domingo, 17 de mayo de 2020

Intrínseco - Capítulo 35: Máscaras, Parte 2




El impacto del frío le astilló dolorosamente los huesos. 

La oscuridad del océano era tan impenetrable que ni siquiera al esforzarse y girarse pudo comprobar qué jalaba de él. Sacudirse fue en vano, el agarre firme de aquellas extrañas manos no parecía ser lo único que lo atraía hasta el fondo del mar, todo su cuerpo se inclinaba hacia la oscuridad cada vez más profunda. El aire en sus pulmones se estaba agotando. 

Siendo un buen nadador, sabía que al menos habían transcurrido cuatro minutos desde que se había sumergido, no soportaría mucho tiempo más. Ni el mejor de los cultivadores podría mantener sus pulmones inactivos por más tiempo sin perder la conciencia. 

Sus manos se enredaron con algas marinas sin embargo sus dedos no respondieron para aferrarse a ellas, simplemente seguía siendo arrastrado hacia abajo como si fuera un mero cadáver. Se enfadó consigo mismo, había practicado toda su vida para las cacerías nocturnas una vez que saliera de la montaña, ¡Se negaba a morir en su primer encuentro con algo poderoso! Utilizó la última cuota de energía que le quedaba para dar una patada con poder espiritual y zafarse del agarre, pero esto solo molestó más a esa cosa que luego lo jaló con más fuerza hacia abajo logrando que la presión abrupta del agua causara un desesperante dolor en sus oídos, con ello abrió la boca y el agua entró en sus pulmones, posteriormente todo fue aún más oscuro y silencioso. 








- ¡Líder de secta, líder de secta! – gritaron varios niños que rodeaban a Wei WuXian, el pequeño Jiang Cheng saltaba de alegría mientras tomaba las manos de su nuevo hermano. 

- ¿Qué sucede? – preguntó el líder de secta Jiang cuando se acercó a los menores que debían comenzar su entrenamiento al aire libre pero estaban claramente distraídos con algo más. 

- ¡El maestro dice que Wei WuXian ya formó su núcleo espiritual! – gritaron varios al mismo tiempo, ante esta noticia Jiang FengMian miró al pequeño niño que mordía sus uñas con culpabilidad mientras que la otra mano era agitada alegremente por Jiang Cheng. Sin querer ilusionarse fue hasta el maestro que ya estaba suspirando por el anuncio de los niños. 

- Lo siento líder de secta – se disculpó en cuanto estuvo lo suficientemente cerca para ser escuchado – no debí haberles dicho a todos pero estaba muy impresionado, Wei WuXian llegó hace solo un par de meses, no medita, no entrena, no practica las lecturas pero aun así su poder espiritual ya ha formado un núcleo. Lamento si dije algo que no debía. 

- ¿Entonces es cierto? – preguntó totalmente impresionado, él nunca había reparado a enseñarle demasiado a Wei WuXian, ni siquiera sabía que el niño podía direccionar su energía espiritual. 

- ¿Usted no lo sabía? – el rostro del maestro era un reflejo del suyo – yo… tomé su mano para enseñarle donde estaba su arteria espiritual cuando noté que ya tenía mucha energía yang… - aún anonadado, Jiang FengMian se giró hacia los niños. 

- Wei Ying ven aquí. – el niño caminó hasta él con la cabeza baja, sin entender el porqué de su estado el mayor se agachó en frente de él y tomó su mano, se concentró en el flujo de energía y en que efectivamente podía sentirla girar en una sola dirección producto de un pequeño y recién nacido núcleo espiritual, el filtro de energías era leve pero avanzaba sin ataduras. – ya veo… esto es lo que llaman talento innato. A-Xian, felicidades – le dijo cariñosamente con una sonrisa, el pequeño Wei WuXian apretó los labios con la mirada baja aún con notoria culpa. - ¿Qué sucede? – los niños comenzaron a acercarse, especialmente Jiang Cheng llegó al lado de ellos. 

- Padre, ¿también habré creado el mío? ¿Puede revisar en mi muñeca? – el adulto que se encontraba concentrado en la mirada triste de Wei WuXian contestó a su hijo sin mirarlo. 

- Es difícil crear un núcleo, deberás tener más paciencia. El caso de A-Xian es poco común. 

- Oh… - respondió desilusionado. 

- Wei WuXian no estés tan triste – le dijo uno de los niños que era mucho más bajo que él pero que desde su estatura podía verle los ojos. – ¡Madam Yu no te puede regañar si no es tu culpa! 

