Lan WangJi estaba exhausto, sus rodillas cedieron mientras sentía la mente nublada y los oídos le zumbaban. No pretendía rendirse, no quería hacerlo, no podía permitirse el lujo de caer, pero ya era tarde cuando se dio cuenta de que lo había hecho.
Se había rendido frente al agotamiento, su mente tampoco estaba mucho más activa y se preguntó si sus tantos años de entrenamiento habían sido suficientes o si es que solo se había oxidado desde que Wei Ying se marchó quince años atrás, no podía concebir la idea de que nuevamente no había podido proteger a quienes quería, Lan Yuan estaba a tan solo unos centímetros detrás de él y tenía que protegerlo, con su propia vida de ser necesario. Por el reflejo de su espada notó que alguien se acercaba, un ataque directo en aquella postura le quitaría la vida antes de un suspiro, pero sus reflejos no respondieron y sintió que el corazón se le congelaba a la espera del golpe. Entonces y para su total sorpresa, unos amables brazos lo rodearon con fuerza, lo protegieron y antes de que pudiese sentir alivio por la sensación la realidad lo golpeó. Esos brazos se estaban sacrificando por él.
- ¿Wei... Ying? ¡Wei Ying! – no se preocupó por lo asfixiada que sonaba su propia voz en el momento en que el peso del quinceañero que lo abrazaba se recargó completamente en él, la sangre brotaba por el suelo en cantidades exorbitantes. – no... no, Wei Ying – llamó nuevamente mientras comenzaba a sacudirlo con la poca fuerza que le quedaba, sin embargo no hubo respuesta alguna, a su alrededor todos enmudecieron.
Lan WangJi alejó un poco a Wei WuXian de él para dimensionar la herida, entonces notó que la espada le había atravesado el pecho, precisamente, el corazón. Wei WuXian ya no tenía pulso, no respiraba ni había el más mínimo signo de vida en él.
- ¿Wei Ying? – volvió a preguntar, lo sacudió de manera menos cuidadosa en un ilógico intento de hacerlo despertar, él mismo comenzó a negar con su cabeza y es que la idea se le hizo inconcebible. – Por favor...
Lan SiZhui se acercó a rastras al lado del segundo maestro Lan, no pareció percatarse del estado de este e incluso él mismo no estaba mucho menos impactado, con sus propios ojos observó el rostro del quinceañero ya pálido y frío, cuyos labios comenzaban a volverse levemente purpura. Lan SiZhui se cubrió la boca, como si con ello quisiera mantener dentro el sollozo que lo ahogaba. Frente a él, el segundo maestro Lan abrazó con fuerza a Wei WuXian y escondió su rostro entre sus cabellos flácidos.
Alrededor un par de hombres rompieron el silencio, preguntándose si acababan de presenciar a un joven Patriarca Yiling sacrificándose por HanGuangJun, él mismo cultivador que había realizado el ataque se estaba preguntando si aquel joven hombre realmente era el Patriarca Yiling. Los murmullos alrededor de los túmulos funerarios se hicieron cada vez más bulliciosos y un hombre de túnicas doradas tomó los amuletos que habían resbalado de entre las ropas del joven Wei WuXian mientras Lan WangJi lo balanceaba entre sus brazos, aún sin notar nada de lo que sucedía a su alrededor.
- ¡LianFangZun! – se escuchó decir a un hombre que bajaba velozmente de su espada. Su She se acercaba a prisa y con el rostro notoriamente agitado. Al mirar la escena no pudo evitar sonreír.- Así que ya se libró de él. – dijo con notable alivio, pero por su lado Jin GuangYao quien sostenía los amuletos en su mano simplemente se mantuvo con el ceño fruncido.
- ¿Dónde está Xue Yang? ¿Aún sigue en la batalla?
- Ah, él... – Su She apretó un poco los ojos antes de negar con la cabeza, a su lado el líder de secta Jin lo comprendió de inmediato y solo suspiró.
- Esto es malo.
- ¿Por qué lo es? – preguntó Su She a susurros, notando que algunos cultivadores estaban murmurando demasiado cerca de ellos. – Con el Patriarca Yiling muerto, Los Jades agotados y el líder de secta Jiang sin poderes espirituales, no podría ser un mejor escenario, LianFangZun. – la voz de Su She sonó tan excitada que aquello solo pareció molestar aún más a Jin GuangYao.
- Yo no quería que asesinaran a Wei WuXian – soltó con amargura en voz baja – ahora no podré utilizar todo el potencial de los amuletos.
- ¿Qué? ... Pero puede tomar su sangre, la hay por montones, yo mismo me encargaré de que HanGuangJun no se oponga. – dando un paso adelante fue bruscamente detenido por Jin GuangYao.
- Los amuletos solo sirven con la sangre viva de Wei WuXian. Está muerto, ya no sirve.
- Pero... ¿Si quiera un poco? El delincuente había dicho...
- Xue Yang dijo que podían servir con algunos sacrificios y rituales, pero ni siquiera así podríamos utilizar todo su potencial. – Jin GuangYao chasqueó la lengua. – Bien, ya no hay tiempo, continuaremos con el plan. – luego de aquellas palabras, el líder de secta Jin comenzó a alejarse lentamente del lugar.
- ¿Wei WuXian? – una voz destacó por sobre las demás, en medio del tumulto de cultivadores un líder de secta con poca energía espiritual se abrió paso.
- ¿Es el líder de secta Jiang? ¡Sí lo es! – gritó el líder de secta Yao – ¡Líder de secta, enhorabuena, hemos liquidado al terrible Patriarca Yiling por segunda vez! – luego de gritar aquello varios cultivadores comenzaron a celebrar el hecho, algunos gritando y levantando los brazos y otros aplaudiendo, Jiang Cheng se quedó estupefacto varado en la mitad del lugar observando cómo un hombre con túnicas blancas ensangrentadas abrazaba fuertemente a un cuerpo inmóvil con túnicas negras. Fue en aquel momento en que algunos notaron quienes estaban detrás de él - ¡Es Wen Ning!
Jiang Cheng los ignoró y se acercó a paso lento al segundo maestro Lan, cuando estuvo lo suficientemente cerca como para corroborar la identidad del cuerpo de túnicas negras dio dos pasos atrás y una mano se posó en su hombro. Volteó a mirar a Lan XiChen, que había notado lo mismo que él, no había duda alguna, era Wei WuXian.
Jiang Cheng cayó de rodillas junto a Lan WangJi.
- Wei WuXian – llamó, intentando arrebatarlo de las manos del segundo maestro Lan, pero su fuerza no se comparaba con la suya y solo logró tomar una mano de él antes de apretar los dientes y golpear la tierra con un puño. - ¡Maldición! ¡¿Cómo puedes irte otra vez?! – ante su grito, los cultivadores de los alrededores estaban confundidos. Lan XiChen a su lado, le cubrió la mano con la suya para evitar que se lastimara en otro arrebato, mientras que la otra fue a parar directamente a la espalda de su hermano, dio pequeñas palmaditas.
