En la profundidad de las Nubes.-
Lan SiZhui y Lan JingYi alimentaban
a los conejos cuando vieron a un gran grupo de personas llevar materiales de
construcción. Se miraron entre ellos, y sin decir una sola palabra los
siguieron. El grupo de trabajadores estaba subiendo la montaña a un lugar muy
alejado de la zona poblada de la Profundidad de las Nubes.
- ¿Dónde van? – susurró Lan
JingYi. Su amigo levantó los hombros sin saber por qué los hombres se
adentraban cada vez más y más en el bosque.
- Creo que están alejándose hasta
las residencias de meditación aisladas – respondió SiZhui.
- Exactamente – les respondió otra
voz a sus espaldas. Cuando se voltearon dieron un gran salto y con ojos
horrorizados se enderezaron para saludar respetuosamente.
- ZewuJun no-nosotros....
esta-estábamos...– respondieron juntos, el líder de secta les sonrió. Lan
XiChen sabía que ambos discípulos eran de confianza para su hermano por lo que
prefirió confiar en ambos.
- WangJi traerá un invitado y
están construyendo una casa para él.
- ¿HanGuangJun? ¿Un invitado? Él
nunca ha traído invitados - Lan JingYi parecía confundido.
- ZewuJun – llamó Lan SiZhui -
¿Por qué están construyendo una casa para este invitado en un lugar tan
apartado?
- Oh, eso es por muchas razones. –
ambos discípulos se miraron – él es bullicioso, es una de las principales. –
Lan XiChen y los niños se miraron entre sí mientras el líder continuaba su
paso, adelantándolos.
- JingYi, ¿Crees que éste sea un
amigo de HanGuangJun? – susurró despacio.
- No lo sé, pero si realmente es
el caso debe ser un tipo genial.
- Los dos – llamó Lan XiChen desde
cierta distancia delante de ellos, ambos corrieron hasta alcanzarlo. – Háganme
el favor de recibir con simpatía a nuestro invitado, a él le tomará tiempo
adaptarse a las reglas de aquí... si es que lo logra – murmuró lo último solo para
sí.
- ¿Cuándo llegará, ZewuJun? –
preguntó Lan SiZhui.
- En un par de semanas, haremos
más arreglos para él.
- No se preocupe ZewuJun – le
prometió JingYi – seremos amables y ayudaremos en lo que podamos. – Lan XiChen
le sonrió y luego suspiró preguntándose si Wei WuXian no sería una mala
influencia para esos dos discípulos...
Cuando los adolescentes caminaban
de vuelta a las residencias, Lan SiZhui sintió un ruido proveniente de la parte
alta de los árboles, inmediatamente sacó su espada y la lanzó hacía arriba, se
sintió un grito ahogado antes de que cayeran las dos personas que estaban
ocultas allí.
- ¿Jin Ling? ¿OuYang ZiZhen? –
preguntó Lan JingYi mientras ambos niños se frotaban adoloridos la parte baja
de la espalda.
- Oye SiZhui – se quejó el joven
amo de la secta OuYang – sé más cuidadoso, casi nos matas.
- Ustedes estaban espiando, no
pueden quejarse. – defendió JingYi - ¿Y tú Jin Ling? ¿Qué haces aquí? ¿Estás
espiando a SiZhui? – el adolescente movió las cejas de manera sugerente, de
inmediato Jin Ling arrugó su rostro en una mueca de asco.
- ¡Solo estaba aquí cuando ustedes
aparecieron! – cuando OuYang ZiZhen lo escuchó comenzó a reír.
- Es verdad – dijo – estábamos de
antes que ustedes aquí, pero fue él quien quiso que permaneciésemos escondidos
espiándolos. Entonces chicos, ¿Quién es el amigo de HanGuangJun? – SiZhui negó
con la cabeza, fue JingYi quien habló.
- Ustedes no deberían escuchar
conversaciones entre nosotros y el líder de secta, puede ser confidencial.
- Te crees muy importante porque
te pidió un favor – molestó Jin Ling.
- ¿Tú no lo crees importante?
