Lan WangJi acababa de entrar en la
habitación, iba a comenzar a prepararse para dormir cuando escuchó unos pasos
corriendo por el piso de madera que estaba junto a la cabaña, luego se
detuvieron y una silueta conocida permaneció de pie sin moverse desde fuera. El
segundo maestro Lan fue hasta la puerta y la abrió encontrándose a Wei WuXian,
éste estaba con la cabeza baja y brazos cruzados. No se hubiera percatado de su
estado si las lágrimas no hubieran goteado por su nariz.
- ¿Qué pasa? – preguntó con su
habitual calma, pero el deje de preocupación no le pasó desapercibido al
adolescente. No respondió pero se lanzó a rodear la cintura de Lan WangJi con
sus brazos y enterró con fuerza el rostro en su pecho.
Wei WuXian odiaba llorar, no lo
hacía nunca, pero desde que Lan WangJi había llegado a la montaña su presencia
le había hecho bajar la guardia como si esta vez hubiera alguien dispuesto a
defenderlo para cuando se mostrara vulnerable. Un sollozo ahogado hizo que sus
hombros se levantaran, quiso disculparse por ensuciar su blanco traje pero no
se atrevía a levantar el rostro. El segundo maestro Lan dio pasos cortos con él
hasta entrar en la habitación, y cuando intentó sentarlo en la cama éste no
mostró signos de querer separarse, por lo que levantó sus piernas hasta
acomodarlo en su regazo, de modo que Wei WuXian quedó sentado sobre las piernas
de Lan WangJi donde recibió suaves caricias en el cabello mientras era
contenido como un niño pequeño.
Lan WangJi odiaba el contacto
físico pero siempre quiso abrazar de aquella manera a Wei WuXian. Lo dejó
llorar hasta que sus ojos se cansaron y solo allí el agarre firme alrededor de
su cintura cedió, el adolescente acomodó sus puños apretando las ropas del
segundo maestro Lan como si de esta manera pudiera sentir más su compañía.
Wei WuXian notó algo mientras
lloraba: si precisamente se sentía tan deprimido en ese instante era porque no
lograba congeniar ningún lugar en su mente con el significado de la palabra
"hogar" y aunque se esforzaba en hacerlo con la montaña, sintió que
su maestra le acababa de quitar esa opción, pero algo en la presencia de Lan
WangJi le hacía sentir más cerca de aquel significado. Tuvo el pensamiento de
que realmente quería atesorar a esa persona.
El segundo maestro Lan sabía que
Wei WuXian no era una persona sentimental, cuando éste murió él estuvo
investigando sobre algunos aspectos de su vida; en Yunmeng mucha gente que no
pertenecía a ninguna secta lo conocía, de ellos pudo recaudar la mayor cantidad
de información, cómo que Wei WuXian fue un huérfano que deambuló por las calles
dos años antes de ser encontrado por Jiang FengMian, luego soportó los
considerables castigo de Madam Yu, quien por amoríos previos a su matrimonio y
la notable preferencia de su esposo a quien era el hijo de una amada del
pasado, nunca aceptó el trato que éste tenía con Wei WuXian. En pocas palabras,
Lan WangJi se hacía una idea de que gran parte de su personalidad era gracias a
una gran fuerza de supervivencia interior y rechazo a la negatividad, como
alguien que había aprendido desde temprana edad que con lágrimas no conseguiría
nada, y lo mejor que podía hacer para combatir el rechazo, las dificultades y
las preocupaciones, era dar una gran y radiante sonrisa. No obstante, él fue
testigo de cómo aquel muro de fortaleza se fue haciendo pedazos en su vida poco
a poco, muchas veces imaginó que podría sostenerlo de la misma manera en que lo
estaba haciendo en ese momento y decirle, asegurarle y prometerle que todo
estaría bien, pero la personalidad que sostenía entre sus brazos ahora era un
poco diferente, no había tenido que plantearse resistente ante el odio y la
envidia, al contrario, había crecido en una montaña completamente llena de
armonía, con las únicas preocupaciones de las inseguridades que le causaban sus
pesadillas. Este Wei WuXian era más transparente, aunque no podía definir si
más ingenuo, sí parecía más sensible, lo que por cierto le gustaba si eso le posibilitaba
cuidar más de él.