- Aunque ella encontrará la forma de regañarlo – soltó otro niño, pareció que varios agregarían más palabras pero callaron en cuanto recibieron una mirada enfadada del pequeño Jiang Cheng. El líder de secta suspiró, ya había visto a su esposa más irritada de lo normal debido al éxito del nuevo discípulo en todas las practicas, destacaba en todas las competencias físicas haciendo que su esposa le recordara constantemente a Jiang Cheng que era él quien debía por obligación ser mucho mejor. No queriendo contradecir directamente este pensamiento el líder de secta tocó el hombro de ambos niños para que estos le pusieran atención. 

- Un discípulo nunca debe fingir ser más débil solo para hacerle creer al líder que él es el más fuerte. Jiang Cheng no se sentiría bien con algo como eso, al contrario, fortalece tu núcleo para que tus habilidades puedan proteger a tu secta el día de mañana. Eso nos haría sentir muy orgullosos, ¿verdad? – preguntó a su pequeño hijo que asintió con las mejillas ruborizadas. 

- Pero… - balbuceó Wei WuXian. Jiang FengMian quitó la mano del hombro de los dos niños y se puso de pie para preguntarle a todo el grupo de infantes algo en voz muy alta. 

- Díganme, ¿Cuál es el lema de nuestra secta? – varios niños gritaron su respuesta. 

- ¡Hacer posible lo imposible! 

- ¡Intentar lo imposible! 

- ¡Nada es imposible! 

- ¿Eh? Estoy seguro de que no era así – le respondió otro. El líder de secta rio un poco apenado. 

- Pero tienen la idea – felicitó antes de dirigirse nuevamente a Wei WuXian – primera regla para intentar lo posible, no existen límites. – acariciando su cabello le sonrió para confortarlo, notando que Jiang Cheng se acercaba a él como si quisiera recibir un poco de aquella caricia iba a dirigir su mano desocupada hasta su cabello pero pasos firmes lo alentaron de quien se acercaba. Madam Yu llegó a tiempo para tomar al pequeño Jiang Cheng y llevárselo de ahí sin siquiera dirigir una mirada a su esposo. 

- ¿Por qué estas mendigando caricias? – regañó mientras lo apartaba del grupo, Jiang FengMian miró aquello y suspiró, los ánimos que había logrado subir en el niño habían bajado incluso más que antes. Tomó su mano y comenzó a caminar llevándolo lejos del campo de entrenamiento, dándole una mirada al maestro para que continuara con su clase. 

Wei WuXian aún más preocupado con este acto miraba nerviosamente a sus espaldas para no ser visto por Madam Yu, cada vez que él se acercaba a su tío Jiang ella parecía irritarse más y más al punto que su cabeza podría explotar, a él le preocupaba que ella muriera de esta forma, porque entonces su Shijie y Jiang Cheng estarían muy tristes. 

- Esto solo tomará unos minutos y podrás volver a clases, aunque dudo que eso te importe mucho – agregó con una sonrisa. En realidad no, a Wei WuXian le aburrían demasiado las clases. Llegando a uno de los muelles privados rodeado de flores el líder de secta se sentó y le indicó al niño que hiciera lo mismo a su lado. Siendo pequeño los pies le colgaban mientras que las botas del mayor rozaban el agua, el niño se miró los pies que se balanceaban mientras sus manos se cruzaban en su regazo. – desde ayer has estado notoriamente cabizbajo y ahora entiendo bien el por qué, lamento si te he traído a un lugar que no te hace muy feliz pero es lo único que tengo por ofrecer. 

- ¡No! Estoy feliz aquí. – dijo con pánico, mantuvo sus ojos en los del mayor, su madre le había dicho que era una buena manera de dar seguridad a las palabras, aunque también le dijo que era un buen método para mentir precisamente por lo mismo, pero no tenía que pensar en eso ahora. Jiang FengMian volvió a acariciarle los cabellos despeinados. 

- A-Xian… la vida es un poco complicada cuando eres un adulto, las obligaciones hacen que priorices algunas cosas mientras otras van quedando atrás, para cuando te das cuenta algunas cosas ya no se pueden arreglar y entonces te enfrentas a las represalias de los asuntos que se aburrieron de esperar. – Wei WuXian inclinó su rostro a un costado sin entender sus palabras – lo que quiero decir, es que soy culpable de la actitud que tiene mi esposa contigo, no se trata de ti ni de tus acciones, se trata de mí y de mis asuntos y tú eres parte importante de mis asuntos. Así que no te preocupes por intentar agradarle, tú solo sé tú mismo. 

