jueves, 24 de septiembre de 2020

Intrínseco - Capítulo 51: Revelación, Parte 2



La pequeña luz que atravesaba la oscuridad hubiese sido una imagen mágica y tranquilizadora si no fuera porque los troncos que iluminaba a su paso estaban quemados y el olor putrefacto invadía cada partícula en el aire de los Túmulos Funerarios. Solo se vislumbraban las siluetas de los cultivadores mientras seguían de cerca el alma que los guiaba en ese horrible lugar, al menos la presencia de Wen Ning les daba cierta seguridad en cuanto a un posible ataque de cadáveres feroces… o al menos, a casi todos.

- ¿Y si nos lleva a una trampa? Es el alma de un Wen después de todo y ¡Nos cuida la espalda otro Wen! – Al escuchar a Jin Ling, Lan JingYi no pudo de contenerse para darle un golpe en las costillas, sin embargo entre tanta oscuridad se confundió y terminó golpeando al mismísimo Wen Ning. 

Esperó a escuchar la queja de Jin Ling sin embargo esta nunca llegó por lo que volvió a golpear y esta vez lo suficientemente fuerte como para que el golpe causara sonido. 

- ¿Qué fue eso? – preguntó alerta el mismo Jin Ling. Esta vez JingYi creyó que preguntaba por el golpe propinado en la oscuridad y no por el sonido del mismo.

- ¿Alguien te está toqueteando? – preguntó en un tono bajo, inclinándose cerca de él y aguantándose la risa. Se acercó aún más y está vez susurró cerca de su oído. - ¿Tan rápido avanzaron con SiZhui? – esta vez no pudo evitar una carcajada al final de su pregunta, no mientras imaginaba a Jin Ling hervir de la rabia por sus palabras.

- Allá atrás – llamó Lan SiZhui – dejen de reír, este no es un momento para divertirse. - Frente a estas palabras Lan JingYi puso mala cara pero no respondió, sin embargo la persona a su lado sí se disculpó.

- Lo-lo siento. – susurró con vergüenza Wen Ning, fue entonces que Lan JingYi sintió que se le enfriaba la sangre y se le paralizaba el corazón, ¿Todo este tiempo quién había estado a su lado era el general fantasma? ¿Le había susurrado al oído al general fantasma? ¡¿Había golpeado al general fantasma?!

Antes de siquiera atreverse a disculparse comenzó a caminar más rápido, intentando alcanzar a los demás por si es que el general fantasma se enfurecía de repente y lo asesinaba con justa razón, sin embargo aceleró tanto su pasó en la oscuridad que no notó a Jin Ling hasta que se estrelló con él y este a su vez con Lan SiZhui, quien empujó repentinamente a Lan WangJi. Cuando este último sintió el empuje en medio de su total concentración en su tarea, se detuvo para mirar hacia atrás, su mirada periférica era lo suficientemente hábil como para verlos a ellos estando tan cerca.

Los jóvenes no podían verlo pero notaron su presencia detenerse luego del impacto, Lan JingYi no estuvo seguro de qué había sucedido pero sí pudo notar la mirada fría y enfadada del mayor sobre él.

- ¿Qué pasa? – preguntó OuYang ZiZhen, quien caminaba un poco más alejado por lo que se había perdido de todo el asunto. - ¿Escucharon al hermano Xian?

En la oscuridad un suspiro frustrado salió evidentemente de Lan WangJi.

- Ustedes esperen aquí – dijo en un tono autoritario - Wen Qionglin quédate con ellos. – pidió en otro más cordial. Wen Ning asintió con cierta incomodidad.

Lan WangJi continuó siguiendo el alma que lo guiaba en la oscuridad mientras que los jóvenes permanecieron unidos sintiendo frío.

- Eh… - susurró confundido OuYang ZiZhen – tengo la impresión de que HanGuangJun quería arrancarle la cabeza a alguien. – todos asintieron, por lo que preguntó inocentemente - ¿Y de quien fue culpa?

- De Jin Ling por supuesto – contestó de inmediato Lan JingYi.

- ¡Fuiste tú quien chocó conmigo! – se defendió este.

- ¿Y quién dijo que podías ponerte por delante de mí? Tú tienes la culpa por caminar en frente.

- Tú te quedaste atrás, por tu culpa SiZhui empujó a HanGuangJun, ¡Ahora él se fue solo persiguiendo un alma de la secta Wen! ¿Es que quién hace algo así? Es definitivamente una trampa.

- ¡Tú también la estabas siguiendo! – gritó Lan JingYi.

