sábado, 24 de julio de 2021

One Shot TGCF: Un corazón fantasma


Xie Lian estaba dispuesto a esperar diez mil años si era necesario, Hua Cheng volvería y estaba tan dispuesto a esperarlo que a diario se preparaba para su regreso, la reconstrucción de la cabaña, la compra de una cama espaciosa, la construcción de un par de escritorios para su practica de caligrafía, la plantación de nuevos árboles y flores. Cada día agregaba algo más que esperaba fuera del agrado de Hua Cheng cuando regresara, pero cada vez que llegaba la noche y eso no sucedía el corazón de Xie Lian latía con cierta pesadez que invocaba pesadillas.

Las pesadillas era uno de los aspectos que Xie Lian detestaba de su vida, le traía de vuelta las remembranzas empolvadas y enterradas gracias a los palazos del tiempo, le traía a los rostros sofocados de sus padres mientras colgaban de una seda blanca, los rostros de sus amigos en medio de despedidas amargas, las frustraciones de no poder salvar a nadie, de ver morir a todos frente a sus ojos, de haberse equivocado tanto. Y ahora, le traían el rostro de un hombre que se desvanecía entre sus dedos hasta solo convertirse en mariposas que se llevó el viento. Xie Lian odiaba despertar con la angustia en la garganta y el rostro en lagrimas, odiaba abrazarse así mismo en la oscuridad y el silencio de la noche, y aunque creía haber hecho las paces con la soledad no podía hacer las paces con la ausencia de Hua Cheng.

A veces se engañaba así mismo, haciéndose creer que en medio de la cama demasiado grande para uno, debía estar el otro recostado junto a él, entonces Xie Lian estiraría el brazo para acurrucarse fuertemente a una almohada colocada intencionalmente a su lado, fingiría que podía sentir el aroma a flores que se impregnaba en el cabello del fantasma, que podía ser suave como la piel pálida del fantasma, que podía reír como el sonido de las campanas.

A veces Xie Lian se detenía a pensar, ¿Y si Hua Cheng había logrado regresar pero se encontraba débil y escondido en algún lugar esperando a recuperar su fuerza? ¿No sería la paciencia calma de Xie Lian entonces un abandono a su persona especial? ¿Cómo podía saber cuál era la situación de Hua Cheng? ¿Cómo podía permanecer esperando y confiando en que Hua Cheng volvería y golpearía su puerta después de haber muerto nuevamente por su culpa? Porque aquel era un hecho, su descuido, permitió que Hua Cheng nuevamente agotara hasta la última gota de sí mismo para fortalecer a Xie Lian y asegurar su vida, no solo eso sino que se mantuvo forzosamente consciente cerca para aconsejar y animar a Xie Lian en medio de toda su batalla, logrando esfumar hasta sus inseguridades con su sola presencia y palabras de aliento.

Entonces Xie Lian se cubría el rostro, sin saber que hacer con la fuerza con la que lo extrañaba, sin saber como consolar la piel que picaba a necesidad de su tacto.

La incertidumbre lo consumía, siendo así se aferraba con fuerza al anillo en su cuello para calmar su corazón y se repetía una y otra y otra vez que él regresaría.





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Un par de semanas después, las linternas adornaron el camino de Xie Lian y corrió en completo reconocimiento de la figura de pie fuera de su casa.

Él estaba de vuelta.

Aquella aura rebelde y segura parecía expandirse a kilómetros mientras Hua Cheng extendía los brazos en medio de su presencia imponente, su mirada brillaba en calidez y Xie Lian sintió que el mismo estaba perdiendo el enfoque de su visión debido a las lagrimas. Con el pecho agarrotado abrazó a Hua Cheng con toda la fuerza de sus brazos y estalló en un mar de sollozos.

El alivió le inundó el corazón.

Había sido paciente en la espera la mayoría del tiempo, había sido fuerte en la creencia de que él volvería, había sido valiente para enfrentar las dudas, pero ya no necesitaba nada de eso podía permitir que el miedo que se escondía bajo su piel saliera de él mientras le abofeteaba la cara porque al final, él sí había vuelto.