- Pero… si corro molesto, si hablo molesto, si río demasiado le molesta mucho más, ¿Cómo puede ser que me odie tanto? 

- Ella no te odia, tampoco le molesta que corras o te rías, a ella le molesta que yo sea feliz cuando haces estas cosas. 

- Oh… - pareció entender sentándose de lado para mirar directamente al mayor – no se trata de que A-Xian corra, ¿Se trata de que tío Jiang sonría porque A-Xian corra? – preguntó moviendo sus pequeñas manos para explicarse de mejor manera. 

- Así es. 

- ¡Pero es injusto! Tío Jiang sonríe todo el tiempo, será imposible que Madam Yu deje de odiarme. 

- ¿Y por qué deberías esforzarte para simpatizar a los demás? En la vida mucha gente te odiará sin conocerte, ¿acaso deberás cambiar tu personalidad una y otra vez para intentar simpatizar a todos? Estoy seguro de que incluso esforzándote en una idea así no podrías lograrlo… no podemos hacernos cargo de los prejuicios de los demás, solo hay un camino para actuar acorde a nuestro corazón y vivir en paz con nosotros mismos. 

- ¿Cuál? 

- Ser auténticos. 

- ¿Auténticos? – él mayor asintió antes y también volteó para sentarse de frente a él. 

- Que nadie te límite, que nadie te calle, que te detengas en lo que quieras detenerte, duerme cuando tengas sueño, come cuando tengas hambre, haz lo que desees siempre y cuando sea acorde a las mejores intenciones de tu corazón. 

- Eso suena bien – pensó en voz alta mientras se preguntaba sí su tío le estaba diciendo que podía comer todo lo que quisiera y cuando quisiera. 

- Tu madre era de esa forma – susurró cortando sus pensamientos – por eso, si sientes que tu personalidad o tus habilidades no son bienvenidas por otros, no te preocupes, siempre lo serán para mí. – algo se calentó en el corazón del niño. 

- Tío Jiang, ¿usted quería mucho a mis padres, verdad? - pregunto haciendo dibujos invisibles con sus dedos en la madera del muelle. 

- Así es. 

- Si ellos ya no están… pero yo ahora vivo aquí y no en las calles, ¿Sigo siendo un huérfano? ¿ellos no estarán enojados de que yo tenga otra familia ahora? – cuando levantó el rostro y vio los ojos sorprendidos del mayor, se percató de lo que había dicho – ¡Lo siento! Sé que Shijie no es mi hermana… sé que no… Yo… - cuando comenzó a rascarse las mejillas nerviosamente, recibió otra caricia en el cabello. 

- Ellos estarán felices de que A-Xian tenga una nueva familia y ya no este solo. 





“No solo… A-Xian no está solo” pensó mientras sonreía de vuelta al mayor. 








Un fuerte dolor de garganta, un pitido constante en los oídos, la sensación de que su pecho estaba inflamado y la pesadez en el estómago le dieron la bienvenida a su consciencia. Al parecer, aún estaba vivo y su sueño solo había sido eso, un sueño. 



A simple vista no pudo descifrar nada de lo que tenía en frente, su vista era borrosa, pero una vez sus ojos lograron enfocar dio un salto de pánico que alertó hasta el más adormecido de sus músculos. A solo medio centímetro de su rostro un espíritu con fuerte aura resentida lo observaba con reconocimiento, su rostro era grotesco, los ojos estaban rodeados de agujeros negros putrefactos, la boca cortada en una sonrisa oscura y aun así, eso no era ni la mitad de impactante de lo que era su cuerpo cuyas rebanadas de carne, las que constituían sus extremidades, parecían colgar sin vida como si fueran simples estropajos atados ligeramente a un torso. 

“Ling chi…” pensó notoriamente impactado por la tortura de los mil cortes en aquella silueta entre fantasmal y condensada a pura energía resentida. Miró a su alrededor, estaba dentro de una cueva submarina cuyo yin era tan potente que creaba un campo casi visible de energía hasta la entrada y salida, el agua no entraba y la visual de las rocas estaba iluminada por un tono rojo proveniente del centro de la cueva. 

“¿Qué es este lugar?” 



- ¿Ya está despierto? – preguntó una voz femenina. Wei WuXian intento desenfocar su mirada del cuerpo horroroso del espíritu, sin embargo no había ninguna otra figura cerca de él, ¿De dónde provenía la voz? 

- Se ve tan joven… ¿Estás segura de que es él? – preguntó otro tono femenino. 

