miércoles, 14 de octubre de 2020

Intrínseco - Capítulo 53: Revelación, Parte 4



En ningún momento los ojos de Lan XiChen dejaron los de Jiang Cheng, ni siquiera cuando parecieron vaciarse de vida mientras caía hasta aterrizar en un par de brazos cálidos... demasiado cálidos, o es que simplemente él había comenzado a sentir demasiado frío.

Las cosas sucedieron demasiado rápido para los ojos de Lan XiChen, Jiang Cheng le mantuvo la mirada y pareció decir algo... sin embargo esas palabras no llegaron a sus oídos, los sonidos parecían lejanos y los parpados le pesaron. Jiang Cheng lo miraba con tanto miedo que Lan XiChen quiso tranquilizarlo, sin embargo no encontró su propia voz. Fue en aquel momento en que todo parecía apagarse lentamente en que una mano demasiada pequeña se posicionó sobre su frente y su pecho, el tacto le era ajeno casi por completo pero la voz del pequeño niño, resonó dentro de sus pensamientos.

"Tranquilo, todo estará bien, está no es una despedida. Sentirás frío y te dormirás por un momento pero solo será un momento."

Lan XiChen ni siquiera se sorprendió por poder escuchar al niño en sus pensamientos, simplemente pensó que debió haberse dedicado más tiempo a aprender de aquel inmortal... tal vez hubiese aprendido telepatía... pero ya era demasiado tarde.


Se preguntó, ¿Quién apoyaría a su hermano si él se iba? ¿Qué pasaría con su secta? Su tío estaría tremendamente dolido, su hermano probablemente se vería en la obligación de sustituirlo y tomar las responsabilidades, tal vez tendría que elegir entre toda su gente y el mismísimo Wei WuXian... Oh no, eso no sería bueno. El no debía morir, no aún al menos. No cuando quería disfrutar más de la suavidad oculta que le ofrecía Jiang Cheng, más de aquellas miradas cariñosas escondidas bajo largas pestañas un tanto hurañas. Lan XiChen no le temía a la muerte, pero definitivamente no quería morir. Aun así, perdió la inconsciencia en medio del frío.





Jiang Cheng también sentía frío, uno que parecía subirle desde el estómago hasta la garganta, no era la misma sensación agónica que vivió cuando vio su secta caer, no, esta vez se sintió más como una pequeña semilla de dolor que se plantaba profundamente para crecer periódicamente y congelar todo en tanto crecía.

¿Por qué la vida se ensañaba con él? ¡Había perdido a tantos! ¿Por qué ahora también a Lan XiChen? ¿Estaba maldito acaso? ¿Moriría cada uno de sus cercanos? Observó como el pequeño Shaymin movía sus manos en un extraño símbolo sobre el pecho de Lan XiChen. Un momento atrás él que parecía ser un pequeño infante lo había empujado con tanta fuerza que casi lo hizo caer, luego se había dedicado a dibujar extraños símbolos sobre la piel de Lan XiChen, le tomó un poco volver a sus sentidos y entender lo que estaban conversando el niño y Wei WuXian.

- ¿Cuánto tiempo puedes atar su alma a su cuerpo de esta manera?

- Cerca de una hora, pero nada garantiza que él no decida marcharse antes, entonces el sello se romperá.

- ¿Qué? ¿No hay garantías? – preguntó Jiang Cheng, involucrándose en la conversación por primera vez. El niño le miró con el ceño fruncido.

- Ningún sello de almas puede mantenerse en contra de la voluntad de ellas, al menos no el tipo de sello que se utiliza en vivos... o casi muertos. Tenemos que salir de aquí cuanto antes. – La mirada de Shaymin se dirigió a Jin GuangYao y Jiang Cheng volteó a mirarlo por primera vez desde que la flecha había atravesado a Lan XiChen.

Jin GuangYao tenía el arco en la mano izquierda, su cuerpo temblaba por completo mientras balbuceaba en susurros. Parecía querer verificar el estado de Lan XiChen, sin embargo en tanto avanzaba un paso volvía a dar dos atrás. A Jiang Cheng le tomó un poco de tiempo entender que él había lanzado la flecha, pero una vez que lo hizo su miedo y rencor con los dioses fue reemplazado con una furia cegadora.

- Tú...

