el
brillo en los ojos de Lan WangJi, quien parecía entre divertido y enternecido.
Quería hablar pero le faltaba el aire.
La mano
limpia del segundo maestro Lan acarició su húmeda mejilla y devolvió un machón
desordenado a su lugar detrás de su oreja. Wei WuXian creyó ver la comisura de
su labio elevarse, aunque no estaba seguro de haber visto correctamente en la
penumbra.
- ¿Wei
Ying? – escuchó unos golpes en su puerta - ¿Ya estás despierto?
"Mierda",
pronunció sin dejar salir un solo sonido. El adolescente miró con pánico en los
ojos a Lan WangJi pero este pareció no percatarse de la voz infantil que estaba
pidiendo atención al otro lado de la puerta.
- ¡Wei
Ying! – gritó antes de volver a golpear con más fuerza, fue solo entonces que
la imagen frente así comenzó a desaparecer, dando luz a oscuridad y luego...
.
.
Despertó
sintiendo el peso de diez gordos sobre su cuerpo. Miró a su alrededor, por la
ventana entraba luz y no habían señales de otra persona en la habitación,
estaba solo.
- Oh... -
susurró aún sin moverse, sus brazos, su bata y su desnudez estaban precisamente
en la posición inicial de su sueño – Ooh... - comenzó a moverse con bastante
esfuerzo.
- ¡Wei
Ying! – gritó nuevamente la voz de Shaymin - ¡Lan WangJi ya llegó a la montaña,
el examen final está por comenzar! ¡Levántate! - fue solo mientras escuchaba
esas palabras que fue consciente del líquido pegajoso que estaba desparramado
por su abdomen y había humedecido con manchas las sábanas.
- Mierda...
.
.
.
BaoShan
SanRen levantó su arco al mismo tiempo en que la música del tambor comenzó.
Apuntó con su flecha a diez metros del blanco, en este caso el blanco no era
más que una esfera minúscula que colgaba de un pedestal, una piedra espiritual
que una vez se quebrada emanaba fuego azul y encendía las antorchas alrededor
del campo de entrenamiento. Los golpes en el tambor se aceleraron, y cuando la
música pareció impacientarse a tal punto que atrajo toda la atención, BaoShan
SanRen soltó su flecha y en menos de tres segundos las llamas se alzaron.
- Tiro
perfecto – celebró Mei Fen que estaba de pie delante del grupo de estudiantes.
- Mucho
mejor que tú la última vez – molestó Shaymin.
- La última
vez que lo hice fue hace cuarenta años, ¿puedes dejarlo ya?
- Jamás –
prometió el niño.
Los grupos
de jóvenes discípulos estaban correctamente formados para dar inicio al combate
y examen final, mientras saludaban respetuosamente a la maestra que caminaba
hasta posicionarse frente a ellos. Una silueta corría de manera desordenada a
través de todo el campo de entrenamiento y se vestía a medida que se acercaba,
hasta que finalmente se posicionó en la fila, empujando a varios compañeros y
haciendo oído sordo a los reclamos.
Mei Fen y
Shaymin suspiraron mientras observaban a Wei WuXian. BaoShan SanRen por su lado
permaneció seria y esperando pacientemente, no había rastro de desaprobación en
su mirada.
- Hoy es un
día importante para su generación – les dijo, su voz firme e imponente hicieron
que los discípulos se enderezaran correctamente y levantaran el pecho para
escucharla con atención y dedicación – La suma de sus calificaciones y la
aprobación de la totalidad de los exámenes harán que varios de ustedes sean
considerados indudablemente como cultivadores ante todos, sobre todo por mí.
Les deseo éxito.
Mientras la
maestra hablaba, Wei WuXian visualizó a Lan WangJi de pie a la distancia, fuera
del campo de entrenamiento. En medio del discurso de BaoShan SanRen levantó la
mano y la sacudió con fuerza para saludarlo. Mei Fen volvió a suspirar antes de
tomar la palabra.
