- ¿Por qué estás enojado? – preguntó el quinceañero al pequeño de ojos grandes que permanecía con el ceño fruncido, cuando Wei WuXian se acercó más a él con pasos precavidamente lentos notó que el niño no se alejaba ni parecía desconfiado. – Si no me dices que sucede no podré averiguarlo. - finalmente estuvo lo suficientemente cerca como para tomarlo entre sus brazos, el niño lo miró a los ojos mientras era levantando en el aire y una sonrisa enorme se dibujó en su rostro. - ¿Eso quieres? ¿Atención? – rió, para su sorpresa el niño asintió y movió los labios aunque no salió ni una voz de ellos Wei WuXian creyó entender lo que quería decir.
"Estoy aquí."
- Sé que lo estás – susurró un poco confundido e inseguro del mensaje en esas palabras, entonces el niño volvió a mover los labios en un intento de decir algo y lo repitió dos veces para que el quinceañero confirmara que había adivinado bien.
"Esperé"
- ¿Me esperabas a mí? – el niño asintió sin dudar. Antes de que pudiera decir algo Wen Ning se acercó más y llamó su atención, como si le recordara la situación en la que estaban. – cierto. Por favor pequeño, deja de causar todo este caos y vuelve a ser un amuleto tranquilo. Te llevaré conmigo, ¿De acuerdo?
El niño pareció pensarlo unos instantes antes de finalmente asentir. Miró a los tres en la cueva antes de volver a concentrar su atención en Wei WuXian, entonces le acarició la mejilla cariñosamente como despedida antes de volver a transformarse en un amuleto, dejándose caer como un trozo de roca en las manos de Wei WuXian. El quinceañero lo metió de inmediato dentro de una bolsa de qiankun, donde ya descansaba el amuleto del capullo con las hermanas Dai en él.
Soltó un suspiró aliviado por la batalla que se había evitado, sin embargo no alcanzó a tranquilizarse del todo para cuando la montaña comenzó a temblar con fuerza.
- Mierda.
- ¡Si no está el amuleto la nieve no se sostendrá! – gritó Jin Ling con evidente pánico en la voz.
Las estalactitas que colgaban del tejado de la cueva comenzaron a caer por todos los lugares, y fue en el sur de la cueva que se abrió un muy pequeño agujero sobre el agua. A simple vista era la única opción de escape.
- ¡Señor cadáver feroz! ¡Salga usted primero, lanzaré a Jin Ling y lo ayudará a salir desde afuera, ¿está bien?!
- ¿Y tú? – preguntó Wen Ning.
- Saldré en mi espada, ¡Rápido! ¡Muévanse! – Jin Ling estaba notoriamente en conflicto por su plan, pero no tuvo tiempo de contradecirlo porque fue tomado por las solapas de su túnica y lanzado sin ninguna delicadeza por un muy pequeño agujero. Ya una vez dentro no pudo ver al quinceañero por lo que solo intentó apresurarse en salir para que este saliera después de él. Con dificultad aferró sus manos a la resbaladiza nieve y aunque le ordenó a su espada que lo impulsara, su fatiga espiritual solo hacía de su fuerza algo pobre por lo que de malas ganas, tuvo que aferrarse a la mano del cadáver feroz que intentaba ayudarlo.
Wei WuXian vio los pies de Jin Ling desaparecer y le confió su vida a Suibian, estaba listo para subirse en ella cuando una punzada agónica le cruzo el pecho y lo hizo caer al suelo. Cuando se miró notó que no solo sangraba sino que su túnica se había pegado a su piel, como si algo lo hubiese quemado hasta el punto de chamuscarle la piel sin piedad.
