Jiang Cheng dio un par de vueltas rápidas para observar todo a su alrededor, tenía demasiado calor y no lograba encontrar ninguna figura conocida entre el humo del lugar. Uno de sus discípulos negó con su cabeza a la distancia mientras el fuego consumía la aldea que la secta YunmengJiang había atacado.
Aquí tampoco había rastros de Wei WuXian.
¿Dónde se había metido? Ya habían pasado siete semanas desde que bajó de la montaña con su nuevo núcleo y Wei WuXian no lo había estado esperando en el lugar de encuentro.
¿Dónde estaba? ¿Estaba bien? ¡Tenía que estar bien! "Es Wei WuXian después de todo" se repitió mientras pateaba cadáveres a su paso.
Ya aparecería, él solo rogaba que lo encontraran bien.
- Jiang Cheng... Jiang Cheng despierta. – lo sacudió un brazo fuerte. Cuando abrió los ojos, lo recibió la oscuridad de una habitación con una extraña esencia, aún podía ver las llamas de la aldea frente a sus ojos. Frunció el ceño cuando el dolor de cabeza casi le partía el cráneo, por un segundo creyó que había sido castigado por su madre por lo mucho que le dolía el resto del cuerpo, especialmente las caderas, la zona baja de la espalda y...
- Oh.
- ¿Jiang Cheng? – susurró Lan XiChen confundido. Estaba sentado en la cama en medio de la oscuridad, con sus túnicas características rodeándole elegantemente el cuerpo que horas atrás Jiang Cheng había tocado sin escrúpulos. Cuando el menor se sentó con dificultad en la cama e intentó alejar su pesadilla notó que no solo estaba empapado en sudor sino que lágrimas calientes le habían bañado las pestañas y gran parte de las mejillas. Las tocó con un dedo y luego se lo miró como si este lo hubiera insultado - ¿Estás bien?
- Aún está oscuro, ¿Por qué te levantaste? – mientras hablaba un suave aroma a canela le invadió el olfato – y te diste un baño.
- Solo es un poco más tarde de las cinco. – Lan XiChen encendió una vela y Jiang Cheng entrecerró los ojos sintiendo que le clavaban algo en la cabeza. Realmente se sentía fatal. – Lo siento, pero quiero verte. – se disculpó mientras le limpiaba las lágrimas con sus dedos. – ¿Quieres hablar sobre tu sueño? – El menor negó con la cabeza, cuando removió sus piernas sintió que estaba tan pegajoso que podría pegarse a la pared.
- Quiero darme un baño también.
- Es temprano, deberías descansar.
- No, no... hoy cada uno debe volver a su secta así que será mejor que aprovechemos el tiempo. – ante esas palabras algo pareció iluminar los ojos de Lan XiChen.
- Te prepararé un baño. – avisó antes de ponerse de pie y salir de la habitación.
No era mucho trabajo preparar un baño en Torre Koi, por la noche los sirvientes guardaban el agua hervida en grandes barriles donde se mantenía su temperatura, por supuesto que ya no quemaba luego de una noche fría pero al menos se mantenía caliente. Esto se implantó luego de que el mismo Lan XiChen comenzara a pasar semanas completas en la secta, los sirvientes no se levantaban hasta las siete por lo que dejaban algunas comodidades para las horas en que no habría servicio doméstico que atendiera al líder Lan.
Ya había llenado la bañera cuando se percató de que no habían toallas. Dejó a un testarudo Jiang Cheng solo en la habitación, el líder Jiang se había negado a levantarse desnudo de la cama si el líder Lan continuaba allí, por lo que salió a buscar las toallas mientras él otro cruzaba la habitación hasta meterse en el agua caliente. Para darle más tiempo caminó hasta la cocina para buscar el desayuno, una vez que pasó por fuera del salón de banquetes notó que la puerta aún estaba abierta.
Los banquetes de la secta LanlingJin eran conocidos por su derroche, pero no solían durar hasta el amanecer. Pensando en que habían olvidado cerrar sus puertas se acercó para cerrarlas él mismo, después de todo pasaba tanto tiempo en Torre Koi que se había familiarizado demasiado con el lugar. Una vez que subió un par de escalones se encontró con Jin GuangYao sentado en el puesto más alto, tenía los ojos cerrados y sujetaba su cabeza, a simple vista parecía dormir.
