domingo, 10 de mayo de 2020

Intrínseco - Capítulo 21: Visitas, Parte 6


En la ciudad de Piedra BaoShan. -
El tambor resonó dando inicio a la jornada de graduación. Durante tres días se ejecutarían distintas pruebas, donde cada discípulo debía demostrar sus habilidades tanto físicas como intelectuales. Era de las pocas veces en que se podía ver a Wei WuXian pegar sus ojos en libros.
La primera prueba escrita era probablemente una de las más importantes considerando la rama principal de la secta; la curativa y medicinal. Wei WuXian suspiró, por más que quisiera evitar una despedida definitiva de sus cercanos, deseaba que esos días asfixiantes de exámenes terminaran pronto. Cerró el libro que tenía y se decidió a dar un paseo por el bosque intentando desconectar su mente de la ansiedad, en el fondo él sabía que aprobaría sus exámenes, pero aunque nunca le había importado demasiado la competencia y ser el mejor de su clase ya que sentía que había un par de discípulos que realmente merecían ese título más que él, Wei WuXian quería impresionar a Lan WangJi con sus resultados al final de la semana, por ello no soltó los libros hasta estar seguro de que sería capaz de recordar cada uno de los temas.
Cuando caminaba por el bosque arrastró los pies sintiéndose agotado. No tenía ganas de dormir a causa de la ansiedad, pero tampoco estaba descansando debidamente por continuar sus lecturas durante la noche. Estaba dramáticamente quejándose de lo difícil que era su vida cuando visualizó a BaoShan SanRen a la lejanía. Ella estaba de pie junto al precipicio de la montaña, demasiado cerca de hecho. El adolescente pensó en ir hasta allá y saludarla pero luego recordó el incidente en que su maestra le incitó a abandonar la montaña y su pecho dolió, prefirió mantener distancia y continuar mirándola desde donde estaba.
La mujer permanecía apacible mirando el fondo del precipicio, y los largos y finos cabellos que usualmente caían bajó sus rodillas esta vez revoloteaban a causa del viento. Wei WuXian podía ver su expresión desde donde estaba y aunque al comienzo no pareció decirle nada, recordó que las expresiones de BaoShan eran muy sutiles, similares a las de Lan WangJi. Concentrándose en esa comparación notó que sus puños estaban fuertemente cerrados, su mirada parecía casi molesta y triste al mismo tiempo, sus labios estaban presionados en una fina línea, y fue solo entonces que el adolescente visualizó una suave luz blanca sobre el precipicio que se dirigía torpemente hacia la figura alta de BaoShan SanRen.
"¿Un alma? ¿De quién es? Se ve... agonizante."
La mujer estiró su mano para llamarla hacía así. El alma se detuvo en frente de ella antes de moverse aún más lento, donde casi de manera dubitativa y tímida se posó sobre su mano, y fue entonces que su luz se apagó y Wei WuXian pudo apreciar que el conjunto de elementos intangibles dentro de ella estaban quebrantadas en al menos seis o siete partes, le faltaba una pequeña pieza de sí por debajo de la esfera opaca. Estaba por desaparecer, tal vez Shaymin no podría salvarla incluso si quisiera.
- ¿Quién será? - murmuró para sí mismo. De pronto una fuerte palmada sacudió su espalda.
- ¿Qué haces aquí? Tu examen es en media hora - la voz de Mei Fen lo impresionó.
- Tú... ¿Has vuelto a dirigirme la palabra? - Desde que el adolescente anunció a su maestra que marcharía, Mei Fen lo había evitado. Wei WuXian no quiso presionarla acercándose, lo que fue algo difícil para él quien jugaba o nadaba todos los días con ella. Él sabía que si extrañaría a alguien fuera de la montaña, esa sería a Mei Fen, ya que ella a diferencia de Shaymin no solía salir de allí y era su compañía más frecuente.
- ¿Qué? ¿Me extrañabas acaso? - ella le sacó la lengua y se giró para realizar un desprecio exagerado, entonces visualizó también a BaoShan SanRen - ¿Un alma?