Jiang Cheng tenía los poderes espirituales bloqueados, pero de la misma manera, bloqueó todo lo demás, de modo que en el momento en que corrió hasta Jin GuangYao para darle un puñetazo con el impulso de su cuerpo, ni siquiera se permitió disfrutar o pensar cuando el cuerpo más bajo del líder de secta Jin dio a parar cinco metros más atrás. Jiang Cheng fue por él, lo tomó de las solapas de su túnica y le dio un puñetazo en el costado izquierdo de la cara, luego le dio otro y otro, sumó un rodillazo en las costillas y aprovechando su furia cegadora, lo levantó con ambas manos y lo lanzó con gran fuerza. El cuerpo del líder de secta Jin voló por sobre la cabeza de Wen Ning e incluso a travesó un par de ramas de árboles secos. Lo siguiente que escucharon fue el sonido de golpe tras golpe que solo podía indicar una cosa.

- ¿Lo lanzaste por las escaleras desde esta distancia? - preguntó Wei WuXian.

Jiang Cheng no contestó, comenzó a caminar con total rapidez hacia las escaleras de torre Koi, sus ojos parecía arder cuando fue detenido por una pequeña mano.

- No tenemos tiempo para venganzas. – le dijo Shaymin, pero Jiang Cheng se sacudió el brazo. Wei WuXian fue quien le gritó mientras cargaba a Lan XiChen en su espalda, preparándose para escapar.

- ¡Jiang Cheng tenemos que sacar a ZeWuJun de aquí! Ya golpeaste y lanzaste a Jin GuangYao por las escaleras, para dar el golpe final tendrás que esperar. – el líder de secta Jiang no pensaba retroceder, pero el brazo de Shaymin sujetando su túnica tenía la fuerza suficiente como para rasgarla.

- Dije que fue suficiente.

Jiang Cheng y Shaymin se miraron a los ojos durante segundos que parecieron eternos.


- ¡Ey! ¡Dejen de jugar a las quemadas de ojos y ayúdenme a cargar a ZeWuJun! – por unos segundos ninguno volteó a mirar a Wei WuXian - ¡¿Qué no ven que aquí alguien se muere?!





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Lan XiChen era un peso muerto en la espalda de Jiang Cheng, este había insistido en que debía ser él quien lo cargara específicamente para evitar sentirse menos inútil.

El niño inmortal dijo conocer el lugar y los caminos menos frecuentados, por lo que el inmortal, los dos cultivadores sin poderes espirituales, un medio muerto Lan XiChen y un completamente muerto Wen Ning, cruzaron los grandes bosques tan rápido como sus piernas les permitieron correr. El tiempo avanzaba y Jiang Cheng era consciente de la cantidad de sangre que manchaba su espalda, sangre que provenía desde la herida de Lan XiChen, herida que podría llevarlo a la...

No. De solo pensarlo se sentía temblar en una mezcla de nervios y letargo.

Lan XiChen no podía morir, la vida no podía ser tan injusta con Jiang Cheng como para quitarle cada persona que fuera importante para él. No... ¿Verdad?

Sacudió la cabeza y se dignó a concentrarse en el camino. Wei WuXian le dijo que debían llegar hasta Yunnan y él bien sabía que al menos les tomaría cuatro horas si avanzaban a ese paso.

Lan XiChen no tenía cuatro horas. También estaba el hecho de que cruzar corriendo toda la región mientras cargaba a un hombre de gran contextura y sin la fuerza que solía brindarle su poder espiritual, era prácticamente una misión imposible... específicamente si tenían gran apuro.

Wei WuXian lo miró con gesto complicado en tanto le indicaba por donde pisar, parecía que quería decirle algo pero se frenaba así mismo, en tanto Wen Ning centraba su atención en él y Shaymin permanecía un par de pasos atrás, borrando las pistas de sus huellas.

Una vez llegaron al final del bosque, se detuvieron a esperar a Shaymin antes de subir a un bote, Jiang Cheng se dio un minuto para mirar la pálida piel de Lan XiChen. Quería hablarle, suplicarle que se mantuviera vivo, pero las palabras no le salían producto del miedo. Shaymin habló y lo sacó de sus pensamientos.

- Esto solo permitirá que tengamos unos minutos extras para salir de este territorio – dijo mientras marcaba huellas en dirección contraria - pero si continuamos moviéndonos con nuestras piernas nos alcanzarán. – dijo mirando en dirección a los hermanos, pareció indeciso antes de finalmente hablar nuevamente en tono de mando - Ustedes dos, compartan la espalda de Wen Ning, yo llevaré a Lan Huan en mi espada.

- Ni de joda. – respondió inmediatamente Jiang Cheng, sosteniendo a Lan XiChen más firme entre sus brazos.

