Lan SiZhui tenía evidentemente mejor cultivo que OuYang ZiZhen, por lo que su vuelo fue lo suficientemente veloz como para sobrepasarlo mientras ambos seguían a Jin Ling por el cielo nocturno. Aun así, ninguno alcanzó al menor hasta el amanecer, si bien Yunmeng no estaba tan lejos los tres jóvenes sobrevolaron en círculos por toda la provincia de Hubei hasta que el cansancio los consumió dejando del todo a OuYang ZiZhen atrás, y haciendo que por fin después de tantas horas Lan SiZhui pudiera acercarse a Jin Ling lo suficiente como para jalar su túnica hasta hacerlo caer.
En medio de la caída el joven Lan recibió un empuje de parte del menor, quien parecía golpearlo sin demasiada fuerza pero con la clara idea de interponer espacio entre ellos, Lan SiZhui ignoró esto y lo jaló hacía él hasta abrazarlo con fuerza, mientras caían y las ramas de los árboles les astillaban y golpeaban, Jin Ling fue protegido por la completa silueta del mayor, quien también amortiguó la caída con su propio cuerpo.
Cuando un leve quejido salió de los labios apretados de Lan SiZhui, el menor notó que este había recibido el impacto con toda la fuerza que traía por la altura más su peso agregado. Al levantarse miró con preocupación al discípulo Lan y con una rápida mirada se percató de que no hubiese sangre o fracturas en sus extremidades.
- ¡SiZhui, ¿Cómo pudiste hacer eso?! – regañó, sin embargo no pudo continuar con su indignación cuando el mayor lo abrazó de improvisto y lo hizo girar en el suelo, posicionándose sobre él al momento en que las dos espadas caían y se clavaban con un sonido amortiguado en la tierra. Jin Ling notó que casi habían muerto por culpa de sus propias espadas y soltó un suspiro antes de notar el cuerpo del mayor sobre el suyo.
- ¿Estás bien? – preguntó el joven Lan mirando hacia abajo, inclusive entonces parecía no haberse percatado de la posición de sus cuerpos, aunque Jin Ling solo estaba concentrado en la manera en que sus piernas se habían acomodado tranquilamente para permitir que el mayor pusiera una entre las suyas. El rojo casi salvaje en sus mejillas fue lo que le dio un indicio a Lan SiZhui sobre lo que ocurría y pronto sus propias mejillas reflejaron las del menor.
- ¡Muévete! – gritó Jin Ling sin mirarlo, sin embargo Lan SiZhui no se movió. - ¿Qué esperas? – como una respuesta recibió un beso suave en la frente, inseguro miró al joven Lan quien le mantuvo la mirada antes de besarle con la misma suavidad y lentitud una mejilla, luego la otra. Jin Ling tragó saliva y aferró sus manos a su túnica para apretar sus puños. Por un momento considerablemente largo no pudo pensar en nada, ni en sus odios, ni en los planes que tenía un par de minutos atrás. Entonces cerró los ojos esperando que SiZhui lo besará en los labios, sin embargo el mayor solo besó suavemente su nariz y permaneció sobre él contemplando su rostro con los ojos cerrados. Al notar que el momento no llegaba, Jin Ling abrió los ojos. - ¿Q-qué?
- ¿Me odias?
- No – respondió sin pensar, de manera automática.
- ¿Aunque sea un Wen? – le recordó.
Jin Ling bajó la mirada para intentar concentrarse, tener a Lan SiZhui tan cerca definitivamente le afectaba la lógica, ¿Lo odiaba? Si era así no debía sentir su corazón latiendo desaforadamente por tenerlo tan cerca.
- No te odio – susurró. – pero te odiaré si no me besas – agregó en un tono que aludía amenaza, aunque en palabras que Lan SiZhui no pudo considerar de otra manera más que perfectas. Entonces lo besó, no como lo había besado antes con cuidado y concentración, esta vez lo besó con tanta insistencia y anhelo que ambos parecieron despertar cierta hambre que desconocían. En cuestión de segundos Jin Ling estaba abrazándolo con fuerza desde su posición, empujándose contra él y sosteniéndolo tan cerca como pudiera, Lan SiZhui también se frotó contra el menor y dejó caer su peso sobre él mientras los labios comenzaban a arderle, la fuerza desmedida de ambos solo sirvió para dejarle la comisura de la boca por completo enrojecida. Respiraron agitados cuando se separaron, respirando grandes bocanadas de aire en tanto la frente de Lan SiZhui se apoyaba en la cálida mejilla del menor.
Cuando el joven Lan suspiró profundamente, Jin Ling enredó sus dedos un poco temblorosos en sus cabellos e iba a decir algo en tanto divagaba pero una idea le cruzó los pensamientos y lo hizo aterrizar.