- Eso parece. Está fragmentada y le falta un trozo, por lo imperceptible de su color diría que no tiene mucho tiempo para desaparecer... - Mei Fen tragó saliva de manera sonora- ¿Quién será? ¿Lo sabes? -ella lo miró con un claro: "¿y tú, no?" en los ojos, pero Wei WuXian no lo notó, estaba mirando la figura alta de largos cabellos.
- Vamos, démosle privacidad a la maestra.
- Pero...
- Vamos - lo jaló con fuerza - Tú tienes que ir hasta tu salón, el examen comenzará.
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- ¿De dónde vienes? - preguntó Mei Fen en cuanto vio al pequeño cruzar el portal. El niño bostezó.
- Gusu.
- ¿Por qué te ves tan cansado? - ella le ofreció una manzana que tenía guardada. Shaymin le dio una mascada en cuanto la tomó , y juntos caminaron hasta adentrarse en la montaña.
- Hice que XiChen tuviera un sueño y me tomó más energía espiritual de la que creí...
- Shaymin... - su tonalidad era claramente un regaño pero sonaba afectivo - Es peligroso que vayas por ahí con poca energía espiritual. ¿Qué pasaría si te atacan?
- ¿Quién me atacaría? - se defendió - No serían capaz de encontrarme, si yo no me hubiera mostrado, nunca me hubieran visto - levantó sus hombros restándole importancia.
- ¿Qué quieres decir? ¿Quién te vio?
- Lan Qiren - farfulló. Por acto reflejo alcanzó a esquivar un puñetazo veloz de parte de Mei Fen, quien parecía tener peor humor del habitual.
- ¿Cómo te atreves? ¿Por qué lo estás molestando a él? ¿Qué no tienes suficiente con espiar a los hermanos Lan todo el tiempo? - Shaymin la estudió con el ceño fruncido.
- Acabo de llegar, estoy cansadito y ¿Aún así me maltratas? ¿Por qué te importa ese viejo malhumorado? - ella lo fulminó con la mirada - No me mientas. ¿Qué relación tienes con él? - insistió mientras masticaba la manzana con la boca abierta.
- No tengo ni una relación con él, sabes que llevó al menos cuatro décadas sin alejarme demasiado de los alrededores.
- Cuatro décadas es suficiente como para haber conocido a ese viejo en sus veinte - ella suspiró - Ya suéltalo- ella lo miró sin querer hablar, pero Shaymin le dio un pequeño empujón con su puño insistiendo. Mei Fen suspiró.
- Nos conocimos por mera casualidad mientras yo cruzaba la bahía Chihli y él y su hermano estaban siendo atacados por un yao acuático. Los salvé, los acompañé hasta Gusu porque ambos estaban heridos, y me quedé un par de días allá descansando. Eso fue todo- Shaymin levantó una ceja en completo desacuerdo con su "todo".
- No eres el tipo de persona que la agradaría a ese viejo terco.
- Estoy completamente de acuerdo con eso, definitivamente me lo hizo sentir bastante al comienzo. Pero una vez que me despedí luego de varios días, él pareció en paz conmigo, o tal vez solo era con la idea de que me marchara.- carcajeó - Sin embargo me dejó la impresión de que es alguien que por gratitud sería capaz de ceder en algunos aspectos, y eso demostró cuando aceptó a CangSe en GusuLan, ¿no?
- ¿Estás seguro de que no se enamoró de ti? - Mei Fen lo miró seria como si estuviera cansada de escuchar tonterías, sin embargo Shaymin podía leer sus energías un tanto ansiosas. Solo rió y optó por dejar el tema, ya tendría tiempo para volver a sacarlo a colación. Tiempo era lo que más tenía.
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Al segundo día la brisa del viento tenía una fuerza particular, pero eso no ahuyentó a Wei WuXian al momento de lanzar su flecha y cruzar con solo una de ellas los tres obstáculos que estaban en frente del blanco. Una vez bajó su arco, con una sonrisa en el rostro recibió adulaciones y aplausos. Seguía siendo quien más destacaba en los exámenes físicos y tan solo le faltaba una prueba.