Lo habían intentado, pero parecía que Wei WuXian estaba destinado a tener vidas cortas.
- WangJi... - susurró cerca de su hermano, quien no parecía tener la más mínima intención de soltar el cuerpo inmóvil.
- Otra vez... - susurró la voz ronca de Lan WangJi, el dolor y el pesar impreso en cada una de sus palabras. - no pude protegerlo... otra vez, yo...
- WangJi, no es tu culpa. – susurró Lan XiChen. Jiang Cheng que se aferraba con fuerza a la mano de Wei WuXian, como si existiera la posibilidad de jalarlo hasta sacarlo del mundo de los muertos, se atrevió a hablarle a Lan WangJi.
- Siempre tuvo complejo de héroe, esa es la única manera en la que puede morir Wei WuXian... y esa... siempre ha sido su decisión.
Aquella fue la manera en la que el líder de secta Jiang pudo decirle "No fue tu culpa", mientras el mismo se culpaba por no haber llegado antes, por no haber impedido que se adelantara, porque esta vez nuevamente él no pudo protegerlo tampoco. Con la respiración pesada intentó ponerse de pie, pero se sentía tan agotado que solo se dejó permanecer allí, arrodillado junto a los jades.
Un par de gritos alertaron a Jiang Cheng y a Lan XiChen, en tanto Lan WangJi no parecía dispuesto a permitirse pensar en nada más que en el cadáver que sujetaba entre sus brazos.
- ¿Qué sucede? – exigió saber Jiang Cheng con la voz rota, sin embargo nadie le respondió notó que los cultivadores se intentaban defender, pero no podía averiguar de qué. "Wen Ning" pensó para sí mismo, estando seguro de que aquello era lo que podía asustar a tantos cultivadores, pero no lograba verlo por ningún lado ¿Dónde estaba Wen Ning? ¿Por qué se había quedado atrás? – no alcanzó a averiguarlo cuando notó que un capullo desagradablemente conocido aparecía en la escena. – ¿Los... amuletos? – Lan XiChen escuchó y revisó a tientas los bolsillos de Wei WuXian.
- No están. Alguien los está manipulando. – respondió el Lan mayor. Ninguno tenía dudas sobre quién podía ser esa persona. Jiang Cheng se puso de pie un tanto desorientado mientras intentaba lidiar con el peso en su pecho, escuchó una voz conocida murmurando algo inentendible cerca de él y de inmediato vio como Jin Ling estaba en el suelo intentando ponerse de pie. A su lado Lan SiZhui sujetaba su espada con el rostro empapado en sudor y un par de lágrimas, como si estuviese dispuesto a defender a Jin Ling hasta desmayarse, lo que evidentemente ocurriría si continuaba esforzándose en aquellas condiciones.
- ¿Qué pasó? – preguntó Jiang Cheng, tomando a Jin Ling en su espalda y cargándolo sin darle tiempo a protestar.
- Agotados... - susurró Lan SiZhui, quien pareció tener problemas para procesar que Jiang Cheng no significaba un peligro, pero una vez que no observó una actitud violenta de su parte, fue a preocuparse de si el resto de los jóvenes aún respiraban. Sabía que nadie más que el líder de secta Jiang protegería con su vida a Jin Ling.
Lan XiChen solo un poco más al norte, intentaba que Lan WangJi reaccionara, sacudiéndole los hombros y jalándole un poco.
- WangJi, de pie, esto no ha terminado. – Dijo con dificultad mientras continuaba observando a su hermano presionar con tanta fuerza el cuerpo de Wei WuXian que parecía que lo fuese a romper. Frente a ellos el capullo se acercaba con rapidez, invalidando a todo cultivador que se le acercaba, por alguna razón que ninguno pudo precisar a tiempo, la cantidad de cultivadores a su alrededor era notoriamente menor. Minutos atrás había al menos un centenar de ellos, ahora sin embargo solo podían contar un par de decenas. El capullo se posicionó frente a ellos, lo suficientemente cerca como para tumbarlos si decidía atacar - ¡WangJi reacciona! – gritó Lan XiChen mientras le sacudía los hombros, ya cansado de insistir y en un acto totalmente desesperado, levantó a Lan WangJi, quien aún cargaba el cuerpo de Wei WuXian, e intentó llevarlo a una zona segura, pero en cuanto intentó escapar notó que habían caído en una trampa.
De camino a la salida, una jaula voluminosa había sido instalada minuciosamente alrededor de ellos, no era un objeto tangible sino que más bien parecía un conjunto de hilos rojos que se cruzaban entre sí y luego se presionaban, haciendo que el espacio interior se redujera cada vez más, como si quisiera comerse a su presa.
- ¡¿Qué mierda es esto?! – gritó el líder de secta Jiang. Lan XiChen soltó a Lan WangJi quien continuaba sin dedicarle atención a su alrededor, y analizó la situación.
- ChengCheng. – llamó en un susurro, asegurándose de tener al líder de secta Jiang cerca para protegerlo de ser necesario.
- ¿Te parece que este es un momento para que me llames de esa manera? Hay niños cerca Lan Huan. – refunfuñó con el rostro enrojecido. Lan XiChen se permitió, por solo un momento, sentir calidez en su corazón antes de volver a la cruda realidad.
- El enjambre es de energía Yin, me temo que si corto alguno de los hilos el resto de ellos puede atacarnos de manera independiente.
- Nos ahorcará a todos. – dedujo Jiang Cheng.
- Exacto. – respondió una voz conocida desde un poco de distancia. Con todo el caos de alrededor, habían perdido de vista a Jin GuangYao, sin embargo este se paseaba tranquilamente con ambas manos en su espalda observando lo que ocurría. Había dos enjambres a modo de jaulas de energía yin, una con los cultivadores de sectas influyentes o relativamente considerables, y otras con el resto de los presentes, los únicos que se mantenían fuera de las jaulas pertenecían a la secta Jin con una única excepción, Su She.
Ahora podían entender porque no lograban divisar a los demás, ya que probablemente cayeron en la trama antes que ellos.
- ¿Qué está pasando LianFangZun? – preguntó el líder de secta Ouyang.
- ¿Qué no es obvio lo que sucede? – le habló el líder de secta Yao. – ¡Nos tienen prisioneros!
- No me digas – respondió con ironía el líder de secta OuYang – y yo que pensé que nos íbamos a poner a tejer.
- Cálmense líderes de secta por favor, este no es el momento para discutir – les pidió una cultivadora de voz aguda.