- ¿Qué es esto? – susurró confundido y con un notable miedo en la voz, no podía observar con claridad la imagen de la quemadura pero si se percató de que era un claro símbolo de algo, entonces recordó una cosa, ¿No había sentido olor a quemado desde que caminaba por la nieve con Jin Ling en su espalda? Había pensado que era su imaginación pero ahora se estaba preguntando si esa herida podría haber provenido desde su interior, como si estuviese quemándolo desde las entrañas hasta que finalmente logró exteriorizarse. Eso explicaba el dolor creciendo en su pecho en las últimas horas.
- ¡Joven maestro Xian! – gritó el cadáver feroz desde afuera, Wei WuXian sacudió la cabeza para intentar concentrarse en la realidad, sobre todo porque había voces que habían comenzado a susurrar en sus oídos, lamentos de energía resentida que estaba seguro no salían de los amuletos sino que de su propio subconsciente, ¿Se estaba volviendo loco?
- Suibian, sácame de aquí. – rogó mientras se aferraba a la espada, abrazándola en vez de pararse sobre ella, para su deleite la espada lo levantó sin problemas y lo hizo cruzar el agujero de escape antes de que la cueva fuera cubierta por completo. Como aun no pisaban un suelo estable, Wen Ning los cargó a ambos y corrió de ese lugar que parecía que desaparecería en pocos minutos debido a la nieve que se desprendía desde lo más alto de las montañas, causando caos por todos lados. Jin Ling protestó pero no atacó a Wen Ning, Wei WuXian estaba casi inconsciente entre sus brazos mientras aún se aferraba con fuerza a la espada y apretaba los dientes para evitar gritar de dolor debido a la quemadura. Esta vez la cercanía le permitió a Jin Ling confirmar la identidad de la espada, ante el descubrimiento se calló, dejando que el cadáver feroz los guiara. Ninguno se percató del estado de Wei WuXian en medio de todo el caos.
.
.
Lan WangJi aterrizó en la nieve debido al cansancio, sabía que era el peor momento para bajar de la espada, ya que la nieve había comenzado a colapsar por todos lados haciendo de todo el suelo algo inestable, sin embargo tenía las piernas entumidas y temió caer de la espada en medio de las fuertes ráfagas de viento. Llevaba demasiado tiempo buscando a Wei WuXian entre la densa nieve y bajas temperaturas.
La preocupación le estaba comiendo vivo, su mente se llenaba de escenarios en donde nuevamente pudiera existir la posibilidad de perder a Wei WuXian y él debía recordarse no entrar en pánico.
Cayó una vez mientras caminaba pero se puso de pie de inmediato, necesitó sujetarse de algunos árboles para continuar su camino.
La visión se le hizo borrosa y sintió fuertes nauseas subir por su garganta, sin embargo se rehusó a colapsar ¡Wei WuXian llevaba muchas horas más en medio del frío y sin duda debía estar resistiendo! Así que él tenía que ir por él y protegerlo. Se quedó de rodillas unos minutos mientras respiraba profundamente con los ojos cerrados, esforzándose por no concentrarse en cómo el aire frío le quemaba los pulmones, entonces una pequeña mano se posó sobre su frente, cuando abrió los ojos vio a Shaymin traspasándole energía espiritual. El calor entró en sus entrañas de manera suave, era una energía limpia y ligera, le recordó a la sensación de beber agua pura y dulce de las montañas. Se preguntó si era lógico que un niño tan travieso como él no tuviera una sola pisca de resentimiento en sus energías. Era la energía yang más pura que había experimentado alguna vez y en poco tiempo le devolvió la fuerza.
- Gracias – susurró mientras se ponía de pie, Shaymin le sonrió y le limpió un poco de nieve de las túnicas.
- Volvamos, puedo sentir la presencia de Wei Ying en dirección al pozo, debió haber sellado el amuleto. Es un chico muy capaz después de todo – agregó mientras observaba con cuidado al segundo maestro Lan - ¿Puedes volar o te llevo en mi espada? – aunque su pregunta era sincera, rió cuando Lan WangJi lo ignoró y se subió en su propia espada, dejándolo atrás mientras volaba de regreso al pozo.