¿Entonces por qué estabas escondido escuchando? – mientras hablaba el joven
JingYi se acercó más a Jin Ling, ambos se miraron a los ojos fulminándose con
la mirada unos instantes antes de que el joven amo Jin bufara y se alejara de
ellos. – Tiene tan mal carácter...
- JingYi... – amonestó SiZhui
antes de suspirar.
- ¿Qué? Desde que llegó no ha
hecho otra cosa más que reclamar, no entiendo por qué vino a estudiar aquí en
primer lugar si cree no valemos más que las suelas de sus botas.
- Por lo que escuché decir al
maestro Qiren mientras hablaba con mi padre, Jin Ling vino porque su padre
también estudió aquí. – respondió el joven amo de la secta OuYang.
- ¿Su padre? – ambos discípulos Lan
lo miraron dudosos. ZiZhen asintió.
- El maestro Qiren dijo que la
generación del padre de Jin Ling había tenido varios nombres reconocidos, como
el líder de secta YunmengJiang, HanGuangJun y... Wei WuXian. – ambos Lan se
miraron.
- No sabía que HanGuangJun había
sido compañero de clase del Patriarca Yiling – murmullo Lan JingYi – me
esperaba que se conocieran por sus batallas contra la secta QishanWen pero no
de antes que eso...
- ¿Crees que ellos fueron cercanos
desde entonces? – preguntó Lan SiZhui en un susurro que solo Lan JingYi podía
escuchar, sin embargo este se escandalizó por su comentario y gritó su
respuesta.
- ¡Claro que no! ¡Te digo que eso
debe ser un malentendido, ellos no fueron cercanos de ninguna manera!
- ¿Cercanos? – preguntó OuYang ZiZhen
- ¿HanGuangJun y el Patriarca YiLing? ¿No dicen todos que ellos se odiaban y
eran como el agua y el aceite? Con lo severo que es HanGuangJun es imposible
que él pudiera soportar la existencia de alguien tan grotesco como Wei WuXian,
quizás cuantas veces quiso matarlo él mismo – bufó con seguridad, Lan JingYi
asintió dándole la razón, mientras que Lan SiZhui solo permaneció en
silencio.
En la ciudad de Piedra BaoShan.-
- ¿Y tú? – peguntó tímidamente un
Lan WangJi.
- ¿Eh? ¿Yo qué?
- Beso.
- Ah, ¿si he dado un beso alguna
vez?
- Mn– Wei WuXian le dio una gran
sonrisa.
- Por supuesto, ya te he dicho que
tengo novia – Lan WangJi frunció el ceño.
Shaymin los estaba escuchando
detrás de un arbusto, a la orilla de lago. Negó con la cabeza cuando escuchó a
Wei WuXian.
- Si Lan WangJi supiera que ni una
sola chica en la montaña lo soporta...
- ¿De qué estás hablando? – le
preguntó Mei Fen, quien acababa de acercarse a él.
- De que tú no cuentas como chica
– el niño no la miró, concentrado en los dos hombres adelante, pero de repente
recibió un veloz golpe en la cabeza. Inmediatamente se la cubrió con ambas
manos - ¡Mei Fen! ¿Dónde está tu paciencia? Te enojas con tan poco...
- Ten – le dio una bolsa cerrada –
Lleva los medicamentos al anciano y deja de espiar a ese par de tontos, evita
acostumbrarte a verlos porque no podrás seguirlos cuando se marchen.
- Lo sé, la maestra ya me lo
advirtió – refunfuñó tomando la bolsa y arrastrando los pies fuera de la
montaña.
.
.
.
Shaymin se sentó sobre su espada
mientras sobrevolaba las montañas de Lijiang. El lugar estaba tranquilo, el
aire zen provenía de distintos templos por lo que casi era visible a la
vista como una suave niebla que brindaba calidez al espíritu. Una vez
llegó a la montaña que buscaba, descendió dando un gran salto sobre el tejado
de la casa.
- ¡Anciano! – gritó mientras se
dejaba caer por la chimenea- ¡Anciano, anciano!
- ¡Papá! – escuchó gritar a una
mujer desde dentro – Llegó el monstruito.
Cuando Shaymin cayó en la parte
baja de la chimenea revotó en las cenizas y quedó cubierto de una capa gris. De
inmediato comenzó a toser.