- Basta. – está vez OuYang ZiZhen interrumpió – evitemos hablar mal de los Wen, SiZhui no debe sentirse feliz con tus palabras Jin Ling.

- ¿Por qué? - contestó el menor - ¡Estoy enamorado de él pero eso no quiere decir que sea estúpido y olvide todo lo que hicieron los Wen! SiZhui es diferente, se crío en la secta Lan, no se rodeó de gente avariciosa, ¡No usa túnicas rojas! Además… - se detuvo solo cuando Wen Ning encendió una pequeña antorcha de fuego y pudo ver el rostro de todos a su alrededor, dos de ellos sonriendo pícaramente por la elección de sus palabras, uno con el rostro enrojecido de manera tímida y un cadáver feroz que fingía haber visto algo interesante en el cielo oscuro. – Son unos idiotas.




.

.

.




Mientras Lan WangJi seguía el alma, sacó su guqín y le pidió a esta que lo guiará con mayor rapidez, no quería actuar de manera desagradecida e impaciente, pero el solo pensar que Wei Ying podía estar en peligro le mantenía cierta presión sobre los pulmones.

El alma respondió “Llegamos” en las cuerdas del guqín, sin embargo en el lugar no había nada ni nadie, tampoco parecía haber rastros de presencias cercanas.

“Wei Ying, ¿Dónde está?” preguntó.

“El vino aquí” respondió Wen Qing, por lo que Lan WangJi comprendió que ella no sabía dónde estaba en este momento, frustrado se concentró para escuchar ruidos cercanos, pero no había nada en su campo de audición. Sus pies golpearon algo, una espada había sido abandonada en el lugar, ni siquiera tuvo que levantarla para darse cuenta de que se trataba de Suibian que emanaba vibraciones espirituales como si buscara con sus propios esfuerzos el núcleo de su dueño, sin embargo no lo encontraba.

Era extraño, no solo que Wei Ying hubiese dejado a Suibian abandonada, sino que el hecho de que no pudiese invocarla estando en cualquier lugar, precisamente porque la misma espada podía haberse guiado hasta él, tenía la fuerza para hacerlo tratándose de una espada que se había sellado así misma… las opciones posibles eran que el portador de la espada hubiese muerto, lo que Lan WangJi desestimó por autodefensa emocional y la otra opción era que su núcleo hubiese sido destruido pero la simple idea era difícil de conceder, ¿Cómo podría haber sucedido?

De pronto las cuerdas se movieron respondiendo a sus preguntas silenciosas.

“Se lo han llevado. Estaban esperando por él.”

Lan WangJi contuvo la respiración.

“¿Quiénes?”

“Secta Jin y…” Lan WangJi sintió un golpe en el estómago, de todas las sectas era la peor de sus opciones, incluso peor que YunmengJiang – “Un hombre con la maldición de los cien agujeros”

"¿Un hombre con la maldición de los cien agujeros?" repitió en su mente.

No sabía de quién se trataba, pero cuando comprendió que este sujeto debía ser culpable silencioso de la maldición del fallecido Jin ZiXun sintió su sangre arder. Aún más, porque estaba vinculado con la secta Jin.

“Gracias” tocó como una despedida para Wen Qing, sin embargo esta dio una respuesta con cierta carga sentimental.

“Gracias HanGuangJun.” – era una despedida simple pero con tonos profundos. Lan WangJi comprendió, “gracias por cuidar de A-Yuan” por lo que hizo una reverencia de cuatro segundos antes de finalmente salir de allí.

Pasó junto a los jóvenes y estos lo siguieron a trote acelerado, no sabía muy bien a donde dirigirse, pero la primera opción tendría que ser Torre Koi.




.

.

.




Jiang Cheng se sentía débil, con sus poderes sellados no era más que un simple mortal hambriento y encadenado en una celda. Desde que había despertado en el lugar se había propuesto insultar de setenta y cuatro maneras distintas a su secuestrador, sin embargo ahora que lograba oír a alguien acercarse solo había espacio en su mente para ser consciente del gran hambre que tenía. La inedia era realmente agotadora sin poder espiritual.

