domingo, 10 de mayo de 2020

Intrínseco - Capítulo 18: Visitas, Parte 3


En la profundidad de las Nubes.-
Lan SiZhui y Lan JingYi alimentaban a los conejos cuando vieron a un gran grupo de personas llevar materiales de construcción. Se miraron entre ellos, y sin decir una sola palabra los siguieron. El grupo de trabajadores estaba subiendo la montaña a un lugar muy alejado de la zona poblada de la Profundidad de las Nubes.
- ¿Dónde van? – susurró Lan JingYi. Su amigo levantó los hombros sin saber por qué los hombres se adentraban cada vez más y más en el bosque.
- Creo que están alejándose hasta las residencias de meditación aisladas – respondió SiZhui.
- Exactamente – les respondió otra voz a sus espaldas. Cuando se voltearon dieron un gran salto y con ojos horrorizados se enderezaron para saludar respetuosamente.
- ZewuJun no-nosotros.... esta-estábamos...– respondieron juntos, el líder de secta les sonrió. Lan XiChen sabía que ambos discípulos eran de confianza para su hermano por lo que prefirió confiar en ambos.
- WangJi traerá un invitado y están construyendo una casa para él.
- ¿HanGuangJun? ¿Un invitado? Él nunca ha traído invitados - Lan JingYi parecía confundido.
- ZewuJun – llamó Lan SiZhui - ¿Por qué están construyendo una casa para este invitado en un lugar tan apartado?
- Oh, eso es por muchas razones. – ambos discípulos se miraron – él es bullicioso, es una de las principales. – Lan XiChen y los niños se miraron entre sí mientras el líder continuaba su paso, adelantándolos.
- JingYi, ¿Crees que éste sea un amigo de HanGuangJun? – susurró despacio.
- No lo sé, pero si realmente es el caso debe ser un tipo genial.
- Los dos – llamó Lan XiChen desde cierta distancia delante de ellos, ambos corrieron hasta alcanzarlo. – Háganme el favor de recibir con simpatía a nuestro invitado, a él le tomará tiempo adaptarse a las reglas de aquí... si es que lo logra – murmuró lo último solo para sí.
- ¿Cuándo llegará, ZewuJun? – preguntó Lan SiZhui.
- En un par de semanas, haremos más arreglos para él.
- No se preocupe ZewuJun – le prometió JingYi – seremos amables y ayudaremos en lo que podamos. – Lan XiChen le sonrió y luego suspiró preguntándose si Wei WuXian no sería una mala influencia para esos dos discípulos...
Cuando los adolescentes caminaban de vuelta a las residencias, Lan SiZhui sintió un ruido proveniente de la parte alta de los árboles, inmediatamente sacó su espada y la lanzó hacía arriba, se sintió un grito ahogado antes de que cayeran las dos personas que estaban ocultas allí.
- ¿Jin Ling? ¿OuYang ZiZhen? – preguntó Lan JingYi mientras ambos niños se frotaban adoloridos la parte baja de la espalda.
- Oye SiZhui – se quejó el joven amo de la secta OuYang – sé más cuidadoso, casi nos matas.
- Ustedes estaban espiando, no pueden quejarse. – defendió JingYi - ¿Y tú Jin Ling? ¿Qué haces aquí? ¿Estás espiando a SiZhui? – el adolescente movió las cejas de manera sugerente, de inmediato Jin Ling arrugó su rostro en una mueca de asco.
- ¡Solo estaba aquí cuando ustedes aparecieron! – cuando OuYang ZiZhen lo escuchó comenzó a reír.
- Es verdad – dijo – estábamos de antes que ustedes aquí, pero fue él quien quiso que permaneciésemos escondidos espiándolos. Entonces chicos, ¿Quién es el amigo de HanGuangJun? – SiZhui negó con la cabeza, fue JingYi quien habló.
- Ustedes no deberían escuchar conversaciones entre nosotros y el líder de secta, puede ser confidencial.
- Te crees muy importante porque te pidió un favor – molestó Jin Ling.