- ¿No estarás haciendo esto solo para salvar a Wei WuXian? – preguntó con tanta rapidez que las palabras se atropellaron las unas con las otras.
Lan SIZhui levantó la vista y frunció el entrecejo, sí estaba ofendido, al punto en que no sabía qué decir, entonces aprovechando la posición en la que estaban, chocó su frente con la de Jin Ling para darle un cabezazo.
- ¡Aaaah! – Jin Ling saltó de inmediato y de un empujón quitó al joven Lan de encima de sí - ¿Qué te pasa?
- ¿Por qué eres tan cabezota? - el menor abrió los ojos de la sorpresa, ¿Alguna vez había oído a Lan SiZhui hablar de esa manera? Estaba seguro de que no, de pronto pensó un poco en ello y comenzó a reír, su risa se extendió por lo largo del prado donde habían aterrizado, para sorpresa de ambos no solo estaba riendo sacudiendo los pies y las manos, sino que fue víctima de un gran ataque de risa.
Lan SiZhui se sintió perdido.
- ¡No puedo creer que el primer insulto que digas sea “cabezota”! ¿Cómo es posible que los Lan sean tan aburridos hasta para esto? – logró decir antes de volver a reír por un largo rato. – ¡¿Cómo fue que me enamoré de alguien así?! – con otra risa fuerte más finalizó la frase y entonces enmudeció. Miró a Lan SiZhui con ojos asustados y este lo miró de la misma manera.
Cómo si no hubiera sido consciente del peso de sus sentimientos hasta que los verbalizó, se sintió muy avergonzado y cuando estaba por comenzar a correr fue nuevamente detenido por el fuerte brazo del joven Lan, quien nuevamente lo empujó hasta su abrazo.
- También yo – susurró ahogando su tono con el hombro de Jin Ling en tanto lo sujetaba con fuerza – también yo.
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Mientras OuYang ZiZhen permanecía solo en un bote en las cercanías del Muelle del Loto, notó que dos figuras conocidas cruzaban el cielo y silbó hacia ellos.
Jin Ling y Lan SiZhui compartieron una mirada antes de ir hasta él.
- No vuelvas a silbarme, no soy un perro - le atacó Jin Ling en cuanto puso sus pies en el bote, entonces OuYang ZiZhen se arrojó sobre él y lo sostuvo con fuerza - ¿Qué haces? – antes de que pudiera hablar nuevamente le tapó la boca con la mano.
- ¡SiZhui rápido! ¡Dame algo con qué atarlo!
- ¡Mmmgnngnnnmg! – Jin Ling se sacudió mientras era sostenido y enmudecido hasta que logró acomodar sus labios lo suficiente como para darle una gran mordida al otro. - ¡Aaaaaaaaaaaah! – OuYang ZiZhen de inmediato quitó su mano y lo soltó.
- No será necesario – le dijo el joven Lan con cierto rostro apenado.
- ¡No le haré nada a Xian SanRen, estúpido! ¿Por qué crees que estaba con SiZhui en vez de con mi tío? – le gritó el más joven a OuYang ZiZhen quien se sostenía la mano y la soplaba.
- ¿Por qué no lo dijiste antes? – le respondió – ¡No era necesario morder mi manito!
- ¿Acaso me diste la oportunidad de hablar?
Lan SiZhui suspiró una vez más.
- Volvamos, tal vez ya se hayan ido de cacería sin nosotros. – sugirió el mayor.
- ¿Eso quiere decir que Jin Ling no atacará al hermano Xian? – preguntó el joven OuYang con sorpresa, el joven en cuestión bajó la mirada.
- No lo hará – aseguró el mayor. – Ha prometido esperar a escucharlo a él y a HanGuangJun.
- ¿Eh? ¿Y por qué ese cambio de opinión?
- Solo creí que podría darle el beneficio de la duda, ya que me salvó en la montaña. – ante la respuesta de Jin Ling, el joven OuYang lo miró con sospecha.
- ¿No te habrá convencido SiZhui con besos? – molestó, sin embargo al notar que los dos jóvenes no respondían y que por el contrario sus rostros parecían estar en medio de una metamorfosis para convertirse en tomates, OuYang ZiZhen soltó una carcajada y les rodeó los hombros con los brazos – Já, parece que están creciendo rápido. Vamos, tenemos que salvarle el trasero a JingYi o recibirá nuestro castigo por haber desaparecido en medio de la noche, tal vez tenga que bailar desnudo en medio de cadáveres feroces en los túmulos funerarios o algo así – divagó, mientras que la pareja se subía a sus espaldas y con total acuerdo lo dejaron atrás.