- ¡Claro que es él! ¿Acaso ya olvidaste su cara? – mirando en todas las direcciones no lograba dar con las dueñas de aquellas voces, hasta que levantó la mirada al cielo de la cueva. 

Sobre su cabeza dos espectros fantasmales femeninos lo miraban directamente, estaban encaramadas en las rocas con sus cabezas hacia abajo por lo que sus ojos casi traslucidos fue lo primero que vio Wei WuXian, esta vez la impresión le quito años de vida. 



- Lo asustaste – le dijo el fantasma de cabello largo a la que llevaba risos desordenados que no le cubrían más allá de los hombros. Ambas eran extremadamente delgadas y su tez pálida contrarrestaba con el rojo sangre de sus ojos. 

- Por supuesto que se asustaría, estamos muertas. – Wei WuXian se puso de pie de inmediato alejándose de los tres espectros, quedando encerrado en un rincón de la cueva. 

- Oh, está asustado de verdad. 

- Parece que no nos reconoce. 

- ¿Se volvió estúpido? 

- ¿No que ya lo era? 



El debate continuó mientras el quinceañero se alejaba de ambas, cuando iba a comenzar a correr se encontró de frente con el fantasma de carnes cortadas bloqueando el camino hasta la salida de la cueva, sin embargo este solo extendía sus brazos para impedirle salir no parecía que fuera atacar. Notándolo inofensivo Wei WuXian volvió a respirar. 

- ¿Qué quieres? ¿A caso no te basta con parecer mortadela? Pareces un fantasma sensato, dudo que no puedas comprender que puedo exorcizarte aún sin espada. – amenazó. 

- Uy que miedo. – molestó una de las mujeres que se acercaba a ellos, en cuestión de segundos la de cabello rizado se sumó. 

- Creo que nos está amenazando seriamente… - la mujer fantasma de rizos lo miró con los ojos entrecerrados - ¿Nos recuerdas? 

- ¿Debería recordarlas? Tengo muy mala memoria señoritas – a pesar de que les sonreía aún mantenía su mano cerca de su bolsillo, estaba seguro de que mantenía talismanes en algún lugar. Mientras las miraba notó que ellas eran muy parecidas, si no fuera por sus cabellos le hubiera sido imposible diferenciarlas. 

- Wei WuXian – llamó la de cabellos lizos – ¿Eres Wei WuXian, no? - estaba comenzando a hartarse un poco de que la gente lo reconociera cuando él estaba seguro de no haberlos conocido. 

- Eso depende, ¿Les debo dinero? – ambas fantasmas se miraron antes de suspirar. 

- Es Wei WuXian - acordaron ambas. 

- Si no sabes quienes somos, ¿Por qué estás aquí? – preguntó la de rizos. 

- ¡Porque me jalaron hasta aquí! Ahora, ustedes díganme, ¿Por qué están aquí? – sabiendo que era inusual que fantasmas se comunicaran entre ellos y por sobre todo que tuvieran una reacción familiar hacia los vivos, supuso que no serían un peligro evidente, relajándose tocó la barrera con energía yin con la punta de su dedo. 

- ¿Qué por qué estamos aquí? ¡por ti pedazo de…! – comenzó a gritar la mujer de cabellos rizados cuando fue cortada por la voz de la otra. 

- Yian… me temo que lo hemos confundido. Es Wei WuXian, pero no el Wei WuXian al que le hicimos una promesa. – esto llamó indudablemente la atención del quinceañero. 

- ¿Promesa? ¿Acaso iba a casarme con una de ustedes y por eso me jalaron hasta aquí? ¿Es una venganza? ¿Un ajusto de cuentas? ¿Un amorío trágico? – ambas mujeres arrugaron su rostro hasta parecer notablemente ofendidas, de pronto una risa ahogada se escuchó proveniente del hombre cuya carne estaba cortada por doquier probablemente su lengua también estaba cortada o simplemente no existía, ya que el sonido era casi enfermizo. – No quiero romper sus ilusiones… vine por un amuleto, ¿Han visto algo así por estas aguas? – la mujer fantasma de cabellos lisos contestó. 

- Ella es Dai Yian y yo Dai Na, somos hermanas. El fantasma descuartizado que está junto a ti es Tie, los tres somos espíritus provenientes de los túmulos funerarios de Yiling. 

- ¡Adivinaré el resto! – interrumpió - ¿Los tres fueron enviados a estas aguas por el tal Patriarca Yiling, verdad? – ambas mujeres parecieron tener un tic en sus parpados izquierdos. 