Los discípulos se formaron un tanto nerviosos por su turno. Él los animo un poco antes de ir a pararse al otro extremo del campo de entrenamiento donde observó algunos luchar contra Mei Fen recibiendo una calificación por sus capacidades de defensa, Wei WuXian había sido eximido de aquel examen ya que Shaymin le aseguró a BaoShan que de no ser el caso, la prueba debería extenderse por un par de días más. Todos sabían que Mei Fen entrenaba horas y horas con él adolescente sin poder acertar un solo golpe. Los discípulos ya habían luchado entre sí eligiendo sus competidores al azar para la prueba de ataque y destreza con la espada, habían realizado dos exámenes tediosos por escrito y solo falta la lucha sin armas que se realizaba el tercer día, donde serían anunciados tres discípulos destacados de la generación. Wei WuXian esperaba que BaoShan SanRen lo considerara para ello aunque se marchara de la montaña, aunque la razón era simplemente querer impresionar a Lan WangJi.
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Por la tarde Wei WuXian se sentó en una gran roca ya conocida para él. El aire zen se hacía menor en una zona tan apartada y alta de la montaña, aún así el quinceañero inhaló profundamente con cierta gratitud el aire limpio. Tenía la fuerte creencia de que el aire en el exterior no era tan reconfortante.
A lo lejos podía oír el sonido de las aguas del río y de los ancianos que vivían al otro extremo, los discípulos mayores que habían pertenecido a muchas generaciones atrás y también tuvieron como maestra a BaoShan SanRen. Estos se mantenían en una zona alejada a la de entrenamiento, tenían su propio templo para meditar y usualmente eran libres de dedicar su tiempo a diferentes intereses y elegir qué rama de la cultivación practicar. Wei WuXian conocía toda la montaña, cada pequeña parte de ella había sido explorada y apreciada por él. Sabía el sonido que pertenecía a cada puerta, como era el caminar de cada discípulo, le era fácil adivinar quién cocinaba cada día, y en las lecciones bastaba con que el profesor hiciera una pregunta para que supiera quién sería el que contestaría. Que nunca ocurriera nada nuevo a veces lo aburría, se pasaba las tardes inventando nuevos juegos y maneras de molestar a sus compañeros. Se divertía cuando Mei Fen se quedaba sin ideas para darle castigos con los que aprendiera éxitosamente una lección, le gustaba encontrar a Shaymin de improvisto y darle un susto, hacer estupideces para lograr que la frialdad en los ojos de BaoShan SanRen se transformara en una cálida mirada. En esos momentos se resumía lo que era su vida en la montaña durante el día: una línea permanente de armonía, buenas relaciones y sana diversión. Pero estaba el contraste de la noche. Sus pesadillas de su vida pasada, el tormento que causó, el dolor que sintió, la cordura que perdió y la muerte que pareció aceptar demasiado complacido para su actual gusto. Ese contraste no lo dejaba en paz y ni siquiera él podía entender del todo el por qué estaba prefiriendo tan ciegamente él dedicar su vida a lo oscuro de ese contraste, en vez de elegir la paz que vivía en la montaña y que durante toda su vida era lo único que había conocido.
Recostó la espalda en la roca y suspiró mirando las nubes, comenzando a pensar en túnicas blancas, ojos dorados y aroma a sándalo. Se dijo así mismo que esa debía ser la respuesta, la monotonía de su vida se vio interrumpida por la intensidad de lo que le causó la presencia de Lan WangJi una vez se puso de pie frente a él. Haberlo visto, haber sentido su compañía había causado emociones que desconocía, como si hubiese reconocido un lugar al que aún pertenecía, un lugar en el que Wei WuXian por fin pudiera encajar.
"... eso espero", pensó.
- Wei Ying - la voz que lo llamaba era inconfundible para él, de un salto se puso de pie para saludar respetuosamente.
- Maestra - él miró a ambos lados notando que la alta mujer estaba sola, extraño. Usualmente Shaymin estaba con ella y lo más extraño aún es que estuviera en una zona apartada de su residencia, exclusivamente donde no solía ir nadie más que Wei WuXian - Maestra, ¿qué hace aquí?