- Jin GuangYao – llamó Lan XiChen con notorio enfado en la voz, tanto Jiang Cheng como el resto de los líderes de secta e incluso el mismo Jin GuangYao parecieron sorprenderse por su tono y su manera de referirse a él. - ¿Qué planeas hacer? Ya conseguiste que asesinaran al joven maestro Wei, ya tienes los amuletos de energía resentida contigo, ¿Ahora qué más vas a hacer?
- ¿Qué más Da-Ge? ¿Acaso no es obvio?
- ¿De qué amuletos están hablando? – exigió saber el líder de secta Yao. - ¿Hablan del mal que acechó a las fronteras? ¡Te dije que todo era culpa del Patriarca Yiling! - pareció decirle a uno de sus discípulos.
- Wei WuXian creo más amuletos de energía resentida de los que se sabía – resumió Lan XiChen – estos no son para dirigir cadáveres ni algo parecido, pero cada uno es bastante poderoso de manera autónoma. El líder de secta Jin, durante todo este tiempo ha querido poseer esos amuletos y les hizo a saber ustedes que el joven maestro Wei estaba vivo para que lo asesinaran y así él mismo pudiese hacerse cargo de ellos sin ningún impedimento.
- ¡Ese infame Patriarca Yiling otra vez...! – gritó la cultivadora de voz aguda, abriendo un paso de murmullos en total acuerdo a su alrededor.
- Pero sí ese es el caso, no es como si hubiésemos estado en desacuerdo con el plan de LianFangZun... - murmuró el líder OuYang.
- Silencio. – ordenó Jiang Cheng en un tono siniestro, gran parte de los cultivadores además de callarse dieron un paso atrás. Jiang Cheng le habló al líder de secta Jin – Wei WuXian escondió esos amuletos de múltiples formas, todo para evitar que llegaran a las manos equivocadas, por lo que entiendo estos solo obedecen a su sangre, ¿Entonces qué logras con tenerlos sin Wei WuXian de por medio? ¿De qué te servirán? – Su She al otro lado soltó una carcajada.
- Ustedes los de clanes poderosos realmente creen que todos los otros clanes son tan inútiles. Desarrollamos una manera de utilizarlos.
- Pero no a todo su potencial, por eso ni siquiera intentaron asesinar a Wei WuXian en la secta de BaoShan SanRen, lo que deseaban era capturarlo. Por supuesto, ¿Cómo podría compararse un inútil como el líder de secta Moling Su y el hijo de una prostituta sin el poder espiritual suficiente, a una genialidad como la de Wei WuXian?
- Xue Yang. – respondió Lan WangJi con voz contenida en furia. Se había levantado mientras cargaba el cuerpo de Wei WuXian en sus manos. – fue él quien encontró una manera de utilizar los amuletos.
- Es cierto – meditó Lan XiChen – tomaron al delincuente de Xue Yang como invitado en la secta Jin, solo para hacerlo trabajar en esto. La secta Moling Su fue la que apoyó la noción. - concluyó con pesar y notable arrepentimiento en la voz.
- Já – se burló Jiang Cheng de Su She - ¿Acaso Xue Yang es de tu clan? ¿Ese delincuente fue lo más útil que había en tu secta? ¿De qué te sientes tan orgulloso? - fue en ese momento en que varias cadenas aparecieron desde el suelo y se amarraron fervientemente a las muñecas de los líderes de secta y cultivadores que estaban dentro del enjambre.
Nadie alcanzó a reaccionar, el mismo Lan WangJi se encontró incapacitado viendo como su hermano era jalado por las cadenas hacia el suelo, ambos pudieron soportar un momento más que los demás teniendo una notoria fuerza física superior, sin embargo más temprano que tarde terminaron arrodillaros junto al total de los líderes de secta.
Jiang Cheng se inclinó hacia adelante para equilibrar el cuerpo de Jin Ling que estaba acomodado en su espalda y del cual también había dos cadenas jalando de él.
- ¿Qué haces ahora? - intentó preguntar con voz estrangulada.
- ¡LíanFangZun! – amenazó el líder Yao - Se lo advierto, ¡Explíquenos qué es lo que está sucediendo!
- ¿Qué necesitas que te explique? – replicó el líder de secta OuYang esta vez - ¿Qué te está intentando asesinar? – de pronto las cadenas comenzaron a ser jaladas y los cultivadores de todo un enjambre comenzaron a ser arrastrados, Lan WangJi puso todos sus esfuerzos en tomar la mano del cuerpo de Wei WuXian y no soltarla mientras ambos eran arrastrados. La túnica de Lan WangJi fue magullada y gran parte sus mangas se rompieron, aun así él no soltó el cuerpo de Wei WuXian incluso mientras las cadenas lo llevaban hasta la cueva y comenzaban a elevarlo en el aire de modo que su espalda tocó la roca fría de la cueva, fue allí que sus dedos cesaron y soltó el cuerpo a una altura considerable, el cual cayó con un ruido sordo en una posición fetal. Su mirada se mantuvo en él, como si pudiese con los ojos traerlo hasta sí nuevamente.
No podía creer que hubiese soltado a Wei WuXian, no se convencía hasta que notó que su poder espiritual estaba siendo absorbido por las cadenas.
Jin GuangYao también le estaba quitando la poca fuerza que le quedaba.
- No te preocupes HanGuangJun – le dijo Jin GuangYao en un tono de total consuelo – no pretendo quitarte el cadáver, lamentablemente no me sirve en esas condiciones.
El hecho de que Jin GuangYao utilizara "usar" para referirse al cuerpo de Wei WuXian lo hizo querer vomitar, específicamente porque sabía que también vivo lo había hecho.
¿Cuánto tiempo jugó Jin GuangYao con Wei WuXian?
Por primera vez en su vida, estaba sintiendo grandes deseos de venganza.
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El silencio se extendía en la cueva, los cultivadores se sacudían con la poca energía que tenían pero nadie conseguía siquiera hacer titubear las cadenas.
En medio de un par de discusiones entre Jin GuangYao y los discípulos de su secta este pareció sentirse incomodo por las miradas dirigidas en su nuca. Al levantar la mirada y encontrarse con los cultivadores colgando no le fue difícil descifrar quien le dirigía tan fría vibra.
- ¿Qué pasa HanGuangJun? – preguntó una voz suave desde abajo. Jin GuangYao sonreía con amabilidad en su dirección – Te ves un poco enfermo.
Lan WangJi le dedicó una mirada de profundo odio y su tez habitualmente clara se estaba tonando un tanto verdosa, parecía estar cerca de ceder al vómito. Jin GuangYao leyó lo afectado que se encontraba por las circunstancias y prefirió dar un paso atrás en caso de que Lan WangJi cediera al asco y casualmente salpicara en su dirección.