- Esto es una muy mala broma Wei WuXian. - dijo Dai Yian. 

- ¿Por qué me hablan como si me conocieran "a mí"? - enfatizó apuntándose con ambos manos - ustedes debieron conocer a mi antiguo yo, mi vida pasada, pues verán… soy Wei WuXian pero no el que debieron conocer hace más de quince años atrás, soy una reencarnación y una versión definitivamente mejorada de él – agregó con una sonrisa triunfal. 

- ¿Es posible reencarnar tan rápido? – murmuró para sí misma Dai Yian –… debe serlo, este chico es similar físicamente y parece ser igual de estúpido. 

- ¿Eh? – Wei WuXian le puso mala cara - ¿Y cómo conocieron a mi antiguo yo? – esta vez Dai Na habló ignorando completamente su pregunta. 

- ¿Puedes destruir el amuleto? si lo que dices es cierto, no tienes los conocimientos de tu antigua vida. 

- En efecto – le respondió poniéndose serio – no los tengo, pero tengo una idea para suprimir todos los amuletos hasta eliminarlos por completo. 

- ¿Cómo piensas hacerlo?– preguntó Dai Yian. 



Wei WuXian se sentó con los tres fantasmas en la cueva y les contó sobre sus planes, ambas hermanas asentían mientras que el hombre cortado en pedacitos solo se mantenía quieto, el quinceañero agradeció que no se moviera ni llamara su atención, ya era bastante desagradable mirarlo durante dos segundos sin espantarse o sentir que debía salir corriendo de allí. Al menos las hermanas parecían fantasmas con una forma humana relativamente normal, descartando por supuesto, el hecho de que sus cuerpos no eran tangibles. 



- ¿Qué es exactamente este amuleto? 

La respuesta dejó desconcertado a Wei WuXian, el amuleto había sido un poderoso instrumento espiritual hace cientos de años atrás, utilizado para proteger los tesoros de una secta ya extinta, la poderosa herramienta yacía dentro de una bodega y cada vez que alguien entraba en ella diferenciaba y memorizaba su material genético, si podía identificar su sangre como parte del clan principal de la secta procedía a permitirle entrar, de lo contrario no solo atacaba en el instante sino que además tenía el poder de desprender partes de ella para buscar el material genético del intruso y seguirlo hasta conseguir asesinarlo e incluso absorber su alma, de tal manera nadie podría llevarse el tesoro y tampoco viviría para dar a conocer su paradero aunque su alma fuera invocada para obtener esa información. 



- Nosotras… - susurró Dai Yian – éramos cultivadoras errantes y solíamos… asaltar las carrozas de las sectas de renombre en aquellas épocas. – levantó sus hombros restándole importancia al asunto. 

- ¿Asaltar? – Wei WuXian nunca había escuchado sobre cultivadores ladrones. 

- ¡A veces no teníamos para comer! – alegó Dai Na tapando su rostro con su cabello liso. 

- La verdad era divertido ver como los cultivadores egocéntricos y orgullosos de sus uniformes y sus grandes sectas simplemente se orinaban en los pantalones cada vez que se encontraban con nosotras. En nuestra defensa, solíamos regalar la comida que no cabía en nuestros bolsillos. 

- En fin – continuó su Dai Na buscando evitar que su hermana las avergonzara demasiado – un día vimos pasar una carroza con bastante seguridad, al menos quince cultivadores poderosos rodeándola, creímos que llevaban un botín mayor así que fuimos directamente por él, pero… Nos encontramos con esa fea cosa con forma de capullo, no sabíamos que era hasta que por culpa nuestra se liberó. 

- Pudimos escapar de los ataques del capullo – prosiguió Dai Yian - pero él mismo día nos enteramos de que era un guardián espiritual con fuertes poderes… entonces escapamos hacia los pueblos cercanos por si es que alguno de los testigos del ataque pudiese reconocernos, pero resultó que ese día… - ambas bajaron la mirada y luego de un minuto la mujer de cabellos lizos habló. 

- Este idiota apareció – Dai Na apuntó al hombre cuyas carnes parecían a punto de desparramarse en el suelo. – Tie era un amigo nuestro… - su hermana poniendo los ojos en blanco la interrumpió. 

- ¿Qué amigo? Ese infeliz - señaló con el mentón - nos enamoró a ambas, nos dimos cuenta esa noche de sus planes… 

- ¿¡Ustedes le hicieron eso!? – Wei WuXian estaba desagradablemente sorprendido, no solo no podía imaginar lo dolorosa de la tortura, sino que parecía aún más cruel el hecho de que estando muerto haya tenido que permanecer junto a sus asesinas por… ¿Cientos de años? De pronto sintió compasión por el hombre. 