Lan XiChen dejó las toallas limpias en un asiento a la entrada y luego caminó hasta él, considerando la hora y las responsabilidades que lo aquejaban no le fue difícil saber que se había mantenido despierto durante toda la noche. Una vez que estuvo lo suficientemente cerca, se quitó la túnica exterior y la acomodó sobre los hombres de Jin GuangYao, sin embargo este despertó al sentir el peso de la túnica.
Tenía los ojos nublados, casi de la misma manera en que Jiang Cheng los había tenido al despertar. Hinchados, rojizos y llorosos.
- ¿Da-Ge?
- Si ibas a dormir aquí al menos deberías haber cerrado la puerta, está frío. – le dijo en un tono suave pero sin dudar era un reproche, Jin GuangYao bajó la mirada.
- No viniste al banquete. – Lan XiChen solo lo miró y se volteó dispuesto a marcharse antes de tener una conversación que prefería evitar. - ¿Estabas demasiado molesto para venir? – entonces suspiró.
- Sí estaba molesto pero no fue esa la razón por la que no vine.
- ¿Entonces? – otro suspiró y volteó a mirar a Jin GuangYao.
- Somos hermanos jurados, no tengo obligaciones contigo y espero que puedas tratarme con la misma cordialidad con la que tratas a los otros líderes de secta, te ayudaré en lo que pueda y espero lo mismo a cambio, seré tu asesor en lo que necesites y espero tu consejo con respecto a otras decisiones, pero en lo que respecta a la vida personal te pediría que no te involucres en ella desde ahora en adelante así como yo tampoco me involucraré en la tuya.
- Da-Ge... ¿Qué estás queriendo decir? ¿Desde cuándo no formo parte de tu vida personal?
- Oficialmente, desde ahora. – respondió con un tono amable pero seguro. – A-Yao, lamento dejar de corresponder tus afectos, realmente lo lamento, pero mi culpa no hará que me sienta forzado a continuar lo que teníamos.
- ¿Tendrás una relación con Jiang WanYin? ¿El sujeto que no puede decir una frase completa sin escupir al menos tres o cuatro palabras con odio en ella? – Lan XiChen asintió.
- Si él está dispuesto sí, si no lo está no, si quiere abandonarlo pronto, que así sea, el caso es que con o sin Jiang Cheng yo no volveré a corresponderte. – se miraron a los ojos unos segundos hasta que Jin GuanYao suspiró con pesar.
- Esto me gané por haber sido imprudente anoche... una respuesta contundente. Bien, que así sea, lo lamento Da-Ge, por lo de anoche... no estaba bien. – aunque habló con firmeza sus ojos continuaban cruzando la fina línea entre la seriedad y la angustia.
- Lo sé. – respondió Lan XiChen con sus manos a su espalda, escondiendo la fuerza con la que presionaba sus propias uñas en la carne. Prefería que Jin GuangYao no se enterara de lo mucho que le dolía la culpa.- Me retiró, debo preparar el desayuno.
El líder de secta Jin se quitó la túnica y se la devolvió, Lan XiChen la tomó con el ceño fruncido. Debía dejar de comportarse de esa forma con Jin GuangYao si quería poner distancia entre ellos. Entonces el líder de secta Jin hizo una reverencia respetuosa como despedida y Lan XiChen la respondió de la misma manera, una vez que se había volteado escuchó sus palabras.
- Da-Ge, el líder de secta Jiang cocinó una sopa característica de Yunmeng anoche pero al parecer la olvidó, está en la cocina por si deseas llevarle un poco.
Asintió en agradecimiento, tomó las toallas limpias y abandonó el salón de banquetes.
Suspiró una y otra vez durante el camino, preguntándose si había hecho lo correcto o estaba siendo demasiado duro. Aunque conocía lo que quería su corazón, realmente no estaba seguro de cómo lidiar con los errores del tiempo. Su tío estaría tan decepcionado de él...
Cuando entró en la habitación, Jiang Cheng permanecía con los ojos cerrados en la bañera, su cabello largo caía mojado por ambos lados de su rostro, el pecho desnudo tenía un par de marcas rojas que hicieron sonreír a Lan XiChen.
- ¿Ese fui yo? – preguntó divertido, Jiang Cheng abrió los ojos y siguió su mirada para encontrarse con las marcas, frunció el ceño y bufó sin responder. Volvió a cerrar los ojos, haciendo un esfuerzo para volver a su paz mental, hasta que sintió unas suaves manos tomando su cabello, peinarlo con los dedos y esparcir el jabón en el.