- ¡Ey! ¡Pensé que éramos amigos! ¡Espérame! – cuando el niño iba a subir a su espada notó un pequeño papel que había quedado estampado contra un árbol mientras la brisa soplaba sobre él. Al verlo de inmediato reconoció la letra de Wei WuXian.
Lan Zhan,
Cometí un error y estoy plenamente consciente de él. Entiendo si no quieres volver a mirarme a los ojos, también comprendo si me estás odiando en este momento y llevas la razón en hacerlo. Te fallé, ¿Verdad?
Lo siento mucho.
Cuando encontremos él último amuleto y logre sellarlos, podemos tomar caminos separados. Después de todo no tienes deudas pendientes conmigo, y si es que tuvieras alguna desde mi vida anterior, despreocúpate por eso, me has dado demasiados momentos felices como para que yo sea quien este en deuda contigo.
Wei Ying.
Shaymin suspiró, guardó la nota entre sus ropas y emprendió vuelo.
.
.
.
El aroma del incienso se paseaba por la habitación, en medio de la oscuridad Jiang Cheng creyó ver la mancha del humo desde la cama, levantó la mano y dibujó su forma con el dedo, entonces otros dedos largos se enredaron entre sus cabellos y le dieron una caricia.
- ¿Aún despierto? – preguntó Jiang Cheng mientras se removía entre las sabanas pero permanecía recostado sobre el pecho de Lan XiChen. A este último lo escuchó respirar con fuerza, queriendo despabilar su sueño.
- No del todo – susurró con voz ronca, Jiang Cheng sonrió mientras el suspiro se le escapaba por la nariz, se sentía tan tranquilo que temía moverse demasiado y disipar la cálida sensación.
- Descansa, debe ser de madrugada... demasiado tarde para un anciano como tú. – los dedos que acariciaban su nuca se congelaron un segundo antes de jalar suavemente un mechón. – Ey – rió.
- Mal niño. – dijo Lan XiChen con un puchero marcando su boca. Jiang Cheng solo rió un poco mientras su mano se dirigía a la piel desnuda del pecho del mayor y dibujaba formas invisibles en él.
- Lan Huan – susurró despacio.
- Mm.
- ¿Lan Huan? – preguntó nuevamente pero no tuvo respuesta, creyendo que el mayor se había dormido no volvió a hablar, pero de pronto él pareció sacudirse un poco.
- Lo siento, ¿Hablaste? – Jiang Cheng bufó.
- No. Descansa.
- ¿No? Creí escucharte.
- Solo duérmete.
- Pero querías decir algo – insistió, Jiang Cheng suspiró.
- Ya no quiero decirlo, así que duérmete. – gruñó.
- Hum.
Jiang Cheng notó que había sonado demasiado agresivo y ahora el aire parecía tensarse entre ellos, enviando lejos toda la armonía que sentía minutos atrás.
Suspiró, realmente él era su peor enemigo.
- ¿Lan Huan? – preguntó luego de un rato, intentando arreglar su error.
- Mm. – volvió a obtener como respuesta, pero esta vez solo pudo reír.
- Lan Huan – susurró muy bajito - ¿Estás soñando?
- Mm.
- ¿Qué estás soñando?
- No quieres saberlo – nuevamente su tono sonó ronco y Jiang Cheng se preguntó si estaba bien continuar hablando en vez de permitirle descansar.
- Uh, que degenerado. – sus palabras parecieron despertar bastante a Lan XiChen quien elevó su tono al entender la referencia.
- ¿Qué? No... no quise decir eso.
- Lo sé, solo te molestaba. – el mayor gruñó como respuesta y Jiang Cheng se removió para levantarse un poco y esta vez acomodar su rostro en el hueco del cuello de Lan XiChen.
- ¿De qué quieres hablar? – tanteó.
- Es algo tonto.
- Si fuera algo tonto no te molestaría. – por alguna razón esas palabras hicieron sentir bien a Jiang Cheng.
