El pequeño Wei WuXian estaba
parado en frente a uno de los grandes lagos del Embarcadero del Loto. Miraba a
Jiang Cheng a la distancia bañándose, se reía, parecía divertido, por lo que
Wei WuXian creyó que también podría flotar y mantenerse en el agua como Jiang
Cheng si sacudía los pies de la misma manera, entonces se arrojó al agua.
El frío le congeló los huesos una
vez cayó dentro del lago, todo a su alrededor era una mezcla de azul y neblina.
Intentó recordar que tenía que moverse, pero él no sabía que no debía abrir la
boca y el agua entró por su garganta hasta recorrer su estómago. Todo fue demasiado
rápido, demasiado agresivo, estaba hundiéndose cada vez más y para cuando
dirigió la mirada hacia arriba como una última suplica de ayuda a los cielos,
observó que no había luz, ya no podía ver la superficie. Iba a morir.
Todo se detuvo y se volvió negro.
.
Estaba aturdido, pero a pesar de
la dificultad estaba respirando, aunque sentía la nariz tapada y tenía fuertes
ganas de vomitar. Una mujer lo sostenía entre sus brazos y le palpaba la
espalda mientras caminaba por un extremo del lago en donde había menos agua. El
pequeño Wei WuXian estaba tan conmocionado por la experiencia que ni siquiera
se atrevía a llorar, la mujer que lo sostenía lo alejó un poco para asegurarse
de que estuviera bien. El niño la observó.
Llevaba el mismo traje que todas
las mujeres en la secta, solo que las telas de su ropa parecían más fina al
igual que el cascabel con el loto que caía de su cinturón. El cabello suelto
goteaba y se pegaba a su rostro, era bonita, muy bonita, pero tenía una mirada
demasiado severa para sus rasgos finos, lo que asustó un poco al niño.
- ¿Dónde está tu mamá? – le
preguntó ella mientras le estrujaba los bordes de la ropa. La suya aún estaba
completamente empapada pero no parecía importarle, ella miraba con curiosidad
el traje de secta que llevaba el niño.
- Madam Yu – la saludó un
discípulo joven que corría en su dirección – Usted no lo sabe porque acaba de
llegar de su viaje pero, este niño es... quién ha estado buscando el líder de
secta. – La mujer, quien había estado palpando el cuerpo del niño constantemente
para verificar si se encontraba bien, alejó sus manos de inmediato y frunció el
ceño.
- Así que lo encontró... - susurró
para sí misma, luego se dirigió al discípulo– Llévalo dentro y ponle ropa seca.
- Sí... Ven aquí niño – le dijo el
discípulo, quien lo cargó con cierta dificultad y apuro hasta dentro de la
casa. Iba a solicitar ayuda de una de las sirvientas de Madam Yu, pero se
encontró con el líder de secta en mitad del pasillo – Líder... - en ese preciso
momento, cuando el pequeño niño vio una cara conocida, explotó en un llanto
nervioso.
- ¿Qué ocurrió, Wei Ying? –
preguntó el hombre. Preocupado lo tomó en brazos y lo sostuvo con facilidad.
- El niño se estaba ahogando,
Madam Yu lo sacó del agua – explicó el discípulo– Ordenó que le buscara ropas
secas.
- Yo lo haré, puedes retirarte –
el ceño del líder Jiang parecía complicado cuando se llevó al niño consigo –
A-Xian, si no sabes nadar no debes acercarte al lago – le susurró mientras
caminaba y lo acunaba contra sí. El niño sollozó un par de veces en sus brazos
antes de lograr calmarse Jiang Fengmian lo llevó hasta la habitación de su
hijo, lo sentó en la cama y tomó uno de sus trajes para usarlo en él – Te
enseñaré a nadar uno de estos días, pero mientras debes prometer que no te
acercarás al lago.
El niño asintió mientras era
vestido y una toalla se enredó en su cabello.
- Dame tu pie derecho – el niño
miró sus pies sin estar seguro. El hombre rió mientras lo observaba – Este es
el derecho Wei Ying – le aseguró, pareció apenado mientras era vestido. Cuando
finalmente quedó listo, Jiang Fengmian le sonrió amable y Wei Ying
correspondió.
- Conmovedor– escucharon desde la
puerta, ambos giraron para observar a la mujer que aún llevaba las túnicas
húmedas. Su mirada era tan severa que Wei WuXian sintió la necesidad de
esconderse. En el caso de Jiang Fengmian no fue tan diferente, evitó mirarla
directamente a los ojos.