- Mm... se siente bien.
La habitación se sumió en el silencio mientras el mayor lavaba, enjuagaba el jabón y luego daba pequeños masajes en la piel húmeda. Jiang Cheng se sentía ronronear mientras respondía con gemidos de satisfacción a cada toque, definitivamente se sentía mucho mejor. Cómodo y cálido.
- Soñé que buscaba a Wei WuXian – dijo de pronto, Lan XiChen congeló sus dedos unos segundos antes de continuar con su masaje en sus hombros – en la campaña de Sunshot él idiota estuvo desaparecido por tres meses, lo busqué entre cada muerto, entre cada prisionero...
- Lo recuerdo. – susurró comprensivamente Lan XiChen mientras le ordenaba el cabello húmedo a un costado para continuar su masaje por la zona del cuello.
- Ni siquiera podía dormir pensando en donde estaría, si estaba herido... o siquiera vivo.- Jiang Cheng suspiró – pocas cosas dolieron tanto como ver la decepción en los ojos de mi hermana cada vez que la visitaba y debía decirle que no lo había encontrado. Ese infeliz era como un hermano menor en vez de uno mayor.
- Pero un hermano al fin y al cabo. – ante estas palabras de Lan XiChen, Jiang Cheng bufó.
- No sé por qué hablo de esto contigo si sé que terminaré molesto.
- Hablas de esto conmigo porque sabes que te escucharé – consoló antes de darle un beso en la zona trasera del cuello – en el momento en que dejes de sentirte a la defensiva con respecto al tema, también te escucharé.
- ¿A la defensiva?
- Sí, reaccionas con molestia porque no estás en paz con tus sentimientos, es más fácil neutralizar todo con odio que escarbar en emociones más delicadas como la culpa.
- ¿Culpa? – esta vez la voz de Jiang Cheng se elevó considerablemente – olvídalo, cambiemos el tema. No entiendes nada.
- Jiang Cheng... - susurró en un tono de regaño - ¿Cómo esperas que crea que lo odias desesperadamente si estás hablando de él con preocupación? No es como si yo no los hubiera visto actuando como hermanos, sé lo importante que fue para ti. Y sé todo lo que ocurrió después, solo me gustaría que pudieras mirarlo desde afuera y... - Jiang Cheng estiró la mano mojada y le cubrió la boca, pero la retiró en cuanto notó que le estaba mojando con gotas la túnica.
- No estoy listo para esa conversación, ¿Está bien? – dijo el menor sin mirarlo. – perdonarlo no está a discusión, así que solo... dejemos el tema – esta vez el tono sonaba a súplica por lo que Lan XiChen asintió.
- Sal de la bañera, traje la sopa que dejaste en la cocina anoche, habrá que volverla a calentar...
- Ah, esa sopa... la había olvidado con todo lo que ocurrió... - dijo mientras el calor le subía a las mejillas, Lan XiChen le pinchó una mejilla con un dedo.
- ¿Y qué fue lo que ocurrió que te hizo olvidar lo que cocinabas? – Jiang Cheng se volteó y le mordió el dedo con fuerza, Lan XiChen lo sacudió en cuanto lo quitó. Le dolió, pero no se quejó.
- Solo ocurrió que un Lan erógeno me atacó.
- ¿Erógeno?
- Eso dije. – contestó Jiang Cheng en lo que se envolvía en las toallas, al notar una sonrisa seductora en el Lan le gritó - ¡No me mires así!
Durante toda la mañana ambos permanecieron en la habitación de Torre Koi, aunque los dos pensaron en invitar al otro a recorrer los bellos jardines de la secta, ambos se abstuvieron de decir algo considerando que podrían encontrarse con otros líderes o él mismo Jin GuangYao. La habitación se volvió como una isla apartada de todo lo demás hasta el mediodía.
- Te acompañaré hasta la salida.
- No soy una doncella Lan Huan – refunfuñó, aunque efectivamente se sentía feliz con aquella atención. Aun cuando fueran solo unos minutos más, quería su compañía.
Caminaron por los pasillos y se despidieron de la mayoría de los líderes que también marchaban hasta sus hogares, un par de ellos preguntaron por la situación de salud del menor y Jiang Cheng mintió aludiendo haber sufrido efectos secundarios del veneno la noche anterior, lo que supuestamente lo mantuvo en cama recibiendo asistencia del Lan XiChen.