- ¡Waaa! ¿Desde cuándo encienden
la chimenea en primavera? Me ensucié, la maestra me regañará – hizo un puchero
hacia la mujer robusta que estaba cocinando, ésta suspiró y caminó hacia él, le
sacudió las cenizas con su mano y luego le apretó las mejillas. - Ayayayayayay
calme las pezuñas señora Going, que mis cachetes no son de acero.
- Anoche hizo frío y madre
enfermó, por eso la encendimos – le respondió la mujer que lo miraba con cierta
ternura excesiva. Shaymin dio un paso hacia atrás sabiendo lo que significaba
esa mirada, de pronto la mujer cuya contextura era considerablemente grande
como para hacerlo parecer una hormiga a su lado, lo aprisionó en un fuerte
abrazo. Shaymin pudo escapar, pero no todos los días se recibían muestras de
afecto tan arrebatadoras y no le importaba demasiado el dolor físico que
usualmente le propinaba la señora Going en sus efusivos ataques de afecto.
La familia Going era la dueña de
gran parte de las montañas alrededor de la Ciudad de Piedra, constaba de nueve
hermanos que vivían dispersados entre los grandes terrenos, y el matrimonio de
ancianos que vivían en la primera montaña detrás del pueblo. Los Going habían
sido desde siglos atrás grandes amigos de la familia SanRen que siempre se
había asentado en la misma montaña, razón por la que traspasó por generaciones
la costumbre de recibir y brindar ayuda a la única sobreviviente, BaoShan
SanRen. Se dedicaban a la agricultura y ganadería, y les permitían a los
discípulos de la secta recolectar de sus cosechas cada semana, a cambio
recibían medicación y constante ayuda de la maestra BaoShan, aunque usualmente
era Shaymin quien sorprendía visitándolos con obsequios o comida para los
ancianos a quienes conocía desde que estos eran niños y jugaban con él.
- ¿Xian Qian otra vez enfermó? –
la señora Going asintió con pésame en la mirada.
- Puedes subir a verla si quieres
– antes de que la mujer robusta terminara de hablar Shaymin ya estaba subiendo
las escaleras con la medicina en sus manos - Monstruito, ¿te quedarás a cenar?
- ¡No señora Going, tengo visitas
que espiar en casa! – Shaymin abrió la puerta bruscamente y se lanzó a la cama
de la anciana que yacía con los ojos cerrados. Su esposo estaba sentado junto a
la cama y no hizo más que reír cuando lo vio.
- A-Qian despierta, despierta,
despierta, despierta – comenzó a decir con rapidez. Cuando la anciana abrió los
ojos, la cara del niño estaba a solo un centímetro de distancia de la suya por
lo que la sorpresa la hizo despertar de inmediato con un pequeño salto. Shaymin
se rió – Oye anciana, una de estas veces te vas a enfermar para morir, no te
puedes morir aun, ¿eh? Bueno, estás cerca de los cien, tal vez sí deberías
planear tu testamento.
- Shaymin – lo regañó el anciano
que estaba sentado junto a la cama – Xian Qian tiene una pulmonía, ha estado
delicada de salud desde hace días y no puede hablar.
- Justo la semana en que la
maestra se retrasó con la medicina... Vamos A-Qian, siéntate, el doctor Shaymin
te curará, al menos tienes que vivir otros cinco años más para saber cómo
terminará la historia que llevo contándote tanto tiempo... - la mujer se sentó
en la cama con ayuda del anciano y Shaymin buscó dentro de la bolsita las
medicina que BaoShan preparaba con dedicación para los Going.
- ¿Por qué se retrasó la maestra?
¿Ocurrió algo? – preguntó el anciano, el niño levantó los hombros.
- Enfermó por descuido, pero ya
está bien.
- ¿Enfermó? - el niño asintió
mientras presionaba contra el pecho de la anciana Xian Qian una esmeralda cuyos
poderes curativos eran del más alto nivel de las que BaoShan creaba. Shaymin
arrojó un flujo cálido de energía espiritual hacia su pecho y la anciana cerró
los ojos disfrutando el alivio, el dolor desapareció en un suspiro.