Suspiró mientras intentaba recobrar los sentidos, no obstante solo lograba mantener una sensación de ensoñación producto de la fatiga, si tan solo su secuestrador pudiese darle un poco de agua… bah, en qué estaba pensando. Estaba secuestrado después de todo, no siendo atendido en una cómoda posada. Aun así un pensamiento extraño de Lan XiChen acercándole un cuenco con agua inundó su imaginación… oh Lan XiChen siempre parecía notar sus necesidades y estar dispuesto para satisfacerlo y Jiang Cheng tenía demasiadas necesidades, sobre todo si se trataba de Lan XiChen, sus emociones eran tan intensas que a veces le resultaban confusas, los límites de sus afectos parecían un tanto nublados… después de todo él siempre quería más de Lan XiChen… sacudió su cabeza mientras se negaba a sí mismo la opción de actuar como una damisela enamorada, mucho menos en este tipo de situación.

Las emociones que le resultaban más sencillas a Jiang Cheng eran las tajantemente claras, directas y violentas, como su odio hacia Wei WuXian, tan limpio, razonable y fundamentado que le parecía prácticamente natural. En algunas ocasiones su propio odio le causaba tanto estrés que debía instalar un costal de paja en su habitación y golpearlo con zidian incansablemente mientras imaginaba que era Wei WuXian, todo por supuesto, con fines terapéuticos.

Aún si intentaba distraerse volvía a pensar en Lan XiChen, estaba preocupado… no podía asegurar que Jin GuangYao no lo dañara, aunque sabía bien que Lan XiChen era fuerte, también sabía que era confiado sobre todo si se trataba de este hermano jurado suyo…

De pronto la puerta se abrió, mostrando al líder de secta Moling Su, quien se acercó caminando lentamente con total seguridad y prepotencia.

- ¿Y tú quién eres? – preguntó Jiang Cheng, con total intención de cabrearlo. El otro hombre levantó los grilletes y jaló las cadenas fingiendo gran concentración en aquella tarea.

- ¿Realmente no me reconoces? – le pregunto con cierta lentitud mientras le presionaba aún más las muñecas con los grilletes, pero Jiang Cheng no hizo signo de dolor alguno, lo que pareció finalmente poner de mal humor a Su She.

- Por supuesto que te reconoce – susurró una voz conocida detrás de él, pronto apareció dentro del campo de visión el sonriente y tranquilo rostro de Jin GuangYao.- solo está ofendiendo adrede, ¿verdad líder de secta Jiang? – Jiang Cheng lo miró sin sorpresa alguna y entonces estalló en carcajadas.

La risa retumbó con fuerza entre las estrechas paredes y aunque Su She llevó la mano a su espada, Jin GuangYao mantuvo el rostro intacto.

- Ay Men Yao – suspiró con el tono adolorido luego de la risa, sin siquiera detenerse en cortesías – yo sabía que no eras confiable como líder de secta, pero nunca me esperé que secuestraras a alguien solo porque no puedes asumir que tus afectos no son correspondidos – volvió a reír – eso es bastante penoso, incluso para alguien que ha caído tantas veces por las escaleras.

- ¡¿Cómo te atreves..?! - comenzaba Su She, pero fue cortado por Jin GuangYao.

- Asume equívocamente líder de secta Jiang – respondió con serenidad Jin GuangYao. – puedo comprender el porqué de tus conclusiones, sin embargo son erróneas, simplemente te necesito ausente.

- ¿De qué? – ladró a la defensiva.

- En su momento lo sabrás, por cierto… ¿Qué dijiste hace un momento? ¿Qué mis afectos no eran correspondidos? Bueno, lamentablemente seré quien tenga que informar que sí han sido correspondidos y contigo ausente… es probable que continúe de esa manera.

Jiang Cheng bufó, estaba seguro de que incluso en su ausencia Lan XiChen no volvería a mirar a Jin GuangYao… ¿cierto?

- No voy a discutir sobre a quién quiere más Lan Huan, no soy tan patético como tú, mejor vuelve a prostíbulo de donde saliste hijo de prostituta. No escapaste de allí para hacerle bien a nadie. – ante sus palabras Jin GuangYao tensionó levemente la mandíbula. 

- Su She, trae el regalo que tenemos. – ordenó al líder de secta– que mal agradecido resultaste ser y yo que te traje a quien llevas tanto tiempo buscando… 

- ¿Qué? – pero no tuvo que volver a preguntar porque Su She metió dentro de la celda a un joven muy similar a Wei WuXian, solo que este se veía como un adolescente y bastante demacrado, su ropa estaba cubierta de vómito y sangre, bajo sus ojos cerrados dos bolsas grandes de color púrpura lo hacían lucir terroríficamente pálido. Vestía de negro y gruñó cuando fue arrojado con brusquedad al suelo para también ser esposado con gruesos grilletes.

Su She intentó bloquear su poder espiritual pero no tardó en encontrar algo extraño por lo que volvió a repetir el acto.