- Está bien. Quería saber sobre... tú y LianFangZun. – Lan XiChen se tensó, aunque su tono continuó tranquilo.
- ¿Qué deseas saber?
Jiang Cheng se quedó en silencio unos segundos, seleccionando la pregunta menos ofensiva o entrometida, en tanto su dedo volvió a pasearse por el pecho del mayor.
- ¿Aún lo amas? – susurró tan despacio que creyó que Lan XiChen no había podido oírlo, sin embargo la respiración congelada en el mayor le indicó que efectivamente, sus palabras llegaron a sus oídos.
- Tengo un dilema con respecto a... - pareció cambiar de opinión sobre lo que diría y comenzó otra vez - es solo que no estoy seguro de si alguna vez... - volvió a cortar su frase, parecía que todo lo que quería decir sonaba demasiado injusto para con Jin GuangYao, por lo que luego de suspirar solo terminó la idea – si lo comparo con esto, me siento mal por él.
- Hum – Jiang Cheng no estuvo seguro de qué decir por lo que permaneció en silencio.
- No puedo compararlo y no tengo una idea muy clara sobre el amor. – susurró - antes pensaba que era algo que se construía... pero ¿Cómo podría comparar esa idea con la fuerza de estos sentimientos? – suspiró – sé que es injusto para A-Yao, pero no puedo hacer oídos sordos a las ganas que tengo por...
- ¿Por?
- Por estar... contigo. Es... una sensación sobrecogedora. Yo nunca había sentido tan... intensamente. – bajo cada vez más el tono, hasta que sus últimas palabras fueron casi inaudibles.
- Mm, eres tonto – dijo de pronto Jiang Cheng con soltura.
- ¿Por qué lo dices?
- ¿Sentir algo intenso por alguien como yo? Debes ser tonto o masoquista.- Lan XiChen sonrió y asintió.
- Mm. Tonto y masoquista.
- Sí, los dos. – estuvo de acuerdo Jiang Cheng. Ambos estuvieron en silencio un momento antes de que el menor continuara hablando – no te enfades... no digo esto desde los celos, o tal vez sí, pero siento que debo decirlo. Yo no confío en él y... - de pronto Jiang Cheng pensó que sus palabras podrían sonar cobardes o darían a pensar que estaba demasiado preocupado por el estatus de su secta como para querer evitar a toda costa los conflictos con LianFangZun, lo cual era el caso pero no una prioridad – simplemente quiero pedirte que tengas cuidado, tengo la sensación de que es el tipo de persona de la que si no estás con él estás en su contra y... creo que estoy del bando más débil si se trata LianFangZun y todo el apoyo que tendría... si de alguna manera crea algún conflicto. – de pronto la mano de Lan XiChen se enredó nuevamente en sus cabellos, brindándole consuelo.
- No te preocupes por eso, A-Yao no es el tipo de persona que haría algo así por venganza. El continúa siendo mi hermano jurado después de todo.
- A-Huan...– dijo en un tono de reproche.
- Lo digo con seguridad. – susurró – hay pocas personas que lo conocen como yo. – Jiang Cheng suspiró y gruñó.
- Como sea, pero más te vale que no me cambies por él o yo mismo te cortaré las piernas.
Lan XiChen rió pero sentía que el sueño volvía a consumirlo por lo que no habló. Más tarde un par de labios rozaron su mejilla antes de dar las buenas noches. Adormilado como se sentía, se preguntó si así de intenso y abrazador era el amor.
.
.
.
Lan WangJi pudo ver las figuras de Wen Ning cargando dos jóvenes mientras se acercaba a los otros Lan, de inmediato descendió hasta alcanzarlos.