- Es
posible que muchos de ustedes no completen esta etapa... – les dijo con
autoridad – No se sientan frustrados si es el caso, son pocos quienes logran
superar la estricta evaluación de pruebas y exámenes, para muchos de los
presentes no es primera, ni segunda e incluso tercera vez que están en esta
situación. Por favor no se desalienten ni sientan miedo, disfruten la
experiencia, diviértanse y muestren sus habilidades con confianza, sé que todos
los presentes tienen algo que dar de sí. Demuéstrenle a la maestra sus
esfuerzos – Mei Fen les sonrió al final de su discurso, los discípulos
respondieron de manera positiva y el tambor volvió a sonar para indicar a las
filas que avanzaran.
Wei WuXian
estaba de pie admirando las ropas de Lan WangJi moverse con el viento cuando
sintió un par de empujones a sus espaldas. Se volteó molesto por la repentina
rudeza del golpe.
- Ey, me
moveré no tienes que empujar – se defendió.
- Estás
retrasando a todos, despabila Wei WuXian, no es como si vieras a tu novio por
primera vez – le gruñó uno de los mayores, este era Wu Tao, tenía diecinueve
años y ya era tercera vez que intentaba graduarse. Wei WuXian y él nunca fueron
cercanos pero su relación no era mala sino que prácticamente obsoleta, sin
embargo desde que la noticia de que él marcharía de la montaña varios alumnos
comenzaron a tratarlo con hostilidad y Wu Tao era uno de ellos. Si bien el
adolescente se había esforzado por mantenerse lejos de los pleitos durante toda
esa semana, no dispuesto a perder tiempo en distracciones o recibiendo un
castigo, no pensaba permitir que alguna habladuría hiriente llegara a oídos de
Lan WangJi.
- ¿Por qué
tienes tanta prisa? No es como si fueras a dar un espectáculo después de todo–
el mayor que había pasado por delante de él y caminaba con cierto aire de
grandeza se volteó a mirarlo incrédulo.
- ¿Qué
dijiste? Repítelo– al levantar la voz llamó la atención de varios a su
alrededor, Mei Fen comenzó a caminar hacia ellos – Atrévete a repetirlo – Wei
WuXian estaba por comenzar a hablar cuando la voz de Mei Fen en un tono
particularmente suave rompió la tensión.
- Wu Tao,
puedo entender que estés ansioso, pero todos se encuentran en la misma
situación. Sin embargo no puedes permitirte perder la concentración y yo no
puedo permitir que rompas la de los demás, así que por favor adelante, toma de
los primeros un papel al azar para elegir tu compañero de combate y ve a tomar
asiento.
El chico
mayor no se atrevió a discutir con Mei Fen, caminó en silencio y sacó uno de
los papeles doblados en la mesa. Hizo una mueca al leer el nombre en él, solo
luego lo dijo con tanto resentimiento en la voz que les hizo creer a todos que
esta persona lo había insultado o le debía dinero.
- Wei
WuXian– el quinceañero bufó al escucharlo, luego sonrió. No le preocupaba en
absoluto, la técnica de pelea de Wu Tao era regular, probablemente podría
divertirse un poco con él.
Lan WangJi
caminó por el sendero de la montaña calmadamente. Shaymin le había pedido ir
con BaoShan SanRen antes del combate de Wei WuXian y le indicó seguir los
jardines. El segundo maestro Lan se impresionó por la cantidad de lirios que
adornaban el sendero, estos parecían crear finos caminos de colores que
dirigían hasta una pequeña residencia, donde fuera de ella estaba sentada la
maestra BaoShan, y miraba con cierta tristeza el lago a lo lejos.
- Dijeron
que quiere hablar conmigo – le dijo Lan WangJi luego de su reverencia
respetuosa.
