Wei WuXian admitía que estaba agotado.
A pesar de haberse dormido la mayoría de la clase de Lan Qiren, el hecho de
mantener la espalda recta lo hacía sentir adolorido y por ende, perezoso.
Comenzó a dormitar mientras esperaba que Lan WangJi terminara de cenar.
- Wei Ying – lo llamó desde el otro extremo
de la mesa, y cuando Wei WuXian lo miró para responder a su llamado, notó que
su tazón estaba casi lleno. Tal vez se debía a que comía cuidadosamente y con
lentitud, pero el adolescente podía asegurar que él había terminado de comer al
menos veinte minutos atrás.
- ¿Mm?
- Ve a recostarte si estás cansado.
- Mm. – al contestar se lanzó al suelo
y simplemente se hizo el muerto. Si bien el plan de Wei WuXian era fingir
dormir para ser llevado por Lan WangJi en brazos, mientras esperaba que este
terminara de comer, realmente se durmió.
.
.
.
El pequeño Wei Ying acariciaba su
estómago, ¿cuánto días habían pasado desde su último bocado? No quería pensar
en eso y por sobre todo no quería recordar cuan asqueroso había sido, pero el
niño había pensado que si los perros podían comer carne cruda en mal estado, él
también podría hacerlo... pero se equivocó. No pasó mucho tiempo hasta que
vomitó. Ahora, estaba hambriento otra vez. Al menos ya sabía que debía
descartar las carnes con malos olores de sus futuras comidas, al igual que el
agua de las pozas de lluvia o el agua reunida con alguna espuma de lavado, eso
también le causaba dolor estomacal.
Mientras caminaba por una calle
repleta de vendedores ambulantes se preguntaba si a alguno le sobraba algo para
comer, él se podía conformar con las cascaras. Observó las manzanas en un
puesto, rojas, brillantes, se veían dulces y jugosas, la boca se le hizo agua.
Caminó hasta el puesto embelesado por la belleza de la venta.
- ¡Chu, chu! Sal de aquí pequeño
mendigo, no toques nada, no ensucies. Aléjate – Wei Ying estaba acostumbrado a
escuchar aquella frase por lo que ignoró al vendedor, pero entonces vio que
tomaba un gran palo y amenazaba con golpearlo. Siendo así, se alejó corriendo.
Mientras corría esquivando los cuerpos gigantes a su alrededor sintió
vergüenza, no le gustaba que los vendedores lo echaran como a un perro, si bien
él a veces comía lo que ellos no se consideraba así mismo un perro. De pronto
chocó con un par de largas piernas fuertes.
Wei Ying levantó el rostro, y a medida
que elevaba la vista vio lo que era un pulcro vestido blanco con patrones
verdosos en sus mangas. Los colores claros se mezclaban entre sí dándole a la
mujer de cabellos largos una apariencia suave. El color cristalino en sus ojos
hizo que el niño recordara un par de cuentos relatados por su madre.
La mujer lo miró con cierta sorpresa y
levantó su mano. Por acto reflejo el niño cerró los ojos como si aquello lo
protegiera de alguna agresión, pero lo que sintió a continuación fue algo muy
distinto. La mujer de ojos verdes acarició la cinta que estaba en su cabello y
se agachó, quedando a su altura.
- Wei Ying – su voz grave hizo que el
niño se sintiera aún más pequeño– Tu madre optó por dejar el listón contigo –
le dijo mientras acariciaba su cabello. Él miraba sus ojos claros como el
cristal, no podía dejar de mirarlos – Pero tienes una mejor opción que viniendo
conmigo hasta la montaña, alguien más te está buscando. - explicó.
- ¿Alguien me busca? – preguntó sin
entender, la mujer asintió y sacó de sus ropas una manzana tan roja y brillante
como las que habían en el puesto. Wei Ying la tomó y le dio una mordida de
inmediato, estaba aún más jugosa de lo que imaginó.
La mujer vio un par de heridas en sus
rodillas y manos, volvió a buscar entre sus ropas y luego sacó de ellas una
pomada. Con dedos hábiles la aplicó en las heridas del niño. De inmediato esas
heridas dejaron de doler y picar, un alivio refrescante lo hizo sonreír.
