sábado, 9 de mayo de 2020

Cuidando tus Sueños - Capítulo 1: Estoy aquí


Wei WuXian inspeccionó el quemador de incienso por tercera vez, lo mantuvo entre sus manos y memorizó los dibujos tallados en la cerámica del extraño objeto con forma de animal. "Si tan solo pudiera comprender cómo se creó, podría manipularlo y serme útil", pensó rascándose los ojos y observó por la ventanilla, aparentemente se había concentrado tanto en su estudio que ignoró haber superado el horario de sueño de la secta Lan. Con algo de prisa guardó sus desorganizados apuntes en un cajón y luego salió de lo que era su nueva sala de investigaciones, aunque realmente esta había sido tan solo unas semanas atrás una de las tantas bodegas de la Secta Lan. Lan WangJi la convirtió en un espacio para que Wei WuXian pudiera convivir en comodidad con su habitual desorden, logrando recrear una habitación similar a la que este tenía en el Embarcadero del Loto, la que en cuestión de un par de días se había convertido en lo que cualquier sectario en Gusu llamaría un basural. Coincidentemente el lugar estaba a pocos pasos del jingshi, facilitando que Wei WuXian pudiera escabullirse sin ser regañado por no respetar el toque de queda.
Abrió con suavidad la puerta del jingshi y escaneó el lugar con la mirada, suspirando cuando dio con el dormido Lan WangJi tendido de lado en la cama. Su mano se estirada como si buscara algo inconscientemente a su costado... ese era precisamente el lugar de Wei WuXian. Se quitó la ropa, apagó la luz, y con un puchero en los labios se recostó junto a él. En la oscuridad podía saber con precisión qué posición tomar sin molestar al dormido Lan WangJi, pero aún así se estiró para darle un sutil beso en la mejilla antes de recostarse del todo. Esperó a que las pestañas del otro se movieran y este le deseara buenas noches, sin embargo solo arrugó el ceño para luego continuar durmiendo con una respiración acompasada.
"Lan Zhan, Lan Zhan... ¿Dónde quedaron tus: "todos los días"? Te dormiste sin siquiera cumplir tu palabra."
Movió su mano para entrelazar sus dedos con los del hombre que dormía junto a él, quien sorprendentemente tampoco despertó luego de aquel contacto.
"¿Qué has estado haciendo para estar tan cansado?", se preguntó enternecido mientras miraba sus suaves labios entreabiertos. Le picó la boca por besarlo pero con un gran esfuerzo se contuvo, en su mente se albergaron emociones intensas que lo dejaban sin palabras y mientras los minutos avanzaban, sus parpados comenzaron a pesar, se esforzó unos instantes más solo por continuar contemplando su belleza, sin embargo en algún instante sin darse cuenta, se durmió.
En medio de su tranquilo sueño algo lo inquieto. Wei WuXían no despertaba con facilidad, por lo que sabía que si algo lo despabilaba bien tenía que ser una sacudida constante o un sonido bullicioso. Un poco alarmado abrió los ojos, para su sorpresa aún estaba la habitación oscura, solo bañada por la luz suave de la luna. Junto a él vio la silueta de Lan WangJi palpando la cama con algo de ansiedad y su respiración agitada.
- ¿Wei Ying? - preguntó de pronto rompiendo el silencio de la habitación con una voz profunda. Aunque el tono parecía calmado a simple oído, la rapidez con que pronunció su nombre y la ansiedad con que su mano lo buscaba lo delató.
- Aquí estoy... - balbuceó - ¿Lan Zhan? - tomó su mano y la apretó sin pensarlo - ¿Qué ocurre? - en cuanto Lan WangJi escuchó su voz suspiró, su silueta se tranquilizó visiblemente, cerró los ojos y tragó saliva. Tardó unos segundos en contestar.