- ¿Tú no lo crees importante? ¿Entonces por qué estabas escondido escuchando? – mientras hablaba el joven JingYi se acercó más a Jin Ling, ambos se miraron a los ojos fulminándose con la mirada unos instantes antes de que el joven amo Jin bufara y se alejara de ellos. – Tiene tan mal carácter...
- JingYi... – amonestó SiZhui antes de suspirar.
- ¿Qué? Desde que llegó no ha hecho otra cosa más que reclamar, no entiendo por qué vino a estudiar aquí en primer lugar si cree no valemos más que las suelas de sus botas.
- Por lo que escuché decir al maestro Qiren mientras hablaba con mi padre, Jin Ling vino porque su padre también estudió aquí. – respondió el joven amo de la secta OuYang.
- ¿Su padre? – ambos discípulos Lan lo miraron dudosos. ZiZhen asintió.
- El maestro Qiren dijo que la generación del padre de Jin Ling había tenido varios nombres reconocidos, como el líder de secta YunmengJiang, HanGuangJun y... Wei WuXian. – ambos Lan se miraron.
- No sabía que HanGuangJun había sido compañero de clase del Patriarca Yiling – murmullo Lan JingYi – me esperaba que se conocieran por sus batallas contra la secta QishanWen pero no de antes que eso...
- ¿Crees que ellos fueron cercanos desde entonces? – preguntó Lan SiZhui en un susurro que solo Lan JingYi podía escuchar, sin embargo este se escandalizó por su comentario y gritó su respuesta.
- ¡Claro que no! ¡Te digo que eso debe ser un malentendido, ellos no fueron cercanos de ninguna manera!
- ¿Cercanos? – preguntó OuYang ZiZhen - ¿HanGuangJun y el Patriarca YiLing? ¿No dicen todos que ellos se odiaban y eran como el agua y el aceite? Con lo severo que es HanGuangJun es imposible que él pudiera soportar la existencia de alguien tan grotesco como Wei WuXian, quizás cuantas veces quiso matarlo él mismo – bufó con seguridad, Lan JingYi asintió dándole la razón, mientras que Lan SiZhui solo permaneció en silencio.  


En la ciudad de Piedra BaoShan.-
- ¿Y tú? – peguntó tímidamente un Lan WangJi.
- ¿Eh? ¿Yo qué?
- Beso.
- Ah, ¿si he dado un beso alguna vez?
- Mn– Wei WuXian le dio una gran sonrisa.
- Por supuesto, ya te he dicho que tengo novia – Lan WangJi frunció el ceño.

Shaymin los estaba escuchando detrás de un arbusto, a la orilla de lago. Negó con la cabeza cuando escuchó a Wei WuXian.
- Si Lan WangJi supiera que ni una sola chica en la montaña lo soporta...
- ¿De qué estás hablando? – le preguntó Mei Fen, quien acababa de acercarse a él.
- De que tú no cuentas como chica – el niño no la miró, concentrado en los dos hombres adelante, pero de repente recibió un veloz golpe en la cabeza. Inmediatamente se la cubrió con ambas manos - ¡Mei Fen! ¿Dónde está tu paciencia? Te enojas con tan poco...
- Ten – le dio una bolsa cerrada – Lleva los medicamentos al anciano y deja de espiar a ese par de tontos, evita acostumbrarte a verlos porque no podrás seguirlos cuando se marchen.
- Lo sé, la maestra ya me lo advirtió – refunfuñó tomando la bolsa y arrastrando los pies fuera de la montaña.
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Shaymin se sentó sobre su espada mientras sobrevolaba las montañas de Lijiang. El lugar estaba tranquilo, el aire zen provenía de distintos templos por lo que casi era visible a la vista  como una suave niebla que brindaba calidez al espíritu. Una vez llegó a la montaña que buscaba, descendió dando un gran salto sobre el tejado de la casa.
- ¡Anciano! – gritó mientras se dejaba caer por la chimenea- ¡Anciano, anciano!
- ¡Papá! – escuchó gritar a una mujer desde dentro – Llegó el monstruito.