- Usted es como la inmortal en los
cuentos de mamá... – la mujer inclinó su rostro a un costado en una pregunta
silenciosa. El niño prosiguió – En todas las historias había una inmortal muy
poderosa que vencía a todos los monstruos.
- ¿Por qué dices que se parece a mí?
- Porque mamá decía que tenía el
cabello tan largo que tocaba sus rodillas, que vestía de blanco y verde, y que
sus ojos eran como el cristal.
- ¿Cómo se llamaba?
- BaoShan – respondió mientras
masticaba la manzana. BaoShan SanRen pareció enternecida unos instantes y
volvió a dirigir su atención al listón, lo apretó ligeramente para asegurarse
de que estuviera firme en el cabello del niño.
- Escúchame Wei Ying, el listón que
tienes aquí no puedes quitártelo.
- ¿Por qué?
- Es un tesoro que tu madre dejó para
ti – le explicó con paciencia.
- ¿Tesoro? ¿Tiene mucho valor? – Wei
Ying había cambiado todos los talismanes que guardaba su madre por un poco de
comida, pero nunca pensó que el listón le serviría.
- Sí, pero solo lo tiene para ti así
que eres él único que puede usarlo – el niño se sacó el listón y lo miró, inseguro
de que el material ya sucio tuviera importancia. La mujer lo tomó y esta vez lo
amarró a su muñeca.
- ¿Por qué valdría algo? Varios
puestos de aquí venden unos similares.
- Las oportunidades no se pueden
comprar.
- ¿Qué? – se rascó la cabeza y luego
se limpió la boca con la manga de su túnica – No entendí.
- Te llevaré a un lugar donde cuidarán
de ti desde ahora en adelante, a cambio mantén ese listón contigo – Wei Ying
sabía que no todos los adultos decían la verdad, pero la mujer no parecía mentir.
Además lo había tratado bien y le había dado de comer... Su corazón se sintió
un poco esperanzado.
- ¿Habrá comida? – los labios de
BaoShan SanRen se curvaron un poco, se puso de pie y le tendió la mano. El niño
la tomó y caminó con ella.
La gente al rededor del lugar volteaba
a mirar la mujer de aspecto solemne que sujetaba un niño sucio y pegajoso
saboreando los restos de una manzana y chupando sus dedos para no perder nada
de su jugo.
Llegados a un prado a las afueras de
la ciudad, Wei Ying durante todo el camino se concentró en memorizar el lugar
por donde caminaban, por si es que la mujer mentía y debía regresar a su
refugio cerca de la posada donde sus padres lo dejaron, él aún los esperaba en
secreto. Se detuvieron al cruzar un puente.
Otra mujer caminó hacía ellos, no
pareció prestarle importancia al niño y ella misma llevaba otros dos consigo,
uno mayor y otro menor a él. Esta mujer era más baja, su aspecto era
descuidado, fornido hasta hacerse poco femenino, pero los rasgos en su rostro
eran finos bajo su cabello despeinado. Lo más destacable eran sus ojos de verde
brillante.
- Maestra – saludó con una reverencia
frente a ella – Encontré estos huérfanos buscando comida en la basura, el
nombre del mayor es Jie Ming, es más grande de los que solemos llevar pero el
pequeño no da un paso sin él. Le pido por favor acepte a ambos en la montaña.
BaoShan se dirigió al más pequeño.
- ¿Cómo te llamas? – el niño de ojos
grandes respondió a medida que se escondía entre las ropas de su amigo.
- Xiao XingChen– respondió en voz
bajita.
- Podemos llevarte a un lugar donde
estarás bien pero solo hay lugar para ti – probó. El niño se aferró con fuerza
a las ropas de su amigo.
- No abandonaré a Ming Ge – dijo con
certeza. Wei Ying, impresionado por la valentía del niño que era menor que él,
ya que a penas y se entendía lo que decía, le dio una gran sonrisa.
- Maestra – pareció regañar la mujer
de estatura más pequeña – Solo lo está molestando.
BaoShan SanRen suspiró.
Una lámpara de papel llegó hasta los
pies de Jie Ming y este la pateó, luego Xiao XingChen hizo lo mismo y
comenzaron a jugar. Se alejaron un poco mientras que Wei Ying sujetaba
firmemente la mano de BaoShan SanRen, aferrándose a su esperanza.
- ¿Encontraste los cuerpos? – preguntó
en un tono más serio.