- No me mires así, yo no soy el único culpable después de todo. – comenzó a decir en su defensa – te recuerdo que hace quince años no hiciste lo suficiente por Wei WuXian, considerabas honorable que se sacrificara por proteger a los sobrevivientes Wen pero aún así no lo apoyaste, lo juzgaste y lo abandonaste, como todos. No eres mejor que nadie HanGuangJun.
- ¡Jin GuangYao! - gritó Lan XiChen en un tono furioso – ¡No te atrevas a compararte con WangJi! La simple idea insulta a cualquiera con un poco de moral. – finalizó con los dientes apretados. El líder de secta Jin evitó mirar directamente a Lan XiChen quien colgaba de uno de los extremos de la cueva.
- No pierdas tiempo con él Lan Huan – gritó Jiang Cheng – él sabe que planeó todo esto, pero prefiere comportarse como una jodida escoria hasta el final, buscando que los demás sientan un poco de culpa por sus actos. – ante estas palabras el líder de secta Jin sonrió y sí volteó a mirarlo fijamente a él.
- ¿Por qué se cree superior a mí líder de secta Jiang? Wei WuXian te dio su núcleo dorado, renunció al mundo de la cultivación que tanto lo estimaba y adoraba solo por ti, ¿Para qué? ¿Para que luego tú le dieras la espalda? No solo le diste la espalda e ignoraste que vivía en este horrible lugar lleno de cadáveres donde a duras penas sobrevivía del hambre, sino que luego fuiste tú quien planeó y llevó a cabo su muerte. Já – carcajeó – ¡Ni siquiera contento con eso, buscaste cada pista para asegurarte de que jamás volviera al mundo de los vivos! ¿Y ahora crees que tienes el derecho de preocuparte por su vida? La cual por cierto, se acabó, si no te has dado cuenta. Nuevamente se acabó porque Wei WuXian no tenía núcleo para defenderse, incluso hasta esta vida lo siguieron los sacrificios que hizo por ti así que estimado líder de secta Jiang, usted es quien debe estarse ahogando en culpas, yo solo destruí un mal de raíz.
Los murmullos alrededor de la cueva no se hicieron esperar, Jiang Cheng apretaba los dientes de una manera tan intensa que estos crujían bulliciosamente.
- ¿Cómo te enteraste de todo eso? – preguntó Lan XiChen, notando como Jin GuangYao tenía más datos que incluso él sobre el núcleo de Wei WuXian.
- Por el adorable momento de hermanos que tuvo lugar fuera de la secta de BaoShan SanRen. Xue Yang tenía un oído muy agudo, nos mantuvo informados en un comienzo. – aduló.
- ¡Ni siquiera te avergüenzas de lo que has hecho A-Yao! – Lan XiChen levantó la voz de una manera inusual, notó que había vuelto a llamarlo con aquel apodo cariñoso y también debió presionar los dientes en tanto se repetía que la persona en frente de él nunca había sido quien el consideró su hermano jurado.
- ¿Cambia algo si lo hago Da-Ge? En momentos como estos, nada podría agravar más las circunstancias, decir o no la verdad no cambiará el final de esta situación.
- Eso quiere decir que el bastardo está pensando en asesinarnos. – murmuró Jiang Cheng entre dientes.
Jin Ling, quien había estado colgando de las cadenas en un estado de semiinconsciencia, pareció recobrarse justo en el momento en que gritos desesperados llenaron hasta la cueva.
- ¿Qué está sucediendo allá fuera? – preguntó el líder de secta OuYang casi al mismo tiempo en que Su She entró en la cueva.
- LianFangZun los amuletos funcionan perfectamente, en menos de cinco minutos no quedará nadie dentro del enjambre. Prueba exitosa.
- ¿Tío? – la voz de Jin Ling hizo eco en la cueva – Jin GuangYao se giró a mirarlo luego de asentir en dirección a Su She - ¿Por qué estás haciendo esto?
Jin GuangYao le dedicó una mirada ingenua antes de cambiarla a una un tanto más lastimera.
- Oh Jin Ling, temo que te hayas involucrado en esto, no estabas incluido en mis planes pero, ya que tú tío te arrastró junto con él no tuve más alternativa.
- ¡Entonces déjalo ir! – le gritó Jiang Cheng.
- Puedo dejarlo ir, siempre y cuando él decida estar de lado de la secta Jin y no de la secta Jiang, así que toma pronto tu decisión Jin Ling o podría ser demasiado tarde.
En ese momento Jin Ling miró hacia su costado donde colgaban encadenados los cuerpos inconscientes de sus amigos, sabía que estaban vivos pero el agotamiento había hecho lo suyo con ellos, dedicó especial atención a Lan SiZhui que permanecía con los ojos cerrados en tanto el sudor le goteaba por la barbilla.
- ¡¿Qué estás esperando?! – le gritó Jiang Cheng furioso – ¡Serás un líder de secta, elije tu secta de inmediato! ¿Qué tienes que pensar?
- ¡Pero tío! – Jin Ling sabía que no debía decir sus dudas en voz alta, no en frente de Jin GuangYao, también entendía que tenía la oportunidad de poder detener o ayudar si es que sus manos no estaban encadenadas, aun así, vocalizar que elegía su secta era no solo decidir el lado de un líder que claramente no tenía escrúpulos en asesinar a la totalidad del mundo del cultivo en un abrir y cerrar de ojos, sino que también sería renunciar a la dignidad que siempre quiso demostrar haciendo lo correcto. Su padre definitivamente no se sentiría orgulloso de él si fingía obediencia para salvar su vida.
... Aunque tal vez podría entender que haría lo necesario por intentar salvar la vida de su persona especial.
- Jin Ling – advirtió Jiang Cheng en un tono contenido – Un líder de secta debe ser inteligente y siempre elegir su secta por sobre todas las cosas. – las últimas palabras estuvieron demás, un leve adorno para, en el mejor de los casos, entrar en los oídos de Jin GuangYao como un convencimiento para salvar su vida pero por supuesto que el mensaje que captó Jin Ling fue "sé inteligente, libera tus manos y ayúdanos en cuanto sea posible". Tomando una gran bocanada de aire, miró a su tío Jin.
- Elijo mi secta.
Jin GuangYao asintió en reconocimiento, en un chasquido de sus dedos las cadenas de Jin Ling comenzaron a descender, aquello les mostró a todos la gran habilidad que Jin GuangYao tenía con el cultivo demoníaco, si bien no parecía haberse involucrado con las técnicas más poderosas cuyo resultado se veía reflejado en distorsiones del carácter, era notorio que había desarrollado las más prácticas que definitivamente debían ser más complejas si no todos los aspirantes al cultivo demoníaco las podrían realizar... eso, o es que tenía las notas de Wei WuXian para ejemplificarlas.