- Mi señora, me han dicho que
usted lo salvó – le habló en un tono suave y aterciopelado que relajaría a
cualquiera, cualquiera menos Madam Yu.
- ¿Por qué lo comentas? ¿Quieres
que me arrepienta?
- Solo quería agradecerlo– dijo en
un tono bajo.
- ¿Agradecerlo? – ella pareció
ofendida - ¿Por qué? ¿Es tu hijo acaso?
- Es mi invitado – le respondió
esforzándose por mantener su tono amable.
- Si es un invitado significa que
pronto lo enviarás de vuelta a su hogar, pero supongo que no tiene uno,
entonces, ¿piensas quedártelo como un cachorro abandonado? – el hombre levantó
una ceja, pareció molesto por un leve segundo antes de recuperar la compostura.
Wei WuXian sintió que debía esconderse como cada vez que observaba a los
borrachos pelear en las calles, había visto hombres desquitarse con lo que se
toparan a su paso y su instinto de supervivencia siempre le dijo que debía huir
de esas situaciones, y su madre le había enseñado a obedecer sus instintos. Sin
embargo no tenía donde esconderse, por lo que se encogió cada vez más sobre la
cama.
- Él se quedará con nosotros –
esta vez el hombre sonó mucho más imponente de lo que Wei WuXian había escuchado
desde que lo llevó consigo solo un par de días antes. La mujer pareció
sumamente enfadada, se paró correctamente y cerró los ojos.
- Ni siquiera sabes cuidar niños,
ningún sirviente lo hará por ti y ni pienses que yo te ayudaré. No estamos en tiempos
para ser solidarios.
- Mi señora, yo seré quién... -
ella bufó antes de dejarlo terminar de hablar.
- Ni siquiera te diste cuenta de
que esos zapatos le quedan pequeños, al igual que la ropa. Debe ser mayor que
Jiang Cheng y ya que tomaste las cosas de tu propio hijo, el futuro líder, para
usarlas en tu "invitado" que no será más que un sirviente. Te lo
advierto Jiang Fengmian, no me importa si es hijo de tu enamorada o incluso si
es un hijo bastardo tuyo, el único líder de secta es mi hijo; te guste o no.
- ¡Yu ZiYuan! ¿Qué me crees? – el
hombre estaba enfadado, entonces Wei WuXian ya no pudo soportarlo más y se
metió bajo las mantas de la cama en donde estaba sentado. Los dos adultos se
quedaron en silencio mirándolo, y fue precisamente el silencio lo que les
permitió escuchar unos pequeños pasos corriendo en su dirección.
- ¡Wei WuXian! – gritó el pequeño
Jiang Cheng cuando entró en la habitación. Miró a ambos lados ignorando a sus
padres, y cuando divisó el bulto bajo las mantas supuso que era su nuevo amigo
y se metió con él bajo las mantas- ¡Casi te mueres! – le gritó sorprendido una
vez lo encontró dentro.
Madam Yu estaba sorprendida. Jiang
Cheng no tenía amigos, no jugaba con nadie porque era el futuro líder y todos
lo respetaban a pesar de no ser más que un pequeño y su personalidad complicada
para su corta edad no era desconocida para nadie, por lo que nunca había tenido
amistades, nadie con quien jugar, nadie a quien acercarse de la manera en que
parecía hacerlo con Wei WuXian. Su semblante se hizo complicado cuando no pudo
evitar pensar que ella misma había sido una niña solitaria hasta que sus padres
habían llevado unas pequeñas gemelas para ser sus discípulas y amigas, quienes
hasta ese día le eran leales. Suspiró y sintiéndose bajo la mirada analítica de
su esposo, se retiró.
- Mi señora... - la llamó, pero
ella lo ignoró. Jiang Fengmian miró el bulto de colchas que habían formado los
dos niños, permanecían en silencio como si estuvieran escondidos- ¿Dónde podrán
estar A-Cheng y A-Xian? – preguntó en voz alta el líder de secta. Escuchó unas
suaves risas provenientes debajo de las colchas – No puedo verlos... ¿Habrán
ido al patio? – el hombre dio sonoras zancadas hasta la puerta de la habitación
y salió.