El segundo maestro Lan dio
palmaditas en su espalda para calmarlo, sintió la respiración del adolescente
en su cuello, y se tensó un poco por la cercanía, pero no se esperó que fuera
este mismo quien acercó sus labios al cuello de Lan WangJi en un suave beso.
Como si hubiera recibido una
descarga eléctrica, Lan WangJi se tensó y apretó los puños, no lo alejó pero
tampoco continuó dándole caricias, parecía complicado sobre cómo actuar o qué
decir luego de eso.
- Gracias... - susurró el
adolescente.
- Mn – escuchó como respuesta
varios segundos después.
Wei WuXian tenía un fuerte deseo
por acariciar su rostro, se sentía ensimismado en la cercanía corporal que le
ofrecía el cuerpo de Lan WangJi, pero notó su tensión luego de su arrebato y se
obligó a contenerse. Lo que menos quería era incomodarlo, que se fuera y no
volviera nunca más.
Se rió de sí mismo para quitarse
los incómodos pensamientos y se frotó los ojos, de un saltó se alejó de Lan
WangJi.
- Lo siento, prometo no volver a ponerme
de esta manera, debí asustarte – se disculpó dando un par de pasos hacia atrás.
El mayor no pretendía dejarlo ir, por lo que fue hasta la mesa y le sirvió un
poco del té que habían dejado en su habitación.
- ¿Qué sucedió? – preguntó una vez
le sirvió. Wei WuXian sabía que no debía rechazar el té por educación, por lo
que lo bebió en un rápido sorbo que le enroscó la lengua y quemó la garganta
por la alta temperatura del té.
- No es nada, no te preocupes, ya
pasó – le ofreció una sonrisa, pero su nariz estaba hinchada, el intento por
tranquilizar su preocupación solo terminó por enternecer a Lan WangJi – Mañana
te vas... - susurró de pronto sonando cabizbajo otra vez - ¿Puedo... puedo
dormir aquí? – se preparó para una negativa por lo que se sorprendió cuando
escuchó la respuesta.
- Está bien.
El adolescente pestañeó un par de
veces por la sorpresa y luego le dio otra gran sonrisa, cuando iba a agregar
algo más, su estómago gruñó fuerte. Y como si hubiera estado escuchando, que
probablemente era el caso, una pequeña silueta se acercó para tocar la puerta
solo un segundo luego de ello.
Wei WuXian fue quien le abrió a
Shaymin, que se acercaba caminando con una sonrisa y una gran bandeja en sus
manos.
- Se supone que debías pasar a
buscar tu cena – regañó mientras acomodaba los platillos en la mesa – Lo siento
segundo maestro Lan, pero Wei Ying no ha cenado y ya que se va a quedar aquí...
- ¡Deja de escuchar conversaciones
ajenas! - Shaymin solo se rió al salir. El adolescente suspiró.
- ¿Cenaste? - preguntó el
adolescente a Lan WangJi.
- Lo hice.
- Bueno, comeré de prisa puedes
prepararte para dormir si lo deseas.
- No hay prisa – le aseguró. Aun
así Wei WuXian comenzó a comer con rapidez y poca cortesía sabiendo que no
podría hablar con él mientras comía.
Luego de terminar la cena el
adolescente fue hasta su habitación para buscar un cambio de ropa, asearse y
lavarse los dientes. Se sintió un poco nervioso y trató de recordar si es que
la noche anterior había dormido solo o con él.