– Su She, bloquea sus poderes espirituales, no podemos asegurarnos de que mi pequeño sobrino no cambie de opinión.
Jin Ling y Jiang Cheng bufaron al mismo tiempo y los poderes de menor fueron sellados, dejándolo en una situación completamente inútil.
Los gritos de los cultivadores cesaron abruptamente, quienes estaban dentro de la cueva permanecieron apretando sus dientes en una mezcla de pesar, frustración y miedo al anticipar cuál sería el final que correrían ellos.
La voz de Lan WangJi rompió el silencio.
- ¿Por qué? – exigió saber, Jin GuangYao leyó fácilmente que preguntaba lo mismo que Jin Ling.
- ¿No está claro? – gritó el líder de secta Yao - ¡Para poder utilizar los amuletos del Patriarca Yiling sin que nuestras opiniones le estorben! – la voz del eufórico líder Yao sonaba quebradiza y agotada por tanto sacudirse y luchar contra las cadenas, sin embargo y a pesar de sus esfuerzos, Lan WangJi lo ignoró y volvió a preguntar.
- ¿Por qué? – esta vez Lan XiChen se sumó a su duda.
- Jin GuangYao – llamó siendo cuidadoso en no utilizar nuevamente el apodo, cada vez que salía de su boca y se percataba de ello le hacía quemar la lengua – siempre haz hecho lo que quisiste, si hubieses inventado el modo de utilizar estos amuletos de forma útil, que sé hubieras pensado en alguno, habrías conseguido el apoyo para hacerlo. Entonces, ¿Cuáles son tus verdaderas razones para asesinar a todo el mundo del cultivo? Acabas de ejecutar a todas las sectas inferiores, tienes aquí al resto ¿Por qué acabar con todas?
- Cuando lo dices así suena como que haré desaparecer a todos mis súbditos Da-Ge – contestó Jin GuangYao – pero tienes razón, es lo que pretendo aunque... para ser sincero no pensaba involucrarte a ti en esto, pero quien pensaría que terminarías por traicionarme y no pienses que solo me refiero a tu amorío con el líder de secta Jiang, si no hubieses actuado de manera sospechosa desde que escondiste a Wei WuXian en la Profundidad de las Nubes, yo jamás me hubiese dado cuenta de que él había vuelto. Todo fue gracias a ti supongo, por si no lo sabías. - frente a su sugerencia sin filtro de una relación entre los líderes de secta, se escucharon reacciones ahogadas y un par de gritos.
- Por qué. – repitió Lan WangJi de manera furiosa cortando toda desviación del tema.
- Está bien HanGuangJun, te lo diré porque de todas maneras no cambia absolutamente nada. - respondió con voz calmada mientras se paseaba a paso pausado con las manos cómodamente cruzadas en su espalda - Me enviaron una carta y amenazaron con delatar todos mis actos deshonrosos en una semana. Desafortunadamente no pude encontrar al remitente así que no tuve más elección...
- Que dar el primer golpe. – finalizó Lan XiChen por él con horror evidente en la voz. – ¿Qué más has hecho para estar tan seguro que no tendrías perdón incluso en tu posición? – Jin GuangYao solo respondió con una sonrisa.
Sonidos de espadas y gritos llegaron hasta ellos, de inmediato Su She y Jin GuangYao salieron de la cueva dejando confundidos a los que colgaban de las cadenas dentro. Un destello de energía espiritual fue reconocido por los hermanos Lan.
- ¡Tío! – dijeron al unísono, la pequeña esperanza que sintieron en cuanto pronunciaron su nombre fue desecha casi de inmediato en que gritos desgarradores se mezclaron con los sonidos de lucha. Era evidente que los amuletos habían comenzado a atacar a la secta Lan y frente a ellos, dudaban que pudieran soportar demasiado tiempo. Lan WangJi comenzó a sacudirse en movimientos que eran frustrados por la presión de las cadenas, se arrepentía enormemente de haber enviado la señal, si algo ocurría a su tío por su culpa... el flujo de pensamientos fue interrumpido por el momento en que Lan Qiren se asomó dentro de la cueva luchando contra Su She y enviando su espada lejos, en ese momento sus ojos dieron con sus sobrinos y su pequeña distracción hizo que las cadenas de Jin GuangYao atraparan sus pies y lo jalaran con gran rapidez hacia el tejado de la cueva.
En cuestión de segundos, Lan Qiren colgaba del tejado de la cueva, cabeza abajo.
- ¡¿Qué es esto?! – preguntó Lan Qiren mientras veía como su espada abandonada en el suelo vibraba buscando el llamado de su dueño. La invocó con la intención de cortar las cadenas, pero estas no respondieron. - ¿Mi energía...?
- Es bloqueada por las cadenas, mayor – le dijo en un tono respetuoso Jin GuangYao. Quien aunque hablaba calmadamente parecía un poco alterado por el tan inesperado ataque.
- Tío – llamó Lan XiChen - ¿Está herido?
- ¡Claro que no! – respondió furioso - ¿Qué está pasando aquí? – preguntó mirando a su alrededor, de inmediato culpando a Jin GuangYao y no a Su She, y es que Lan Qiren siempre tuvo sus sospechas en cuanto a Jin GuangYao, pero su instinto jamás logró dar con las pruebas para inculparlo sobre absolutamente nada, ahora se arrepentía de no haber realizado una búsqueda lo suficientemente exhaustiva e insistente- ¡¿Por qué lastimaste a mis discípulos?!
Su She en su deleite colocó sus ojos en blanco.
- Qué alguien le explique al viejo. – dijo de manera despectiva, ante sus palabras Lan Qiren enrojeció de rabia.
- Irrespetuoso - refunfuñó mientras colgaba de cabeza - qué bueno que fuiste expulsado del Clan Lan antes de que te pudrieras por completo. - Antes de que Su She pudiese responder, Jin GuangYao se volteó a darle una orden.
- Atrapa en jaulas a los cultivadores de la secta Lan.
- ¿No quiere asesinarlos de inmediato LianFangZun? - preguntó con evidente anhelo, pero Jin GuangYao negó con la cabeza mirando de reojo en dirección a Lan XiChen. Su She bufó y le habló en susurros.
- ¿Aún en este momento está pensando en cómo reaccionará? LianFangZun... - intentó debatir, pero se cortó cuando Jin GuangYao le dio una palmadita en el hombro.
- Ve a hacer lo que te he pedido Su She, cuento contigo. - le sonrió. Ante aquella sonrisa, Su She no pudo hacer nada más que enrojecerse un poco y asentir, pero no habían pasado más de dos minutos cuando volvió corriendo con gran agitación . - ¿Ahora qué?
- ¡Tenemos un problema! ¡Mo XuanYu y su primo adoptado por los Lan rompieron las jaulas! - Jin GuangYao frunció el ceño, sabiendo que aquello no era fácil, estando seguro de una evidente exageración por parte de Su She le dijo lo obvio.