- Sí... encontré ambos pero en malas
condiciones... ha pasado un tiempo considerable después de todo. También
descubrimos por qué el alma de ella no llegó a la montaña, esa boba descuidada
debió perder el listón... no lo llevaba consigo, pero por suerte Shaymin
encontró sus almas rondando muy cerca de sus cuerpos.
- ¿Cómo están?
- Ambas fueron dañadas por la energía
resentida del yao, pero Shaymin está convencido de que podrá sanarlas si las
cuida el tiempo suficiente. De todas maneras... no encontramos al niño.
- Él estará bien – aseguró.
- Maestra, ¿sabe dónde está? Shaymin
estaba ansioso por conocerlo.
- No lo llevaremos con nosotros, de
todas maneras estoy segura de que Shaymin lo conocerá en algún momento. Mei
Fen, llevaré a los dos niños a la montaña, tú lleva a este pequeño hasta
Yunmeng. Déjalo a dos calles de la entrada a la secta YunmengJiang.
- ¿Quién...? – preguntó Mei Fen
mientras veía a BaoShan agacharse a la altura del niño.
- Alguien con quien hice un trato,
¿verdad?
Wei Ying asintió.
BaoShan volvió a acariciar su cabello
a modo de despedida y se fue sin dedicarle una segunda mirada. En cambio el
niño la observó todo el tiempo mientras se alejaba, incluso cuando la otra
mujer lo subió en una espada y comenzaron a elevarse, él aún miraba la silueta
de BaoShan SanRen.
Durante el trayecto sintió frío y se
abrazó al cuerpo de Mei Fen, ella tomó una manta de una bolsa de qiakun y lo
acurrucó contra sí. No preguntó su nombre, ni tampoco cómo era que no le
temiera a volar en una espada. No pidió información ni cuestionó nada de lo
dicho por su maestra. Dejó al niño con la manta a dos calles de la secta en
Yunmeng, le compró un bollo al vapor y se marchó. Ella no vio la cinta en su
muñeca.
Wei Ying se quedó de pie observando a
su alrededor, se sentía decepcionado; no había comida gratis, ni calor ni nadie
que lo cuidara, pero se dijo así mismo que no lloraría otra vez. Pensó en
buscar refugio en algún lugar pero unas migajas de esperanza le dieron fuerza
para soportar el frío y esperar un poco más a pesar de que la noche se
avecinaba.
En el atardecer más hermoso que vio
alguna vez reflejado en el agua, un barco se detuvo en un puerto frente a él.
Tres hombres de uniformes púrpuras estaban allí y saludaban a todos los que se
encontraban. En el descuido, el niño vio a un hombre dejar sus panecillos sobre
una mesa e ir con los recién llegados. Wei Ying, que ya había vuelto a tener
hambre, corrió hasta los panes y les dio una mordida, suspiró mientras la masa
caía hasta su estómago. Pocas veces comía tantas veces en un solo día.
- ¡Oye tú, ladrón! – le gritó de
pronto el hombre que había abandonado su pan – ¡Págame lo que te comiste! – lo
tomó de sus ropas y lo levantó. Wei Ying estaba asustado porque sus pies no
tocaban tierra, quería pedir perdón, decirle que él pensó que había abandonado
su comida, pero su voz no salía.
- ¿Wei Ying? – una voz suave llegó
hasta sus oídos.
- Líder de secta, ¿usted conoce a ese
mendigo?
- ¿Wei Ying eres tú? – ahora uno de
los hombres con traje púrpura se había acercado a él y lo tomó en sus brazos
para mirarlo con más claridad - ¡Eres tú! Te he buscado por todos lados...
¿Cómo llegaste aquí?
El niño lo miraba. ¿Lo conocía? No
estaba seguro de ello, pero una vez su madre le dijo que si alguien le hablaba
como si lo conociera, siempre respondiera de la misma forma, así no heriría sus
sentimientos por si es que efectivamente lo conocía y solo no lo recordaba.
- Hola – le dijo en tono amigable
mientras deseaba que sus pies tocaran por fin el suelo.
El hombre le sonrió con verdadera alegría,
una sonrisa que nadie le había dedicado a Wei Ying en mucho tiempo.
- Soy Jiang FengMian, tal vez no me
recuerdes pero fui amigo de tus padres.