- Siéntate–
le pidió. A Lan WangJi no dejaba de causarle gran impresión el tono en la voz
de la mujer, nunca había escuchado a una mujer tener una voz de mando y que
además esta fuera en un tono grave. Había algo atractivo en ello que hacía de
la figura de BaoShan SanRen inspirar enorme respeto, el segundo maestro Lan
solo podía definirlo como una gran autoridad intrínseca.
Al sentarse
a poca distancia de ella notó que tenían la misma altura. Ella suspiró luego de
un momento de silencio.
- Todo
esto... – dirigió su mano suavemente hacia el paisaje – Es la parte visible de
algo invisible. – susurró con aprecio – Todo lo que un hombre puede ser en un
bosque, ha sido para Wei Ying lo suficientemente reconfortante como para
mantener su mente equilibrada. Pero afuera las cosas no se rigen tan simples...
Wei Ying solo conoce esto, el orden perfecto y natural de una montaña, la
sobreprotección de Mei Fen, las travesuras de Shaymin, sonrisas felices,
ancianos pacíficos. En el peor de los casos le han hecho comentarios ofensivos
un par de veces pero los olvida tan rápido como los escucha porque no son nada
para él, no siente como suyas las palabras que dicen otras personas. Pero...
¿Qué pasará cuando estás personas afirmen conocerlo más que él mismo? – volvió
a suspirar – La gente allá afuera vive con mentes afiebradas y me temo que Wei
Ying no tendrá defensas esta vez. Es obstinado como antes, sí, pero ya no tiene
a quién defender, solo te tiene a ti.
Lan WangJi
tenía la mirada baja incapaz de encontrar una sola palabra que fuera digna de
ser utilizada como respuesta, se quedó corto de vocabulario.
- El primer
día que llegaste aquí trabajé en esto – le tendió una cajita de madera. Lan
WangJi la tomó con cuidado en sus manos sintiendo que dentro había un amuleto
con rebosante aire zen, con al menos cinco veces la cantidad que el regalo que
le había hecho Wei WuXian – Es una esmeralda trabajada con el mismo conjuro del
incienso somnífero que usaba en Wei Ying cuando él tenía solo tres años y tenía
miedo de dormir. Me temo que sus días ya serán lo suficientemente agitados desde
ahora en adelante como para además no dormir por las noches.
- Esto...
¿Retrasará sus recuerdos? – ella asintió como respuesta.
- Por un
tiempo, pero es probable que comience a recordar estando despierto. Puedes
intentar mantenerlo con él colgándolo en su cinturón, pero de todas maneras el
aire zen terminará por absorberse por completo en algún momento, te sugeriría
solo utilizarlo para que pueda dormir.
- Lo haré.
Cuidaré de él – prometió.
- Sé que lo
harás.
Ella le
dedicó una mirada amistosa. Pasos agitados se acercaron a ellos y vieron a
Shaymin dar un gran salto directo al regazo de BaoShan, sin embargo la maestra
permaneció inexpresiva.
- ¡El duelo
de Wei Ying va a comenzar! – anunció cantando.
.
.
.
Wei WuXian
vio aproximarse a Lan WangJi junto a su maestra, le sonrió animado.
- Las
reglas son las mismas de siempre; quien sea incapacitado primero, pierde.
Recuerden que el aire zen está bloqueado dentro del campo de entrenamiento, por
lo que experimentaran emociones negativas a las que no están habituados.
¡Comiencen! – gritó Mei Fen, no había acabado de hablar para cuando Wu Tao se
lanzó hacia a Wei WuXian atacándolo sin ninguna vacilación. El golpe fue
esquivado fácilmente por el quinceañero que dio un salto y giró, se colocó a
las espaldas de Wu Tao y le propinó un golpe en el trasero. Las risas burlonas
se escucharon con fuerza.
A nadie le
hubiera gustado enfrentarse con Wei WuXian para el examen, y probablemente
nadie hubiera reído del pobre discípulo que tuviera tan mala suerte, sin
embargo muchos eran conscientes de que Wu Tao era de quienes había hostigado a
Wei WuXian en el último tiempo, por lo que se rieron sin cargos de conciencia.