Hua Cheng lo abrazó con necesidad y enterró su rostro en su hombro, sus brazos fuertes lo sostuvieron firmemente y permanecieron así por varios minutos, pero pasado el tiempo Xie Lian no calmaba su corazón y Hua Cheng se tensó, le dio una mirada preocupada mientras se separaba levemente, jamás lo había visto sollozar en tal estado ni siquiera en sus días más oscuros, en tanto Xie Lian realmente había cortado todas las ataduras que usualmente le hacían contenerse, ¡Él estaba llorando por muchas razones! Parecía que todo el dolor acumulado en 800 años por fin encontró una fuga y Xie Lian ni siquiera pudo hablar para calmar la preocupación de Hua Cheng, de pronto se había convertido en un cuerpo débil y tembloroso.


- ¿Gege? ¿Duele en algún lugar? ¿Qué pasa? – Hua Cheng parecía impotente moviendo sus manos, buscando un lugar donde acomodarlas, finalmente Xie Lian tomó una de ellas y la puso en su pecho donde la movió para acariciarse así mismo con la piel de Hua Cheng. Se sintió avergonzado mientras hipaba y le mantenía la mirada como un niño indefenso. Definitivamente no era la bienvenida que había planeado darle.


- San Lang… yo… yo…


- Está bien – consoló en un susurro, su mirada aún parecía preocupada, pero su mano permaneció acariciando su pecho, sobre su corazón junto al anillo. – vamos adentro. – Xie Lian asintió mientras aún sollozaba e incluso no dejó de hacerlo cuando Hua Cheng lo levantó entre sus brazos para llevarlo dentro. – Gege ha hecho cambios. - comentó cuando le dio una leve mirada al lugar.


- ¿Te-te gusta? 


- Bonito. – respondió en un tono dulce mientras entraban a la casa restaurada, Hua Cheng dio grandes pasos hasta la recamara y allí acomodó a Xie Lian, lo mantuvo en su regazo mientras le acariciaba el cabello. Xie Lian se sentía cohibido y al mismo tiempo protegido, el cuerpo de Hua Cheng era lo suficientemente alto como para permitirle acurrucarse por debajo de su cuello, inhaló un poco del aroma de Hua Cheng para calmarse y agradeció cuando tuvo efecto de manera progresiva. Las manos del supremo acariciaban con ternura su espalda mientras sus labios estaban descansando sobre su frente, besando cada tanto o simplemente apoyándose en él, entonces comenzó a tararear y Xie Lian se congeló, era una melodía dulce que reconoció como una canción de cuna del reino de Xian Le.


- No recordaba esta canción… - susurro un poco más tranquilo mientras sujetaba la mano del más alto y le daba pequeños besos, Hua Cheng pareció encantado con el gesto y se agachó un poco para intentar mirar a Xie Lian a los ojos.


- Es lo único que recuerdo de mi madre. - confesó mientras le dedicaba una mirada suave. - Gege, ¿Está más tranquilo? - Xie Lian asintió. - ¿Este debería acomodar a Gege en la cama mientras va por el buey?


- Oh… ¡El buey!





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Hua Cheng observó la manera en que Xie Lian se paseaba nerviosamente por cada rincón de la casa, corrió para amarrar al buey, luego corrió para entrar la madera antes de que él pudiese hacerlo, procedió a cocinar, se dio un baño rápido y luego por fin se sentó a comer, si bien parecía más tranquilo, continuaba hablando tan rápido que no podía asegurar si Hua Cheng lo estaba escuchando o solo sonreía mientras lo observaba, para cuando comenzó a comer su estofado quemado ya estaba frío.

- Gege, puedo volver a calentarlo.

- Oh no es necesario, honestamente no tengo hambre. - no mintió, estaba tan nervioso por los eventos que su corazón parecía haberle congelado el estómago.

- ...pero al menos come esto por favor. - Hua Cheng sacó de sus saco un par de bollos de carne, cuyo vapor aún se extendía fuera de la servilleta.

- San Lang, ¿Por que no habías dicho que trajiste algo para comer?