- ¿De papá? ¿De mamá? – el hombre
mayor sonrió nuevamente y lo dejó en el piso, esta vez su sonrisa era más
calmada, pero aún parecía real.
- Sí. Wei Ying, bienvenido a la secta
JunmengJiang.
.
.
.
Despertó por sentir un movimiento
cerca de sí, al abrir los ojos vio a Lan WangJi recostarse junto a él. La luz
de la única vela encendida daba cierta chispa que suavizaba el claro de sus
ojos, por unos instantes el adolescente estuvo seguro de estar soñando.
- ¿Te desperté?
- Mm – asintió mientras se movía para
hacerle espacio – Lan Zhan, te estás acostando conmigo – señaló. El mayor se
detuvo y comenzó a alejarse, cuando el menor se dio cuenta de inmediato lo jaló
hacía sí haciendo que el cuerpo de Lan WangJi cayera sobre el suyo. Lo abrazó,
rodeando su cuello con fuerza – No te vayas, no te vayas, solo lo dije porque
me impresionó, pero estoy feliz de que lo hagas. Tomate libertades conmigo Lan
Zhan, somos así de cercanos, ¿no? – al escuchar la última frase, se tensó de
tal modo que Wei WuXian se alejó un poco inseguro - ¿No?
- Mn. – asintió evitando mirar al
adolescente. Este, aprovechando la cercanía, le dio un beso rápido en la
mejilla.
- Hueles a jabón y sándalo. Ven,
acurrúcate junto a mí, si tomaste un baño debes cobijarte pronto – movió el
cuerpo de Lan WangJi a su lado de modo que lo acunó con su brazo y el rostro
del mayor quedó a la altura de su pecho, entonces el menor acarició su cabello
– Siempre hueles bien Lan Zhan – con su mano acarició cerca de su oreja.
Sintiendo el calor que emanaba de esta una sonrisa se dibujó en su rostro – Sh,
sh, sh – le cantó como si fuera un bebé y dio suaves palmaditas en su espalda.
De pronto un suave sonido llegó a sus oídos, como si alguien hubiera soltado el
aire de improvisto, más un leve movimiento en los hombros de Lan WangJi lo
sorprendió– Lan Zhan tú... ¿Estás riendo? – pero no respondió, solo dio un leve
suspiro y se mantuvo quieto. Wei WuXian también se quedó quieto mientras lo
escuchaba respirar acompasadamente y una brisa le ocasionaba cosquillas cerca
del cuello.
Durante media una hora miró por la
ventana entreabierta, la luna creciente sobre el monte lejano le indicaba que
debían ser cerca de las diez. Esperó un poco más, y en el momento en que Lan
WangJi se removió hacia el costado contrario, el quinceañero de un salto
silencioso abandonó la cama. Pocas veces se sentía agradecido de las enseñanzas
de Shaymin, por primera vez el arduo entrenamiento para conseguir que no fuera
detectado fácilmente, valió la pena.
Buscó sus túnicas exteriores en la
oscuridad y se aventuró hacia la salida. Al dar el primer paso se sintió
aliviado de haber conseguido escapar con éxito, pero al dar el segundo, chocó
de frente con alguien.
- ¡Au! – se acarició la nariz
adolorida - ¿Chang? ¿Qué haces tan tarde fuera de la cabaña? ¿Vienes a buscarme
para ir a la fiesta? - la cara del discípulo Lan por primera vez pareció
demostrar una expresión y Wei WuXian adivinó que Chang realmente quería poner
los ojos en blanco. Riéndose le rodeó los hombros y lo llevó con él – Vamos
amigo, guíame a la habitación de los Jin.
Caminaron por el solitario lugar
durante varios minutos, el adolescente pensó que lo único positivo de que
estuvieran alejados de la zona poblada era que por las noches podrían hacer
todo el ruido posible y no molestarían a nadie más que Lan WangJi. Pensó que
debía crear un talismán para prevenir que las hondas de sonido se acercaran a
la cabaña durante la noche, pero ya tendría tiempo de ocuparse de eso.
Al acercarse a la habitación de los
Jin, se encontró a OuYang ZiZhen fuera de la habitación.
- ¡Hermano Xian! Te estaba esperando.
- ¿Por qué también estás afuera?