- ¡Jin Ling! – escuchó gritar a Lan SiZhui mientras él mismo quitaba a Wei WuXian de los brazos del cadáver feroz, notando como el cuerpo era un peso muerto bajo sus fuertes brazos, lo acomodó en su pecho y llevó dos de sus dedos a su cuello. Tenía pulso. Volvió a respirar para calmar su corazón mientras miraba a Wen Ning con claras preguntas en sus ojos. De reojo notó que un silencioso Jin Ling permanecía quieto y con el ceño fruncido ante las atenciones de Lan SiZhui, no pudo evitar preguntarse qué podía haber callado al usual joven que esparcía groserías como su mejor talento.
- No-no estoy seguro de por qué se desmayó... debe es-estar agotado, é-él estuvo caminando mucho tiempo con el joven Jin en su espalda.... – al decir eso el joven Jin lo fulminó con la mirada y Wen Ning no agregó nada más. Lan WangJi tocó sus labios morados y notando que estaban demasiado fríos dio la vuelta para entrar al quinceañero al templo, no se volteó a fijarse en si los jóvenes lo estaban siguiendo.
Olvidó los modales cuando pateó un par de puertas para abrirse paso rápidamente hasta la habitación que compartían. Recostó al menor en la cama y salió en busca de la tina y toda el agua caliente que pudo recolectar, al entrar en la habitación se encontró con Shaymin sentado a los pies de Wei WuXian.
- ¿Cómo está? – preguntó mientras se aseguraba de que el agua no estuviera tan caliente para quemarle la piel – luego se aproximó a él y comenzó a quitarle las botas. Shaymin se hizo a un lado perezosamente sin intención alguna de ayudar.
- Arrepentido, supongo. – aquella respuesta inesperada lo hizo detenerse, cuando levantó la mirada Shaymin sacudía una hoja entre sus manos. Era la nota que Wei WuXian le había dejado por la noche.- No me entrometeré en tus asuntos, pero quiero advertirte que los recuerdos de Wei Ying están volviendo a gran velocidad a partir de este punto y si notas que él sigue prefiriendo tu compañía no será porque te necesita, será porque te elige. – se levantó de la cama y se estiró – ah, cierto – se revisó un bolsillo – esto es medicina para que sus pulmones se recuperen de lo de hoy. Dale esta nota de mi parte, ¿sí? – entregó un papel cuidadosamente doblado y haciendo una reverencia rápida se apresuró a salir a saltos de la habitación. Lan WangJi suspiró, diciendo para sí mismo que si el niño marchaba con tanta despreocupación era porque el quinceañero no estaba en tan malas condiciones. Para calmar el temblor en sus manos comenzó a recitar las reglas de su secta en su mente, pero debió detenerse cuando notó una marca en el pecho de Wei WuXian.
Una marca grande se extendía por todo el lado derecho de su pecho, una marca con la forma de un sol.
Se le revolvió el estómago mientras la miraba, exactamente en el mismo lugar donde la había visto en el pasado. Y precisamente de la misma manera, emanaba olor carne quemada y podía ver la sangre fresca escapar por los bordes del diseño que había magullado tortuosamente la piel.
- Es reciente... - susurró sin poder creerlo, acercándose a mirarla con notable confusión en su postura, se preguntó cómo era posible que Wei WuXian hubiese vuelto a realizarse una marca de tal tipo y precisamente en ese lugar, ¿Había sido en la cacería del amuleto? Prefería creer que sí a darle chance a una idea aterradora que comenzaba a cobrar sentido en lo más profundo de su mente, porque si sumaba todas las heridas que había sanado en el quinceañero fácilmente podía compararlas con las de su vida anterior y notar que... su cuerpo parecía revivir las lesiones como si fueran memoria muscular y de la misma forma en que los recuerdos volvían progresivamente a Wei WuXian, ¿Entonces qué pasaría en el futuro? ¿Si recordaba todo, moriría de la misma brutal manera que murió hace tantos años?