Ella se acercó y se sentó en la misma roca donde había estado el adolescente. La gracia de sus movimientos le recordó un poco a Lan WangJi aunque en un grado menor, incluso le hizo gracia concordar con que él parecía ser tan anticuado como su maestra, pero él no tenía excusa, no había vivido tantos años para serlo.
- ¿Por qué no estás aprovechando tu tiempo con tus compañeros?- y ahí estaba la mirada que Wei WuXian siempre buscaba en la mujer, los ojos cálidos y maternales que lo reconfortaban, o así hubiera sido si no hubiera estado seguro de que BaoShan SanRen lo quería fuera de la montaña, pero él no podía estar enojado por eso, le era absolutamente comprensible que fuera una molestia.
- Ya me despedí de ellos, ahora... me despedía de la montaña- BaoShan permaneció observándolo. Wei WuXian se sentó un poco tímido a su lado.
- Wei Ying, no te preguntaré si estás seguro de tu decisión, pero quiero que sepas que puedes volver si así lo deseas- el adolescente inclinó la cabeza a un costado sin entender del todo - Si afuera encuentras peligros, odio o rechazo que resulte ser demasiado, si tan solo te arrepientes... podrás volver.
- ¿Está segura de lo que está diciendo? - la mujer levantó su mano y revolvió los cabellos rebeldes del adolescente. Una sutil sonrisa jugueteaba en la comisura de sus labios antes de que diera un suspiro y le dedicara su intensa pero cálida mirada.
- Yo no deseo que te marches pero entiendo, tal vez hasta más que tú mismo, que ese sí es tu deseo- el adolescente la miraba con los labios entreabiertos incapaz de procesar.
¿BaoShan le había revuelto el cabello o lo soñó?
- Lan WangJi es un hombre fuerte - continuó hablando - Pero me temo que no podrá protegerte de todo lo que se avecina. Si ese es el caso, puedes volver aquí - ella sacó una cajita de entre sus ropas y se la entregó. Wei WuXian la recibió dudoso - Ábrelo.
Al hacerlo vio un listón rojo con diseños finos y blancos en los costados.
- ¿Otra cinta para el cabello?
- Así es, la que tienes está bastante gastada pero entiendo si quieres conservarla, de todas maneras preferiría que tuvieras una de repuesto - el adolescente acarició la tela y sonrió - También hay otra cosa que deseo lleves contigo - la mujer abrió una bolsa de qiankun y sacó de ella una espada completamente desconocida para Wei WuXian. La funda era negra, tenía el diseño de un dragón espiritual verde y cristalino rodeando la parte alta de la funda, y en el extremo inferior estaba tallada sutilmente una cabeza de león. La empuñadura era oscura con líneas cristalinas. El diseño le era conocido al adolescente, pero cuando BaoShan SanRen desenvainó la espada y leyó su nombre, estuvo seguro de que nunca la había visto.
- Suanni... - susurró leyendo el nombre en la espada. Al tocarla podía sentir un fuerte poder espiritual en ella. Cuando estaba comenzando a pensar que debía pertenecer a un cultivador poderoso, su maestra interrumpió sus pensamientos.
- ¿El diseño te parece conocido, no? - él asintió - Es porque mi espada tiene el mismo diseño en otros colores - la revelación solo confundió a Wei WuXian. ¿Por qué le daría esa espada a él entonces? - Tu madre llegó aquí acompañada de ocho amigos, eran todos niños huérfanos que se encontraron en las calles y cuidaban mutuamente de sí mismos. Cuando crecieron aquí, se convirtieron en una generación poderosa. CangSe tuvo la idea de que sus espadas estuvieran unidas por un lazo familiar, por lo que eligió diseños y nombres de los nueve hijos dragones.
- Oh, ella tomó la idea del dragón en su espada - ella asintió - Entonces esta espada... ¿Era de mamá?
- Así es.