- Ah, es que si entraba solo Jin Ling
me sacaría a golpes de ahí... Ey, esos son... ¡SiZhui! ¡JingYi! ¡Vengan a la
fiesta! - gritó a ambos jóvenes de traje blanco que volvían de su patrullaje
nocturno, antes de esperar a que se acercaran lo suficiente, el joven de la secta
OuYang le dio una patada a la puerta de la habitación de los Jin y entró con
gran confianza - ¡Levántense aburridos! – tomó la almohada de la cama donde
dormía Mo XuanYu y lo golpeó con ella en la cabeza, luego hizo lo mismo con Jin
Ling - ¡Vamos a festejar!
- ¿Qué hacen aquí? – preguntó Jin Ling
notablemente enfadado y adormilado.
- Vamos a C-E-L-E-B-R-A-R.
Wei WuXian miró a Mo XuanYu que estaba
sentado en la cama con solo túnicas interiores, parecía desorientado. Se acercó
a él y le acercó sus túnicas exteriores.
- Arriba amigo, al parecer tendremos
un festejo aquí.
- ¿Qué está pasando? – preguntó Lan
JingYi una vez que entró.
- ¡Esto está pasando! – gritó OuYang
ZiZhen mientras sacaba de su bolsa de qiankun una, dos, tres, cuatro botellas
de licor. Wei WuXian se levantó de la cama de inmediato. Los jóvenes Lan se
miraron entre ellos y con grande alarma en su voz hablaron al mismo tiempo.
- ¡El alcohol está prohibido en La
Profundidad de las Nubes!
- Aish, ¿qué no está prohibido aquí?
Solo disfruten de su juventud, es la única vez que podrán romper las reglas
niños. Hermano ZiZhen, eres muy audaz, tú y yo nos llevaremos bien – Wei WuXian
tomó una de las botellas y la chocó con la que el joven OuYang sostenía.
- ¡Por nuestra futura amistad
entonces!
- Hermano Mo, hermano Chang, vengan a
beber, les serviré un poco.
Lan SiZhui y Lan JingYi no habían
reparado en el joven mayor que estaba de pie en la puerta, lo saludaron
respetuosamente pero cuando este iba a devolver el saludo, fue jalado por Wei
WuXian quien a la fuerza le metió un cuenco con alcohol en la boca. Este tosió
de inmediato y arrugó el rostro por el ardor.
- ¿Qué estás haciendo? – preguntó Lan
JingYi como si acabara de presenciar una aberración.
- ¡Chang! ¡Por fin veo una reacción en
ti!
- Já, hermano Wei – le celebró OuYang
ZiZhen – ¡Cualquiera reaccionaría si es ultrajado de esa manera con alcohol! –
antes de que el discípulo "Chang" pudiera volver a reaccionar, Wei
WuXian ya había empujado otro cuenco en su boca – Eeh, hermano Wei, eso es un
poco... agresivo.
- Esto es necesario hermano ZiZhen. Mi
querido amigo Chang es enviado a vigilarme, me temo que si no lo hago no
terminaremos nuestra celebración. Jóvenes Lan, siéntense con nosotros, miren a
su superior Lan, ya está todo borracho con solo dos cuencos – rió – Así que
siéntanse en confianza.
El discípulo "Chang", quien
había estado mirando de manera concentrada la mesa frunció el ceño y ladeó la
cabeza, en una postura relajada e irrespetuosa que solo podía hacerles concluir
que efectivamente estaba ebrio. De pronto sirvió con movimientos torpes dos
cuencos y se los puso en frente a los hermanos Lan mientras un hipo interrumpía
sus acciones. Luego sirvió otro más y jaló a Mo XuanYu de la túnica para que se
sentara en la mesa con ellos y tuviera su propio cuenco.
- Ese es el sentimiento correcto
Chang– aduló el quinceañero. Jin Ling se sirvió y miró a Lan SiZhui antes de
beber.
- Jin Ling, no te preocupes, esto
quedará entre nosotros, ¿verdad jóvenes Lan? – Insistió Wei WuXian. Ambos Lan
parecieron dudosos.- Oigan, esto es un paso importante para establecer
relaciones fraternas, si ustedes beben pueden considerar que todos los
presentes de ahora en adelante seremos sus cercanos – decía mientras le metía
otro cuenco en la boca a Chang - ¿Verdad amigo? – le preguntó al mayor, este
asintió y otro hipo lo interrumpió haciendo que todos soltaran una carcajada
menos los Lan.