- ¡Oh, Vamos Jiang Cheng! – le gritó Wei WuXian con prisa – Si te quedas en el bote no llegarás hasta la tarde a Yunnan, ¡Zewu-Jun no soportará tanto tiempo!

- Yo no me iré en la espalda de... - balbuceó sin terminar la frase, Shaymin por su parte dio un par de pasos hacia el bote quedando en frente de él, para cuando lo miró directamente a los ojos Jiang Cheng tuvo la sensación de estar hablando con alguien mayor.

- No me interesa si quieres irte en el bote o quedarte aquí a que te quemen vivo, Lan XiChen no morirá por tus conflictos emocionales, así que más te vale acomodarlo en mi espalda o te juro que...

- ¡Entendió! Vamos chicos, no vamos a discutir en este momento... yo ya morí una vez, ¿Recuerdan? Así que será mejor que nos movamos pronto – interrumpió Wei WuXian, cruzándose entre ellos y lanzándose sobre Jiang Cheng para quitarle a Lan XiChen, hubo un leve forcejeó entre los hermanos. – Suéltalo Jiang Cheng – le dijo con los dientes apretados – Shaymin es capaz de dejarte aquí y llevarnos a los demás a la fuerza si no cooperas.

- ¿Por qué le importa tanto Lan Huan? – preguntó en un tono alto.

- Más bien yo debería preguntar porque a él le importas tanto tú – contesto Shaymin pasando por el lado de Wei WuXian y levantando sin ningún esfuerzo el peso de Lan XiChen, desenfundó su espada y se montó sentando al líder Lan y apoyándolo en sí. – Wen Ning – llamó al cadáver que solo permanecía callado observando – sígueme, hay algunas barreras más adelante que no podrás traspasar sin mí así que mantente cerca, si el líder de secta Jiang no quiere irse contigo solo déjalo aquí. – dicho esto su espada comenzó a moverse con bastante rapidez. Wei WuXian sabía que podía avanzar mucho más rápido así que agradeció el gesto de darles un tiempo antes de convencer a su hermano.

- Vamos Jiang Cheng, Shaymin está esperando que lo alcancemos así que... - Wei WuXian apuntó la espalda de Wen Ning con cierta mezcla de inquietud en la mirada, definitivamente no era un plan que le agradara tampoco.

- ¿Estás escuchando lo que me estás pidiendo?

- Sí y lo entiendo, pero estamos en una situación en que si elegimos el orgullo, moriremos y dudo que pretendas que tu fin sea en manos de Jin GuangYao, porque ten por seguro que te hará pagar que lo hayas lanzado por las escaleras. Wen Ning – saludó con ligereza antes de subirse a la espalda del cadáver feroz quien moldeó sus brazos para sujetarlo. – Hoy serás mi transporte. – Wen Ning asintió de manera tímida, evitando mirar directamente al líder de secta Jiang.

- Maldita sea... - refunfuñó Jiang Cheng mirando de reojo el pequeño bote donde aún estaba de pie.

- Tomar el camino correcto es difícil, Shaymin ha llenado de trampas el lugar y para encontrar la puerta... - Wei WuXian negó con la cabeza – simplemente no la encontrarás. Vamos, no es momento de ser terco, ¿O es que acaso quieres dejar a ZeWuJun solo?

- ¡Maldita sea! – volvió a gritar Jiang Cheng antes de caminar hasta la espalda de Wen Ning y mirar al ya acomodado Wei WuXian con notorio conflicto. – más les vale que no digan nada al respecto o...

- Sí, sí, nos cortarás las piernas. – completó moviendo las manos. Jiang Cheng suspiró antes de impulsarse con un salto hasta acomodarse en la espalda de Wen Ning. Era primera vez que estaba tan cerca de un cadáver feroz, se impresionó de la dureza en sus músculos y de la rapidez con la que sus piernas comenzaron a moverse con ambos cultivadores en su espalda.


Habían tenido razón, de aquella manera llegarían mucho más rápido.





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El paisaje comenzó a ser familiar para Wei WuXian, y no pudo evitar encogerse en la espalda de Wen Ning. Él se había marchado de allí... con la inocente expectativa de viajar por el mundo con Lan Zhan, salvando a campesinos de la venganza de algunos resentidos, tal vez encontrando grandes misterios... pero eso ya no importaba, todos aquellos habían sido sueños de un quinceañero ingenuo que poco sabía de la vida y su crueldad. Se preguntó, ¿Y ahora qué? ¿Qué pasaría? ¿Volvería a la montaña y se escondería allí para siempre? No. Ni siquiera tenía núcleo ahora... ¿Qué sentido tenía? La maestra BaoShan jamás le permitiría indagar en el cultivo demoniaco dentro de la montaña, aquello solo contaminaría el aire zen del lugar y tal vez hasta su salud.