Lan WangJi se levantó temblando un poco y rebuscó en su bolsa de qiankun la última de las piedras zen que le quedaba, la colocó en la mano de Wei WuXian y presionó sus dedos firmemente para que esta pudiera sanar su cuerpo y también su mente. Deseo desesperadamente que pudiera detener su torrente de miedos y por sobre todo, deseo que si fueran ciertos, pudiese hacer algo de ellos, porque la sola idea de que Wei WuXian volviese a dejarlo le quemaba desde dentro.
Miró alrededor de la habitación mientras sostenía la piedra, parecía buscar una ayuda, lo que fuera que le diera una idea de qué hacer o qué pensar con respecto a la marca, pero nada llegó y él se calmó lentamente producto del aura de la esmeralda. Una vez más tranquilo, quitó toda la ropa del quinceañero y lo llevó hasta la bañera.
El vapor del agua hizo que el cuerpo de Wei WuXian entrara en calor lentamente, en tanto Lan WangJi lo tomaba cuidadosamente con un brazo mientras que con el otro esparcía agua sobre su cabello y sus hombros. Colocó jabón en su cabello y en otros lugares, para darle el simple placer de despertar sintiéndose fresco, luego lo quitó de la bañera y lo secó con cuidado, evitando mirar y tocar demás, solo una vez que estuvo seco lo vistió con una de sus túnicas más gruesas, lo acostó, puso la medicina en su pecho y luego lo cobijó, encendió la chimenea del lugar y se acomodó junto a él para darle calor.
Afortunadamente nadie molestó en la habitación mientras él se recostaba bajo las colchas y abrazaba al menor, sintió una fuerte necesidad de abrazarlo hasta que pudiese sentirlo tan cerca y presente en su vida como para calmar sus nervios, sin embargo debió ser cuidadoso, no quería despertarlo, remover la quemadura o romperle un hueso con su fuerza.
Para su sorpresa, en la comodidad y la calma de su aroma, sumada la falta considerable de sueño y la leve resaca que aún tenía, se durmió.
.
.
.
Cuando Lan WangJi abrió los ojos, sentía mucho calor y un poco de humedad en sus extremidades, se removió un poco aturdido antes de que la realidad le asaltara la tranquilidad.
Wei WuXian estaba a su lado aún dormido, pequeñas palabras inentendibles salían de su boca a modo de delirios, su cuerpo sudaba frío y sus músculos temblaban. No tuvo que tocarlo para ser consciente de que todo el calor que emanaba de él y la enorme fiebre que lo atacaba.
Se vistió con rapidez y salió de la habitación, sin ser consciente de la hora abrió la puerta de la habitación de los jóvenes, solo para encontrar a todos dormidos y un Lan JingYi que cayó de la cama en cuanto la puerta se abrió con brusquedad.
- ¿Qué-qué pasa HanGuanJun? – preguntó este desde el suelo.
- SiZhui – llamó al joven que se había dormido con la cabeza gacha sobre las mantas de Jin Ling – ven.
- Sí... - contestó Lan SiZhui aún confundido mientras se rascaba los ojos. Una vez en el pasillo se atrevió a preguntar - ¿Sucedió algo?
- Xian SanRen está enfermo. Necesito que lo cuides mientras busco alguna medicina. – Lan SiZhui se sorprendió por la cantidad de palabras que le estaba dirigiendo el mayor, especialmente por el tono nervioso de estas. Asintió sin protestas, después de todo Jin Ling estaba físicamente bien y podría permanecer solo unos momentos.
Al entrar en la habitación se encontró con un joven delirando en la cama, se sorprendió por su estado.
- ¿Qué ha pasado? – preguntó alarmado por su estado pero Lan WangJi solo negó como respuesta. Lan SiZhui no lo pensó dos veces antes de remojar una toalla que descansaba en la tina y la humedeció con el agua que se había enfriado, se acercó a Wei WuXian y palpó su frente con la toalla. – HanGuanJun traje mis agujas de acupuntura – susurró con rapidez mientras rebuscaba en su túnica y sacaba varios elementos de su bolsa de qiankun, ante esto el mayor pareció tranquilizarse un poco.