Cuando Shaymin cayó en la parte baja de la chimenea revotó en las cenizas y quedó cubierto de una capa gris. De inmediato comenzó a toser.
- ¡Waaa! ¿Desde cuándo encienden la chimenea en primavera? Me ensucié, la maestra me regañará – hizo un puchero hacia la mujer robusta que estaba cocinando, ésta suspiró y caminó hacia él, le sacudió las cenizas con su mano y luego le apretó las mejillas. - Ayayayayayay calme las pezuñas señora Going, que mis cachetes no son de acero.
- Anoche hizo frío y madre enfermó, por eso la encendimos – le respondió la mujer que lo miraba con cierta ternura excesiva. Shaymin dio un paso hacia atrás sabiendo lo que significaba esa mirada, de pronto la mujer cuya contextura era considerablemente grande como para hacerlo parecer una hormiga a su lado, lo aprisionó en un fuerte abrazo. Shaymin pudo escapar, pero no todos los días se recibían muestras de afecto tan arrebatadoras y no le importaba demasiado el dolor físico que usualmente le propinaba la señora Going en sus efusivos ataques de afecto.
La familia Going era la dueña de gran parte de las montañas alrededor de la Ciudad de Piedra, constaba de nueve hermanos que vivían dispersados entre los grandes terrenos, y el matrimonio de ancianos que vivían en la primera montaña detrás del pueblo. Los Going habían sido desde siglos atrás grandes amigos de la familia SanRen que siempre se había asentado en la misma montaña, razón por la que traspasó por generaciones la costumbre de recibir y brindar ayuda a la única sobreviviente, BaoShan SanRen. Se dedicaban a la agricultura y ganadería, y les permitían a los discípulos de la secta recolectar de sus cosechas cada semana, a cambio recibían medicación y constante ayuda de la maestra BaoShan, aunque usualmente era Shaymin quien sorprendía visitándolos con obsequios o comida para los ancianos a quienes conocía desde que estos eran niños y jugaban con él.
- ¿Xian Qian otra vez enfermó? – la señora Going asintió con pésame en la mirada.
- Puedes subir a verla si quieres – antes de que la mujer robusta terminara de hablar Shaymin ya estaba subiendo las escaleras con la medicina en sus manos - Monstruito, ¿te quedarás a cenar?
- ¡No señora Going, tengo visitas que espiar en casa! – Shaymin abrió la puerta bruscamente y se lanzó a la cama de la anciana que yacía con los ojos cerrados. Su esposo estaba sentado junto a la cama y no hizo más que reír cuando lo vio.
- A-Qian despierta, despierta, despierta, despierta – comenzó a decir con rapidez. Cuando la anciana abrió los ojos, la cara del niño estaba a solo un centímetro de distancia de la suya por lo que la sorpresa la hizo despertar de inmediato con un pequeño salto. Shaymin se rió – Oye anciana, una de estas veces te vas a enfermar para morir, no te puedes morir aun, ¿eh? Bueno, estás cerca de los cien, tal vez sí deberías planear tu testamento.
- Shaymin – lo regañó el anciano que estaba sentado junto a la cama – Xian Qian tiene una pulmonía, ha estado delicada de salud desde hace días y no puede hablar.
- Justo la semana en que la maestra se retrasó con la medicina... Vamos A-Qian, siéntate, el doctor Shaymin te curará, al menos tienes que vivir otros cinco años más para saber cómo terminará la historia que llevo contándote tanto tiempo... - la mujer se sentó en la cama con ayuda del anciano y Shaymin buscó dentro de la bolsita las medicina que BaoShan preparaba con dedicación para los Going.
- ¿Por qué se retrasó la maestra? ¿Ocurrió algo? – preguntó el anciano, el niño levantó los hombros.
- Enfermó por descuido, pero ya está bien.
- ¿Enfermó? - el niño asintió mientras presionaba contra el pecho de la anciana Xian Qian una esmeralda cuyos poderes curativos eran del más alto nivel de las que BaoShan creaba. Shaymin arrojó un flujo cálido de energía espiritual hacia su pecho y la anciana cerró los ojos disfrutando el alivio, el dolor desapareció en un suspiro.