Wu Tao se
giró estando en el suelo y dio una patada en los pies de Wei WuXian, quien cayó
al suelo y el mayor se posó sobre él.
- Ey, Wu
Tao, ¿no crees que esta posición es un poco comprometedora? – le preguntó
mientras el gran chico se sentaba a horcajadas sobre él y levantaba su puño
para impulsar su siguiente golpe, el cual fue detenido por la mano de Wei
WuXian que lo sostuvo con fuerza y de manera provocativa acarició con la mano
libre el muslo del otro chico– Creo que esto te está gustando Wu Tao, ¿No me
habías dicho que era un sucio manga cortada el otro día? ¿Creías que no te
escuché? Pues mírate... ¿Quién es el que se sentó sobre mí? Sabiendo que me
gustan los hombres... - negó con la cabeza mientras miraba al chico que había
intentado golpearlo con la otra mano pero nuevamente esta fue sujeta por la de
Wei WuXian – Te tengo una mala noticia... – declaró – No rozas mis estándares.
Tomó las
manos de Wu Tao y levantó con facilidad su peso, girándolo y lanzándolo contra
el suelo con un fuerte golpe. Fue consciente de que estaba sujetando con la
suficiente fuerza su cabeza como para que esta se estampara contra el suelo, y
fue más consciente de la sangre que brotó de su boca y manchó el suelo. Sujetó
sus manos en su espalda, y su rodilla se posó a la altura del coxis. Wu Tao
estaba incapacitado.
- Ya está,
ganó Wei WuXian – les dijo Mei Fen. Algunas risas se escucharon alrededor y el
quinceañero soltó al mayor y se alejó mientras este se ponía de pie.
Wei WuXian
estaba limpiándose el polvo de la ropa con una gran sonrisa cuando lo escuchó
hablar.
- ¿Te crees
mejor que todos, no? Qué bueno que te vayas, nadie que no sabe apreciar las
enseñanzas de la maestra debería quedarse a ensuciar su vista– lo había dicho
dándole la espalda, en un murmuro lo suficientemente bajo como para que solo
ambos escucharan.
- ¿Qué
dijiste?
- Que
deberías irte de una vez por todas – repitió en el mismo tono - Así como tu
mamá, que se creyó la gran cosa y murió solo unos años luego de salir de aquí,
también debes irte y morir fuera de aquí por tu propia vanidad– Wei WuXian
comenzó a reír y se acercó a él. Le tendió su mano para levantarlo del piso con
una sonrisa que parecía amistosa a simple vista.
- ¿Se
supone que debería tomar tus palabras en serio? Tú no sabes nada de tus padres,
no destacas en nada, aún así te atreves a hablar sobre mí y yo te lo he
permitido porque tú no eres nadie importante, solo un fracasado resentido–
volvió a mover su mano como si quisiera ayudarle a ponerse de pie. Sabía que
nadie estaba lo suficientemente cerca como para escucharlo y que su
acercamiento solo parecía algo amistoso, su ceño tampoco se frunció mientras le
decía aquellas palabras. En el fondo de sí estaba molesto, porque su madre era
una figura preciada para él, no podía permitir que hablaran mal de ella en su
presencia, pero tampoco quería dejarle notar a todos cuanto odiaba esas
palabras que había escuchado por tanto tiempo, no cuando él estaba por salir de
allí para tal vez nunca más volver. No quería dejar esa imagen. Para su
sorpresa y la de todos, Wu Tao estaba tan furioso que pareció perder toda
racionalidad cuando sacó de su manga un cuchillo y lo enterró en el muslo de
Wei WuXian. Este miró sin creerse lo que acababa de ocurrir. Se suponía que no
se permitían elementos corto punzantes en esas peleas.