Ambos niños se quitaron la colcha
de encima, sus cabellos estaban hechos un desastre y cada uno se rió del otro
en cuanto se miraron.
- Parece que no nos vio – le dijo
Jiang Cheng.
- ¿Vamos a asustarlo? – propuso
Wei WuXian con una sonrisa traviesa, ambos sonrieron y saltaron de la cama.
Iban corriendo en dirección a la puerta cuando una gran sombra se abalanzó
hacía ellos con ambos brazos extendidos, como si fuera una gran bestia.
- ¡Waaa! ¿A quién querían asustar?
– les dijo el adulto con una voz feroz cuando ambos niños comenzaron a correr.
- ¡Aaaaah! – gritaron al mismo
tiempo, y en un enredo de cuerpos volvieron a meterse debajo de las mantas.
Jiang Fengmian se rió más fuerte de lo que le habían escuchado nunca los niños,
aún divertido envolvió a ambos en la misma colcha en la que estaban escondidos
y mientras gritaban fueron levantados en la colcha como si ésta fuera una gran
bolsa– Venderé este par de niños a la bruja de la montaña.
- ¡Noo, brujas no por favor! –
rogó Jiang Cheng quien parecía realmente asustado.
- ¿Qué son brujas? – se escuchó la
voz de Wei WuXian preguntar.
- ¿Cómo no sabes que son las
brujas? ¿Eres estúpido? ¡Son mujeres grotescas que comen niños!
- ¿Qué? ¡No! ¡Tío Jiang, no! – su
voz alarmada hizo que Jiang Fengmian riera con ganas, luego se llevó consigo la
gran bolsa de niños. Recorrió el campo de entrenamiento con aún ambos atrapados
y solo los soltó una vez que habían prometido comportarse y hacer la limpieza
de la habitación de Jiang Cheng.
Cuando ambos niños volvieron a la
habitación, llevando consigo delantales de cocina y una tela amarrando sus
cabellos como los sirvientes encargados de la limpieza, se encontraron dos
cajas sobre la cama cada una con sus nombres escritos, aunque Wei WuXian no
estaba seguro ya que no sabía leer, fue lo que Jiang Cheng le aseguró.
En la caja de Jiang Cheng había
pasteles, los que compartió con su nuevo amigo, y dentro de la de Wei WuXian
había un traje de secta a su medida y un par de zapatos que quedaron perfectos
en sus pies. Encontró también un colgante con un cascabel y un loto como el que
llevaba Jiang Cheng. Ninguno se preocupó de la procedencia del regalo, y lo
olvidaron una vez terminaron los pasteles. Esa misma noche una cama fue puesta
para Wei WuXian dentro de la habitación de Jiang Cheng y una mujer fue a apagar
la linterna que dejaron encendida al dormirse, asustados de que en la oscuridad
la bruja de la montaña fuera por ellos.
.
.
.
Cuando Wei WuXian abrió los ojos,
lo primero que vio fueron los ojos amables de Lan WangJi observando en su
dirección. Estaba un poco aturdido... ¿En qué momento se había dormido en su
regazo? Recordaba haber sentido un par de caricias en su cabello antes de
despertar del todo.
- ¿Descansaste? – preguntó la
profunda voz del hombre alto.
- Sí, tuve un sueño... un
agradable sueño... - le dijo mientras sentaba y se rascaba los ojos. El segundo
maestro Lan estiró la mano para quitar una hoja de su cabello. Wei WuXian le
sonrió, sentía un calor agradable cada vez que estaba tan cerca de Lan WangJi,
no estaba seguro de cómo era sentirse enamorado, pero sabía que nunca había
albergado ese tipo de sentimientos por nadie más que el hombre en frente de él,
por lo que dedujo que todo lo que sintiera por él que no sentía por los demás
era producto de estar enamorado – Lan Zhan – le pidió acomodándose nuevamente
en su regazo.
- ¿Mm?
- Háblame de ti – el hombre
frunció el ceño, pareció complicado – ya sé que no hablas mucho pero...
- ¿Qué quieres saber? – Wei WuXian
sonrió.
- ¿Cuál es tu animal favorito?
- ...
- Dime – rió - ¿Es el tigre? –
Intentó adivinar - ¿León? ¿Lobos? ¿Un ave imponente como las águilas? – Lan
WangJi pestañó dos veces y pareció avergonzado por alguna razón - ¿Qué pasa?