- ¡Él jugó con las dos! – le gritó la mujer de cabellos lizos como si esa respuesta fuera la explicación suficiente. 

- Niño entiende, eran otros tiempos… los castigos eran más severos, ¿sabes? 

Sin parecer convencido Wei WuXian se acercó al fantasma masculino. 

- Oye, hombre mortadela, ¿Cómo fue que terminaste aquí con ellas? – era obvio que el fantasma no podría responder, por lo que habló Dai Na. 

- Tuvo la mala suerte de aún estar vivo cuando nos encontró esa cosa – nuevamente apuntó al centro de la cueva – luego de matarnos absorbió nuestras almas. 

- Y como ustedes mantuvieron sus almas ilesas debido a su cultivo, asumo que también el hombre mortadela fue un cultivador… 

- Exacto, nuestras almas no se desintegraron gracias a nuestros poderes espirituales, solo quedamos atrapados. Luego de eso, el amuleto fue sellado y enterrado bajo tierra en los túmulos funerarios de Yiling. Nosotras nos encargamos de mantenerlo lejos de quienes pudieran intentar usarlo aunque realmente nunca tuvimos que enfrentarnos a nadie, porque ningún humano sobrevivía en ese lugar hasta… 

- Hasta - continuó Dai Na – el Patriarca Yiling. – ambas se miraron y asintieron en un silencioso y mutuo acuerdo – al comienzo el solo había caído allí como castigo, le hablamos estando seguras de que no sobreviviría como todos los humanos, pero… digamos que era un chico con bastante determinación. Lo vimos aprender a utilizar la energía resentida a su conveniencia, él era agradable, muy mal bromista pero conversaba con nosotras todo el tiempo. 

- Carajo, no se callaba nunca – maldijo Dai Yian – aunque lo extrañamos cuando se fue, luego de un tiempo él volvió con un grupo de gente a quienes quería proteger, el asunto es que la energía resentida en los túmulos funerarios era demasiado densa para que gente sobreviviera allí, no había agua limpia, ni tampoco crecía nada en esa tierra, hasta la madera de los árboles era demasiado débil para construir algo con ella. 

- Entonces tú, digo... él tuvo una idea - se corrigió Dai Na - buscó los puntos estratégicos con mayor energía resentida dentro de los túmulos, como era un lugar en donde desechaban todo lo que no podían controlar había allí armas letales pero incontrolables hasta ese momento. 

- En cada punto donde había un arma enterrada o un espíritu malicioso con demasiado resentimiento, forjó un amuleto para encerrar su poder y le dio distintas funciones, luego los usó como combustibles para matrices. 

- ¿Matrices de qué? – exigió saber Wei WuXian, cada vez más absorto en el tema. 

- Este amuleto – apuntó nuevamente al centro de la cueva – es una barrera de retención, encerraba la energía yin de los túmulos funerarios y la distribuía por todo el alrededor, luego él Patriarca Yiling marcaba los límites con una matriz de protección y con ello se aseguraba de que los cadáveres feroces atacaran a cuanto desconocido quisiera entrar en el lugar. 

- De la misma manera en que el guardián distinguía la sangre del clan que poseía el tesoro, comenzó a distinguir a los del clan Wen y al mismo Patriarca Yiling, permitiéndoles entrar y salir a su antojo sin ser atacados. 

- Inteligente… pero no me han explicado cómo llegaron ustedes aquí. – las hermanas se miraron. 

- Para evitar que los amuletos cayeran en manos de otros, los envió lejos antes del asedio. 

- Pero eso lo dejaba sin protección – contrarió de inmediato, ellas asintieron. 

"¿Es que acaso él no quería protegerse?” como si pudiese leer sus pensamientos, contestó Dai Na. 

- La persona que encabezaba el asedio era como un hermano para él, todas las sectas comandaron sus ejércitos para atacarlo, él pudo haber dado una batalla ejemplar a sus antiguos amigos pero… - su voz se evaporó formando solo un susurro al decir las ultimas palabras. 

- Ya nadie quería más, estaban cansados. – finalizó su frase Dai Yian. 

El silencio se instaló por varios minutos en la cueva y Wei WuXian se preguntó ¿Qué tanto había sufrido el Patriarca Yiling para terminar rindiéndose frente a una protección por la que había dejado todo? 