- El licor era demasiado fuerte,
me emborraché demasiado pronto – se lamentó mientras caminaba hasta la
habitación de Lan WangJi, con solo la túnica interior pero cubierto por una
gran colcha negra, esperaba pasar desapercibido en la oscuridad. Entró sin
golpear a la habitación y se encontró con el segundo maestro Lan quitándose las
túnicas exteriores. Se quedó congelado mirándolo unos instantes, admirando su
cuerpo y sintiendo el corazón desbocado queriendo escapar por su garganta – Oh,
lo siento, me acostaré ahora. – logró balbucear.
- Mn.
"Si soy importante para esta
persona desde mi vida anterior, quiere decir que ha mantenido sus afectos por
mí por más de 15 años, debí haber hecho algo muy bueno en mi vida pasada para
merecer algo como eso... Él debe tener 30 y tantos, ¿yo tendría la misma edad
que él si en mi vida pasada no hubiera muerto? Morí joven entonces... o tal vez
era un anciano degenerado..."
Durante todo el transcurso de sus
pensamientos, se recostó en la cama mirando hacía la pared. La cama no era
pequeña pero tampoco se ajustaba al cuerpo de dos personas por lo que dormirían
realmente cerca y la idea lo entusiasmó, solo esperó no avergonzarse así mismo
babeando.
Lan WangJi se sentía sumamente
tranquilo, pensó en que el aire zen del lugar debía ser más denso durante las
noches ya que la anterior también había caído rendido con facilidad, pero un
olor familiar llegó hasta la nariz de Wei WuXian.
- Ese es... - susurró mientras se
giraba y observaba a Lan WangJi soltar su cabello – El aroma del incienso de la
maestra... que extraño que sintamos el aroma desde acá, estamos lejos de su
habitación.
- No identifico el aroma – el
segundo maestro Lan concentró el sentido del olfato pero no lograba distinguir
nada singular.
- Es difícil de detectar, el
incienso es para calmar el alma, la maestra lo usa pocas veces. Conmigo lo hizo
en mi infancia para evitar pesadillas. Necesita de energía espiritual para
activarse por lo que siempre que sientes el aroma es porque alguien está
alimentándolo con su energía, así que es muy extraño sentir el aroma solo por
casualidad.
Una idea fugaz se hizo presente en
la mente de Wei WuXian.
"¿La maestra me está ayudando
a dormir?", pero tan pronto fue consciente de ella se deprimió,
negándose a sí mismo la posibilidad de continuar engañándose con afecto que no
existía.
"Ella me quiere fuera de
aquí."
Lan WangJi se recostó junto a él y
apagó la vela con un dedo, luego se acomodó y él silencio se hizo presente.
Tras uno, dos, tres minutos de
silencio, el adolescente comenzó a concentrarse demasiado en los sonidos
pequeños que le rodeaban; los grillos y las lechuzas en el jardín de fuera, la
respiración suave del hombre junto a él y sus propios latidos, desaforados. Se
quedó quieto, intentando no molestarlo, pero la persona junta a él se mantenía
realmente silenciosa. Suspiró, cuando comenzaba a incomodarse y sentirse
nervioso recordó lo sucedido en la tarde, el momento en que Lan WangJi confirmó
que le gustaba, que había ido hasta la montaña por él... De pronto comenzó a
reírse.
- ¿Qué? – La voz de Lan WangJi
sonaba bastante despierta.
- Nada, solo... - Wei WuXian se
volteó, a tientas buscó el brazo de Lan WangJi y lo pasó por debajo de sí para
acomodarse sobre el pecho de este. Si algo bueno tenía la oscuridad, era que le
daba confianza – Solo estoy muy feliz de que estés aquí. – inhaló profundamente
el aroma a sándalo que emanaba del cuerpo del segundo maestro Lan, quien si
bien se tensó, no lo detuvo – ¿Lan Zhan?
- ¿Mm?
- ¿Cómo lucía en mi vida anterior?
¿Físicamente me parezco a la persona que te gustaba?
- Mn.
- Oh... - sonrió, agradecido de
que así fuera – Entonces continuó gustándote físicamente – concluyó.