Era atrevido utilizar el diseño de un dragón en una espada femenina, Wei WuXian lo sabía porque era una de las críticas a la espada de BaoShan SanRen que había leído en libros pertenecientes a otras sectas, ya que el dragón simbolizaba el yan masculino en todo su esplendor. Rió al pensar que su madre sabiéndolo salió de la montaña y lució el diseño de su espada con orgullo y hasta un poco de soberbia, con la sonrisa que todos le decían siempre mantenía en sus labios.
- Llévala contigo, te pertenece.
- Gracias maestra... - ella asintió, se puso de pie y comenzó a caminar sin voltear a decirle nada más, entonces Wei WuXian comenzó a sentir la asfixiante sensación de que se ahogaba con emociones contenidas. Tal vez esta sería la última vez que podría hablar con ella - ¡Maestra!
- ¿Sí? - ella no volteó. Él vaciló antes de hablar.
- Lamento mucho haberle causado tantos problemas durante mi estancia en la montaña. Sé que recibía quejas de mí todos los días. Lamento haber sido una molestia yo... yo agradezco todo lo que ha hecho por mí. Gracias por todo maestra y ¡lo siento tanto...! - el nudo fuerte en su garganta le impidió continuar. Intentó respirar profundamente para hablar pero solo se le escapó un sollozo. Aún después de haber escuchado las palabras de su maestra, no podía creer del todo que no prefiriera que él se marchara y eso le dolía, porque siempre quiso ganarse el reconocimiento y el cariño de BaoShan SanRen. Además estaba la culpa que lo ahogaba, el sentimiento de marchar y dejar todo atrás como un mal agradecido y un traidor.
- Niño tonto - le susurró en un tono suave sin voltear hacia él - Haz llorado mucho en estas semanas, si te vas a ir, vete con la frente en alto, sin arrepentimientos. Y si quieres volver, aquí estaremos. Yo estaré aquí si me necesitas.
Ella continuó caminando sin haberlo mirado una sola vez si quiera. Wei WuXian se limpió las lágrimas y trató de respirar profundamente digiriendo sus palabras mientras veía la silueta alta de su maestra desaparecer entre los árboles. Por un segundo bastante pequeño creyó que había escuchado la voz de BaoShan SanRen temblar, aunque en su estado ya dudaba de lo que había oído.
"¿Cómo podría no llorar si me estoy despidiendo de la única familia que he conocido?"
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Le estaba costando trabajo dormir, la ansiedad lo llevaba a preguntarse una y otra vez si estaba haciendo lo correcto. Durante semanas se había mantenido ocupado estudiando a tal punto que no había tenido tiempo para cuestionar ni preocuparse por nada, pero los exámenes acabaron y con ello sus pendientes, no tenía nada que hacer. Había empacando desde temprano, no es como si realmente pretendiera llevar demasiado con él, su equipaje consistía de dos atuendos de ropa, su flauta, la espada de su madre, un cuaderno de dibujos y su cinta de repuesto.
Se removió en la cama por vigésima vez y se decidió a estirar las piernas y tomar un poco de aire fresco para callar un poco las preocupaciones en su cabeza.
Cuando salió, dejó que sus pies descalzos lo guiaran en el bosque oscuro. Chocó con un par de árboles pero eso solo sirvió para que se riera de sí mismo y se levantara un poco más el ánimo.
"No pienses demasiado, no pienses demasiado", se repetía mientras caminaba en la oscuridad, hasta que se detuvo abruptamente al escuchar un sonido de lamento. Un sollozo pequeño y solitario. Dudó que se tratara de un fantasma pero sabía que nadie más que él saldría de madrugada a caminar. Cerró los ojos para concentrarse en escuchar de dónde provenía el ruido, pero la presencia se hizo presente en sus sentidos espirituales antes que los físicos.
- ¿Shaymin? ¿Estás aquí? - el sollozo se detuvo o pareció querer contenerse. De pronto una vela se encendió a un par de metros de él, por su costado derecho. Shaymin estaba sentado junto un árbol y sostenía una luz levemente azulada entre sus manos. Wei WuXian caminó hasta él - ¿Un alma? - preguntó preocupado al ver los ojos rojos en el niño que asintió - ¿Quién.... Quién ha muerto? ¿Uno de los ancianos? - esta vez el niño negó.