- La comida de Gege estaba tan deliciosa que lo olvide por completo. - Xie Lian sospechó que Hua Cheng había comenzado a llevar comida con él en caso de que cualquier situación lo ameritara, solo por el bien de Xie Lian. No pudo evitar sonreír mientras tomaba el bollo y lo comía con ganas. - Gege, ¿No que no tenías hambre?

- Esto me abrió el apetito. - comentó antes de volver a dar una mordida entusiasta. Hua Cheng había llevado dos bollos por lo que Xie Lian tomó el que estaba en la mesa y se lo dio, este último lo tomó no sin antes rozar delicadamente sus dedos, el ligero y frío tacto hizo que el dios se tensara un momento antes de bajar la mirada tímidamente.




Ambos se alistaron para dormir, Xie Lian estaba tan concentrado en sus propios sentimientos que fue solo una vez que estuvieron frente a la cama que la verdad le azotó. Hua Cheng estaba acomodando las almohadas con una ligera sonrisa relajada. El dios se tomó un momento para respirar profundamente y recitar el sutra en su mente.

Anhelaba tener a Hua Cheng cerca, y por primera vez en mucho tiempo podría buscarlo entre las sabanas y encontrarlo. Evitó mirarlo mientras el hombre se desnudaba, en todas las ocasiones que había dormido juntos el supremo jamás se había quitado ambas batas exteriores, lo que no ayudó en absoluto en los nervios de Xie Lian.

- San Lang… - llamó sin voltearse, evitando mirar al otro mientras entraba en la cama.

- ¿Sí?

- ¿Podrías apagar las velas? - Hua Cheng lo hizo en silencio, luego el sonido de las sabanas removiéndose llegó a los oídos de Xie Lian, este respiró profundamente antes de despojarse de las túnicas exteriores y dirigirse a la cama para recostarse, a pesar de sus evidentes nervios no mantuvo distancias entre sus cuerpos, una vez que la luz de la luna le permitió vislumbrar la silueta de Hua Cheng se acercó de inmediato a él, abrazando su cintura. Sintió el cuerpo del más alto tensarse unos segundos antes de voltearse para acomodarse en el abrazo, estaba frío y Xie Lian lo agradeció, estaba seguro que el calor que emanaba de él era evidente para el supremo.


Xie Lian cerró los ojos e hizo un sonido satisfactorio cuando Hua Cheng apartó delicadamente los mechones que le cubría el rostro.

- ¿Puedes ver bien en esta oscuridad? - preguntó Xie Lian en un susurro. El fantasma rio bajo, el sonido produjo una leve vibración en su pecho y el corazón del dios se sintió tan en paz que no pudo evitar abrazar con más fuerza.

- Puedo verte. - respondió en el mismo volumen. - ¿Cómo estás?

- ¿Hum? Perfecto, nunca ha sido más perfecto. - soltó sin ataduras mientras la oscuridad le inhibía la vergüenza – Oh, ¿te refieres a mi episodio de llanto? Ignora lo que sucedió por favor, solo… creo que fue demasiada felicidad para este viejo corazón.

Hua Cheng bufó suavemente, luego depositó un beso en la coronilla de Xie Lian. Ambos suspiraron. El dios enterró la nariz en la bata de Hua Cheng, frotó con el rostro hasta tocar un poco de la piel fría y luego frotó allí su nariz, subió la nariz por el pecho del supremo escuchando como sus respiraciones innecesarias se volvían un tanto entrecortadas. Entonces Xie Lian no lo pensó y depositó un beso en su cuello, luego enterró nuevamente el rostro y lo abrazó con fuerza, esta vez no se midió hasta que escuchó un leve sonido amortiguado proveniente de Hua Cheng.

- Ouh.

Xie Lian se congeló.

- ¡Lo siento! Aún no me he acostumbrado a tanta energía espiritual... ¿Te lastimé?

- Esta bien – susurró entre risas Hua Cheng – Gege está feliz. Puede usar mi cuerpo como guste.

A Xie Lian no le tomó dos segundos entender el doble sentido en aquel tono burlón.