- No te molestes, no tiene núcleo. Ahora suelta los grilletes del líder de secta Jiang y dejémoslos tener una tranquila conversación. Volveré más tarde, con otra visita. – anunció Jin GuangYao, aunque Jiang Cheng no lo estaba escuchando, permanecía congelado observando minuciosamente al adolescente que estaba inconsciente en frente de él, tanto así que no reaccionó al momento en que Su She soltó sus grilletes y es que en verdad, no hubiese podido defenderse incluso si lo hubiera querido, su poder había sido sellado y con ello la gran parte de su fuerza.




La puerta del calabozo retumbó con fuerza cuando se cerró y Jiang Cheng permaneció allí, quieto, observando con un nudo en el estómago que solo parecía enredarse cada vez más mientras pensaba y pensaba que estaba en frente de Wei WuXian de quince años.

Buscó desaforadamente invocar el odio que había en él, pero no lo encontró. Enfrente estaba el Wei WuXian quien le ganaba en cada competencia, quien lo arrastraba a perseguir ghouls de agua, quien recibía los golpes por él, quien se culpaba cada vez que Jiang Cheng se metía en un embrollo muy grande, todo para que su padre no propinara regaños hacia su persona. En frente de él estaba el rostro visible de lo que había extrañado por tanto tiempo, no el hombre que asesinó supuestamente a su hermana y a su cuñado, no el hombre por el que asesinaron a sus padres ni quien se había puesto del lado de Lan WangJi en aquella cueva de bestia, tampoco era el que protegió a los Wen e incluso abandonó a su familia, no era quien había roto sus promesas. Era el rostro del Wei WuXian que las hizo.

Jiang Cheng se acercó lentamente y se arrodilló junto al joven que parecía delirar en fiebre, olía tan bestial como los túmulos funerarios mismos y fácilmente pudo reconocer que estaba en un muy mal estado, inconscientemente colocó una mano en su frente y sintió el calor… bien, al menos estaba vivo.

- No puedes morir en manos de nadie más, idiota. – le dijo antes de darle una sonora bofetada que buscaba despertarlo.

Con mucha dificultad Wei WuXian abrió los ojos a duras penas y frunció el ceño cuando reconoció al hombre en frente de él.

- No es momento para dormir, levántate. – ordenó, sin embargo Wei WuXian volvió a cerrar lo poco que había abierto sus ojos. - ¡Que te levantes! ¿No me oíste? – aunque el adolescente parecía haber caído nuevamente en la inconsciencia Jiang Cheng le dio una inofensiva patada en una total indicación de que se pusiera de pie, aun así Wei WuXian no abrió los ojos. Entonces Jiang Cheng se agachó y los sacudió - ¡Levántate! ¿Eres Wei WuXian, no? ¡Eres Wei WuXian! El Wei WuXian que yo conozco no se queda en el suelo, ¡Párate!

En su último grito lo sacudió con tanta fuerza que el flácido adolescente golpeó el costado de su cráneo con el muro de piedra donde se apoyaba, el “crack” hizo que el cuerpo de Jiang Cheng se paralizara.

– Ey, cuando dije que no podías morir en manos de nadie más no quise decir que quería asesinarte de inmediato – dijo rápidamente con culpa mientras revisaba la magnitud del golpe, afortunadamente solo había sido un fuerte cabezazo. Pero Wei WuXian continuaba pareciendo un peso muerto… Jiang Cheng se colocó la mano en el pecho con frustración, sentía ganas de vomitar por el tumulto de emociones, tanto resentimiento y tanto anhelo mezclados no eran una buena combinación, ¿Tal vez se sentiría mejor si los vomitaba? Pero no tenía nada en el estómago para al menos hacerse creer que ese era el contenido de sus náuseas.

En toda su vida jamás vio al joven ni al adulto Wei WuXian en semejante estado, sus ojos estaban tan hinchados que hicieron que la misma rabia de Jiang Cheng se redujera a cenizas y no es que él fuese compasivo pero… es que simplemente no podía culpar al rostro, para él había dos Wei WuXian uno antes y uno después del cultivo demoníaco, siempre pensó que se encontraría con el segundo, pero no… a quien encontró fue a quien siempre extrañó. 

Finalmente se agotó de su propio esfuerzo emocional, se recostó en el suelo, acomodó toda la paja que encontró alrededor y luego acercó a sí a Wei WuXian, recargando la cabeza de este en su hombro con total intención de sujetar su peso el tiempo necesario.