- No es nadie de la secta.
- Ah - el adolescente suspiró aliviado - ¿Entonces? ¿De quién es?
- XianQian, la anciana de la familia Going.
- Ah, ¿la que tenía como cien años? - Shaymin volvió a asentir al tiempo en que arrugaba el rostro en una fea mueca y volvía a llorar.
Wei WuXian lo miró complicado, nunca sabía qué hacer cuando otros lloraban, por lo que se acercó y se sentó junto a él. Shaymin lloró por quince minutos más mientras acunaba la suave luz y a ratos le daba caricias con sus dedos. Wei WuXian acercó su dedo a la luz sin pretender tocarla, sino que sentir su aura.
- Es cálida - susurró - Yo... solo la vi dos veces, cuando Mei Fen golpeó a su hijo el gordo, y una vez en que me regaló fresas... pero me pareció una persona cálida.
- No mientas - le pidió con la voz aún quebrada el niño - Era una vieja mañosa, se la pasaba quejándose de todo y si la hacías enojar te daba un azote con su bastón. Eso cuando aún caminaba. Los últimos seis años se la pasó en cama casi todo el tiempo, entonces si se molestaba lanzaba un zapato o lo que tuviera cerca. No importaba que tan lejos hubieras corrido o que tanto te movieras, siempre daba directo a la cabeza- Wei WuXian se rió - Sus últimos años se llevaron su talento asesino, hasta había ternura en sus ojos cuando la mirabas. Ya no tenía fuerza para sacudirle la cabeza de un zapatazo a nadie.
- Por como la defines creo que su vida valió la pena- el comentario del adolescente hizo carcajear a Shaymin, quien se limpió la cara con la manga de su traje.
- Sé que tenía que marchar, pero yo jugaba con ella desde que era una niña. La vi crecer, enamorarse, casarse, formar una gran familia... - suspiró - No quería que se fuera. Todos mueren... Odio que mueran - el niño formo un puchero en sus labios y se abrazó las piernas. El alma se elevó y aunque nadie la sujetara se mantuvo allí, frente la nariz de Shaymin.
- Bueno yo tampoco estoy precisamente feliz con la idea de que moriré tarde o temprano, espero que más tarde que temprano, pero... es algo en lo que no vale la pena pensar, no podemos hacer nada. Es decir, tú sí, eres inmortal, pero...
- Wei Ying, realmente eres un fiasco consolando a los demás - interrumpió con un tono divertido.
- Pero admite que estás feliz de que este aquí - le dijo sin pensar. Se arrepintió casi de inmediato, porque él no estaría ahí al siguiente día.
- Me alegra que estés aquí - susurró sincero el niño mientras lo miraba a los ojos, notando sus energías tornarse incómodas, agregó- También me alegra que vayas con Lan WangJi mañana. Iré a visitarte a escondidas.
- ¿De verdad podrás ir? - preguntó el adolescente en un tono casi efusivo, él había estado seguro de que una vez marchara no podría volver a ver a ninguno de ellos si es que no volvía arrepentido. Lo que esperaba no fuera el caso.
- Siempre voy a Gusu, te visitaré - prometió. Sin saber cómo responder, Wei WuXian le dio un codazo- Ey, cuidado, soy un niño bestia.
- No eres un niño, eres un anciano atrapado en un cuerpo de seis años.
- Soy .Un. Niño - se defendió.
- Shaymin, ¿No te has enamorado en tu larga vida? ¿No piensas en manipular tu núcleo para crecer un poco? - el niño bufó antes de responder. Una brisa fría sacudió los árboles y los dos se acurrucaron más cerca el uno del otro.
- No, estoy acostumbrado a mi estatura, ser un gigante sería un problema para mí.
- Pero al menos crecer solo un poco, lo suficiente como para tener una vida en la que solo seas joven por siempre.
- Mis padres eran horriblemente gigantes, si dejara mi cuerpo crecer de forma natural por solo dos años ya no podría esconderme en los árboles sin hacer ruido alguno.
- Pero... - insistió el adolescente - ¿Qué nunca te has enamorado? ¿No has querido envejecer junto a alguien?