Wu Tao se
sujetó del cuchillo y se inclinó hacia arriba, haciendo que el dolor
arrodillara a Wei WuXian.
- Tú y el
imbécil de blanco no son más que un par de asquerosos manga cortadas, no valen
nada – Wei WuXian lo miró a los ojos por un segundo que se hizo eterno, fue
consciente de que la gente a su alrededor comenzó a acercarse en ese momento y
que él en su enfado no iba a dar un paso atrás. Sacó el cuchillo de su muslo,
jaló la mano derecha de Wu Tao y la cortó con un solo movimiento. La mano quedó
en el suelo y al siguiente segundo, la sangre comenzó a esparcirse por todo el
lugar. Cuando Wu Tao notó lo que había ocurrido comenzó a gritar y pareció que
iba a desmayarse, pero entonces volvió a gritar.
Solo en ese
momento llegaron todos lo suficientemente cerca como para separarlos. Lan
WangJi se agachó frente al quinceañero y evaluó su herida profunda, sacó un
pañuelo de los bolsillos interiores de su túnica y vendó con fuerza la herida
de manera externa para evitar que Wei WuXian perdiera más sangre. Mientras Wu
Tao... estaba en el suelo, desmayado.
- ¿Qué
pasó? – exigió Mei Fen - ¡Wei Ying! ¿Cómo pudiste cortarle la mano? – ella
estaba furiosa y miraba con frustración el cuerpo desmayado de Wu Tao. Shaymin
se agachó y le pinchó la cara con un dedo.
- Mei Fen,
creo que deberías apresurarte en parar la hemorragia – le sugirió el niño –
Creo que se está muriendo.
- ¡Wei
WuXian! – le gritó otro discípulo - ¿Cómo puedes ser tan cruel? Él nunca podrá
usar su espada otra vez.
- Aprenderá
a usarla con la mano izquierda – todos se giraron al escuchar la voz que
provenía de atrás del campo, por las palabras dichas varios quisieron
protestar, hasta que notaron que quien las había dicho era la mismísima BaoShan
SanRen – Si no lo hubiera hecho Wei Ying, lo hubiera hecho yo – les dijo
mientras calmadamente caminaba hasta ellos – Utilizar un arma corto punzante en
este examen está prohibido. Aprendan lo que ocurrirá si desobedecen las reglas
y se deshonran así mismos. Mei Fen, llévalo a la enfermería. Shaymin, ve a
buscar un par de curanderos para que detengan esa hemorragia. Wei Ying, ve con
Lan WangJi a tratar tu herida.
Wei WuXian
continuaba respirando agitadamente mientras miraba a Wu Tao en el suelo. En sus
oídos solo se podía escuchar un incesable murmullo de una voz desconocida que
susurraba de manera enfermiza que lo matara, que si no lo hacía él cobraría su venganza
luego y él no podía darse ese lujo, tenía a Lan WangJi y quería protegerlo. Iba
a dar un paso adelante pero sintió una fuerte mano arrebatarle el cuchillo.
Levantó la mirada y vio unos ojos dorados que lo miraban fijamente con el ceño
fruncido y notable preocupación.
Lan WangJi
jaló a Wei WuXian hasta la cabaña, solo allí lo sentó en la cama, separó sus
túnicas con agilidad, y rebuscó en su bolsa de qiankun por lo básico comenzando
a limpiar la profunda herida.
- ¿Qué fue
lo que ocurrió? – preguntó con voz seria, solo entonces Wei WuXian comenzó a
comprender lo que había ocurrido, que había caído en el juego de la provocación
de Wu Tao, quien probablemente guardó el cuchillo para tomar ventaja en su
duelo pero no tuvo la oportunidad de usarlo porque había sido incapacitado
demasiado rápido. Y luego él... le había cortado la mano sin detenerse a
pensarlo un solo segundo, una voz en su cabeza le había gritado que lo hiciera
de la misma manera en que meses atrás había herido a su maestra. ¿Cómo podía perder
el control de esa manera solo con enfadarse un poco? ¿Qué tanto lo reprimía el
aire zen que podía actuar de esa manera en cuanto este descendía? Se sintió
mareado, la voz en su cabeza había bajado considerablemente de volumen pero aún
estaba ahí susurrando palabras inentendibles de odio y dolor - ¿Wei Ying?