- ¡En fin! – los rizos del fantasma se movieron cuando esta se puso de pie energéticamente – puedes llevarte esa cosa, pero no te será fácil, se ha quedado atrapada y por más que intentamos moverla simplemente no pudimos. Se instaló tan cómodamente en estas aguas que nos alumbra la cueva por simple amabilidad. - el quinceañero frunció el ceño dudando que lo último fuera cierto. 

- ¿De verdad no se opondrán si quiero llevármelo? ustedes desaparecerán si lo destruyo, no podría salvar sus almas si están dentro de esa cosa... – Ambas hermanas y el hombre en pedacitos se miraron antes asentir al mismo tiempo. 

- ¿Qué más da? Hemos pasado centenares de años aburridos y soportándonos, ha sido tortura suficiente. – si los fantasmas estaban dispuestos a permitirle llevarse el amuleto y desaparecer voluntariamente luego, él no se opondría. 

- Bien. – asintió y se dirigió al medio de la cueva con un humor optimista – si él amuleto físico está atrapado, supongo que la única forma de llevármelo es invocar al supuesto guardián y suprimirlo. 

- Él atacará una vez lo liberes. – Wei WuXian asintió sabiendo que eso sucedería, hizo una reverencia amistosa y agradecida hacia los fantasmas y camino hasta la salida de la cueva. 

- Nos veremos luego entonces. 

- Cuidado – dijeron ambas hermanas fantasmas. – entonces él quinceañero se arrojó al agua fuera de la cueva. 



- ¿Estás segura de que es mejor no decirle? – preguntó Dai Yian a su hermana. 

- Sí, se enterará cuando sea el momento supongo. 

- Mmmgfmf – protestó el fantasma cuya piel se despedazaba. 

- Tú cállate. – ordenaron ambas al unísono. 





Wei WuXian nadaba alrededor de la gran cueva, no le fue difícil encontrar el punto de acceso exterior donde estaba el amuleto atascado, ya que desprendía una gran cantidad de aura resentida al punto en que la luz era detectable visualmente. 

Entrando por algunos agujeros ente las rocas se acercó todo lo que pudo a la luz, pero no había forma de que pudiese tocar directamente el amuleto aunque claro que eso no sería necesario si su idea era simplemente invocar a lo que suprimía. Agradecido de que Shaymin le hubiera facilitado material de estudio sobre el cultivo demoníaco, se mordió con mucho esfuerzo el dedo y dibujo entre la densa energía resentida unos trazos de atracción, entonces las rocas que lo rodeaban comenzaron a temblar. 

“Mierda.” 

Se movió rápidamente para escapar del lugar, pero sobre él se despedazó una gruesa roca que amenazaba con golpearlo desde arriba, se volteó para nadar hacia otro lado pero estaba absolutamente oscuro, fácilmente podía chocar con algo que lo matara. 

“Mierda, mierda, mierda” aún nos decidía qué hacer cuando la cueva sobre él se desmoronó por completo y los gruesos trozos de rocas comenzaron a caer sobre él, levantó el rostro para encontrarse con una a tan solo centímetros de su cabeza, sin poder reaccionar a tiempo se preparó para el impacto sin embargo y para su sorpresa fue jalado hacia atrás con violencia, no pudo voltearse para asegurarse qué era lo que lo llevaba con tanta prisa hacia arriba pero siendo empujado de esa manera vio a la distancia como un enorme capullo se desprendía de entre las rocas y subía hasta la superficie rodeado de una densa capa de aura resentida, solo unos segundos después su piel sintió el impacto del aire. 

¡Por fin había salido del agua! Volteando para ver a su salvador se encontró con un rostro inexpresivo y esbelto que respiraba agitado. 

- ¡Lan Zhan! – notando que el cielo estaba alumbrado pensó en que quizás llevaba demasiado tiempo atrapado en la cueva, iba a hacer una broma con respecto al susto que debió darle a Lan WangJi despertar sin él a su lado y sus posibles expectativa sobre la cantidad de problemas en que debía haberse metido Wei WuXian durante esas horas, pero entonces vio al enorme capullo sobre sus cabezas - ¡Lan Zhan rápido! Yo iré hasta tierra firme y me llevaré a esa cosa antes de que ataque algún barco, tú, ve a buscar a los chicos. – con agilidad se volteó para comenzar a nadar en dirección contraria pero Lan WangJi tomó la ropa mojada de su cuello y lo jaló hacia él - ¿Qué? ¿Qué pasa? – preguntó con rapidez sintiendo la adrenalina en todo el cuerpo ¡ellos debían moverse rápido, esa cosa era peligrosa! 