- No te sentí llegar... - susurró adormilado. Wei WuXian notó que el calor que emanaba de su cuerpo era sobrecogedor, entonces se acurrucó más cerca dejando descansar la cabeza sobre su pecho.
- Hum, HanGuan-Jun me asustó, por un segundo pensé que había un ataque sorpresa o algo por el estilo. Estás muy caliente... -unos largos dedos acariciaron su cabello con suavidad parecía una disculpa silenciosa. En cuanto Wei WuXian comenzó a relajarse los latidos de un corazón frenético lo hicieron despabilar nuevamente - ¿Lan Zhan?
- ¿Mn?
- ¿Qué sucede? - a pesar de que su rostro y su voz ya habían vuelto a la usual inexpresividad característica en él, la suma de sus actitudes eran evidentemente inhabituales. Lan WangJi permaneció en silencio, lo que hizo que Wei WuXian se volteara en un intento de exigirle con la mirada una respuesta, pero los ojos en aquel bonito rostro estaban cerrados - ¿Lan Zhan?
- Mn - respondió aturdido y un tanto ido. Wei WuXian suspiró frustrado, le dio la espalda dejándolo dormir, pero aquella mano que lo buscaba en la inconsciencia no tardó en rodearle la cintura para seguirle el movimiento de un cuerpo pegándose a su espalda, este emitía un calor desbordante. Al voltearse para observarlo notó un poco de sudor en su frente.
- ¿Una pesadilla? - intentó adivinar, pero no tuvo respuesta.
Cuando Wei WuXian se durmió pudo sentir un par de dedos inquietos aferrarse con un poco de fuerza a su cintura, luego a su abdomen, terminando en su mano, aún dormido sonrió sintiendo la seguridad que le provocaba el simple aroma a sándalo de Lan WangJi.
Por la mañana tenía los brazos entumecidos, y al abrir los ojos notó que había dormido con estos por sobre sus hombros y se le estaban congelando. Era temprano para el horario en que solía comenzar el día, por lo que se quedó un poco más en la cama intentando entrar en calor. Un par de minutos después, Lan WangJi entró llevando consigo unos troncos de madera perfectamente cortados.
- Despertaste - parecía un poco asombrado. Le dedicó una mirada gentil mientras avanzaba hasta la chimenea y encendía el fuego para calentar la habitación - ¿Quieres algo en especial para desayunar?
Wei WuXian lo miró desde la cama con los ojos entrecerrados, seguro de que podía volver a dormirse en cualquier momento, pero su estómago estaba más despierto que él. Lan WangJi caminó hasta él una vez encendida la chimenea y se sentó en la cama, su mano despejó un par de cabellos que cubrían los ojos de Wei WuXian.
- Aaah... quisiera que este cuerpo se acostumbrara a la inedia, pero el entrenamiento es demasiado duro ¡Y no quiero pasar por eso otra vez! - al casi gritar, Lan WangJi le miró consternado.
- ¿Haz despertado de mal humor? - Wei WuXian jugueteó con la piedra de jade que colgaba de sus ropas evitando su mirada mientras fingía dolor.
- ¿Por qué razón habría de estar de buen humor? ¡Estoy desconsolado! ¡Me has mentido! ¡HanGuang-Jun no es un hombre de palabra! Anoche rompiste tu promesa... - de pronto lo miró serio. Al comienzo Lan WangJi no comprendió hasta que escuchó "anoche", entonces supo de qué se trataba todo.
- Primero desayuna - su tono sonaba a reproche.
- Pero dime, ¿vas a cumplir tu palabra hoy?
- Te traeré lo que yo desayuné entonces - Wei WuXian sabía que los desayunos de la Secta Lan solían tener más hierbas que cualquier otra cosa, por lo que de inmediato se apresuró en responder.
- No, no seas así Lan Zhan. - al ver que Lan WangJi salía de la habitación sin siquiera mirarlo gritó hacía él - ¡Quiero bollos al vapor! ¡Con sopa! No, no ¡Con carne!