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Los túmulos funerarios eran como un laberinto o eso había comenzado a pensar mientras era incapaz de recordar el camino hacia la salida. Había seguido al niño de ojos grandes hasta este lugar y de pronto había desaparecido, sin indicarle qué quería o hacia donde iría, Wei WuXian ya estaba comenzando a pensar que el amuleto había escapado en un lugar donde no podría ser encontrado y es que justamente, la atmósfera resentida cubría cualquier presencia, incluso los amuletos que llevaba consigo temblaban cada tanto como si un imán los atrajera hasta el suelo.
Había visto algunas cuestiones extrañas dentro del lugar, la más escalofriante fueron las manos de cadáveres que aparecieron desde la tierra, como una flor brotando ante un llamado, pensó que jalaría sus pies y sería tragado por la tierra hacia algún tipo de núcleo montañoso, sin embargo estas manos solo parecieron crear un estrecho camino por el que dudosamente se vio obligado a avanzar. Y paso a paso su sentido de orientación se nubló del todo, no podía volver solo le quedaba avanzar.
Algunos cadáveres feroces caminaban por el lugar, sin embargo lo miraban con cierto reconocimiento y luego continuaban su camino, ni una sola vez fue atacado a pesar de que sí desenvainó su espada para defenderse. Se sentía perdido mientras recorría lo que parecía haber sido un lugar habitado décadas atrás.
Las ruinas de una casa quemada se mimetizaban con el lugar, los troncos tenían fuego hasta gran parte de su altura y el resentimiento parecía condensarse alrededor de ciertos puntos específicos. Wei WuXian pudo comprender que era donde habían ocurrido los últimos asesinatos, dejando cuerpos enterrados sin mucha profundidad cuyas almas permanecían encerradas frente a tanta energía yin.
“Definitivamente es un lugar horrible para vivir.” Se dijo así mismo en lo que observaba con sospecha una cueva un tanto alejada de las ruinas quemadas. Desde afuera el lugar era oscuro sin embargo los amuletos reaccionaron con tal fuerza que lo arrastraron adentro.
- Mierda, si esto es una trama… ¿Quedará mi alma atrapada aquí para siempre? – susurró mientras se sujetaba a las paredes. – No, no, Lan Zhan liberará mi alma – se dijo con una seguridad que no lo tranquilizaba en absoluto.
- ¿Qué haces? – preguntó una voz femenina conocida detrás de él.
- ¿Está jugando? – preguntó otra.
Cuando Wei WuXian se giró vio a solo un centímetro de sí, los rostros fantasmales de las hermanas Dai, se tragó miedo que le había subido hasta la garganta por la sorpresa, notó cómo el niño de ojos grandes se encaramaba a la espalda de Dai Na. Todas las presencias reunidas en los amuletos se habían presentado dentro de la cueva, aunque no fueran tangibles y definitivamente no estaban en posición de ataque o defensiva, estaban presentes de modo que Tie el hombre mortadela, se mantenía atrás junto al capullo que se encontraba girado en dirección a un estanque de sangre.
- ¿Cómo es que salieron? – preguntó confundido. Dai Yian le respondió.
- Este es nuestro hogar, el resentimiento nos fortalece – explicó sin problemas.
- Entonces no fue tan buena idea venir aquí… - miró con desconfianza el capullo.
- No te preocupes – respondió esta vez Dai Na – no te atacará, está demasiado ocupado sintiendo la sintonía de este lugar.
“No fue tan buena idea venir aquí si los amuletos se fortalecieron.”
- ¡Tú pequeño traidor! – al apuntar al niño que descansaba en la espalda de la mujer fantasma, inmediatamente su cuerpo fue jalado hacia más adentro de la cueva, los imanes en que se habían convertido los talismanes lo dejaron tirado en el suelo en medio de la cueva.
- ¿Aún no recuerdas, verdad? – preguntó una de las hermanas.
- ¿No sabes por qué estás aquí? – preguntó la otra.
- Estoy aquí – dijo mientras se ponía de pie y se limpiaba el polvo de las túnicas – porque ese mocoso me trajo.
- No – respondieron al unísono.
- Es el amuleto restante el que te ha traído hasta este lugar. – Dai Na le indicó con un dedo hasta el tejado de la cueva, Wei WuXian lo miró y aunque a simple visto no había notado nada extraño, sus sentidos agudos le indicaron que una matriz se escondía entre bajo la densa energía resentida que parecía nublar la zona más alta.