- ¿Cercanos? – preguntó SiZhui.
- Sí – corroboró el joven OuYang -
¿Verdad, Jin Ling?
- Sí... cercanos – al escucharlo, Lan
SiZhui miró el cuenco con licor como si este fuera una barrera o un reto,
asintió para sí mismo, y se bebió el licor de un solo sorbo. A su lado Lan
JingYi había desencajado la mandíbula por segunda vez en el día.
- Vamos JIngYi, SiZhui ya lo hizo, es
tu turno – este suspiró, cerró los ojos y simplemente dejó que el licor
corriera por su garganta, acto seguido comenzó a toser. Otra vez todos rieron.
El discípulo "Chang" se giró
y viendo que Mo XuanYu tenía el cuenco en su mano pero no lo acercaba a su
boca, con suavidad él lo empujó hasta sus labios, lo miraba como si quisiera
pedirle que lo bebiera pero no dijo nada.
- Hermano Chang, ¿por qué tienes
tantas ganas de que Mo XuanYu beba alcohol? – el usualmente silencioso Chang se
giró y le respondió con una mirada inexpresiva.
- Cercanos – Wei WuXian casi deja
salir licor de su boca cuando lo escuchó.
- ¡Hablaste!
- Oh, Chang quiere que sean
cercanos... - dijo OuYang ZiZhen, levantando sus cejas.
- No insinué ese tipo de cosas joven
OuYang – pidió Lan SiZhui – El joven Lan ZiYuan es primo de Mo XuanYu.
- ¿Ah? – OuYang ZiZhen parecía
confundido – ¿Cómo un Lan sería primo de Mo XuanYu?
- Adoptado – respondió él usual
discípulo silencioso.
- Oye Chang, sí que te hace bien beber
alcohol – aduló Wei WuXian – Entonces tú y XuanYu son primos...
- Mn. – asintió antes de un hipo.
- XuanYu... - Wei WuXian eligió
preguntarle a él mientras intentaba que Chang bebiera agua para disipar su hipo
- ¿Cómo es que tu primo es un Lan? Cuéntanos, porque él claramente no está en
condiciones.
- No es como si quisiera contarte... -
murmuró Lan JingYi.
- Bueno... - Mo XuanYu de pronto se
sintió nervioso al tener la atención de todos por lo que comenzó a pellizcarse
sus dedos, pero su primo a su lado le dio una palmada en ellos, como si
quisiera corregirlo con ella. Mo XuanYu lo miró sorprendido, luego le sonrió y
se acercó para susurrarle cerca del oído – ¿Me das autorización para contar tu
historia? – el discípulo Lan mayor pareció pensarlo un segundo y luego le
sonrió totalmente ebrio. El resto se miraba con cierta vergüenza ajena y a
susurros bajos, Wei WuXian con OuYang ZiZhen apostaron que al día siguiente
Chang no tendría cara para ir a clases y mirarlos a los ojos– ZiYuan es hijo de
mi tía, ella y mi madre no se relacionaban de buena manera por lo que siempre
competían... - miró a Chang tímidamente, pero el mayor ebrio le seguía
sonriendo – Cuando tenía catorce y mi padre formalmente me llevo hasta la secta
Jin, ZiYuan era menor... así que no nos relacionamos más... unos años después
me enteré de que mi tía había tenido un amorío con un miembro de la secta Lan.
Como ella estaba casada cuando mi tío se enteró se enfadó tanto que la golpeó y
ella en su defensa lo... mató – la mesa cayó en un fuerte silencio y nadie
agregó ni una sola palabra mientras Mo XuanYu volvía a hablar – Todos los
sirvientes escucharon la pelea así que mi tía avergonzada intentó escapar,
cuando mi abuelo se enterara de lo que hizo, la castigaría entonces... el
cadáver de su esposo se transformó en un cadáver feroz por su nivel de
resentimiento y la persiguió por toda la casa pero tía no pudo escapar...
- ¿También murió? – preguntó Lan
JingYi.
- Así es... su amante sintió
remordimiento por lo que quiso castigarse a sí mismo y desertar de la secta
Lan, pero antes pidió que aceptaran al hijo de mi tía en la secta.
- Así que así es como Chang se
transformó en un discípulo Lan... - susurró Wei WuXian.