- Mucho mejor – susurró la anciana en su voz rasposa.
- A-Qing, la maestra envió estas medicinas, son vitaminas para ti, té para los ancianos y esta es la medicación para tu corazón – le tendió un frasco y luego la piedra – Deja la esmeralda debajo de tu almohada, la próxima vez traeré otra recargada para que tus pulmones de cien años sigan funcionando – la anciana le sonrió y acarició con sus arrugadas manos el rostro de Shaymin.
- Tu hija acaba de apretarme los cachetes por eso están rojos – la anciana hizo un sonido similar a una risa ahogada y Shaymin le dio un abrazo por sobre las cobijas – Estarás bien... - le susurró aunque parecía querer convencerse más así mismo, solo un par de segundos después un par de manos acariciaron su cabello, una de la anciana y otra del anciano.
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Shaymin salió de la casa cuando el cielo comenzaba a oscurecer, el anciano lo acompañó hasta el final del camino.
- No estés triste - pidió el anciano - incluso si esta vez está demasiado enferma y ni siquiera la medicación de la maestra puede curarla, es que ha cumplido su tiempo en esta vida. Cien años no es una edad menor– consoló.
- Lo sé, no es necesario que intentes apaciguar mi tristeza. Tú debes ser consolado, no yo. Pero prepárate, sus pulmones no tardarán en recaer – el hombre mayor suspiró – Anciano, hay algo que quiero preguntar. Algunos días atrás un joven maestro de secta con ropas blancas rodeó estas montañas buscando la ciudad de piedra BaoShan, ¿fuiste tú quien le dijo dónde estaba? – el anciano lo miró sorprendido.
- No sé de quién hablas, no recuerdo haber visto a nadie con ropas blancas – Shaymin entrecerró los ojos en su dirección.
- Anciano, eres un buen mentiroso, si no fuera porque no existe otra persona que pudiera darle una dirección tan exacta, te hubiera creído. ¡Hasta tus energías se mantienen intactas!
- No sé de quién hablas, estoy senil– el niño rió.
- Solo para lo que te conviene – subió a su espada y antes de elevarse le dijo.
- Por favor, no vuelvas a decirle a otro cultivador sobre la ubicación, sé que esta vez lo hiciste porque me escuchaste contarle a la anciana la historia sobre el segundo maestro Lan, pero me temo que no es el único que está buscando a Wei Ying.
- ¿Quién es Wei Ying? – le respondió el anciano con una sonrisa y sus pequeños ojos cerrados.
- ¡Esa es la actitud!
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El niño iba sentado en su espada, no estaba concentrado en lo absoluto en el camino, cuando Shaymin se entristecía no solía demostrarlo porque no le gustaba ser consolado ni tampoco escuchar palabras de apoyo, ya que usualmente su única tristeza era perder a sus seres queridos, algo que experimentaba con frecuencia en su larga vida. Una de las grandes razones por las que el niño se quedó a vivir en la montaña de BaoShan SanRen fue porque conocería relativamente a pocas personas, menos perdidas para él, además no había ni un solo discípulo en la secta que no fuera un cultivador cuyo desempeño le asegurara una larga vida y la energía zen del lugar le brindaba cierta tranquilidad a todos y sentía sus días más largos, no es que a él le importara que los días fueran cortos, pero las personas usualmente morían y Shaymin no podía hacer nada por ellas, por lo que prolongaba los momentos y sus vidas mismas tanto como él podía. Al descender en la ciudad de piedra sacudió la cabeza para volver a sonreír antes de entrar, evitando preocupar a los demás con problemas que no tenían solución como es la muerte. Iba a dar un paso hacia la puerta cuando sus sentidos se activaron, inmediatamente se volteó sintiendo un escalofrío.
En frente del niño descendió una luz oscura, era sumamente pequeña pero aún concentraba una pesada calidez.