¿No es ninguno de esos? – Negó haciendo solo el gesto con la cabeza, sus mirada
estaba baja – Eh, Lan Zhan, dímelo. No me reiré, lo prometo.
Lan WangJi lo sabía, sabía
perfectamente que se iba a reír, pero, ¿qué más daba cuando se trataba de Wei
WuXian y su risa le brindaba más calidez que molestia?
- Conejos – aceptó en
prácticamente un murmullo.
- ... - la primera carcajada fue
tan sonora que obligó a Lan WangJi a mirarlo. Wei WuXian había dado una patada
al aire y ahora golpeaba la hierba con una mano mientras que con las otras
sostenía su estómago, reía con fuerza, con bastante fuerza, de modo que el
segundo maestro Lan creyó se lastimaría los órganos internos. Solo suspiró
mientras lo miraba.
Cuando Wei WuXian pareció cansado
de tanto reír volvió a posicionarse cerca de Lan WangJi, pero esta vez quedó
sentado cerca de él. Para su sorpresa él no se alejó a medida que se arrastraba
silenciosamente hasta casi tocarlo.
- Lan Zhan, dime, ¿quién es la
persona más cercana a ti?
- ¿Cercana? – su rostro se inclinó
a su derecha, de modo que Wei WuXian sintió picazón en las manos por apretarle
las mejillas. A sus ojos esa reacción había sido adorable.
- Sí, con quien compartas secretos
o tristezas o solo... ¿A quién aprecias mucho?
- Wei Ying. – respondió de manera
contundente. El corazón del quinceañero saltó, luego río mientras se tapaba las
mejillas con ambas manos.
- ¿Yo? ¿En mi vida pasada o lo
dices por... mí? – Lan WangJi frunció el ceño, sin embargo respondió de
inmediato.
- Wei Ying es Wei Ying. - el menor
suspiró profundamente al volver a escuchar esa frase.
- Sí, tienes razón, soy yo de
todas maneras – volvió a reír – Pero, ¿hay alguien más? Que sea... ¿Cercano a
ti?
- Mn – asintió – Hermano.
- Oh, el primer maestro Lan –
reconoció – He estado averiguando al respecto, desde que te fuiste he leído
mucho sobre tu secta. Según la información más actual que tienen los libros, tú
y tu hermano son conocidos como "Jades". ¿Es que es natural ser tan
atractivo? Si tu hermano se parece a ti, entiendo porque ambos ocupan los dos
primeros puestos entre los jóvenes amos más destacados– el segundo maestro Lan
sintió calor en las orejas.
- Tú ocupabas el cuarto –
- ¿Cuarto? ¿Yo? ¿De verdad?
Espera... pero yo no era un joven amo, no pertenecía a ninguna de las familias
importantes, mi madre era una cultivadora errante y mi padre un discípulo, eso
dijo Shaymin.
- Adoptado- respondió.
- Oh... eso explica mucho... - esa
noticia hizo feliz a Wei WuXian– Mmm... seguiré preguntando.
- Mn.
- ¿Haz besado a alguien alguna
vez? – el ceño del mayor se frunció nuevamente, pareció dudar de qué responder
– ¡Sé honesto! - exigió Wei WuXian.
- Mn. – asintió.
- ¿Qué? Oh... no puedo imaginar a
Lan Zhan besando a nadie. ¿Quién se atrevería a robar un beso de ti? Tampoco te
imagino tomando la iniciativa... ¿A quién besaste Lan Zhan? – aunque su
pregunta era inocente, Lan WangJi parecía realmente avergonzado, como si el
solo hecho de haberlo admitido hubiera agravado el error del hecho cometido.
- A ti – el quinceañero dio un
grito ahogado.
"¡Dijo que a mí! ¿Cómo pude
olvidar algo así?"
- Y yo, ¿correspondí?
- Mn.
- Aaaah Lan Zhan – se quejó
frustrado por no recordar – Deberías darme otro beso para refrescar mi memoria
– lo miró moviendo las cejas provocativamente.
- Desvergonzado... - Lan WangJi
sabía que solo hacía aquello por molestarlo, había aprendido a diferenciar
aquel brillo en los ojos de Wei WuXian cada vez que veía una oportunidad para
burlarse de él. Como se esperaba, el quinceañero estaba riendo nuevamente. De
pronto se quedó callado, como si un pensamiento inquieto le hubiera pedido
silencio.