- Juntos. Wei Ying tiene que estar donde yo esté. – a pesar del frío Wei WuXian sintió las mejillas calientes, reconoció sus propias palabras dichas horas atrás y se rio olvidando todo cuando sus brazos rodearon el cuello de Lan WangJi. 

"Le tomó peso a mis palabras... ah... ahora, está tan cerca... tan cerca..." 

Esperaba que Lan WangJi no se distrajera con la misma facilidad que él o podrían terminar muertos fácilmente en cuestión de minutos. 

- Lan Zhan, por lo que sé, esta cosa sobre nuestras cabezas podría matarnos… ¿No hay nada que te gustaría hacer antes de morir? – aunque este solo era uno de sus miles de intentos de provocarlo notó que la mirada en el mayor estaba siendo especialmente aprensiva. - ¿Estabas preocupado por mí? ¿Llevas buscándome mucho tiempo? ¿Cómo me encontraste? – Lan WangJi tanteó con su mano en la zona baja de su túnica que estaba sumergida y encontrando algo lo levantó, una piedra blanca brillaba con fuerza. – ¿Eh? ¿Por qué la piedra zen está ahí? ¿La cosiste a mi traje? ¿Por qué? – el segundo maestro Lan soltó la piedra y lo miró unos segundos, el alivio se dibujó en su rostro y con un dedo levantó el mentón de Wei WuXian. 

- Estas aquí. – el quinceañero le sonrió. 

- ¿Y dónde más estaría? – antes de poder decir algo más los labios fríos y húmedos de Lan WangJi rozaron los suyos, sorprendiéndolo por completo Wei WuXian ahogó un gemido en su boca, ¡Estaba siendo besado! ¡Realmente estaba siendo besado! 

Queriendo prolongar el momento el quinceañero se abrazó con fuerza a su cuello uniendo con mayor presión sus labios, Lan WangJi cruzó sus manos en su espalda mientras su lengua se abría paso en la caliente boca de Wei WuXian. El menor sintió que veía estrellas, ¿Cómo podía sentirse tan placentero un simple roce de su lengua? Si bien él no era un experto no se quedó atrás siguiendo los movimientos de Lan WangJi, inclinó su rostro a la derecha cuando el mayor se acomodó a su izquierda e hizo caso omiso cuando chocó sus dientes involuntariamente con los del otro, como si nada pudiese distraerlo sus sentidos se cerraron alrededor de Lan WangJi; su aroma, la humedad y calidez de su boca, la suavidad de sus labios, escuchar su respiración, su tacto, todo en su mente era Lan Zhan. Queriendo aferrarse más a él, enredo sus piernas bajo el agua a través de las túnicas y lo abrazó más fuerte, esperaba que el mensaje fuera claro “no me sueltes”. 

En medio de la marea que se convirtió su beso leves sonidos entraron a su consciencia pero eran expulsados con cada nueva caricia de una lengua insistente, no quedándose atrás siguiendo su paso y estando regocijándose internamente por la obviedad con la que Lan WangJi estaba exigiendo más de él y él estaba absolutamente a voluntad de esas exigencias, ambos parecían expulsar todo del otro que no fuera más que sí mismos. Hasta que los gritos se acercaron cada vez más y finalmente Lan WangJi se apartó, no sin antes morder fervientemente su labio inferior. Wei WuXian apoyó su rostro en su pecho mientras se recuperaba, las mejillas le ardían y por el golpeteo que podía escuchar bajo aquella piel y húmeda túnica podía saber que Lan Wangji estaba en las mismas condiciones emocionales con él. 

“¿Por qué esperó tanto por esto? Se sintió tan bien… su boca es tan caliente...” 



- Wei Ying… - llamó el segundo maestro Lan en un tono que dejaba claro que no era su primer llamado. 

- ¿Ah? ¿Qué? – disipando la niebla de su cabeza obtuvo la respuesta antes de mirarlo, los gritos que solo habían sido ecos en su mente ahora resonaban con fuerza. 

- ¡Ayudaaa! – la voz de Mo XuanYu lo hizo girarse hacia el barco que estaba repleto de ghouls acuáticos. 

- Oh, cierto. Hay que… ir por esa cosa – su voz sonaba extraña en sus propios oídos, sumamente distraída. Lan WangJi lo miró preocupado. – ¿Un besito más antes de ir? – pidió con un puchero pero como ya se esperaba Lan WangJi subió a bichen con él a cuestas, ignorando completamente su petición. De todas maneras, Wei WuXian sonreía.