- Mmm... - Shaymin frunció el ceño mientras pensaba - A veces es difícil ver como los demás te dejan atrás solo porque te ven más pequeño. ¿Recuerdas que antes todos tus compañeros de generación jugaban conmigo? Es molesto que al llegar a la adolescencia ya no quieran jugar. Por lo otro, yo no me puedo enamorar como tú Wei Ying, no soy un adolescente hormonal. Mi manera de crear lazos y afectos es distinta. Aún siento asco cuando veo a las parejas babosearse - Wei WuXian rió.
- Eso te pasa por espiar. Ah... ya quisiera yo babosearme con Lan Zhan - soltó sin tapujos, el rostro asqueado de Shaymin solo lo hizo reír.
- ¿Aún no se han besado? - preguntó, aunque por su rostro parecía que no quería saber.
- No, me temo que él no es tan apasionado como me gustaría - se quejó - Pero está bien, supongo que es porque nos estamos reconociendo. Llegará el día en que me robe el aliento acorralándome contra un árbol - Shaymin comenzó a reír con fuerza.
- No tienes idea de lo que acabas de decir- Wei WuXian se sumó a sus risas sin entender del todo el por qué de las fuertes carcajadas del menor.
- Quiero que me bese - se quejó con un puchero antes de recostarse en las hojas del suelo - O que me diga lo que siente por mí, pero él es demasiado callado.
- Lan WangJi solo dice lo necesario- asintió también el menor.
- ¿Crees que sea de actos más que de palabras? Porque se me ocurren varios actos que podría...
- ¡Aaaah! ¡Cállate! - el pequeño llevó sus manos a sus orejas.
- ¡No he dicho nada!
- ¡Pero lo ibas a decir!
Ambos se callaron cuando escucharon el sonido de las hojas secas ser pisadas. En solo un par de segundos apareció Mei Fen llevando consigo un par de papas al horno.
- ¿Qué hacen aquí? - les preguntó mientras se sentaba con ellos y les tendía una papa horneada a cada uno. Luego encendió fuego con un talismán.
- Wei Ying estaba hablando cosas pervertidas - acusó Shaymin dándole la primera mordida a la papa caliente.
- No es verdad. Aaah, me quemé- el adolescente abrió la boca mientras abanicaba con su mano hacía su boca. Mei Fen le sonrió- ¿Por qué me miras así?
- Mañana te vas - le recordó, y el silencio de la revelación se hizo presente. Era cierto, Wei WuXian se iba de la montaña, no habrían más momentos como esos, no habría más Mei Fen ni más Shaymin escondido entre los árboles, no habrían más papas horneadas por la madrugada ni aquel sentimiento de hermandad que lo conectaba con los dos de alguna manera. Aunque él no fuera inmortal, eran lo más cercano que había tenido a una familia.
Wei WuXian suspiró y bajó la mirada sin ser capaz de atreverse a mirarlos.
- Los voy a extrañar...
- Más te vale - le respondió amenazantemente Mei Fen.
- Nosotros también te extrañaremos - respondió Shaymin ignorando a la mujer que acomodó su cabeza en el regazo de Wei WuXian y se removió hasta caer en su campo de visión. Le sacó la lengua.
- No bajes la mirada, solo estás tomando tu camino. Siempre supimos que esto sucedería, así que no sientas que nos has decepcionado, ¿Está bien? - una lágrima cayó en la mejilla de Mei Fen desde arriba y esta se levantó de inmediato del regazo del adolescente - Oye niño, no llores... - antes de que terminara de hablar escuchó otro sollozo provenir de su costado izquierdo - Shaymin, ¿tú también? - de repente ella mismo sintió la visión borrosa - Par de estúpidos. Vengan aquí- casi de manera automática ambos hombres se acercaron a Mei Fen y se abrazaron entre sí.
Los tres lloraron por un largo rato mientras se abrazaban, los tres se acariciaron los cabellos y las manos entre sí, y aunque ninguno dijo ni una sola palabra no fue algo necesario. Los sentimientos de hermandad entre ellos estaban claros.