- Mucho mejor – susurró la anciana
en su voz rasposa.
- A-Qing, la maestra envió estas
medicinas, son vitaminas para ti, té para los ancianos y esta es la medicación
para tu corazón – le tendió un frasco y luego la piedra – Deja la esmeralda
debajo de tu almohada, la próxima vez traeré otra recargada para que tus
pulmones de cien años sigan funcionando – la anciana le sonrió y acarició con
sus arrugadas manos el rostro de Shaymin.
- Tu hija acaba de apretarme los
cachetes por eso están rojos – la anciana hizo un sonido similar a una risa
ahogada y Shaymin le dio un abrazo por sobre las cobijas – Estarás bien... - le
susurró aunque parecía querer convencerse más así mismo, solo un par de
segundos después un par de manos acariciaron su cabello, una de la anciana y
otra del anciano.
.
.
Shaymin salió de la casa cuando el
cielo comenzaba a oscurecer, el anciano lo acompañó hasta el final del camino.
- No estés triste - pidió el
anciano - incluso si esta vez está demasiado enferma y ni siquiera la
medicación de la maestra puede curarla, es que ha cumplido su tiempo en esta
vida. Cien años no es una edad menor– consoló.
- Lo sé, no es necesario que
intentes apaciguar mi tristeza. Tú debes ser consolado, no yo. Pero prepárate,
sus pulmones no tardarán en recaer – el hombre mayor suspiró – Anciano, hay
algo que quiero preguntar. Algunos días atrás un joven maestro de secta con
ropas blancas rodeó estas montañas buscando la ciudad de piedra BaoShan,
¿fuiste tú quien le dijo dónde estaba? – el anciano lo miró sorprendido.
- No sé de quién hablas, no
recuerdo haber visto a nadie con ropas blancas – Shaymin entrecerró los ojos en
su dirección.
- Anciano, eres un buen mentiroso,
si no fuera porque no existe otra persona que pudiera darle una dirección tan
exacta, te hubiera creído. ¡Hasta tus energías se mantienen intactas!
- No sé de quién hablas, estoy
senil– el niño rió.
- Solo para lo que te conviene –
subió a su espada y antes de elevarse le dijo.
- Por favor, no vuelvas a decirle
a otro cultivador sobre la ubicación, sé que esta vez lo hiciste porque me
escuchaste contarle a la anciana la historia sobre el segundo maestro Lan, pero
me temo que no es el único que está buscando a Wei Ying.
- ¿Quién es Wei Ying? – le
respondió el anciano con una sonrisa y sus pequeños ojos cerrados.
- ¡Esa es la actitud!
.
.
El niño iba sentado en su espada,
no estaba concentrado en lo absoluto en el camino, cuando Shaymin se
entristecía no solía demostrarlo porque no le gustaba ser consolado ni tampoco
escuchar palabras de apoyo, ya que usualmente su única tristeza era perder a
sus seres queridos, algo que experimentaba con frecuencia en su larga vida. Una
de las grandes razones por las que el niño se quedó a vivir en la montaña de
BaoShan SanRen fue porque conocería relativamente a pocas personas, menos
perdidas para él, además no había ni un solo discípulo en la secta que no fuera
un cultivador cuyo desempeño le asegurara una larga vida y la energía zen del
lugar le brindaba cierta tranquilidad a todos y sentía sus días más largos, no
es que a él le importara que los días fueran cortos, pero las personas
usualmente morían y Shaymin no podía hacer nada por ellas, por lo que
prolongaba los momentos y sus vidas mismas tanto como él podía. Al descender en
la ciudad de piedra sacudió la cabeza para volver a sonreír antes de entrar,
evitando preocupar a los demás con problemas que no tenían solución como es la
muerte. Iba a dar un paso hacia la puerta cuando sus sentidos se activaron,
inmediatamente se volteó sintiendo un escalofrío.
En frente del niño descendió una
luz oscura, era sumamente pequeña pero aún concentraba una pesada calidez.