- Creo que
me estoy volviendo loco... – susurró con el ceño fruncido. Lan WangJi lo miró
esperando que este dijera más pero el quinceañero cerró los ojos, se veía
cansado.
Permanecieron
en silencio unos momentos hasta que alguien llamó a la puerta.
- ¿Puedo
pasar? – pregunto Jie Ming. Era quien usualmente estaba con Mei Fen, por lo que
debía tener información el estado de Wu Tao.
- ¿Cómo
está? – preguntó Wei WuXian sin rodeos.
- Había
despertado, pero se volvió a desmayar cuando vio a los ancianos curando su
mano... ejém, muñeca – rectificó recordando que la mano de Wu Tao ya no estaba
donde se suponía debía estar. Wei WuXian suspiró– La ceremonia de graduación se
llevará a cabo en media hora, la maestra pidió que te recordara que usaras tu
traje formal.
- ¿Está
enfadada? – Jie Ming le sonrió y se acercó hasta sentarse en la cama junto a
él.
- No, tengo
la impresión de que escuchó la disputa entre ustedes. De hecho fue la única que
no se acercó, no estaba preocupada en lo más mínimo por Wu Tao. Bueno, ya sabes
cómo es la maestra, incluso si lo hubiera estado se mantendrá alejada y le
ordenará a Mei Fen hacer algo al respecto – Wei WuXian asintió.
- Nunca
tuve nada en contra de Wu Tao, no puedo creer lo que hice hoy – suspiró
arrepentido. Jie Ming y Lan WangJi compartieron una mirada compasiva.
- La
maestra no mintió cuando dijo que ella le hubiera cortado la mano a Wu Tao de
todas maneras – todos se voltearon a mirar hacia la ventana. Shaymin estaba allí
sentado balanceando sus pies y comiendo una ciruela, habló con la boca llena –
Además es casi gracioso como la historia se repite, a tu madre le pasó
exactamente lo mismo el día que salió de aquí... aunque no es el único caso.
- No es
gracioso, Shaymin – regañó Jie Ming.
- Dije
casi.
- ¿Mi
madre?
- Si, tuvo
un combate con un compañero de generación, éste perdió y la lastimó cuando
CangSe le dio la espalda luego de haberlo vencido. Ella se enfadó y le atravesó
el pecho con Suanni.
- ¿Lo mató?
– preguntó el quinceañero sorprendido, nunca había escuchado esa historia. Fue
Jie Ming quien negó con la cabeza y continuó.
- No, esa
persona es el profesor Zhang. Fue herido de gravedad pero sobrevivió, aun así
fue severamente castigado y la Maestra le prohibió volver a utilizar su espada
para cultivar y perdió la posibilidad de salir alguna vez de la montaña.
- Así es –
aseguró Shaymin – La maestra BaoShan dijo que ningún alumno que demostrara
deshonor saldría vivo de aquí.
- Ahora
entiendo porque ese profesor me odia... - pensó en voz alta, de pronto sintió
la mano de Lan WangJi acariciar el dorso de su mano. Lo miró– Lamento esto,
quería impresionarte – se disculpó bajando la mirada.
- Estoy
impresionado – respondió de inmediato el segundo maestro Lan. De pronto Wei
WuXian soltó una carcajada y tanto Shaymin como Jie Ming rieron un poco más
apaciguados.
- ¡No
impresionado de esa manera, Lan Zhan! – Wei WuXian miró con ojos suaves a Lan
WangJi que se encontraba agachado y apretando firmemente la herida con una
venda, el quinceañero estiró la mano y le rasco suavemente la barbilla, le
sonrió notando el leve rubor en las orejas de Lan WangJi.