- ¡San Lang! - aprovechando que sus manos estaban en la espalda del fantasma, le dio una leve palmadita que solo consiguió una risa más grande de Hua Cheng, aparentemente satisfecho con la reacción. - pero…

- ¿Pero? - un silencio inundó la habitación y el supremo espero pacientemente hasta que fue evidente que el dios no pretendía continuar, por lo que instó - ¿Gege quiere decir algo?

- San Lang… - esta vez susurró en un tono aún más bajo.

Xie Lian notó algo. Si bien Hua Cheng devolvió cada una de sus muestras de afecto durante la noche, él mismo no había comenzado ni una sola. Estando acostumbrado a que fuera este el primero en acercarse Xie Lian se sintió un poco preocupado. Sin pensar de más y escoltado por la confianza nocturna se decidió a preguntar.

- ¿San Lang está manteniendo distancia esta noche?

- ¿Le parece a Gege que esto es mantener distancia? - preguntó divertido, aunque Xie Lian notó el matiz de sorpresa.

- Pero si yo no abrazaba a San Lang, ¿El lo hubiese hecho? - hubo un silencio como respuesta, Xie Lian se tensó.

- No es nada de lo que Gege está pensando. Es solo que… - soltó una risa amarga, aparentemente riéndose de sí mismo – Este no sabe si puede controlarse, por lo que optó por una distancia prudente, aunque… no me lo está haciendo precisamente fácil.

El tono le hizo sentir a Xie Lian que Hua Cheng se miraba así mismo como algún tipo de bestia.

- Hum, si… no te controlaras, ¿Qué harías en este momento? - Xie Lian escuchó a San Lang chasquear los labios.

- ¿Gege quiere escuchar ese tipo de palabras? - se burló.

- San Lang, hablo en serio. - nuevamente dio una leve palmita en la espalda de Hua Cheng, obteniendo nuevamente una risa por la reacción.

- Bien, es solo que no quiero ser hostigoso con Gege.

- Oh… puedes serlo. - autorizó.

- ¿Está seguro? Es muy probable que se aburra de mi y quiera correr para tener un poco de espacio. - Xie Lian bufó suavemente esta vez.

- Mmm… San Lang puede ser hostigoso cuando estemos en la cama. - aunque dijo esas palabras de manera inocente, él mismo se tensó luego de escucharlas salir de su boca - ¡Yo- no me refería a…! - nuevamente el fantasma rio.

- Gege, ¿Me autoriza a acercarme más?

- Si. - susurró con timidez. Entonces sintió que el más alto se removía, acortando la poca distancia que había entre sus cuerpos, enredando una pierna entre las suyas y dejando descansar la otra sobre la cadera de Xie Lian, este se sorprendió tanto que no pudo evitar tensarse, menos cuando una de las manos de Hua Cheng bajó por su espalda hasta el límite de ella y luego subió en una caricia un tanto apasionada que hizo temblar a Xie Lian.

Hua Cheng había bajado un poco para acomodar su rostro a la misma altura que el del dios, esta vez su nariz rozaba la del otro, mientras la luz de la luna le permitía ver la sonrisa firme y sincera. Xie Lian vio que el ojo de Hua Cheng brillaba con tanta intensidad que sintió su emoción.

- ¿Es muy incomodo? - preguntó una vez que terminó de enredar su cuerpo al de Xie Lian. Este último negó con la cabeza y levantó la mano para acurrucar la mejilla de Hua Cheng, se acercó a él y dio un suave beso en su mejilla, el fantasma giró el rostro para buscar sus labios pero Xie Lian se alejó un poco con una sonrisa juguetona, el supremo soltó una carcajada, Xie Lian estaba seguro de que nunca lo había escuchado reír tantas veces de manera honesta. Dio otro beso en la punta de su nariz, luego se inclinó un poco para besar el parche de su ojo lo que causo un leve temblor en el más alto, Xie Lian no se detuvo en ello, bajó de inmediato a sus labios para darle un beso casto, fue tan fugaz que Hua Cheng no alcanzó a devolverlo y cuando el dios se alejó ya podía ver el puchero en el supremo.