- Bien, dormiremos, tal vez mañana te sientas mejor… y si es así, entonces… te golpearé un poco – susurró con cansancio.




.

.

.




Wei WuXian abrió los ojos luego de un par de horas, se sentía extremadamente débil y podía asegurar de que poseía una segunda capa de piel que consistía en suciedad y otras especies, ¿Cuánto había dormido? ¿Dónde estaba? No había demasiada luz en el lugar, pero cuando notó una presencia junto a él dio un gran salto.

A tres metros de él, Jiang Cheng abrazaba sus propias piernas mientras lo miraba directamente a los ojos con cierto aire deprimido. Wei WuXian tragó saliva con fuerza, ni siquiera había procesado como sentirse con respecto a Lan WangJi y ahora tenía que encarar al hermano a quien le había fallado.

- Sí recuerdas – dijo de pronto Jiang Cheng, luego bufó – por un momento pensé que eras una reencarnación o alguna de esas mierdas. Si no te hubieses acordado de nada entonces no me sentiría bien cobrando venganza.

Wei WuXian frunció el ceño y miró alrededor.

- Puedes matarme en este mismo instante si quieres, no me defenderé.

- Cómo si necesitase que te defendieras. – rió con amargura. Ahora los separaban quince años de experiencia, definitivamente podría darle su merecido. – ¿Qué carajos hiciste para volverte joven? – Wei WuXian no pudo evitar sorprenderse por el tono relativamente amigable con el que estaba hablándole. 

- Volví a nacer.

- Ah. – “algo poco” quiso agregar Jiang Cheng, pero no quería sonar tan amistoso. Por su lado Wei WuXian se acomodó en la misma postura que el otro, abrazando sus piernas tanto como los grilletes lo dejaban. 

- Estuve en la secta de BaoShan SanRen hasta hace un par de meses, crecí allí – le dijo con total naturalidad, como si nunca hubiesen sido separados por malos entendidos, heridas y quince años.

- ¿Y nunca te dignaste a hacerme saber que habías vuelto? – preguntó Jiang Cheng ofendido, sabía que estaba sonando estúpido estimando la situación, pero simplemente no podía entender cómo es que Wei WuXian no consideró la opción de visitar lo que quedaba de su familia. Tal vez él lo hubiese intentado asesinar en el acto, pero ese es otro tema.

- No recordaba todo lo que sucedió, fue tan solo… unas horas atrás que lo hice. No sabía que me odiabas, hasta que… - susurró hasta que su voz se apagó con dudas.

- ¿Hasta qué?

- Te vi… en La Profundidad de las Nubes.

- ¿Qué hacías allá? – preguntó sorprendido y contrariado, el líder de secta Jiang se acercó un poco de manera inconsciente a Wei WuXian - ¿Cuándo?

- Hum… ¿Recuerdas a ZeWuJun dándote un abrazo? ¿Y tú… prometiendo el desayuno al día siguiente? – el saber que Wei WuXian conocía ese hecho lo hizo morderse la lengua con fuerza, ya estaba comenzando a avergonzarse por lo que recurrió a la violencia en su tono.

- ¡¿Cómo sabes eso?!

- Bueno… - Antes de que el adolescente pudiese decir algo más la puerta se abrió de un solo golpe.

Su She entró y los miró con desprecio a ambos.

- Arriba – ordenó con voz de mando. Cuando olfateó un poco sus facciones se arrugaron en evidente asco y le dedicó a Wei WuXian una mirada de repulsión. Este lo observó con detalle y no pudo evitar preguntar.

- ¿Y tú quién eres?




De pronto Jiang Cheng no pudo contenerse y ya fuera por la tensión emocional vivida en las últimas horas, la situación o el simple déjà vu de la pregunta, comenzó a reír cabreando visiblemente a Su She.

- Veo que están cómodos – susurró Jin GuangYao mientras entraba llevando a alguien de la mano, los dedos entrelazados y la cercanía entre ellos hizo que Jiang Cheng dejara de respirar. – Da-Ge, te traje para que vieras a las visitas. – pero Lan XiChen, quien se mantenía extrañamente hipnotizado observando a Jin GuangYao, ni siquiera volteó para mirar a Jiang Cheng, solo parecía tener ojos para su hermano jurado.



- ¿Lan… Huan? – Jiang Cheng permanecía reteniendo el aire mientras lo observaba, sintió que su pecho se presionaba con brusquedad cuando el mismo Lan XiChen inclinó el rostro para depositar un suave beso en la mejilla de Jin GuangYao.

.

.

.