Es que ¿Ya no había lugar para él?

Cruzando el lago, llegaron a la tan familiar ciudad de Piedra, Shaymin los esperaba en la puerta manteniendo a Lan XiChen recargado en su pequeña espalda. Wei WuXian notó su rostro y pudo adivinar su preocupación.

Llevar a dos invitados políticos como lo eran dos líderes de prominentes sectas a la entrada sería considerado como algo totalmente absurdo por los ancianos e incluso por la mismísima BaoShan SanRen.

- ¿Por qué nos detenemos? ¡Lan Huan no tiene más tiempo! – gritó Jiang Cheng intentando ignorar el hecho de que los labios de Lan XiChen se habían vuelto de un púrpura oscuro.

- No es tan fácil... - susurró Wei WuXian.

- ¡¿Y si no es tan fácil por qué carajos vinimos aquí en primer lugar?! - Shaymin se tocó las cejas como si tuviese un agudo dolor de cabeza.

- Cállate. – le dijo en el tono menos amigable que el mismísimo Wei WuXian le había escuchado. De pronto la puerta hueca al final de las escaleras pareció iluminarse y una figura baja y despeinada apareció, la mujer de ojos claros los miró un tanto confundida y Jiang Cheng pareció descolocado... Había oído la leyenda de BaoShan SanRen muchas veces pero nunca imaginó que sería una mujer tan pequeña, expresiva y por sobre todo desordenada, la túnica que traía tenía un nudo flojo y estaba descalza, llevaba el cabello húmedo y parecía apuntar a todas las direcciones.

- ¡Mei Fen! – saludó Wei WuXian con la primera sonrisa sincera que Jiang Cheng le había visto desde que se habían encontrado, la mujer de ojos grandes miró con curiosidad su ropa.

- ¡Te ves fatal! – dijo con una sonrisa tan grande como la de Wei WuXian, luego apuntó con un dedo a Lan XiChen - ¿Qué ocurrió? ¿Quién es el muerto?

- Dime por favor que ella no es BaoShan SanRen – susurró Jiang Cheng a Wei WuXian.

- Ah, tranquilo, no lo es. – en cuanto finalizó de hablar, otra figura apareció a través de la puerta, esta vez sin embargo la mujer era alta y tenía un cabello oscuro sumamente largo, una túnica simple pero de finas costuras correctamente acomodadas a su elegante figura. Su mirada era severa y lo fue aún más su caminar mientras se acercaba a ellos, sus ojos solo dieron un leve vistazo a los demás antes de centrarse en Shaymin. – Ella sí lo es – indicó Wei WuXian a Jiang Cheng, aunque estuvo seguro de que fue innecesario, el líder de secta Jiang tenía la mirada clavada en ella y la mandíbula floja.

- Maestra – susurró un apenado Shaymin – Lan Huan... él... - miró al cuerpo que sostenía y luego a los ojos estrictos de su maestra, finalmente solo se encogió en su lugar - Lo siento mucho... he sido demasiado egoísta.

- Inmortal BaoShan SanRen – dijo Jiang Cheng con total formalidad en su voz – soy el líder de secta YunmengJiang, tal vez no me recuerde... pero no es primera vez que nuestros caminos se cruzan, sin embargo... - Wei Ying a su lado se tensó - permítame tener el descaro de volver a solicitar su ayuda, éste es Lan Huan, Lan XiChen, líder de secta Lan, se encuentra gravemente herido por protegerme pero debido a las circunstancias no hay muchos lugares donde pudiésemos ir en donde... Lo sanen de tan grave herida.

BaoShan SanRen se mantuvo serena, pero en ningún momento desvió la mirada de Shaymin, cuando habló también lo hizo en dirección a este.

- Trescientos años. – dijo ella y ante su voz grave todos los presentes parecieron encogerse un poco. Sin embargo Shaymin la miró a los ojos con una mezcla de esperanza y anhelo. – Durante trescientos años, no podrás volver a cultivar. Ese será tu castigo.

- ¡Gracias maestra! – respondió el niño de inmediato. La mujer desvió la mirada del niño y se centró en las ropas de Wei WuXian, su rostro se mantuvo inexpresivo al momento de señalar con un pequeño asentimiento de cabeza la entrada, sin embargo cuando se volteó le habló a Jiang Cheng.