- Cuídalo SiZhui – fue lo último que le dijo antes de salir de la habitación.
Para su mala suerte, no podía sentir la presencia de Shaymin a su alrededor, no había ojos vigilantes en su espalda esta vez, tampoco encontró a Wen Ning quien podría haber tenido un mínimo de conocimiento sobre medicinas debido a su difunta hermana, ni siquiera pudo localizar al inmortal que cuidaba el templo. Debió preparar medicina a partir de las plantas que encontró en el jardín y rogó que fuera suficiente. Mientras revolvía la mezcla un recuerdo fugaz azotó su mente.
¿No había enfermado Wei WuXian aquel día en la cueva? Claro que esto había sido días después de la realización de su marca, pero ¿No se había infectado entonces el sol en su pecho? Si su teoría era cierta, que esperaba que no lo fuera, al menos pasarían seis o siete horas antes de que el quinceañero pudiese volver a dormir con tranquilidad. De todas maneras, se esforzó en realizar una formula medicinal para infecciones en lesiones y agradeció el momento en que decidió aprender sobre mezclas medicinales básicas.
Lan SiZhui clavaba las agujas en la piel en un total estado de concentración, una vez que ambas estuvieron en los costados Wei WuXian pareció aliviarse un poco.
Volvió a mojar la toalla con agua fría y la palpó por el cuello sudado del menor.
- A-Yuan – susurró en sueños.
Lan SiZhui se alejó por acto reflejo, y se llevó la mano desocupada al corazón, dos frases revolotearon en su mente.
"A-Yuan, dale un poco de cara a tu Xian-Gege" la voz con la que esas palabras se dibujaban en su mente era indudablemente la misma voz de Xian SanRen, mientras que otra frase volvía a él, con una voz de niño que fácilmente podía ser la suya: "Xian-Gege es el hermano pobre"
- ¿Xian SanRen es mi... "Xian-Gege"? eso no tiene sentido – murmuró en voz alta y como si Wei WuXian lo hubiese escuchado volvió a hablar.
- A-Yuan... - susurró nuevamente delirante - escóndete...
.
.
Cuando Lan WangJi abrió la puerta de la habitación llevando consigo ungüento medicinal y un poco de sopa, se encontró con un pálido Lan SiZhui sentado en la cama, mirando a Wei WuXian como si este lo hubiese ofendido enormemente.
- ¿Qué sucede? – preguntó mientras le tomaba la temperatura al quinceañero. Lan SiZhui negó en silencio.
- ¿Pue-puedo retirarme HanGuangJun? – Lan WangJi lo miró con el ceño fruncido, usualmente Lan SiZhui buscaba maneras de ayudarlo, pero pensó que tal vez la preocupación por Jin Ling estaba ocupando su mente. No queriendo estirar lo que parecía ser un cuidadoso y tirante hilo que mantenía al joven Lan en calma, asintió y solo lo miró con preocupación mientras este salía de la habitación.
Otra vez su atención se enfocó en Wei WuXian quien volvió a susurrar.
- Lan Zhan – llamó. El mayor tomó su mano.
- Estoy aquí Wei Ying.
- Vámonos. – respondió un quinceañero que abría a duras penas sus ojos, no fue difícil para Lan WangJi adivinar que no estaba del todo consciente.
- ¿A dónde? – preguntó curioso.
- Llévame a Gusu contigo.
- Wei Ying... - llamó sin percatarse de que lo hacía mientras se acercaba a su oído a susurrar – te llevaré a donde tú quieras.
Cuando se alejó y vio como el ceño de Wei WuXian se relajaba significativamente, debió levantar una de sus manos para limpiar una lágrima que se le escapaba. Los sentimientos en su pecho abrazaban con fuerza la esperanza de que Wei WuXian esta vez, lo quisiera.
.
.
.