- Quiero preguntar otra cosa.
- Mn.
- Tú... en el pasado, ¿llegaste a
odiarme? – Lan WangJi abrió los ojos por la sorpresa, arrugó el ceño y contestó
con absoluta seguridad.
- No – Wei WuXian suspiró aliviado
y luego sintió que debía explicarse.
- Hasta esta semana mis sueños
eran borrosos y no los podía recordar. Durante toda mi vida ha sido así, solo
recuerdo fragmentos – suspiró nuevamente, un dedo de Lan WangJi se acercó a su
rostro y colocó un mechón de cabello detrás de la oreja de Wei WuXian. Ante el
gesto el quinceañero suavizó la mirada – Pero... cuando el aire zen de la
montaña bajó hasta ser imperceptible pude recordar todo lo que soñé en esas
noches con bastante claridad... Si el aire zen bloquea lo que causa ansiedad y
sufrimiento, me hago una clara idea del por qué me ha costado tanto darle forma
a mi vida pasada a pesar de soñar con ella prácticamente mis quince años...
Solo recuerdo lo bueno, las sensaciones, algunas voces, aromas, pero nunca
rostros... hasta ahora que se han mostrado con claridad – su semblante se
volvió triste, pero en cuanto notó esto sacudió la cabeza y agregó con una
sonrisa – Estoy seguro de que no recuerdo él sueño de la noche que dormimos en
el pueblo porque estaba demasiado borracho – rió.
- ¿A quiénes ves? – preguntó Lan
WangJi en un tono suave, estaba tan cerca que Wei WuXian se perdió en la
cercanía y solo reaccionó a sus palabras un momento después.
- A mi familia en la secta
YunmengJiang, a un grupo de personas que parecían campesinos, no eran mis
parientes pero yo viví con ellos en un lugar apestosamente horrible. Solo
recuerdo el nombre de un pequeño llamado A-Yuan... En fin – levantó los hombros
restándole importancia al hecho – No tengo dudas de que las personas que
atesoré murieron, aunque no estoy seguro del por qué, la desesperación en mis
sueños me hace sentir culpa a pesar de que estoy seguro de no haber sido yo
quien asesinó directamente a ninguno de ellos.
La manzana de adán en el elegante
cuello de Lan WangJi subió y bajo.
- ¿Sabes, Lan Zhan? Hasta hace un
solo un par de días pude recordar con claridad las ropas que usaban las
personas en mis sueños, y por el loto que colgaba en mi cinturón, ya sé que
pertenecí a la secta YunmengJian. Pero, ¿puedes creer que por mucho tiempo creí
que pertenecía a GusuLan? – se rió fuerte.
- ¿Por qué? – Lan WangJi recordaba
que Wei WuXian había mencionado algo al respecto, sin embargo no pudo contener
su curiosidad, deseaba saber qué recuerdos albergaba la mente de Wei WuXian.
Incluso si éste repitiera lo ya dicho, deseaba volver a escucharlo.
- Porque siempre soñaba contigo,
creí que habíamos crecido juntos o algo así.
- ... ¿por qué no preguntaste?
- ¿Ah? Mm... - esta vez fue Wei
WuXian quien levantó un dedo para colocar un cabello de Lan WangJi detrás de su
oreja – No quiero hacerlo, quiero recordar los momentos que vivimos juntos. Tal
vez sea una estupidez de mi parte decir esto pero... yo – el adolescente bajó
la mirada – Yo realmente quiero revivir esos momentos contigo a través de mis
sueños y despertar sintiendo que los viví. Además, Lan Zhan, tú no me darías
los detalles que yo quiero.
- Wei Ying – interrumpió con voz
suave.
- ¿Mn?
- Tú tenías mala memoria– los ojos
del segundo maestro Lan brillaron divertidos de modo que Wei WuXian sintió que
se reía de él e hizo un puchero en defensa.
- ¿Quién dijo eso? – Se defendió –
Tal vez, quizás... bueno sí – se decidió – Pero las memorias en mis sueños son
muy realistas. ¿Cómo crees que recordaba tu aroma? Lo que no puedo creer que
haya olvidado es tu voz, sé que hablas poco pero tu voz es... especial. No
entiendo como no la recordé antes– Wei WuXian le sonrió sintiendo un poco de
rubor en las mejillas. Lan WangJi debió contenerse, porque decir que quería
besarlo era quedarse corto.