- Wei Ying es Wei Ying – respondió
en un susurro suave. Wei WuXian dejó escapar el aire de manera desprevenida y
sonoro por la sorpresa al comprender lo que escuchó, su corazón latió tan
rápido que por un segundo fue todo lo que pudo escuchar.
- Lan Zhan – dijo con voz
contenida – Lamento si mis recuerdos borrosos no me permiten recordar todo lo
que pasamos juntos pero... tienes que saber que mi corazón sí te recuerda –
tomó la mano del segundo maestro Lan y la puso sobre su pecho. Lan WangJi
respiró con dificultad al notar el fuerte y rápido golpeteo - ¿Lo sientes? Ha
estado así desde que tu aroma llegó a mí– volvió a abrazarse con fuerza al hombre
y suspiró. Cuando acomodó la cabeza sobre el pecho de Lan WangJi sintió que el
corazón de este también latía con fuerza, razón por la que sonrió con los ojos
cerrados en la oscuridad.
Luego de unos segundos de
silencio, sintió unos amables dedos acariciar sus cabellos.
- Wei Ying – llamó con voz más
ronca.
- Dime
- ¿Qué sucedió?
- Ah... - supo de inmediato a que
se refería, pero sabía que lo mejor sería no hablar de ello allí, donde Shaymin
podría averiguar sus tristes pensamientos – No fue nada. Lan Zhan... hay algo
que... quisiera preguntar.
- ¿Qué es? – el adolescente se
levantó un poco, aunque no podía ver el rostro de Lan WangJi quería estar más
atento a los sonidos o su tensión corporal.
- Yo... ¿Podría ir contigo? –
susurró muy bajo, de manera casi inaudible, como si temiera que alguien lo
fuera a escuchar. Como Lan WangJi no respondió de inmediato se apresuró en
agregar en el mismo tono bajo – No te sientas obligado en decir que sí, es solo
que pensaba en convertirme en un cultivador errante al salir de aquí y sería
más que genial si tuviera tu compañía, pero si no pudiera ser el caso no te
preocupes, puedo ir solo, sé sobrevivir solo, construiré alguna cabaña en una
montaña alejada y viviré allí. Cazaré para comer y nadaré en algún lago todos
los días.
- Wei Ying.
- De verdad no tienes que sentirte
obligado por...
- Puedes.
- ¿Ah?
- Ven conmigo – esta vez, el tono
del segundo maestro Lan sonó a invitación.
- ¿De verdad decidirás llevarme
contigo así? ¿Tan rápido? Porque te advierto que es más que posible que te
aburras de mí luego de un par de día.
- Imposible – la mano del hombre
más alto continuaba acariciando los cabellos del adolescente – Ya lo sabías.
- ¿Qué yo ya sabía? – preguntó
confundido.
- Vine por ti – Wei WuXian
pestañeó varias veces hasta que la comprensión de las palabras llegó a él, rió
de pura felicidad y parte de su mente le dijo que no importaba si debía irse de
la montaña aunque le doliera, no importaba si sus sueños le decían que en su
vida anterior también había perdido su hogar en reiteradas ocasiones, con sus
padres, su familia adoptiva y luego con ese grupo de gente que parecía tener
hambre en aquel feo lugar. Todo parecía haberlo llevado allí, con Lan WangJi. Y
estar tan cerca de él se sentía precisamente como el calor reconfortante que
fluía cuando bebía la sopa de raíz de Loto, y eso tan solo podía ser la promesa
de lo que sería un buen hogar.
- Gracias – le dijo contento, no
comprendió por qué el cuerpo del hombre se tensó, levantó su rostro una vez más
como si quisiera preguntar el por qué, si es que había dicho algo mal, pero
entonces Lan WangJi también se volteó en la cama y lo abrazó con fuerza.
- No agradezcas, descansa. – él
solo asintió dejándose perder en aquel aroma que se escabullía entre sus
sentimientos y abrazando con fuerza al cuerpo del que provenía.
.