- Atacalos con los amuletos entonces.
- ¡No responden! ¡No me están obedeciendo!
Jin GuangYao salió de la cueva entonces, su sorpresa fue grande cuando se encontró con Mo XuanYu conteniendo una matriz de acumulación de energía Yin alrededor de los amuletos. Desconociendo totalmente que él pudiese hacer algo con tal grado de expertiz en cultivo demoníaco no pudo evitar aplaudir mientras se acercaba.
Y es que no importara lo mucho que intentara detenerlos, él ya había bañado con su sangre los amuletos, estos podrían no ser lo suficientemente poderosos como lo serían en manos de Wei WuXian, pero mientras este no estuviese vivo, al menos solo lo obedecerán a él. En un chasquido de sus dedos los amuletos ya estaban fuera de la matriz y Mo XuanYu dio varios pasos atrás.
- XuanYu estoy muy impresionado, vamos, ven con Jin Ling dentro de la cueva. - ronroneó en un tono convincente.
- ¡No le hagas caso! - gritó el usualmente callado Lan ZiYuan mientras combatía con algunos cultivadores Jin y Su. - Ahora querrá utilizarte.
Jin GuangYao le miró con fingido horror y apuntó con el capullo directamente hacia él. Mo XuanYi palideció y gritó antes de que el rayo de energía yin fuera disparado.
- ¡No! ¡Espera! ¡Espera! ¡No le hagas nada! ¡No le hagas nada, iré, iré donde quieras, pero no lo lastimes!
Jin GuangYao suspiró y se dirigió a él, aunque el amuleto continuaba enfocando a Lan ZiYuan.
- Ve junto a Jin Ling y no intentes nada, la vida de tu primo dependerá de que tan obediente seas. - Lan ZiYuan lo apuntó con su espada, ignorando con total intención al amuleto frente a él, Mo XuanYu le gritó en una súplica.
- No ZiYuan... por favor, no tienes que morir en vano. Quédate quieto, todo estará bien. – susurró con una sonrisa, Lan ZiYuan miró a su primo con ojos un tanto desorbitados y es que no pudo evitar recordar cuando eran pequeños, cuando los gritos de su madre atravesaban las paredes, cuando tenía miedo y Mo XuanYu lo abrazaba repitiendo que todo estaría bien. Aún dudaba en bajar su espada cuando un fuerte estruendo les advirtió que algo ocurría en el ingreso de los túmulos funerarios, el ruido no se hizo esperar y se acercó velozmente, en solo un par de segundos lograron visibilizar dos cadáveres feroces que luchaban entre ellos en una brutal batalla, pero era evidente que uno tenía la ventaja. Él portaba un sable, y los miembros de su cuerpo parecían haberse cosido entre sí.
Jin GuangYao cayó de rodillas de la sorpresa, se puso de pie torpemente y corrió en pánico, perdiendo total compostura. Jamás pensó en enfrentarse al mismísimo Nie MIngJue.
- ¿Có-cómo? – balbuceó mientras veía a Wen Ning siendo golpeado salvajemente por los puños de Nie MingJue, este ni siquiera utilizaba su sable, sus puños bastaban para machacar los miembros del general fantasma ya conocido por su ferocidad al pelear.
- ¡Todos a la cueva! – gritó Su She notando la ventaja clara del cadáver de Nie MingJue y siguiendo a Jin GuangYao que ya había comenzado a escapar. – LianFangZun, podemos activar la matriz de la cueva para que no entren los cadáveres... - antes de que terminara su frase, el otro ya negaba con su cabeza.
- No será suficiente, ni los amuletos lo serán para detenerlo, ¿No sientes su resentimiento? Si ni el mismísimo general fantasma puede detenerlo entonces...
¿Entonces qué podía hacer él?
Nie MingJue patió a Wen Ning, lo suficientemente lejos como para que este tardara un poco en regresar y luego dirigió sus ojos desorbitados al frente. Pareció percibir la sangre que buscaba e ignoró a todos los discípulos Jin que impactados por su aparición daban varios pasos atrás, dejándolo avanzar libremente.
Ni el líder de secta Jin ni el líder de Moling Su ordenaron atacar, sabían que la sola propuesta sonaba a suicidio. Nadie lo haría, ni aunque Nie MingJue estuviese muerto, que era justamente el caso. Conocían sus habilidades, uno de los cultivos más prometedores para su juventud, una defensa perfecta y una amenaza para cualquiera que enfocaran sus ojos. ChiFengZun era una máquina de guerra y el aura de resentimiento que le rodeaba solo parecía aumentar su peligrosidad.
Nie MingJue llegó a la cueva sin dificultad y miró con curiosidad los amuletos que la rodeaban a modo de fortaleza. Desde la distancia y en medio de su rabia pareció detener sus ojos en los cuerpos que colgaban al interior de la cueva, aunque buscaba algo que no encontró sus pasos se detuvieron al escuchar una voz.
- ¿Da-Ge? – Lan XiChen preguntó en un tono dudoso y fatigado mientras colgaba de las cadenas, había visualizado una silueta, no lograba detallar ni asegurar que se trataba de quien pensaba, pero la manera en que el cuerpo se posicionaba al estar quieto y sujetaba un característico sable, le dio la confianza para murmurar su apodo. - ¡Da-Ge! – todos en la cueva miraron impresionados. Nie MingJue había desaparecido hace tanto, que jamás pensaron encontrarlo nuevamente mucho menos en un momento como ese.
Lan WangJi percibió el resentimiento antes que nadie.
- Hermano – llamó – no está vivo.
Lan XiChen frunció el ceño mientras observaba la silueta de pie y quieta, ¿No estaba vivo? ¿Entonces qué era? No tuvo el tiempo para pensar en ello cuando Jin GuangYao utilizó los amuletos para atacarlo.
Los sonidos del sable cortando la coraza del caparazón retumbaron el lugar, el amuleto también lo estaba hiriendo con la energía agresiva que emanaba.
- ¡A-Yao detente! – gritó Lan XiChen de manera desesperada - ¡Detente! - observó como Jin GuangYao se concentraba en explotar el máximo potencial que podía de los amuletos, con el fin de destruir a Nie MingJue y fue solo con aquella mirada que lo entendió todo.
Realmente su Da-Ge estaba muerto.
Y no solo eso.
- A-Yao... ¿Tú...? ¡¿Tú lo mataste?! – La tranquilidad y serenidad característica de Lan XiChen había sido arrojada a un charco lejos de la cueva. Comenzó a sacudirse las cadenas a pesar de que sabía que era inútil, la mezcla de emociones lo sobrepasaron.