- Líder de secta Jiang, parte de las reglas de este lugar es no intervenir en la situación de forasteros, cultivadores y por sobre todo asuntos políticos del exterior, con la única excepción de las solicitudes de mis propios discípulos.

- Ah. Pero, usted... en ese tiempo Wei WuXian no era... Y yo le dije que yo era...- susurró un confundido Jiang Cheng.

- Brindaré ayuda al líder de secta Lan porque es una petición de mi discípulo, pero espero aclarar el error en sus palabras recientes, es primera vez que usted y yo cruzamos caminos. – dicho esto, BaoShan SanRen avanzó hacia la puerta y desapareció detrás de ella, Mei Fen tomó a Lan XiChen y lo levantó sin problemas, llevándolo adentro.

Shaymin se volteó para mirar a los hermanos.

- Wei Ying – llamó con clara angustia en su voz –supongo que ya lo notaste, pero todas las heridas que has desarrollado en este tiempo... son las mismas que sufriste en tu primera vida. – Wei WuXian asintió, esforzándose por ignorar a un confundido Jiang Cheng que lo miraba con interrogantes en los ojos – la razón por las que las desarrollas de esta manera es porque a pesar de haber sido físicas, tienen un significado clavado profundamente en ti, cada vez que una herida no es tratada se clava en el alma y se lleva en todas las reencarnaciones... las maneras en que se llevan son muy variadas y dependen mucho del tiempo en reposo que tuvo el alma para reconfortarse así misma... sin embargo, por mi culpa tú no tuviste el tiempo suficiente y aunque yo pensé que podría contrarrestar este asunto curando tus heridas pasadas con el presente... no resultó ser así. En tu vida pasada te dolió profundamente que las relaciones con tu hermano hubiesen terminado de esa manera, de modo que tu perdida de núcleo se convirtió en eso... mientras esta relación no se hubiera sanado... tus arterias espirituales no olvidarían ese doloroso hecho y se repetiría una vez que lo recordaras con la suficiente claridad. Yo...

- ¿Perdida de núcleo? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Cómo tiene que ver conmigo? – Wei WuXian que se había esforzado por no mirar a Jiang Cheng solo pudo voltear del todo el rostro. Sabía lo que estaba haciendo Shaymin pero estaba demasiado cansado para querer tener aquella conversación, como también lo estaba para plantearse sobre sus heridas pasadas.

- Desviar, posponer y escapar, nunca ha solucionado nada. – le dijo Shaymin con cierta disculpa en los ojos – dejaré la puerta abierta unos minutos, no tarden por favor. Wen Ning – llamó al cadáver feroz quien adelantó a los hermanos y atravesó la puerta acompañado del niño. En cuanto se quedaron solos Wei WuXian se giró para mirar a Jiang Cheng quien parecía al borde de las lágrimas.

Tal vez no tendría que decir mucho, tal parecía que su hermano ya lo había entendido todo.

Entonces Jiang Cheng lo tomó de las solapas de su túnica sucia. Sus ojos eran como aguas poco profundas, sus emociones inundando sus sentidos eran tan evidentes que Wei WuXian no pudo evitar apretar los puños, preparándose para lo que no había querido enfrentar jamás.

- ¿Qué hiciste Wei WuXian? ¡¿Qué hiciste?! – soltándolo le dio un empujón - ¿Por qué comenzaste a cultivar con otros métodos en ese entonces? ¿Por qué no llevabas tu espada? – sacudió a su hermano - ¿Qué hiciste? ¡Responde! ¡¿Qué mierda hiciste?! – en cuanto lo soltó, Wei WuXian suspiró. Lo sentía, realmente sentía tener que decirlo y desatar un sinfín de culpas en Jiang Cheng, pero tal parecía que no había opción y tampoco era algo de lo que se avergonzaba o se arrepentía, aunque por supuesto que no lo hacía menos doloroso, no cuando se había visto obligado a perder su núcleo dos veces.

- Si ya lo sabes, no creo que sea necesario decir más. – ante sus palabras dichas en un tono ciertamente duro, Jiang Cheng dio un paso atrás.

- ¿Qué? ¿Qué no es necesario decir más? ¿Quién te crees que soy Wei WuXian? ¿Cómo es que...? – su boca pareció querer decir más, se abrió y se cerró un par de veces, finalmente Jiang Cheng golpeó nuevamente el pecho de Wei WuXian y este tuvo que dar un paso atrás ¡Estaba exhausto para sostenerse así mismo! Pero no cayó, porque el mismo Jiang Cheng sostuvo sus ropas y dejó caer el rostro en su hombro. Wei WuXian pestañeó varias veces para evitar que la humedad en sus ojos se extendiera por sus mejillas, el silencio se prolongó en ellos en tanto el sonido de las hojas de los arboles siendo sacudidas por el viento pareció adornar el momento en que los dos movieron sus manos para finalmente abrazarse mutuamente, con toda la fuerza de la que eran capaces sus brazos sin energía espiritual.