.
.
Por la mañana, Wei WuXian y Lan
WangJi acordaron que el adolescente no marcharía de inmediato, sino que
permanecería en la montaña hasta graduarse. Lan WangJi lo visitaría en dos
ocasiones siendo esta última cuando el adolescente marcharía con él, esto le
permitiría a ambos prepararse, uno para la partida y el otro para su llegada.
Wei WuXian no se sentía tan
deprimido por la partida del segundo maestro Lan como creyó que estaría, porque
confió ciegamente en que él cumpliría su promesa de volver.
El día en que marchó, Lan WangJi
se despidió cortésmente de los tres inmortales de la secta y caminó junto al
adolescente hasta la salida.
- Ten mucho cuidado, no te metas
en problema mientras no puedo cuidar de ti – le dijo Wei WuXian en un tono
maternal que divirtió a Lan WangJi, aunque su rostro se mantuvo inexpresivo –
Ah cierto, ten – sacó algo de sus ropas y le tendió la pequeña caja.
- ¿Qué es? – el segundo maestro
Lan tomó la caja con sus delicadas manos como si fuera un gran tesoro y luego
la abrió. Dentro había un colgante blanco con hilos trenzados que formaban un
nudo chino y bajo él, una pequeña piedra esmeralda que emanaba un fuerte aura
zen, e iluminaba los hilos que caían como cascada.
- Fue la esmeralda con el verde
más sutil que encontré, se combinará muy bien con los bordados azules y blancos
de tus ropas que imagino, deben ser los colores que predominan en tu secta.
- ¿Cuándo...? - Lan WangJi tenía
cierto brillo en sus ojos mientras que el adolescente permaneció con las manos
detrás de sí, escondiendo el hecho de que se apretaba los dedos con ansiedad.
- Ayer cuando estabas enfadado, no
sabía si marcharías para nunca más volver así que pensaba dártelo como recuerdo
de todas maneras, así lo colgarás en la puerta de tu habitación y te acordarás
de mí. Te mantendrá seguro de los fantasmas, demonios, incluso puede calmar la
ansiedad y el miedo. También puedes usarla un par de veces para purificar
maldiciones, aunque en ese caso se terminara por consumir toda la energía de la
piedra y se convertiría en una esmeralda común.
- Wei Ying...
- La esmeralda es la piedra que
podemos tomar de esta montaña. La pulí yo mismo, no te atrevas a rechazar mi
regalo – advirtió con un puchero – Una sonrisa sutil se dibujó en los labios de
Lan WangJi y a Wei Ying le costó trabajo respirar mientras lo observaba.
- Gracias.
- Ey, no me des las gracias tan
seriamente, me da escalofríos... Mejor... dame un beso de despedida – el hombre
de blanco lo miró perplejo unos momentos, pero cuando vio aquel brillo
característico de los ojos de Wei WuXian, sintió que había vuelto en el tiempo.
- Desvergonzado– le susurró con
suavidad haciendo al otro reír con fuerza, pero si bien no lo besó, si tomó su
mano durante unos momentos y la apretó, parecía no querer marcharse ni el
adolescente quería fingir lo contrario, pero finalmente Lan WangJi volteó y
cruzó la puerta, desapareciendo en un segundo de la vista de Wei WuXian, quien
suspiró cuando dejó de sentir la presencia de él y su corazón se inquietó.
- Volverá... sé que volverá – se
dijo así mismo.
.
.
.
Lan WangJi tardó casi seis horas
en volver a Gusu. Si bien su espada volaba rápido, no malgastó energías en
apresurarse y disfrutó del paisaje montañoso mientras meditaba con cierta
armonía que sabía debía ser por la esmeralda escondida entre sus ropas.
Recordó algo en especial; cuando
salió de la montaña, decidió dar una sutil ofrenda al campesino que le había
facilitado la dirección de la ciudad de piedra. Lo vio en el mismo lugar
trabajando la tierra, el anciano pareció comprender de inmediato que había
encontrado lo que buscaba y sin hacer ninguna pregunta solo le aconsejó como
agradecimiento.