- ¿Un alma fragmentada? – posicionó sus manos para acunar la luz que parecía buscar desesperadamente un poco de calor para apaciguarse – Hola... - le susurró sujetándola contra su pecho – Lo siento pequeña, pero estás muy herida ni siquiera yo puedo quitarte el dolor de haber perdido el resto de ti – lo usual en un alma era que comprendiera las intenciones del sanador por quien se habían sentido atraídas, una vez este le hiciera sentir que no sería capaz de ayudarlas estas marcharían buscando otro consuelo quizás durante toda la eternidad, sin embargo esta no se movió, parecía querer disfrutar un poco más del calor en el tacto de las manos de Shaymin.
"Pobre, está rodeada de energía resentida, limpiarla me tomaría varios años... La maestra se enfadará, dijo que no quería más discípulos reencarnados porque Wei Ying valía por diez de ellos... Pero... "
- Bueno, ¿qué es lo peor que puede pasar?
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- ¡Aah! – gritó Shaymin antes de llorisquear cuando recibió un fuerte azote por parte de un discípulo, y luego otro y otro... - ¡Au! ¡Ah! ¡Me duele!
- ¡La maestra te ordenó que no volvieras a traerlas aquí! – gritó Mei Fen mientras monitoreaba el castigo de 50 azotes por desobediencia a una orden directa.
- ¿Y dónde? ¡Ah! ¿Dónde se supone que, auch, tengo que llevarlas? ¡Aaaah!
- ¡No las traigas en absoluto! Jie Ming dale diez más, aún no entiende.
- ¿Más? ¡Jie Ming! – suplicó al discípulo mayor encargado de golpearlo.
- Lo siento Shaymin... - el pequeño niño se lanzó al suelo y se hizo el muerto antes de recibir el azote. Mei Fen estaba tan furiosa con su actitud que lo tomó del pie y lo jaló con fuerza hasta el lago, Shaymin no tuvo nada de qué sujetarse antes de caer. A los pocos segundos salió arrastrándose del lago- ¡Ve a disculparte con la Maestra! – le gritó furiosa.
- Frío, frío, frío.
- ¡Me paso la vida enseñándole a los discípulos rectitud, valores y la importancia de cumplir órdenes y tú enano... aaarg!
- Mei Fen creo que deberías calmarte... - sugirió Jie Ming con la calma que lo destacaba, la misma con la que había golpeado al niño – Sabes que las intenciones en el joven Shaymin son buenas.
- Esa es exactamente la razón por la que siempre lo perdonan, pero nos meterá en problemas si sigue trayendo aquí la basura de afuera.
- Mei Fen – escucharon una voz provenir desde el balcón, ambos discípulos se enderezaron al diferenciar de quién era –Escúchate– le ordenó BaoShan SanRen – ¿Qué pensaría Wei Ying si te escucha?
- Yo no hablaba de Wei Ying – aclaró.
- Estás hablando de las almas que trae Shaymin; Wei Ying es una de ellas – le recordó la maestra, por su tono estaba profundamente molesta y Mei Fen consideró que lo mejor sería no continuar justificándose.
- ¡Exacto! – gritó Shaymin – Si ofendes lo que hago, tiene que ser a todo mi trabajo no puedes quedarte solo con lo que te gusta – el niño le sacó la lengua.
- Silencio, sube a mi habitación ahora. – Le ordenó también BaoShan, esta vez Shaymin fue el que hizo mala cara mientras Mei Fen le sacaba la lengua.
- Ustedes dos... - comentó Jie Ming – Harán que la maestra tenga canas.
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- Está bien – admitió Wei WuXian mientras estaba recostado en la cama con solo su bata para dormir. Lan WangJi permanecía en posición de loto meditando, estaba tenso, desde que Wei WuXian comenzó a decirle como era su novia y las cosas que habían hecho juntos el segundo maestro Lan parecía realmente molesto y no dijo ni una sola palabra, permaneció quieto en un rincón meditando y pareciendo querer mantener distancia – Me rindo Lan Zhan, no hablaré más porque no estás diciendo nada. ¿Por qué me ignoras? Ash, te extrañé toda la semana y ahora es como si no estuvieras aquí.