- No solo eso... - agregó Lan SiZhui –
Se convirtió en uno de los discípulos de confianza de Zewu-Jun así que le fue
obsequiada la cinta del clan a pesar de no pertenecer sanguíneamente a la
familia.
Todos miraron con adulación al
discípulo usualmente serio que ahora sonreía, pero algo pareció perturbarlo
cuando tuvo tantas miradas encima. Su rostro comenzó a desfigurarse lentamente hasta
que explotó en un llanto exagerado.
- ¿Qué...? – preguntó Jin Ling. Chang
se lanzó sobre el regazo de Mo XuanYu mientras lloraba entre sollozos
imparables.
- Oh realmente ha bebido demasiado –
les dijo Wei WuXian
- No ha bebido – lo corrigió Lan JingYi
– Lo hiciste beber.
- Como sea, amigo ZiZhen ¿dónde
compraste este licor? Está bastante fuerte – dijo alzando la voz para que se
escuchara sobre el llanto de Chang.
- Es originario de Baling – respondió
con orgullo en el mismo tono – Es el que usamos en todas las celebraciones de
la secta OuYang.
- Mm... si es bueno, aunque he probado
mejores.
- ¿Cómo cuál? – preguntó un poco
herido el joven OuYang.
- No estoy seguro... no sé el nombre
de ese licor, pero ya lo descubriré. ¿Tienes más?
OuYang ZiZhen sacó de su bolsa de
qiankun dos botellas más y comenzó a servir para todos. De pronto el discípulo
Chang dejó de llorar, pareció pensar algo, tomó un cuenco y lo llevó
rápidamente hasta la boca de Lan JingYi, quien no reaccionó hasta ya haberlo
bebido. Con ahora dos tragos en su sangre, el rostro del joven Lan comenzó a
colocarse de un color rojo intenso y de pronto se puso de pie y se subió a la
mesa.
- ¿JingYi? – preguntó asustado Lan
SiZhui.
- ¡Falta música aquí! Yo les cantaré
un poco.
- ¿Por qué te subes a la mesa idiota?
– Jin Ling intentó recoger los cuencos para que no se derramara el licor en
ellos.
- ¡Porque no hay escenario!
- Creo que... - susurró Mo XuanYu.
- Está borracho – confirmó Wei WuXian,
pero antes de que alguien pudiese decir algo más, Lan JingYi comenzó a cantar
mientras movía la cintura.
- Don diablo se ha escapado, tú no
sabes la que ha armado ten cuidado yo lo digo por sí. Anda por rincones y se
esconde en los cajones de la presa que decida conseguir. Seguir, si sigue así
yo se lo voy a decir, que te cante ay mi niña como gozo cuando guiñas, yo
quisiera darte un beso chiquitín – movió los hombros en pequeños temblores –
Con un swing aquí por allí, un beso chiquitín con un swing aaah un beso
chiquitín con un swing.
- ¿Qué carajos es lo que está
cantando? – preguntó OuYang ZiZhen.
- No tengo idea – respondió Jin Ling.
Todos miraban con los bien abiertos a Lan JingYi, quien de pronto tomó las
manos de Lan SiZhui y lo jaló hacia la mesa con él moviéndolo a través de
jaladas forzosas.
- Me agarra muy suavemente – continuó
cantando – Me acaba en un pispas, no tiene moral y es difícil de saciar, te
gusta y todo lo das – cuando terminó de decir aquella frase, todos alrededor
comenzaron a reír con fuerza. Incluso el mismísimo "Chang".
Dos horas después Wei WuXian bailaba
en medio del campo de entrenamiento de la secta Lan, OuYang ZiZhen bailaba
detrás de él imitando todos sus pasos, mientras Lan JingYi les cantaba. Un poco
más atrás Jin Ling levantaba las manos y los pies de forma descoordinada y era sostenido
gentilmente por la mano de Lan SiZhui, quien se reía de todo lo que este hacía.
Mo XuanYu y Chang giraban tomados de la mano a orillas del campo. Si no hubiera
sido por el gran ruido que habían hecho tal vez nadie habría notado que
acababan de entrar en la zona poblada de la secta, pero ese no fue el caso.
.
.
.
Jiang Cheng estaba revisando papeleo
acumulado que llevó consigo hasta Gusu, aprovechando el silencio adelantó
trabajo, y cuando comenzó a sentirse cansado preparó agua para tomar un baño.