- ¿Por qué me atrajo? – preguntó confundido, pero ninguna de las hermanas le contestó. – Bien, he venido por los amuletos de todas formas. – desenfundó a Suibian para que esta se moviera en círculos hasta alejar la energía resentida. Si bien fue más fácil corroborar que estaba en lo correcto en cuanto a la matriz, aún no lograba visualizarla con la suficiente claridad como para entender de qué se trataba, sin embargo notó un símbolo en específico que le recordó a los patrones repetitivos que dibujaba desde niño mientras entonaba una canción. Pensó un poco más en ello pensando que podía significar algo. – Cada vez que dibujaba los símbolos de cada secta entonaba una canción sin darme cuenta… - le explicó a las hermanas Dai que lo miraban con curiosidad – están los símbolos dibujados a simple vista en la matriz así que… tal vez yo podría intentar… - no terminó su idea en lo que apuntó con energía yang la matriz. El choque de energías hizo de inmediato que la tumba temblara por completo – esto suena a una mala idea – susurró pero se negó a dar un paso atrás y comenzó a recitar la canción extraña que en su infancia siempre asomaba entre sus recuerdos.
- Tu puedes – apoyaron ambas hermanas.
- El sol que me alimenta me guía hasta tu camino, si doy cinco pasos a mi izquierda puedo apreciar las nubes y tocar las aguas de las montañas – mientras hablaba dio los pasos dichos y notó que había otra pequeña matriz justo a su lado, sin pensarlo la conectó con un hilo de energía espiritual hacia la matriz - ¿Por qué molestarme en cantar o seguir tarareando, cuando los árboles murmuran su canción al viento? Ocho pasos a mi derecha y puedo derrotar tu orgullo – esta vez caminó en dirección opuesta, notó otra matriz pequeña y volvió a conectarla con las demás – No hacen falta cuerdas ni instrumentos de viento mientras mi corazón sigue latiendo, un par de lotos para derretir corazones y embellecer el alma podrían ser suficientes mientras silbo y los acomodo junto a tu cara – silbó la tonalidad que recordaba y la matriz se iluminó – esta vez son doce pasos al oeste – llegando al final del camino notó otra matriz cuyo dibujo era notablemente una orquídea, su esperanza creció y continuó recitando la canción mientras conectaba los puntos – te escapas y las orquídeas son suficiente adorno para captar mi atención, mis pies están cansados de tanto vagar ¡Pero aun así te sigo veinte pasos atrás! – devolviendo su camino notó como la matriz y los hilos de energía espiritual cobraban la forma una estrella de varios con picos cruzados. Encontrando otra conexión en el lugar indicado lo volvió a conectar – quisiera deshacerme de mi sombrero de oficial, caminar hasta el inicio de nuestro viaje y olvidar y olvidar– dijo caminando y manteniendo el hilo espiritual sujeto a sus dedos – pero el sol me trae de vuelta lo que siempre debo recordar, ¡Mi sangre es el tesoro que nadie tendrá! – al cantar la última frase estaba seguro de que funcionaría, sin embargo nada ocurrió. - ¡¿Por qué?! – susurró sintiéndose perdido, aunque también tenía otra incógnita y miró a las hermanas Dai - ¿Por qué es esta canción? ¿Por qué sé esta canción? – preguntó aun sosteniendo los hilos.
- Es una canción que aludía a todas las sectas, se transmitía por generaciones y solo la sabía una rama de la familia Wen – contestó Dai Na mientras dejaba al niño de ojos grandes en el suelo – la gente que vivía aquí la cantaba todo el tiempo y como probablemente moriría aquí con ellos si es que eran atacados, creíste que sería una buena opción para sellar el amuleto más fuerte.
- Y te gustaba el final dramático – agregó la hermana mientras se encogía de hombros.
- ¿Yo? ¿Era amigo del Patriarca Yiling en mi antigua vida, verdad? – preguntó, pero las presencias fantasmales solo lo miraron en silencio, notando que no tendría esa respuesta continuó con otra - ¿Entonces por qué no funcionó?
- Falta un paso – indicó Dai Yian – tienes que activar la matriz debajo de tus pies.
- ¿Qué? – miró sus pies notando el evidente dibujo que a diferencia de todas las otras matrices, era el único que no estaba oculto. - ¿Y cómo? – antes de que alguien pudiese decirle algo con respecto a ello, le hizo sentido lo que dijo Dai Yian sobre el final de la canción “mi sangre es el tesoro que nadie tendrá”, le ordenó a suibian cortar su mano y derramó la sangre sobre la matriz, entonces la cueva completa se iluminó de un fuerte y cegador rojo pero como si todo se hubiera apagado de un segundo a otro, Wei WuXian solo se vio envuelto por oscuridad.
“¿Qué pasó?” se preguntó conteniendo el aliento, entonces una suave voz lo llamó a sus espaldas.
- ¡A-Xian! – la voz era tan característica a sus oídos que ni siquiera terminó de girarse antes de gritar con absoluto reconocimiento.
- ¡Shijie!
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Nota:
La canción que dice Wei WuXian, es mitad un poema antiguo chino de Sun Cho de nombre “Convocando al recluso” y mitad invento mío.