- Las antiguas leyendas dicen que
son los inmortales los que tejen el destino, una vez se mezcla con ellos, nada
es una coincidencia. Los niños no deberían tejer... – susurró más para sí mismo
mientras volvía a trabajar ignorando por completo a Lan WangJi – Juegan con lo
que no deben jugar, aunque sea sin maldad, uno culpa al destino cuando las
travesuras son de un inmortal – negó con pesar.
El segundo maestro Lan frunció el
ceño preguntándose si el anciano estaba senil, porque pareció no percatarse más
de su presencia ni decir oraciones coherentes, sin embargo había mencionado
"inmortal", "niños", "travesuras" y la imagen
mental de Shaymin se hizo presente fácilmente, entonces pensó que el anciano
sabía más de lo que aparentaba. Se despidió cortésmente y se marchó.
Aún no tenía un plan cuando llegó
a GusuLan y para su sorpresa, al traspasar la barrera de la entrada se encontró
con su hermano bajando las escaleras.
- WangJi – su voz sonaba
notoriamente preocupada, razón por la que Lan WangJi se sintió un poco
culpable. Cuando se comunicó con él, no había dado detalles del lugar donde
estaba ni la razón por la que permaneció allí. Lan WangJi tampoco mentía, mucho
menos a su hermano, por lo que sin un plan solo podía recurrir a la honestidad
– WangJi... no es usual que estés de tan buen humor. ¿Ocurrió algo?
- Hermano... – saludó. Lo miró a
los ojos unos instantes y luego observó a su alrededor, aún así no había dicho
palabra alguna cuando Lan XiChen leyó su silencio.
- Vamos a mi despacho, allí nadie
nos interrumpirá.
- Mn.
Lan XiChen estaba curioso y
observó varias veces los ojos de su hermano menor mientras caminaban juntos,
este parecía debatir algo en su mente y al mismo tiempo no dejaba de estar de
buen humor. El mayor concluyó que sea lo que sea que hubiera ocurrido, era
verdaderamente una buena noticia para su hermano, y aunque no lograba darse una
idea, se emocionó con solo observar un brillo que creyó perdido en sus ojos.
- WangJi – le dijo una vez
entraron en el despachó y cerró las puertas – Me he preocupado estos días, A-
Yao dijo que nadie había solicitado ayuda en la torre de vigilancia en el área
de Yunnan, al menos no con algo similar al contenido de la carta, incluso envió
a investigar el mismo y no encontraron nada. Si la carta realmente mentía, ¿por
qué tardaste tanto? ¿Dónde estuviste? ¿Qué ocurrió? – su voz realmente no
sonaba severa, estaba preocupado y su hermano lo sabía.
- Hermano – dudó, tragó saliva y
le susurró con emoción contenida- Encontré a Wei Ying.
Lan XiChen lo miró fijamente
cuatro segundos, pestañó varias veces durante otros cinco y para cuando Lan
WangJi pensó en repetir lo que había dicho la mirada de sorpresa de su hermano
se acentuó y frunció el ceño.
- ¿Dónde?
- Él... está en la secta de
BaoShan SanRen. – Lan WangJi no daría detalles de su ubicación y sabía que su
hermano no preguntaría más al respecto.
- ¿BaoShan... SanRen? ¿Él...
sobrevivió? – el menor bajó la mirada. Sabía que tendría que contarle los
detalles ya que la única opción para hacer entrar a Wei WuXian a la profundidad
de las nubes o protegerlo en caso de que fuera necesario, era contar con el
apoyo de su hermano.
Lan XiChen respiró profundamente y
guío a su hermano para que se sentaran a beber un té mientras hablaban.
- Cuéntame los detalles.
- Hermano – Lan XiChen de
inmediato comprendió la solicitud silenciosa.
- WangJi, esto permanecerá como
nuestro secreto – prometió.