Fue en eso que escuchó los cantos y las fuertes risas provenir desde fuera de
su habitación, extrañado salió a mirar. La Profundidad de las Nubes era un
lugar tan silencioso que escuchar un canto especialmente desafinado era tan
raro como ver una vaca bailando, pero realmente estaba sucediendo. Sin embargo
cuando abrió la puerta de su habitación los jóvenes bulliciosos ya se habían
alejado un poco.
La puerta de la habitación de enfrente
se abrió y un curioso Lan XiChen vestía pulcramente sus perfectas túnicas de
líder de secta mientras se rascaba perezosamente los ojos. Jiang Cheng se dio
cuenta de que estaba un poco dormido pero debió salir a controlar la situación.
- Así que tienen discípulos
rebeldes... - Lan XiChen lo miró frunciendo el ceño. Jiang Cheng nunca le había
visto ese rostro adormilado y un poco infantil por lo que no pudo aguantar una
carcajada. - ¿Cuántos años tienes? – la pregunta sorprendió al líder de secta
Lan y no precisamente porque eran palabras que solía escuchar de otra persona, sino
que fue la sonrisa en el rostro de Jiang Cheng lo que lo tomó por sorpresa. ¿Es
que alguna vez había visto sonreír al líder de secta Jiang? - ¿Qué?
- Nada.
Lan XiChen dio un paso en dirección al
ruido y notó que Jiang Cheng lo seguía.
- Puede volver a la habitación líder
de secta, yo me haré cargo.
- No, está bien, no estaba dormido de
todas formas y quiero ver cómo es que castigas a tus discípulos– de pronto una
voz conocida llegó a los oídos del líder de secta Jiang – Esa voz... ¿Jin Ling?
– comenzó a caminar con rapidez y el líder de secta se percató de más voces que
pudo reconocer con facilidad como la de Lan JingYi y Lan SiZhui, entonces fue
que la idea cruzó por su mente al escuchar cantar a los jóvenes Lan. La única
manera de que pudiesen estar rompiendo las reglas de tal manera era si
estuviesen borrachos, y la única manera de estarlos era bajo la influencia de
alguien... alguien que acababa de llegar a la secta Lan.
- Oh no... - apresuró su paso hasta
sobrepasar a Jiang Cheng, no podía si quiera imaginar la reacción de este si es
que se enteraba de que estaba de vuelta. Todos en el mundo de la cultivación
sabían de la obsesión que tenía el líder de secta Jiang y su gran odio hacia el
traidor Wei WuXian. A medida que su idea se hacía más y más clara apresuraba
más el paso, aun así llego junto a Jiang Cheng frente a los adolescentes. Los
inspeccionó: Lan JingYi estaba cantando y bailando, haciendo una ronda con Lan
SiZhui y Jin Ling, Lan ZiYuan cargaba en su espalda a Mo XuanYu quien intentaba
alcanzar a algo que estaba sobre un árbol.
- ¿Qué carajos? ¿Jin Ling?
- ¡Tío! – respondió alegre, corrió
hasta él y lo comenzó a jalar – Ven, baila un poco con nosotros.
- ¿Bailar? ¿Cómo podrás bailar cuando
no tengas piernas, eh? ¡Suéltame!
- ¡Ash, líder de secta Jiang es tan
gruñón! – le gritó Lan JingYi.
- ¿Y tú quién eres? ¿Es así como
educan a los discípulos de GusuLan? – Jiang Cheng se giró dándole la espaldas a
los jóvenes para encarar al líder de secta - ¿Es por esto que no querías que
viera a mi sobrino? ¿Por qué no pueden controlar a los jóvenes? ¡Jin Ling jamás
se había emborrachado!
- Calma líder de secta, solo es u... -
se calló cuando lo que fuera que intentaba alcanzar Mo XuanYu en el árbol fue
jalado hasta caer al piso, justamente un par de metros atrás de Jiang Cheng. Él
accidentado comenzó a reír con fuerza mientras giraba en el piso, el rostro del
líder de seca Jiang se congeló y perdió su color.
Él conocía esa risa.
Él creció escuchando esa risa.
Esa risa era inconfundible y él sabía
perfectamente a quién le pertenecía.
Entonces se volteó.