Cuando Jiang Cheng volvió a hablar, su voz era ronca.


- Imbécil testarudo con complejo de héroe, ¿Cuánto tuviste que pasar tu solo? ¿Por qué me quitaste la oportunidad de estar ahí? En cambio me dejaste odiarte porque sabías que era lo que haría, que me alejaría de ti como el idiota resentido que sabes que soy... tú también... tú también has sido cruel. Tus promesas... ¿Siquiera las recordaste antes de elegir a otra familia por sobre la que te había dado todo? ¿Antes de abandonarnos, siquiera lo pensaste? ¿Siquiera... me extrañaste? ¿Qué tan mal hermano haz sido realmente Wei WuXian? ¿Qué tan mal hermano he sido yo? – preguntó más para sí mismo en tanto sostenía con tanta fuerza al otro que sus brazos comenzaban a adormecerse.

- Lo siento. – se limitó a contestar Wei WuXian y nuevamente el silencio se instaló entre ellos. El quinceañero quiso agregar más... pero habían palabras en las que no era bueno.



Un momento después, los dedos de Wei WuXian se enredaron en el cabello de su hermano en una suave y reconfortante caricia, de manera similar Jiang Cheng dio un par de palmaditas en la espalda del otro.





- Wei WuXian... - susurró con voz lastimera.

- ¿Mm?

- Hueles fatal. – ante ello, ambos parecieron reír un poco, entonces Jiang Cheng soltó el agarre de sus brazos, sin embargo Wei WuXian lo sostuvo con fuerza. - ¿Qué? – un tanto preocupado por ser demasiado brusco después de haber sido él quien comenzó el abrazo, volvió a envolver a su hermano con sus manos aunque con cierta timidez pero dispuesto a continuar sosteniéndolo si aquello era lo que necesitaba.

Los minutos transcurrieron y ellos continuaron abrazados. Entonces Jiang Cheng nuevamente intentó liberarse pero no pudo hacerlo.

- ¿Qué...? ¿Por qué no me sueltas? – preguntó un tanto avergonzado, sin embargo está vez el quinceañero lo soltó de inmediato. Una gran sonrisa se dibujó en su rostro, de modo que Jiang Cheng sintió un cosquilleó en la nuca. Aquella sonrisa solo podía significar algo malo.

- Ahora debes oler tan mal como yo.


- ¿Qué? – Jiang Cheng levantó el cuello de su túnica y la acercó a su nariz, de inmediato la alejó - ¡Wei WuXian eres un...!





Antes de que el líder de secta Jiang pudiese golpearlo, Wei WuXian corrió hasta la puerta hueca y la traspasó, Jiang Cheng se detuvo un tanto inseguro, la puerta era de un tallado minucioso pero definitivamente no parecía una puerta, sin embargo no alcanzó a dudar demasiado de sí caería al agua cuando diera un paso al vacío, ya que una mano apareció y lo jaló hacia el otro lado.

El paraíso que se extendió frente a los ojos de Jiang Cheng parecía de ensueño, los grandes jardines de fuertes tonalidades de colores parecían extenderse desde norte a Sur, solo dispersados por pequeños caminos de tierra. El aire que respiró lo hizo sentir en paz casi instantáneamente. El mismo Wei WuXian respiró profundamente un par de veces antes de continuar avanzando por el camino.

- Vamos... - le dijo tendiéndole la mano en una invitación.

- ¿Quieres que avancemos tomados de las manos? – no pudo evitar preguntar, entonces el menor rodeó los ojos.

- ¿Por qué te haces el ofendido? No es como si no le hubieras dado la mano a un hombre antes, ¿O es que acaso pretendes ocultarme que tú y ZeWuJun...? – Wei WuXian movió los dedos en una referencia sexual que hizo que la cara de Jiang Cheng se pintara de un fuerte rojo.

- ¡Cállate! ¿Qué estás diciendo? ¡Eres un jodido degenerado! ¡Ni en diez vidas madurarás Wei WuXian!

- ¿Por qué me estás diciendo degenerado a mí? Tú eres él que...

- ¡Líder de secta Jiang! – gritó Mei Fen con urgencia desde la lejanía - ¡Necesitamos su ayuda! Lan XiChen... él...