- ¿Un alma fragmentada? –
posicionó sus manos para acunar la luz que parecía buscar desesperadamente un
poco de calor para apaciguarse – Hola... - le susurró sujetándola contra su
pecho – Lo siento pequeña, pero estás muy herida ni siquiera yo puedo quitarte
el dolor de haber perdido el resto de ti – lo usual en un alma era que
comprendiera las intenciones del sanador por quien se habían sentido atraídas,
una vez este le hiciera sentir que no sería capaz de ayudarlas estas marcharían
buscando otro consuelo quizás durante toda la eternidad, sin embargo esta no se
movió, parecía querer disfrutar un poco más del calor en el tacto de las manos
de Shaymin.
"Pobre, está rodeada de
energía resentida, limpiarla me tomaría varios años... La maestra se enfadará,
dijo que no quería más discípulos reencarnados porque Wei Ying valía por diez
de ellos... Pero... "
- Bueno, ¿qué es lo peor que puede
pasar?
.
.
- ¡Aah! – gritó Shaymin antes de
llorisquear cuando recibió un fuerte azote por parte de un discípulo, y luego
otro y otro... - ¡Au! ¡Ah! ¡Me duele!
- ¡La maestra te ordenó que no
volvieras a traerlas aquí! – gritó Mei Fen mientras monitoreaba el castigo de
50 azotes por desobediencia a una orden directa.
- ¿Y dónde? ¡Ah! ¿Dónde se supone
que, auch, tengo que llevarlas? ¡Aaaah!
- ¡No las traigas en absoluto! Jie
Ming dale diez más, aún no entiende.
- ¿Más? ¡Jie Ming! – suplicó al
discípulo mayor encargado de golpearlo.
- Lo siento Shaymin... - el
pequeño niño se lanzó al suelo y se hizo el muerto antes de recibir el azote.
Mei Fen estaba tan furiosa con su actitud que lo tomó del pie y lo jaló con
fuerza hasta el lago, Shaymin no tuvo nada de qué sujetarse antes de caer. A
los pocos segundos salió arrastrándose del lago- ¡Ve a disculparte con la
Maestra! – le gritó furiosa.
- Frío, frío, frío.
- ¡Me paso la vida enseñándole a
los discípulos rectitud, valores y la importancia de cumplir órdenes y tú
enano... aaarg!
- Mei Fen creo que deberías
calmarte... - sugirió Jie Ming con la calma que lo destacaba, la misma con la
que había golpeado al niño – Sabes que las intenciones en el joven Shaymin son
buenas.
- Esa es exactamente la razón por
la que siempre lo perdonan, pero nos meterá en problemas si sigue trayendo aquí
la basura de afuera.
- Mei Fen – escucharon una voz
provenir desde el balcón, ambos discípulos se enderezaron al diferenciar de
quién era –Escúchate– le ordenó BaoShan SanRen – ¿Qué pensaría Wei Ying si te
escucha?
- Yo no hablaba de Wei Ying –
aclaró.
- Estás hablando de las almas que
trae Shaymin; Wei Ying es una de ellas – le recordó la maestra, por su tono
estaba profundamente molesta y Mei Fen consideró que lo mejor sería no
continuar justificándose.
- ¡Exacto! – gritó Shaymin – Si
ofendes lo que hago, tiene que ser a todo mi trabajo no puedes quedarte solo
con lo que te gusta – el niño le sacó la lengua.
- Silencio, sube a mi habitación
ahora. – Le ordenó también BaoShan, esta vez Shaymin fue el que hizo mala cara
mientras Mei Fen le sacaba la lengua.
- Ustedes dos... - comentó Jie
Ming – Harán que la maestra tenga canas.
.
.
.
- Está bien – admitió Wei WuXian
mientras estaba recostado en la cama con solo su bata para dormir. Lan WangJi
permanecía en posición de loto meditando, estaba tenso, desde que Wei WuXian
comenzó a decirle como era su novia y las cosas que habían hecho juntos el
segundo maestro Lan parecía realmente molesto y no dijo ni una sola palabra,
permaneció quieto en un rincón meditando y pareciendo querer mantener distancia
– Me rindo Lan Zhan, no hablaré más porque no estás diciendo nada. ¿Por qué me
ignoras? Ash, te extrañé toda la semana y ahora es como si no estuvieras aquí.