- San Lang es bonito. - se limitó a decir mientras lo miraba con cariño. El más alto frunció el ceño y cerró los ojos, luego levantó una mano y se quitó el parche del ojo, Xie Lian estaba tan asombrado que se tensó sin darse cuenta, ante ello Hua Cheng también se tensó y dejó su mano a medio actuar. Xie Lian frunció el ceño sin saber qué decir para solucionar el mal entendido, por lo que se arrojó con cierta brusquedad hacia los labios de Hua Cheng este último estaba sorprendido pero respondió el gesto de inmediato, cuando el parche del ojo cayó ninguno lo notó. Xie Lian se arrojó sobre el cuerpo del otro, inclinándose sobre el torso para besarlo más profundamente abriendo sus labios y atrapando entre los suyos los fríos labios del fantasma, cuando sintió la lengua de Hua Cheng rozando levemente su labio inferior en un permiso silencioso, Xie Lian abrió la boca permitiéndole entrar dejando que sus manos vagaran por el estómago del otro no notando en lo más mínimo donde estaban tocando.





Los sonidos húmedos inundaron la habitación, Xie Lian cada vez inclinaba más de su cuerpo sobre el de Hua Cheng, ignorando por completo como era su pierna la que estaba acomodada esta vez entre las del supremo, tampoco notó como su mano subía y bajaba frotando desde la cadera del otro hasta su muslo y luego volvía a repetir el movimiento, por su parte Hua Cheng estaba tenso bajo el peso de Xie Lian, pero no se movió ni se alejó en lo más mínimo, sin embargo sus manos se mantuvieron en la espalda de Xie Lian subiendo y bajando pero limitándose en la parte baja, fue solo cuando Xie Lian movió su pierna inconscientemente y rozó una dureza entre los muslos de Hua Cheng, que despertó de su ensoñación. Se congeló y se apartó de los labios ajenos, mirando fijamente al fantasma que también lo miraba mientras su otro parpado se mantenía cerrado, la vista un tanto vulnerable de Hua Cheng le devolvió un poco del valor que la vergüenza le había arrebatado.

El más alto notó la sorpresa de Xie Lian y le dio una mirada apenada.

- Lo lamento, pero en mi defensa Gege fue quien me atacó.

Xie Lian estaba tan ruborizado que sentía las orejas calientes, pero se detuvo a mirar con detenimiento a Hua Cheng bajo la tenue luz de luna. Su cabello estaba totalmente esparramado por la almohada, su parpado descubierto, su bata interior yacía casi por completo descubierta en la zona superior, su piel pálida era notoria aún en aquella oscuridad y su expresión era una mezcla de vergüenza y preocupación, Xie Lian se removió para darle espacio y entonces también sintió su propia dureza.

- Oh. - soltó mientras su rubor se extendía por su cuello, parecía que Hua Cheng ya lo había notado porque la sonrisa en sus labios pareció aumentar de tamaño. Xie Lian soltó una risa nerviosa y se acomodó sobre el pecho de Hua Cheng, sabía que con ello ambas erecciones estaban peligrosamente cerca, pero ¿Cuándo fue la última vez que se vio en una situación tan vulnerable y se sintió tan cómodo?

Hua Cheng parecía asombrado por su reacción pero también rio.

- Gege, ¿Quiere dormir?

- Deberíamos, ya es tarde – respondió Xie Lian con un tono aún divertido. Se acomodó en el costado de Hua Cheng y le dio un beso en el hombro descubierto. - Espero que San Lang perdone a este por sobrepasarse esta noche.

- Gege puede sobrepasarse con este cuando lo desee. - susurró con total honestidad, haciendo reír nuevamente a Xie Lian.

- San Lang… - susurró con un poco de pesar.

- Gege, no se preocupe por esto. Sé cuales son sus límites de cultivación, que me permita compartir la cama con usted es más de lo que yo – fue interrumpido por un beso rápido. Xie Lian se abrazó a su pecho y sonrió. Se mordió la lengua para evitar soltar su honesto deseo hacia el hombre frente a él, optó por decir algo más.

- Te quiero. Te quiero, San Lang.

Tomó un momento antes de que el fantasma pudiese responder, cuando lo hizo, su voz en susurro estaba cargada de calidez.


- Yo más.