- ¡Lan Huan! – dijo Jiang Cheng antes de lanzarse a correr en aquella dirección. Wei WuXian corrió detrás de él pero no fue capaz de alcanzarlo, tal parecía que Jiang Cheng estaba recobrando su fuerza espiritual lentamente en tanto él... nunca lo haría.

Llegando a la puerta, Mei Fen lo detuvo.

- ¿ZeWu-Jun está bien? – Ella sintió.

- Lo está, solo quería avisarle justamente que ya está fuera de peligro.

- ¿Ya? Pero si su situación era muy grave.

- Shaymin logró saturar la herida a tiempo, si bien la flecha dio a un costado de su corazón no fue nada que una poderosa gema no pudiese curar – dijo Mei Fen mientras movía su esmeralda entre los dedos – claro que si tan solo hubiesen tardado un poco más lo más probable es que la historia sería distinta.

- Hum – susurró con cierto alivio – al menos él no tendrá que pasar por otra pérdida... - susurró en tono bajo, Mei Fen lo miró con los ojos entrecerrados y una notable preocupación, entonces Wei WuXian se giró con una falsa sonrisa y comenzó a caminar lejos de allí.

- Wei... - ella suspiró antes de callarse, se preguntó si sería correcto dejarlo solo.

El quinceañero observó a su alrededor para distraerse, los conocidos rostros de sus antiguos compañeros lo miraron a la lejanía, sin embargo no se acercaron. Bien, Wei WuXian estaba acostumbrado al rechazo después de todo. Nuevamente se había convertido en un desertor odiado, se rió en voz alta pensando en lo irónico que resultaba todo.

- ¿A dónde vas? – preguntó Mei Fen finalmente, caminando detrás de él sin intenciones de alcanzarlo.

- A mi habitación, necesito darme un baño. Espera. – entonces se detuvo de golpe y miró a Mei Fen - ¿No tengo una habitación ahora, verdad?

- Verdad. – contestó ella. - pero siempre puedes utilizar la de invitados.

- Cierto, eso soy después de todo – contestó antes de comenzar a caminar en dirección contraria, haciendo un esfuerzo por apartar la mirada de los ojos de la mujer, demasiado sinceros y preocupados, tan sobreprotectores como para hacer temblar su defensa.

- Wei Ying... - llamó nuevamente en un tono maternal.

- ¡Ve a ayudar a ZeWu-Jun, te necesita más que yo! - gritó sin voltearse, levantando su mano en un gesto despreocupado. Mei Fen sabía lo que era aquello, una súplica silenciosa de un: "Ahora no" Bien. Ella podía esperar, al menos hasta que su ropa estuviera limpia y su mente descansada, entonces le diría que todo estará bien.

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Wei WuXian agitó las pestañas, negándose a continuar llorando. ¿Cuánto había llorado ya desde que se encontró con Lan WangJi nuevamente en esta vida? ¡Se había vuelto tan débil y sensible como una damisela! camino con cierta rapidez para asegurarse de que Mei Fen no decidiera seguirlo nuevamente.

En su vida pasada ya había tenido tal presencia femenina cuidando de sus sentimientos. Por supuesto que la dulzura de su Shijie no era comparable con el libertinaje sin propiedad de Mei Fen, pero podía decir que ambas mujeres poseían la misma fortaleza en su interior, capaz de sostener e impulsar sin esperar nada a cambio. La simple comparación hizo que su pecho se contrajera, no debía pensar en Jiang Yanli, todo era demasiado reciente, la herida se sentía abierta.

¿Por qué tenía que volver a pasar por todo ello otra vez? ¿Quién había jugado con su alma de aquella manera tan cruel? Sabía bien esa respuesta.

Entró en una conocida habitación para invitados, la que probablemente no se había usado jamás y estaba justamente instalada donde él y Lan WangJi se habían quedado antes. Al entrar vio a Shaymin llenando una bañera.

- Ah. Ya estás aquí. Te traeré comida picante de Yunmeng, la última vez que fui un señor me dio su rece... - Shaymin se detuvo al notar la mirada de Wei WuXian, los ojos rojos con furia plasmada en cada expresión de su rostro tensó el ambiente al límite con gran rapidez.

- ¿Wei...Ying?

- Me vas a explicar qué fue lo que hiciste, más bien, ¿Qué fue lo que me hiciste? ¿Por qué me trajiste de vuelta? ¿Por qué a mí? – Shaymin dio un paso atrás, las energías resentidas eran una de sus máximas debilidades y ya comenzaba a sentir el estómago revuelto. Él sabía que tendrían esta discusión y se había preparado para responder todas las preguntas cuando Wei Ying estuviese en un mejor estado.