- Ve con tu novia entonces – la
voz en Lan WangJi sonó aterradora pero dibujó una gran sonrisa en los labios de
Wei WuXian.
- Así que ese es el problema...
¿Está celoso, segundo maestro Lan? – Lan WangJi continuó ignorándolo aunque su
ceño ahora estaba fruncido. Aprovechando sus ojos cerrados el adolescente
caminó sigilosamente hacía él y se sentó sobre sus piernas, aferrándose con
ambos brazos a su cuello en un abrazo provocativo– Lan Zhan, deberías intentar
convencerme de por qué eres mejor tú que una joven doncella discípula de
BaoShan.
- Desvergonzado – Lan WangJi se
puso de pie, y aunque su idea era dejar caer al adolescente este se aferró con
tanta fuerza a su cuello que lo mantuvo agachado junto a él en el piso.
- ¿Por qué no me arrastras hasta
la cama en esta posición, Lan Zhan? – susurró coqueto. Estaba sumamente divertido
por las reacciones avergonzadas del mayor, pero entonces Lan WangJi lo tomó en
brazos y realmente lo llevó a la cama. Wei WuXian creyó que había sobrepasado
su paciencia y tal vez recibiría besos o hasta un poco más, no le molestaba la
idea, llevaba toda la semana practicando con el dorso de su mano cómo debía
besar, pero para su sorpresa Lan WangJi golpeó un punto en su espalda y lo hizo
perder completamente su fuerza muscular. Se sintió desvanecer, su cuerpo
desmayado pero su conciencia activa. Tampoco pudo decir ni una sola palabra.
Lan WangJi lo acomodó debajo de las sábanas dándole la espalda y mirando hacia
la pared, mientras él mismo se desnudaba y se vestía con una bata de dormir.
Durante un instante Wei WuXian lo
escuchó utilizar agua y estuvo adivinando que movimientos hacía mientras no
podía verlo, se sentía frustrado tanto como para querer patear todo lo que lo
rodeaba pero ni siquiera eso podía hacer. Finalmente Lan WangJi se recostó
junto a él y para cuando Wei WuXian creyó que ni siquiera podría mirarlo dormir
como había deseado hacer durante toda la semana, sintió un brazo envolverlo
alrededor de su cintura con suavidad, más un calor reconfortante en su espalda.
Fue gentilmente abrazado por el segundo maestro Lan, quién se durmió a las nueve
de la noche en punto. El adolescente se pasó gran parte de la madrugada
intentando moverse, maldiciendo y al mismo tiempo queriendo sonreír por sentir
la respiración de Lan WangJi en su cuello hasta que finalmente se durmió.
.
.
.
- Prometo aislarla, su carga de
resentimiento no afectará, trabajaré en ella y cuando todo acabe ni siquiera
tiene que vivir aquí, puedo solo dejarla ir... - BaoShan lo miró molesta
mientras el niño permanecía arrodillado en su habitación, llevaba casi tres
horas allí. El fragmento de alma estaba sujetado firmemente en su mano, sabía
que un solo movimiento de la espada de la maestra podría romperlo o incluso
suprimirlo con sus manos.
- Shaymin.
- Maestra, es que está tan
triste... tiene buenas intenciones a pesar de estar rodeada de resentimiento.
Este fragmento debe ser de su infancia, de sus buenos recuerdos, de sus...
- Shaymin.
- ¡No puedo dejarla que este sola
por toda la eternidad! ¿Y si no lo merece? – BaoShan suspiró y se agachó en
frente de él.
- Escúchame – Shaymin la miró con
sus ojos cristalinos, estaba por llorar y no era simple manipulación, él
realmente no tenía corazón para dejar ir al alma, no cuando ya le había dado
esperanzas – Cometiste muchos errores con el alma de Wei Ying. ¿Eres consciente
de cómo le ha afectado y como le afectará, verdad?
El niño asintió.
- No quiero que vuelvas a cometer
el mismo error, no voy a tolerar otro niño llorando por los errores de su vida
anterior. Si no fuera por el aire zen de este lugar Wei Ying habría perdido la
cordura por sus sueños desde hace mucho tiempo – aunque el tono en la maestra
era indudablemente de regaño, Shaymin sabía que ella estaba preocupada – Y tú
sabes tan bien como yo que esto está comenzando. No aceptaré que eso vuelva a
ocurrir.