Jie Ming y
Shaymin que estaban en la misma habitación sintieron la fuerte necesidad de
mirar a otro lado.
- Em... Lan
WangJi, ven conmigo a buscar medicina para el saltamontes– pidió sin mirar, el
quinceañero puso mala cara por la interrupción, reacio a querer que el segundo
maestro Lan se alejara.
- ¿No
puedes ir tu solo? – Shaymin puso los ojos en blanco, pero antes de que pudiera
decir algo al respecto Lan WangJi se puso de pie.
- Volveré
pronto– Wei WuXian suspiró y asintió con un puchero en los labios.
Al salir de
la cabaña y dejar la puerta abierta, la visible figura alta e imponente de Lan
WangJi junto al pequeño Shaymin que le llegaba solo un poco más arriba de las
rodillas hicieron que el quinceañero se riera. Jie Ming se sentó más cerca de
él y revisó su herida.
- Ya dejó
de sangrar. No morirás – quiso bromear. Wei WuXian notó que estaba un poco
afectado, su primera impresión fue que la razón era lo que había ocurrido con
Wu Tao, pero Jie Ming siempre había sido calmo por lo que optó por preguntar.
- ¿Qué es?
Si te incomoda quedarte aquí puedes ir...
- No es lo
que estás pensando – cortó con un tono ligero de regaño – Hay algo que quiero
pedirte – Jie Ming tomó su cabello y lo acomodó a un lado del rostro.
- ¿A mí?
- Hay algo
que solo tú puedes hacer por mí... - Jie Ming buscó entre sus ropas y sacó un
pañuelo, lo abrió y desenvolvió lo que era una vieja pulsera con tres tallados
pequeños de arcilla.
- ¿Una
pulsera de nacimiento? – leyó en voz alta los caracteres que tenían los cubos
pequeños de arcilla – X-I-A-O.
- Es de
XingChen. Es lo único que tenía como recuerdo de sus padres, siempre la llevaba
consigo pero dos días antes de irse la perdió... la encontré en el lago y
quisiera... yo...
- ¿Quieres
que lo busque y se la entregue? – Jie Ming asintió.
- Él y yo
nos criamos como hermanos. Realmente me sentiría mal si esto no volviera a su
dueño sabiendo lo importante que es para él – Wei WuXian asintió y estiró la
mano, el mayor volvió a envolver cuidadosamente la pulsera y la colocó en su
mano– Si lo ves... dile que se cuide, por favor.
- ¿No se lo
dijiste antes de que se fuera? – preguntó mientras intentaba recordar el
momento en que Xiao XingChen se había ido de la montaña, pero solo podía
recordar el rumor de que se había ido cuando al pasar varios días nadie lo vio
más.
- No se lo
dije, estábamos enfadados y aunque fue a despedirse yo no le abrí la puerta –
el quinceañero notó lo arrepentida que sonaba su voz y solo pudo colocar la
mano en el hombro del mayor y prometerle.
- Lo
encontraré, le daré la pulsera y le diré que se cuide.
.
.
.
- ¿Estas
preocupado? – le preguntó Shaymin a Lan WangJi mientras ambos molían hierbas y
la untaban con aceite medicinal. El niño no espero a que el mayor contestara–
La energía resentida es parte del alma de Wei Ying, las emociones negativas las
harán más notorias. A eso, súmale que no importa cuánto yo haya intentado
limpiar ciertas sensaciones, algunas habían penetrado hasta el núcleo, y Wei
Ying estaba paranoico, sus defensas se activarán de esta manera si es atacado
por la espalda.
- ¿Incluso
aquí puede sentir la energía resentida?
- No la
toma del exterior como solía hacerlo para darle uso, en este tipo de ocasiones
las produce el mismo – Lan WangJi lo miró aún más preocupado, Shaymin levantó
los hombros – Al menos podrá defenderse.