- Atrás, no quiero que seamos dos con las túnicas sucias – le dijo en un tono ligero, sin embargo Wei WuXian rompió la distancia que los separaba, tomó al niño despreocupado y envolvió sus dedos alrededor de su pequeño cuello levantándolo con facilidad, Shaymin de inmediato comenzó a sentir que le faltaba el aire. Tener los ojos furiosos de Wei WuXian tan cerca hizo que un escalofrío le recorriera la médula. – suel... tame...

- Estoy cansado de esta mierda Shaymin. Deja tus juegos.

- ¡Wei Ying, a... penas puedo... respirar...!

- ¿Crees que me detendré? Eres el culpable de todo, jugaste conmigo sin detenerte a pensarlo, ¿Qué he sido para ti todo este tiempo, Shaymin? ¿Una entretención momentánea para un inmortal aburrido? – el quinceañero tomó la esmeralda de Shaymin y la levantó entre sus manos, si inyectaba un poco de energía resentida en ella bien podría hacerle un gran daño a Shaymin por lo que el niño comenzó a sacudirse con violencia, podía sentir la amenaza real emanar de Wei WuXian – Sabes todo sobre mí, debiste sentir mi nula intención de querer vivir otra maldita vida y aun así tú... ni siquiera dejaste descansar a mi alma, me trajiste de vuelta incluso si eso significaba tener que revivirlo todo... incluso sabías que Lan Zhan estaba jugando conmigo y aún así dejaste que me fuera con él... ¿Qué soy para ti, Shaymin? – apretó un poco más el agarre y fue entonces que el niño le dio una patada en el estómago, con una gran cantidad de poder espiritual en el golpe por lo que el quinceañero cayó de rodillas y el mismo Shaymin dio saltos hasta acomodarse en la esquina contraria de la habitación, lo más lejos posible de la amenaza, respiraba entrecortadamente y tomaba grandes bocanadas de aire en tanto se sujetaba el pecho con una mano.

- ¡Wei Ying! ¡Cuando preguntas se supone que debes dejar que la otra persona te conteste! – tomó la esmeralda entre sus manos y la acarició, limpiándola con los dedos, si Wei WuXian la hubiese impregnado de energía resentida entonces él...- Casi me haces perder mi tamaño chiquito pedazo de animal, ¡Eres un desconsiderado!

- ¿Desconsiderado? – preguntó un Wei WuXian aun sosteniendo su estómago - ¿Yo? ¡¿Es que no te das cuenta de lo que haces a los demás?! ¿En tantos años no has aprendido a respetar las decisiones de cada persona? ¡Yo no quería volver! Mierda, por supuesto que no quería...

- Lo sé. – contestó el niño, mirándolo a los ojos. – pero si crees que no lo reconsidere... que no me detuve a preguntarme si estaba bien, estás equivocado. Adquirí todos tus recuerdos y los tome como propios para sanar tu alma aunque fuera temporalmente, ¡Todo tu dolor... por supuesto que no fue agradable! Pero cuando pensé en detenerme... entonces vi a Lan WangJi... - Wei WuXian frunció el ceño en confusión – soporto treinta y tres latigazos por ti, sin arrepentirse ni un solo segundo de haber herido a su propia secta por ti. Buscó tu alma cada día y noche, en cada rincón posible... Wei Ying, tal vez tu tengas la fortaleza para dejar atrás a quienes amas, ¡Pero yo no! ¡Lan WangJi merecía traerte de vuelta, tú merecías ser consciente de cómo realmente ocurrió todo! No podía dejar que te llevaras culpas que no son tuyas. ¡Lo lamento, debí intervenir para que no perdieras tu núcleo pero no supe hacerlo! Y lo siento... - el niño se limpió rápidamente la lágrima que acababa de caer por su mejilla – realmente lo siento, pero ya es demasiado tarde, yo... - entonces Shaymin se calló y miró en dirección a la puerta.

- ¿Qué tiene que ver Lan Zhan en todo esto?... - Shaymin no respondió, al notar que su expresión estaba pálida no pudo evitar mirar en la misma dirección hacia la puerta - ¿Qué? – preguntó poniéndose de pie alerta. El mismo no estaba en una situación emocional para preocuparse de otras cosas sin embargo la postura en Shaymin indicó pánico.

- Nos han seguido. – soltó en un tono estrangulado.

- ¿Qué?

- El sello de la puerta... está siendo forzado. Nos han encontrado.








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