- Ve con tu novia entonces – la voz en Lan WangJi sonó aterradora pero dibujó una gran sonrisa en los labios de Wei WuXian.
- Así que ese es el problema... ¿Está celoso, segundo maestro Lan? – Lan WangJi continuó ignorándolo aunque su ceño ahora estaba fruncido. Aprovechando sus ojos cerrados el adolescente caminó sigilosamente hacía él y se sentó sobre sus piernas, aferrándose con ambos brazos a su cuello en un abrazo provocativo– Lan Zhan, deberías intentar convencerme de por qué eres mejor tú que una joven doncella discípula de BaoShan.
- Desvergonzado – Lan WangJi se puso de pie, y aunque su idea era dejar caer al adolescente este se aferró con tanta fuerza a su cuello que lo mantuvo agachado junto a él en el piso.
- ¿Por qué no me arrastras hasta la cama en esta posición, Lan Zhan? – susurró coqueto. Estaba sumamente divertido por las reacciones avergonzadas del mayor, pero entonces Lan WangJi lo tomó en brazos y realmente lo llevó a la cama. Wei WuXian creyó que había sobrepasado su paciencia y tal vez recibiría besos o hasta un poco más, no le molestaba la idea, llevaba toda la semana practicando con el dorso de su mano cómo debía besar, pero para su sorpresa Lan WangJi golpeó un punto en su espalda y lo hizo perder completamente su fuerza muscular. Se sintió desvanecer, su cuerpo desmayado pero su conciencia activa. Tampoco pudo decir ni una sola palabra. Lan WangJi lo acomodó debajo de las sábanas dándole la espalda y mirando hacia la pared, mientras él mismo se desnudaba y se vestía con una bata de dormir.
Durante un instante Wei WuXian lo escuchó utilizar agua y estuvo adivinando que movimientos hacía mientras no podía verlo, se sentía frustrado tanto como para querer patear todo lo que lo rodeaba pero ni siquiera eso podía hacer. Finalmente Lan WangJi se recostó junto a él y para cuando Wei WuXian creyó que ni siquiera podría mirarlo dormir como había deseado hacer durante toda la semana, sintió un brazo envolverlo alrededor de su cintura con suavidad, más un calor reconfortante en su espalda. Fue gentilmente abrazado por el segundo maestro Lan, quién se durmió a las nueve de la noche en punto. El adolescente se pasó gran parte de la madrugada intentando moverse, maldiciendo y al mismo tiempo queriendo sonreír por sentir la respiración de Lan WangJi en su cuello hasta que finalmente se durmió.
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- Prometo aislarla, su carga de resentimiento no afectará, trabajaré en ella y cuando todo acabe ni siquiera tiene que vivir aquí, puedo solo dejarla ir... - BaoShan lo miró molesta mientras el niño permanecía arrodillado en su habitación, llevaba casi tres horas allí. El fragmento de alma estaba sujetado firmemente en su mano, sabía que un solo movimiento de la espada de la maestra podría romperlo o incluso suprimirlo con sus manos.
- Shaymin.
- Maestra, es que está tan triste... tiene buenas intenciones a pesar de estar rodeada de resentimiento. Este fragmento debe ser de su infancia, de sus buenos recuerdos, de sus...
- Shaymin.
- ¡No puedo dejarla que este sola por toda la eternidad! ¿Y si no lo merece? – BaoShan suspiró y se agachó en frente de él.
- Escúchame – Shaymin la miró con sus ojos cristalinos, estaba por llorar y no era simple manipulación, él realmente no tenía corazón para dejar ir al alma, no cuando ya le había dado esperanzas – Cometiste muchos errores con el alma de Wei Ying. ¿Eres consciente de cómo le ha afectado y como le afectará, verdad?
El niño asintió.
- No quiero que vuelvas a cometer el mismo error, no voy a tolerar otro niño llorando por los errores de su vida anterior. Si no fuera por el aire zen de este lugar Wei Ying habría perdido la cordura por sus sueños desde hace mucho tiempo – aunque el tono en la maestra era indudablemente de regaño, Shaymin sabía que ella estaba preocupada – Y tú sabes tan bien como yo que esto está comenzando. No aceptaré que eso vuelva a ocurrir.