Las dos personas en quienes más confiaba, habían sido aquellos dos que ahora se atacaban entre sí. Nie MingJue se lo advirtió, pero él solo lo regañaba por ser tan desconfiado, por no entender ni intentar hacerlo, por no darle una oportunidad a Jin GuangYao. Insistió tanto que el mismo Nie MingJue se había obligado a darle una oportunidad convencido por él, lo había recibido en su casa, en su habitación, habían compartido charlas, consejos y discusiones. Se habían vuelto hermanos y en gran parte siempre fue por la insistencia de él, por sus enormes ganas de lograr que Jin GuangYao pudiese ser recibido y querido, ¿Qué tan culpable fue del asesinato de Nie MingJue? ¿Qué tan ciego fue?
- Da-Ge... - susurró con una voz quebrada. Entonces sintió a alguien realizar un sonido, tal y como si estuviera arrullando a un bebé. Miró al líder de secta Jiang, que lo contemplaba con el rostro absolutamente enrojecido de vergüenza mientras permanecía realizando el característico "chh..." con sus labios.
La idea de que Jiang Cheng intentara consolarlo como a un niño de tres años, le trajo un poco de calidez y se tranquilizó.
Ya habría tiempo para pensar en sus errores, lo más importante ahora era resolverlos.
Nie MingJue tenía una evidente ventaja y había lastimado por si solo gravemente al amuleto que disparaba energía yin. Luego ignoraba por completo como sus pies se congelaban producto del otro amuleto, podía sacudirse fácilmente los hielos con la fuerza de sus muslos.
Su She se acercó a Jin GuangYao y le tomó la mano temblorosa.
- Traeré al Patriarca Yiling de vuelta – le susurró cerca de su oído - usted encárguese de someterlo en cuanto tome el control de mi cuerpo. – Jin GuangYao volteó a mirar a Su She a los ojos. Aquello era algo que habían mencionado en algún momento, en medio de sus planes, si es que algo resultaba mal... si es que necesitasen a Wei WuXian para dar la sangre del cuerpo que contuviera su alma, solo tenían que traerlo, solo necesitaban un sacrificio con aquel ritual que Jin GuangYao escondió en su habitación secreta. Su She lo apreciaba tanto, que aceptaba sacrificarse por él.
Jin GuangYao levantó la mano que este le sostenía y le besó el dorso de ella, fue un suave corto, rápido y desesperado.
Su She se dirigió a la mitad de la cueva, hizo un gran corte en su mano con su espada y comenzó a dibujar un extraño símbolo con su sangre por toda la cueva.
Sobre él, todos lo miraban con preocupación y confusión.
- Otro de esos trucos... - adivinó Lan Qiren, quien aún colgaba de cabeza, probablemente el más incómodo de todos los encadenados.
- Cállese viejo obtuso. – balbuceó mientras se concentraba. Lan Qiren lo oyó pero fingió no haberlo hecho.
- ¿Qué hace? – preguntó un recién despertado Lan JingYi, alrededor de él los otros jóvenes comenzaban a recuperar la consciencia. Mo XuanYu se acercó un poco más al círculo, conteniendo la respiración en medio de sus sospechas. Lan ZiYuan se acercó a él, para defenderlo de Su She de ser necesario.
- Este es... el sacrificio... - susurró hacia Lan ZiYuan pero este no lo estaba escuchando, su completa atención estaba dedicada a Nie MingJue quien avanzaba cada vez más. No importaba que él estuviese buscando venganza, fácilmente podría asesinarlos a todos antes de lograr su cometido y es que nadie estaba en condiciones de dar una pelea contra su cadáver feroz, mucho menos los líderes ya encadenados.
Su She activó la matriz dándole una última mirada al Jin GuangYao que concentrado enviaba un amuleto tras otro con el objetivo de lastimar aunque fuera mínimamente a su agresor. Dudó unos segundos, pero se recordó que el único "infeliz" que podía darle fuerza a los amuletos, era Wei WuXian, y si aquella era la única manera en que pudiese salvar a Jin GuangYao... entonces... no había nada más que pensar.
El suelo tembló en el momento que la matriz se iluminó, Su She realizó cortes en todas sus extremidades y se sentó a esperar.
Una luz pareció caer sobre él y entonces el cuerpo de Su She cayó al suelo y la luz de la matriz se apagó.
- ¿Qué pasó? – preguntó Lan JingYi. Todos los demás tenían los ojos sobre Su She, solo Jin GuangYao pareció comprender lo que había sucedido, su rostro se descompuso antes de retomar su pelea.
Jin Ling se acercó al cuerpo de Su She que yacía inmóvil y cubierto de sangre en medio de la matriz. Lo movió.
- Está... muerto. – su voz se quebró por la sorpresa. Jiang Cheng le gritó desde arriba sin entenderlo.
- ¿Qué?
- No fue aceptado. – respondió Mo XuanYu. – Su sacrificio no fue aceptado.
- ¿De qué sacrificio hablas? – preguntó el líder de secta Jiang.
- El que acaba de hacer, lo conozco. Su idea era sacrificarse para traer de vuelta a Wei WuXian, pero este debió haber ignorado su petición.
- ¿Sacrificio? – preguntó Lan Qiren esta vez – ¿Hablas del tipo de sacrificio en que dona su cuerpo a cambio de algo? He leído sobre aquello en libros antiguos pero nunca he sido testigo de una técnica real...
- ¿Wei Ying no aceptó volver? – la voz ronca de Lan WangJi resonó en la cueva. Todos miraron en su dirección, su rostro se mantenía inexpresivo pero era innegable que su pregunta había llevado un tono angustiante.
- Por supuesto que Wei WuXian no aceptaría volver a cambio de una exigencia de Su She. Lo sabes. – respondió Jiang Cheng de manera dura aunque aquello había sido un consuelo indiscutiblemente. Wei WuXian jamás haría algo así, y era algo de lo que debían estar orgullosos.
Jin GuangYao comenzaba a sudar frío a vista de todos los demás. Cultivadores Jin y Su comenzaban a arrojarse sobre Nie MingJue, estos últimos no entendían del todo lo que sucedía, pero luego de haber escuchado lo dicho por XuanYu decidieron en un acuerdo intrínseco que su líder se había sacrificado por ellos.
Poco a poco la cantidad de cultivadores de Moling Su comenzaban a bajar en número, la sangre en el sable de Nie MIngJue aparentemente podía aumentar más su resentimiento, él no quería esa sangre, él buscaba otra y podía sentirla cerca.
Los cultivadores que colgaban silenciosamente dentro de la cueva, suplicaban que Nie MingJue asesinara a Jin GuangYao de la manera más cruel o solo cortándole la cabeza, o tal vez mutilando sus miebros en distintos trozos, cualquiera de esas opciones la consideraban suficiente.
Nie MingJue se abrió paso hacia la cueva y Jin GuangYao se congeló.