- Pero maestra, con Wei Ying tenía
motivos para apresurar su reencarnación, esta vez no los hay... Si esta alma
necesita años para curarse, la cobijare todos los años que necesite.
- Es solo un fragmento, te puede
tomar décadas y tal vez ni así hayan rastros de sanación. Deberás llevarla
contigo a todos lados, se hará dependiente de ti y ¿qué sucederá si... - el
niño había comenzado a llorar. Tal vez fuera que estaba demasiado triste por la
situación previa con la anciana de la familia Going, pero la manera en que
sollozó con una tristeza asfixiante hizo que BaoShan lo mirara con angustia.
BaoShan sabía que la esencia de Shaymin era traviesa, alegre y risueña, su
espíritu infantil era profundamente sensible por lo que siempre se alejaba de
las energías negativas y las personas con resentimientos, no solía tener
motivos para llorar más que uno que compartía ella como inmortal, verlo llorar
de aquella manera la asustó y en su falta de ideas para consolarlo solo pudo
apretar los puños, suspirar y ceder, sabiendo que si no lo hacía su conciencia
no estaría tranquila y para alguien con una larga vida, pocas cosas son tan
importantes como una conciencia tranquila.
- Siete años – sentenció – Si no
la puedes arreglar a la perfección en siete años, la suprimiré.
Siete años era lo que Shaymin necesitaba
para reparar con éxito un alma profundamente fragmentada, cuidando de todos los
procesos y tomando el descanso que esta requería para una reencarnación
positiva. Sin embargo, eso solo ocurría si tenía todos los fragmentos del alma,
teniendo solo uno y que además contaba con una carga pesada de energía
resentida bloqueando su agonizante espíritu, era prácticamente imposible y fue
precisamente eso lo que hizo a Shaymin a sentir profundamente a modo de reto.
- Siete años serán entonces –
prometió con una sonrisa adornada por manchas de lágrimas secas. Cuando se puso
de pie con una gran sonrisa, miró al rostro rendido de BaoShan y recordó algo-
Maestra, ¿piensa decirle a Wei Ying que todo fue un malentendido y usted no
quiere que él se marche? – BaoShan suspiró, parecía cansada.
- Probablemente solo lo haré
cuando tenga un pie dentro y uno fuera de aquí. Ambos sabemos que fue ese
malentendido lo que impulso su decisión de marchar y eso... es lo mejor para
él.
- No deje que se marche sin
saberlo por favor – BaoShan lo miró y asintió, aún así Shaymin creyó que sería
mejor aclararle algo antes de irse – Wei Ying siempre ha sentido el vacío de no
tener un hogar, aunque jamás lo expresó siquiera para sí mismo, el sentimiento
era fuerte en su vida pasada. Con sus padres como cultivadores errantes
viajando de un lugar a otro, luego con la secta YunmengJiang en la que siempre
sintió su presencia como un estorbo para el matrimonio de los líderes y después
con los Túmulos funerarios... ¿Es que alguien podría considerar ese horrible
lugar como un hogar? – suspiró – No deje que se marche creyendo que esto no lo
fue... incluso si él cree que no encaja aquí, usted, Mei Fen y yo lo apreciamos
lo suficiente como para que al menos él se marche sintiendo que los tres intentamos
darle un hogar.
BaoShan le sonrió con comprensión
y no fue necesario que ninguno dijera algo más.
.
.
Cuando el pequeño Shaymin llegó a
su habitación, rebuscó entre sus baúles hasta dar con una pequeña caja forrada
en esmeraldas por dentro y por fuera de ella. Solo la había usado una vez con
el alma de Wei Ying, era el lugar más rápido para purificar un alma puesto que
las esmeraldas tenían conjuros tan altos como para crear un nuevo núcleo de
aire zen, pero Shaymin solo la utilizaba para emergencias como esas. La
depositó con cuidado en la caja y de inmediato las energías resentidas en ella
comenzaron a suprimirse, Shaymin esperó a que perdiera los colores opacos y
luego dibujó un sello sobre sí.
- Veamos quién fuiste.