- Pero maestra, con Wei Ying tenía motivos para apresurar su reencarnación, esta vez no los hay... Si esta alma necesita años para curarse, la cobijare todos los años que necesite.
- Es solo un fragmento, te puede tomar décadas y tal vez ni así hayan rastros de sanación. Deberás llevarla contigo a todos lados, se hará dependiente de ti y ¿qué sucederá si... - el niño había comenzado a llorar. Tal vez fuera que estaba demasiado triste por la situación previa con la anciana de la familia Going, pero la manera en que sollozó con una tristeza asfixiante hizo que BaoShan lo mirara con angustia. BaoShan sabía que la esencia de Shaymin era traviesa, alegre y risueña, su espíritu infantil era profundamente sensible por lo que siempre se alejaba de las energías negativas y las personas con resentimientos, no solía tener motivos para llorar más que uno que compartía ella como inmortal, verlo llorar de aquella manera la asustó y en su falta de ideas para consolarlo solo pudo apretar los puños, suspirar y ceder, sabiendo que si no lo hacía su conciencia no estaría tranquila y para alguien con una larga vida, pocas cosas son tan importantes como una conciencia tranquila.
- Siete años – sentenció – Si no la puedes arreglar a la perfección en siete años, la suprimiré.
Siete años era lo que Shaymin necesitaba para reparar con éxito un alma profundamente fragmentada, cuidando de todos los procesos y tomando el descanso que esta requería para una reencarnación positiva. Sin embargo, eso solo ocurría si tenía todos los fragmentos del alma, teniendo solo uno y que además contaba con una carga pesada de energía resentida bloqueando su agonizante espíritu, era prácticamente imposible y fue precisamente eso lo que hizo a Shaymin a sentir profundamente a modo de reto.
- Siete años serán entonces – prometió con una sonrisa adornada por manchas de lágrimas secas. Cuando se puso de pie con una gran sonrisa, miró al rostro rendido de BaoShan y recordó algo- Maestra, ¿piensa decirle a Wei Ying que todo fue un malentendido y usted no quiere que él se marche? – BaoShan suspiró, parecía cansada.
- Probablemente solo lo haré cuando tenga un pie dentro y uno fuera de aquí. Ambos sabemos que fue ese malentendido lo que impulso su decisión de marchar y eso... es lo mejor para él.
- No deje que se marche sin saberlo por favor – BaoShan lo miró y asintió, aún así Shaymin creyó que sería mejor aclararle algo antes de irse – Wei Ying siempre ha sentido el vacío de no tener un hogar, aunque jamás lo expresó siquiera para sí mismo, el sentimiento era fuerte en su vida pasada. Con sus padres como cultivadores errantes viajando de un lugar a otro, luego con la secta YunmengJiang en la que siempre sintió su presencia como un estorbo para el matrimonio de los líderes y después con los Túmulos funerarios... ¿Es que alguien podría considerar ese horrible lugar como un hogar? – suspiró – No deje que se marche creyendo que esto no lo fue... incluso si él cree que no encaja aquí, usted, Mei Fen y yo lo apreciamos lo suficiente como para que al menos él se marche sintiendo que los tres intentamos darle un hogar.
BaoShan le sonrió con comprensión y no fue necesario que ninguno dijera algo más.
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Cuando el pequeño Shaymin llegó a su habitación, rebuscó entre sus baúles hasta dar con una pequeña caja forrada en esmeraldas por dentro y por fuera de ella. Solo la había usado una vez con el alma de Wei Ying, era el lugar más rápido para purificar un alma puesto que las esmeraldas tenían conjuros tan altos como para crear un nuevo núcleo de aire zen, pero Shaymin solo la utilizaba para emergencias como esas. La depositó con cuidado en la caja y de inmediato las energías resentidas en ella comenzaron a suprimirse, Shaymin esperó a que perdiera los colores opacos y luego dibujó un sello sobre sí. 
- Veamos quién fuiste.