Ni Wen Ning, ni los amuletos, ni los cultivadores de ambas sectas podían detenerlo.
El pudo haber insistido en utilizar los amuletos ya deteriorados, pero la verdad es que el líder de secta Jin nunca tuvo aptitudes de lucha. Dio varios pasos atrás en un intento de colocar el máximo de distancia entre él y Nie MingJue, sin embargo fue en ese momento que una espada conocida le rozó el lado izquierdo del cuello casi causándole una herida de gravedad. Al voltearse vio a Jin Ling teniendo dificultades para mantener el peso de su espada sin energía espiritual. El pánico yacía en sus ojos luego de su error.
- Juro que te cortaré las piernas – murmuró Jiang Cheng con los dientes apretados.
Jin Ling en un inconveniente estado de shock por su error, se paralizó. Jin GuangYao aprovechó ese momento para empujarlo hacia Nie MingJue quien pareció contento al notar cierta familiaridad con lo que buscaba. Atacó con gran fuerza y Jin Ling reaccionó por acto reflejo, casi perdiendo una pierna en el proceso. Nie MingJue no le dio tiempo y volvió a atacar.
Mo XuanYu había sido arrastrado por Lan ZiYuan lejos de Nie MingJue, su corazón bombeaba con fuerza mientras observaba a Jin Ling mantener lágrimas en los ojos mientras escapaba desesperadamente de Nie MingJue. Escuchaba los gritos eufóricos de Jiang Cheng dándole cuanta instrucción pudiera pensar, cómo defenderse, cómo escapar, hacia donde correr, pero nada servía Nie MingJue no tomaba descansos y la voz de Lan XiChen ya no le detenía. Más lejos, podía oír sonidos ahogados provenir de Lan SiZhui.
En el momento en que Jin GuangYao comenzó a reír en deleite, Mo XuanYu tomó una decisión.
Corrió hasta donde estaba el sello dibujado por Su She, cortó con la espada aberturas en sus propias extremidades y comenzó a desparramar su sangre sobre todo el sello.
Lan ZiYuan y todos los demás lo miraban sorprendidos, para cuándo Mo XuanYu terminó de desprender su sangre en el sello y el lugar, ya se sentía lo suficientemente fatigado como para desmayarse.
- Mo, ¿Qué haces? – preguntó nervioso Lan JingYi.
- Estás perdiendo demasiada sangre – le advirtió Lan Qiren, Mo XuanYu lo sabía, entonces solo podía darse más prisa.
Comenzó a citar las palabras que había leído en la habitación secreta de Jin GuanYao.
- Con mi sangre y mi mano como pincel sacrifico mi cuerpo, en tu nombre. Mi alma desaparecerá... espero humildemente tu llegada - Entonces, agregó en su mente: salva a Jin Ling, salva a los líderes de secta, sálvalos a todos – gritó: - ¡Wei WuXian!
La matriz se iluminó de la misma manera en que había sucedido con Su She, solo que esta vez un destello azul entró en la cueva y se conectó con el cuerpo de Mo XuanYu, el contacto de energía hizo que el delgado cuerpo del joven se sacudiera por el impacto y luego cayera desmayado al suelo, las pupilas se dilataron y la vida se perdió del iris de sus ojos antes de que sus párpados se cerraran.
Ya no respiraba.
Lan ZIYuan se arrojó hacia él de inmediato, era evidente que estaba muerto.
Los jóvenes se miraron entre ellos con tanta sorpresa como tristeza contenida, solo Lan ZiYuan permaneció con la mirada baja, temblaba un poco mientras volvía a posicionar el cuerpo de Mo XuanYu en el suelo.
Él lo entendía. Mo XuanYu nunca había tenido demasiadas habilidades, esta había sido su manera de ayudar, de salvar a Jin Ling a quien Lan ZiYuan sabía que apreciaba, pero falló.
Jin GuanYao suspiró, ya no reía. Por un leve momento el sacrificio de Mo XuanYu le había entusiasmado. Suspirar era lo único que podía hacer.
- ¿Qué se supone que trataba de hacer? – preguntó el líder de secta OuYang . - ¿Sacrificarse? Ya había quedado claro que el alma de Wei WuXian no respondía.
- Qué idiota. – agregó el líder de secta Yao.
- Cobardes. - les dijo Lan SiZhui mirándolos a los ojos. Lo que los sorprendió tanto que no les permitió responder, el mismo Lan SiZhui tampoco les dio más atención, no podía enfocar otra cosa más que Jin Ling esquivando a Baxia.
Nie MingJue acertó su ataque y Jin Ling sintió brotar la sangre por su espalda.
Jiang Cheng gritó en un llanto ahogado. Recordó a Jiang Yanli, a la espada que aquella noche le lastimó la espalda, aquella noche que ella finalmente había muerto.
Jiang Cheng no podía perder a Jin Ling, era su familia, lo único que le quedaba.
- ¡Jin Ling! – gritó en medio de un sollozo, el cual solo fue callado por la risa de Jin GuangYao.
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Un líder de secta faltaba en los túmulos funerarios.
Un cultivador que nadie notó.
Quien siempre fue inútil a ojos de los demás, demasiado como para ser extrañado por el mundo de la cultivación en estas circunstancias.
Nie HuaiSang, tomó el alma de Mo XuanYu y la guardó en una bolsa de qiankun.
El estado del alma era sumamente crítica producto del sacrificio, pero decidió intentar salvarla.
Se lo debía.
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En la secta de BaoShan SanRen –
El aire zen que rodeaba a la montaña, se percibía incluso más puro que el anterior. Shaymin sonrió satisfecho mientras terminaba de pulir el altar para el santuario de las almas.
- Todo en su sitio. – cantó mientras se estiraba.
BaoShan SanRen se encontraba cerca de él, meditando junto al lago.
Mei Fen se había dedicado a preparar los funerales para los caídos, Shaymin le había asegurado que no sería necesario con la prisa que traería sus almas de vuelta. BaoShan SanRen le permitió tener una semana de cultivación antes de comenzar su castigo, por lo que había comenzado a trabajar en ello desde ya. Aún analizaba alguna de sus posibilidades cuando notó que un alma salía velozmente desde los arbustos y ascendía al cielo.
Se había marchado de la montaña.
Eso solo podía significar una cosa y Shaymin lo sabía.
- ¡Mei Fen! – gritó mientras corría en su dirección, ignorando a los ancianos que le dedicaban miradas molestas por su comportamiento incorregible. Saltó las tumbas recientemente cubiertas de tierra y chocó con Mei Fen, dándole un gran golpe y empujón.
- ¿Qué te pasa? ¿Qué quieres ahora? – preguntó mientras sostenía la pala para cavar.
Shaymin le dio una gran sonrisa.
- Es la hora.