- Pero
podrá hacer algo de lo que se arrepienta.
- No
funciona así...– defendió el niño mientras guardaba en un frasco el ungüento
que habían hecho – Hay instintos poderosos en Wei Ying, el más fuerte de ellos
es el protector, igual que en ti– Lan WangJi frunció el ceño, había olvidado
que Shaymin podía leer demasiado de él y se sintió incómodo, el niño al notarlo
se rió– No te preocupes, todo estará bien – aseguró.
.
.
.
- Los tres
primeros lugares de este año los obtienen Luo Xiahou, Wei WuXian y Shan Enlai.
Los alumnos
alrededor aplaudieron. Todos llevaban consigo el traje formal de la secta, el
impecable blanco combinado con verde pálido que acompañaba sus sonrisas los
hacía lucir puros e ingenuos. Lan WangJi tuvo la sensación de estar entre los
jóvenes de la secta Lan por momentos.
BaoShan
SanRen caminó frente a las filas ordenadas de discípulos y uno a uno colgó en
sus cinturones colgantes con esmeraldas, reconociéndolos formalmente como
cultivadores de la secta. Era precisamente este momento en que los discípulos
podían tomar un nombre de cortesía con el apellido de su estimada maestra.
Una vez
recibidos los honores, tuvieron acceso a sus espadas propias y nombradas por
ellos mismos, todos a excepción de Wei WuXian, quien tomó a Sunny y la
desenvainó. Una sensación de alivio le recorrió la espalda una vez que se
reflejó en ella. A pesar de lo que había ocurrido en la tarde seguía siendo él
mismo.
.
Aquella
tarde celebraron con un festín. Wei WuXian comió hasta saciarse y bebió todo lo
que su estómago soporto a pesar de que aún era de día; cantó, bailó y habló con
compañeros que le aseguraron lo extrañarían, aunque no precisamente a él sino
que al bullicio que significaba Wei WuXian. El suceso de la tarde fue opacado
por el hecho de que otros dos discípulos estaban gravemente lastimados mientras
que Wu Tao estaba fuera de peligro de muerte.
Decidieron
partir al atardecer. El segundo maestro Lan tuvo la sensación de que la
ansiedad de Wei WuXian por salir de la montaña se debía al miedo por cambiar de
opinión en el último momento. Al menos esos decían sus ojos que se dirigían a
Mei Fen y Shaymin con anhelo cada tanto.
Wei WuXian
cargó dos bolsas de qianku con sus pertenencias en su espalda, la sentía pesada
aunque claramente no se notaban lo cargadas que estas iban. Lan WangJi le quitó
una y la puso sobre sus hombros también, el quinceañero le sonrió y luego miró
a los tres inmortales de pie juntos en frente de él, BaoShan en medio, Shaymin
a su derecha y Mei Fen a su izquierda. Era la hora de decirles adiós.
Wei WuXian
los miró con la mejor sonrisa que pudo sostener mientras sus ojos escocían por
las lágrimas contenidas e hizo una profunda y duradera reverencia hacía los
tres. Shaymin y Mei Fen la devolvieron, BaoShan SanRen asintió mirándolo a los
ojos, como una especie de consentimiento y recordatorio de que ella sería
siempre su maestra.
Luego de un
suspiro profundo, Wei WuXian dio la vuelta y junto a Lan WangJi comenzaron a
caminar hasta la salida.
- ¿Estás
seguro? – no pudo evitar preguntar el segundo maestro Lan, no mientras los ojos
de Wei WuXian estaban tristes. – Y...
- ¿Eh? ¿Y
qué?
- ¿No te
despedirás de tu novia? – al escuchar aquello Wei WuXian comenzó a reír con
fuerza.
- Estoy
completamente seguro Lan Zhan – respondió mientras le tomaba la mano sin
detener su andar como tampoco su risa. Y así sin más, abandonaron la
montaña.