Llegando a la salida Jiang Cheng se volteó para mirar fijamente a Lan XiChen y sonreírle, se sostuvieron la mirada unos segundos antes de realizar una reverencia respetuosa, fue entonces que un discípulo Lan se acercó hasta ellos con cierto paso rápido.
- Lan ZiYuan. – saludó el mayor Lan.
- ZeWu-Jun – saludó – Lamento mi intervención, pero necesito preguntar... - susurró mirando de reojo a Jiang Cheng.
- Adelante.
- ¿Ha visto ZeWu-Jun a Mo XuanYu? Lo he buscado por Torre Koi una y otra vez, no lo encuentro a él... ni tampoco a su burro, nadie parece saber sobre su paradero. – su tono escondía una angustia latente que fue percibida por ambos líderes.
- Mo XuanYu volvió hace algunos días a Torre Koi – le dijo Jiang Cheng – dijeron que estaba mentalmente inestable por haber salido lastimado en la cacería. – ante eso Lan ZiYuan frunció el ceño.
- ¿Lan ZiYuan? – preguntó Lan XiChen - ¿Qué sucede?
- Es solo que... Xuanyu no sufrió ningún ataque durante la cacería, él estaba bien cuando volvió aquí.
- ¿Ah? – Jiang Cheng miró a Lan XiChen – tal vez LianFangZun dijo aquello porque no quería que lo hostigara preguntando por Jin Ling... por cierto, ¿Cómo está mi sobrino?
- El... está bien, tuvo una cacería difícil pero sus heridas ya sanaron.
- ¿Qué ocurrió? – el tono del líder Jiang fue casi violento, sin embargo Lan ZiYuan mantenía su atención en otro lugar.
- ZeWu-Jun por favor, permítame buscar a Mo XuanYu.
- Él debe estar bien ZiYuan. – intentó tranquilizar, sin embargo el menor se mostró evidentemente ansioso.
- Por favor.
- Está bien, puedes buscarlo pero sé precavido, esta no es nuestra secta.
- Sí ZeWu-Jun – de inmediato salió corriendo y se alejó de ambos, dejando a Jiang Cheng con un sentimiento inquietante dentro de sí.
- ¿Sabes cuál es la ubicación? – le pregunto a Lan XiChen quien lo miró a los ojos unos segundos antes de comprender que Jiang Cheng pensaba en ir de inmediato a visitar a su sobrino, tragó saliva, al menos no tendría mentirle en detalles.
- No lo sé, el reporte de WangJi llegará por la noche. - ante esa noticia Jiang Cheng chistó la lengua. Investigaría por las suyas de todas maneras.
- Está bien, nos veremos... pronto. – se despidió esta vez con más prisa, subiendo de inmediato a su espada. Lan XiChen lo miró con cierta culpa en los ojos.
- Que nuestros caminos nos encuentren pronto. Ten cuidado por favor. – ante las palabras sinceras el calor se tomó las mejillas del menor y solo asintió antes de marchar a toda velocidad, en parte porque quería ver a Jin Ling y en otra parte, porque necesitaba esconder sus reacciones vergonzosas de esos ojos observadores.
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Jiang Cheng sobrevolaba en su espada la ciudad de Lanling durante los últimos quince minutos, para su sorpresa un fuerte mareo lo hizo temblar sobre su propia espada y en medio de ello, descendió en medio de un mercado. Comenzó a sudar frío solo un par de segundos después.
¿Habían vuelto a envenenarlo?
Eso fue lo primero que pasó por su mente antes de recordar la sopa de semillas de loto que había desayunado. Tal vez sí lo habían envenenado y no estaba seguro sobre qué hacer cuando cayó al suelo producto del mareo, estaba a solo segundos de vomitar y varias personas lo miraron por lo que con esfuerzo se arrastró hasta el primer callejón que entró en su vista.
Al vomitar, solo fue consciente de que había sangre cayendo por su boca y su nariz. Se la limpio con dedos temblorosos e intentó mover su mano hasta su bolsillo para pedir ayuda a su secta, sin embargo alguien apareció desde atrás y le cubrió la boca con un pañuelo. Luchó con todas las fuerzas que le quedaban, pero no eran tantas y fueron cada vez menos hasta que la oscuridad se volvió en todo lo que podía ver.
Se había desmayado en manos del enemigo.
Moriré.
Fue lo último que pensó.